Breve ordo para la semana del 1 al 7 de Septiembre de 2019

Homilías breves para esta semana:


Lectura Espiritual para esta semana:


Liturgia de las Horas para esta semana:

1 de Septiembre de 2019: Domingo XXII del Tiempo Ordinario, ciclo C

Lunes 2:

Martes 3: Memoria de San Gregorio, llamado “Magno”, Papa y Doctor de la Iglesia

Miércoles 4:

Jueves 5:

Viernes 6:

Sábado 7:



ALIMENTO 20190901

Lecturas de la S. Biblia

Temas de las lecturas: Hazte pequeño y alcanzarás el favor de Dios * Preparaste, oh Dios, casa para los pobres. * Os habéis acercado al monte Sión, ciudad del Dios vivo * El que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido

Textos para este día:

Eclesiástico 3, 17-18. 20. 28-29:

Hijo mío, en tus asuntos procede con humildad y te querrán más que al hombre generoso.

Hazte pequeño en las grandezas humanas, y alcanzarás el favor de Dios; porque es grande la misericordia de Dios, y revela sus secretos a los humildes.

No corras a curar la herida del cínico, pues no tiene cura, es brote de mala planta.

El sabio aprecia las sentencias de los sabios, el oído atento a la sabiduría se alegrará.

Salmo 67:

Los justos se alegran, gozan en la presencia de Dios, rebosando de alegría. Cantad a Dios, tocad en su honor; su nombre es el Señor. R.

Padre de huérfanos, protector de viudas, Dios vive en su santa morada. Dios prepara casa a los desvalidos, libera a los cautivos y los enriquece. R.

Derramaste en tu heredad, oh Dios, una lluvia copiosa, aliviaste la tierra extenuada; y tu rebaño habitó en la tierra que tu bondad, oh Dios, preparó para los pobres. R

Hebreos 12, 18-19. 22-24a:

Hermanos: Vosotros no os habéis acercado a un monte tangible, a un fuego encendido, a densos nubarrones, a la tormenta, al sonido de la trompeta; ni habéis oído aquella voz que el pueblo, al oírla, pidió que no les siguiera hablando.

Vosotros os habéis acercado al monte de Sión, ciudad del Dios vivo,

Jerusalén del cielo, a millares de ángeles en fiesta, a la asamblea de los primogénitos inscritos en el cielo, a Dios, juez de todos, a las almas de los justos que han llegado a su destino y al Mediador de la nueva alianza, Jesús.

Lucas 14, 1. 7-14:

Un sábado, entró Jesús en casa de uno de los principales fariseos para comer, y ellos le estaban espiando.

Notando que los convidados escogían los primeros puestos, les propuso esta parábola: “Cuando te conviden a una boda, no te sientes en el puesto principal, no sea que hayan convidado a otro de más categoría que tú; y vendrá el que os convidó a ti y al otro y te dirá: “Cédele el puesto a éste.”

Entonces, avergonzado, irás a ocupar el último puesto.

Al revés, cuando te conviden, vete a sentarte en el último puesto, para que, cuando venga el que te convidó, te diga: “Amigo, sube más arriba.”

Entonces quedarás muy bien ante todos los comensales.

Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.”

Y dijo al que lo había invitado: “Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos; porque corresponderán invitándote, y quedarás pagado.

Cuando des un banquete, invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos; dichoso tú, porque no pueden pagarte; te pagarán cuando resuciten los justos.”

Sacerdote mexicano advierte: Satanás actúa a través de la magia y el ocultismo

“El sacerdote mexicano Hugo Valdemar, que fue portavoz de la Arquidiócesis de México, tiene una columna en el diario ContraRéplica, llamada “Entre el cielo y la tierra”. En su última colaboración –que también puede verse en vídeo–, titulada “Con el diablo no se juega”, explica la postura de la fe católica ante el ocultismo y la peligrosidad de sus prácticas, tanto en el ámbito natural como sobrenatural…”

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Nociones claras sobre la corrección fraterna

