Sólo ganas cuando te rindes (a Dios)

La aceptación rendida de la Voluntad de Dios trae necesariamente el gozo y la paz: la felicidad en la Cruz. -Entonces se ve que el yugo de Cristo es suave y que su carga no es pesada.

Un razonamiento que lleva a la paz y que el Espíritu Santo da hecho a los que quieren la Voluntad de Dios: “Dominus regit me, et nihil mihi