La corrección del que yerra es en cierta forma remedio que debe emplearse contra el pecado del prójimo. Ahora bien, el pecado de una persona puede considerarse de dos maneras. La primera: como algo nocivo para quien lo comete. Segunda: como perjuicio que redunda en detrimento de los demás, que se sienten lesionados o escandalizados, y también como perjuicio al bien común, cuya justicia queda alterada por el pecado. Hay, por lo mismo, doble corrección del delincuente. La primera: aportar remedio al pecado como mal de quien peca. Esta es propiamente la corrección fraterna, cuyo objetivo es corregir al culpable. Ahora bien, remover el mal de uno es de la misma naturaleza que procurar su bien. Pero esto último es acto de caridad que nos impulsa a querer y trabajar por el bien de la persona a la que amamos. Por lo mismo, la corrección fraterna es también acto de caridad, ya que con ella rechazamos el mal del hermano, es decir, el pecado. La remoción del pecado —tenemos que añadir-incumbe a la caridad más que la de un daño exterior, e incluso más que la del mismo mal corporal, por cuanto su contrario, el bien de la virtud, es más afín a la caridad que el bien corporal o el de las cosas exteriores. De ahí que la corrección fraterna es acto más esencial de la caridad que el cuidado de la enfermedad del cuerpo o la atención que remedia la necesidad externa. La otra corrección remedia el pecado del delincuente en cuanto revierte en perjuicio de los demás y, sobre todo, en perjuicio del bien común. Este tipo de corrección es acto de justicia, cuyo cometido es conservar la equidad de unos con otros. (S. Th., II-II, q.33, a.1, resp.)


[Estos fragmentos han sido tomados de la Suma Teológica de Santo Tomás, en la segunda sección de la segunda parte. Pueden leerse en orden los fragmentos publicados haciendo clic aquí.]

LA GRACIA del Domingo 1 de Septiembre de 2019

DOMINGO XXII TIEMPO ORDINARIO, CICLO C

Queremos ser dueños de todo pero Jesucristo quiere sanarnos de esta enfermedad, que le prestemos atención a quienes hemos olvidado por nuestro egoísmo.

[REPRODUCCIÓN PERMITIDA en redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios. Tu donación hace fuerte la evangelización católica. ¡Dona ahora!]

ROSARIO de las Semanas 20190831

#RosarioFrayNelson para el Sábado:
Contemplamos los Misterios del Silencio de Dios

Usamos esta versión de las oraciones.

  1. En el primer misterio del silencio contemplamos que del costado de Cristo en la Cruz brotaron sangre y agua.
  2. En el segundo misterio del silencio contemplamos el valor de aquellos que no eran apóstoles y sí permanecieron junto a la Cruz y cuidaron del cuerpo de Cristo muerto.
  3. En el tercer misterio del silencio contemplamos a Jesucristo, puesto en un sepulcro nuevo.
  4. En el cuarto misterio del silencio contemplamos a Jesús, que baja hasta el fondo del reino de la muerte, para que los justos que de antiguo esperaron en él encuentren a su Redentor.
  5. En el quinto misterio del silencio contemplamos el anonadamiento de Cristo, que siendo Hijo aprendió sufriendo a obedecer.
  6. En el sexto misterio del silencio contemplamos la soledad llena de fe de la Santísima Virgen María.
  7. En el séptimo misterio del silencio contemplamos la inmensa compasión de Dios Padre, que tanto amó al mundo que le dio a su único Hijo para que todo el que cree en él no perezca.

[REPRODUCCIÓN PERMITIDA – Este es un ejercicio privado de devoción “ad experimentum” en proceso de aprobación oficial. Puede divulgarse en las redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios siempre que al mismo tiempo se haga la presente advertencia.]

365 días para la Biblia – Día 365

Fr. Nelson Medina, O.P. lee contigo el texto completo de la Sagrada Escritura – Día 365 de 365

Malaquías
Eclesiástico 51,13-30
* Juan 3,16-21

Lo que se ha publicado de esta serie de lectura de la Biblia.

Formación católica todos los días: amigos@fraynelson.com

Predicación y más oración: https://fraynelson.com/blog

Seguimos el texto publicado en la página web del Vaticano.

Hallan los restos mortales de 277 niños sacrificados en rituales precolombinos en Perú

“Un grupo de arqueólogos descubrió los restos de 227 niños ofrecidos en un ritual de la cultura precolombina Chimú, en la costa norte de Perú, lo que sería el hallazgo más grande de sacrificios de infantes del mundo. Hasta el momento hemos hallado los restos de 227 niños sacrificados de la cultura Chimú”, dijo el arqueólogo Feren Castillo tras señalar que los trabajos se iniciaron en 2018…”

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catholic-link.com nos comparte 11 reflexiones preciosas de San Agustín

1. Los tiempos de conversión, son los tiempos de Dios

Cuántos de nosotros, habiendo nacido en hogares católicos, hemos conocido a Dios ya siendo adultos. Para volver a Él nunca es tarde, Dios está siempre con nosotros. Éramos nosotros los que no estábamos con Él.

“¡Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé! Tú estabas dentro de mí y yo fuera, y por fuera te buscaba; y deforme como era me lanzaba sobre estas cosas hermosas que tú creaste. Tú estabas conmigo, pero yo no estaba contigo; me retenían lejos de ti cosas que no existirían si no existieran en ti. Pero tú me llamaste y clamaste hasta romper finalmente mi sordera. Con tu fulgor espléndido pusiste en fuga mi ceguera. Tu fragancia penetró en mi respiración y ahora suspiro por ti. Gusté tu sabor y por eso ahora tengo más hambre y más sed de ese gusto. Me tocaste y con tu tacto me encendiste en tu paz”.

2. Dios es quien siempre llama, quien siempre busca y quien se encarga personalmente de cada uno de nosotros

Cuántas veces no entendemos lo que nos sucede en la vida. Cuántas caídas, cuántos dolores. Aunque pareciera que estuviésemos solos en medio de la incertidumbre, Dios estaba siempre ahí. Dios habla, consuela y forma cuidadosamente, incluso en medio del dolor.

“Entonces tú, [mi Dios], tratándome con mano suavísima y llena de misericordia, fuiste modelando poco a poco mi corazón”.

3. Pedir a Dios significa también estar dispuestos a escuchar y recibir lo que Él nos da. Dios nunca se equivoca

Cuántas veces hemos elevado los ojos al cielo pidiéndole algo a Dios. Le hemos confiado nuestros deseos, nuestros sueños. Le hemos pedido que aligere nuestra carga. A veces parece que no nos escucha. Pero Él siempre lo hace y otorga lo que sabe es mejor para cada uno.

“[Dios mío], los hombres te consultan sobre lo que quieren oír, pero no siempre quieren oír lo que tú les respondes. Y el buen siervo tuyo es aquél que no se empeña en oírte decir lo que a él le gustaría, sino que está sinceramente dispuesto a oír lo que tú le digas”.

4. Dios conoce lo más profundo de nuestro ser, es Él quién lo ha modelado con sus propias manos

Cuesta creer que verdaderamente somos hijos de Dios, todos y cada uno de nosotros. Incluso los que no creen en Él. Dios conoce cada rincón de nuestro ser, cada pensamiento, cada sueño, cada anhelo, cada caída, cada lucha. Él está ahí porque fueron sus propias manos las que modelaron nuestra existencia.

“[Señor Dios mío], tú eres interior a mi más honda interioridad”.

“[Tú, oh Dios,] estás presente también en aquellos que huyen de ti”.

“¡Oh Señor omnipotente y bueno, que cuidas de cada uno de tus hijos como si fuera el único, y que de todos cuidas como si fueran uno solo!”

“Tú eres, [oh Dios mío], inaccesible y próximo, secretísimo y presentísimo”.

5. Dios nos forma a través de otros. La responsabilidad del amor incondicional

Las que somos mamás sabemos cuánto cuesta criar un hijo. Es necesaria nuestra confianza en Dios para formarlos en la libertad y la verdad. Santa Mónica, madre de San Agustín, nos enseña que todos los dolores y los miedos en la crianza de nuestros hijos, cuando son entregados a Dios, dan fruto. Todos estamos llamados a ser santos y todas las madres están llamadas a criar hijos santos para Dios.

“Ella lloraba por mi muerte espiritual, [Dios mío], con la fe que tú le habías dado, y tú escuchaste su clamor. La oíste cuando ella con sus lágrimas regaba la tierra ante tus ojos; ella oraba por mí en todas partes, y tú oíste su plegaria… Sus preces llegaban a tu presencia, pero tú me dejabas todavía volverme y revolverme en la oscuridad”.

“¿Cómo podía ser que tú desoyeras y rechazaras las lágrimas de la que [Mónica, mi madre] no te pedía oro ni plata ni bien alguno pasajero sino la salud espiritual de su hijo, que era suyo porque tú se lo habías dado?”.

6. Dios es nuestro único consuelo ante la muerte

Perder a alguien a quien amamos profundamente es tan doloroso que incluso se desea la propia muerte. Sin Dios quedamos perdidos, solos. Pero Él entiende este dolor y nos promete un encuentro futuro y sin separaciones en la vida eterna. Esa promesa es la que nos debe llenar de esperanza y restaurar la alegría perdida por la ausencia física de los que ya han partido.

“El único que no pierde a sus seres queridos es el que los quiere y los tiene en Aquel que no se pierde. ¿Y quién es este sino tú, nuestro Dios, el que hizo el cielo y la tierra y los llena, pues llenándolos los hizo?”.

7. La misericordia de Dios es infinita. Nunca nos cansemos de pedir perdón

Existen días en los que queremos darnos por vencidos. Es una lucha que parece vamos perdiendo una y otra vez, cansados de caer y de pedir perdón siempre por lo mismo. Dios no se cansa de perdonarnos, somos nosotros los que pensamos que no somos más dignos de perdón. Su misericordia es infinita.

“A ti la alabanza y la gloria, ¡oh Dios, fuente de las misericordias! Yo me hacía cada vez más miserable y tú te me hacías más cercano. Tu mano estaba pronta a sacarme del cieno y lavarme, pero yo no lo sabía”.

8. La generosidad en la comunidad cristiana es un verdadero camino de conversión

Sobre todo en este tiempo, qué importante es volver la mirada a nuestros hermanos necesitados de nuestra generosidad y amor. ¡Tanta gente que muere de hambre, mientras que algunos están llenos de riquezas!

“Habíamos pensado contribuir con lo que cada uno tuviera para formar con lo de todos un patrimonio común, de modo que por nuestra sincera amistad no hubiera entre nosotros tuyo y mío, sino que todo fuera de todos y de cada uno”.

9. A Dios solo lo encuentran los humildes, los más pequeños

En un mundo en el que el valor está puesto en la imagen y en lo que se tiene San Agustín nos recuerda que es a los humildes a los que Dios mira con agrado.

“No te acercas, [oh Dios], sino a los de corazón contrito, ni te dejas encontrar por los soberbios por más que en su curiosidad y pericia sean capaces de contar las estrellas y conocer y medir los caminos de los astros por las regiones siderales”.

10. La muerte no es el final. La verdadera vida está junto a Dios

Deseoso de ser inmortal, el ser humano lucha por evitar la muerte, por prolongar la juventud, y desprecia todo lo que le recuerda que la vida es pasajera, que el cuerpo se deteriora y que tendrá un final. San Agustín nos recuerda que nuestro verdadero hogar es el Cielo.

“Nuestra casa no se derrumba por nuestra ausencia, pues nuestra casa es tu eternidad”.

11. El descanso y el sentido de nuestra existencia solo se verá saciado en Dios

Ese deseo de infinito que tiene el ser humano no es sino una expresión de esa nostalgia de Dios, de ese llamado a ser eterno. Solo lograremos saciar ese anhelo, esa hambre, alimentándonos de Dios.

“[Señor Dios], nos creaste para ti y nuestro corazón andará siempre inquieto mientras no descanse en ti”.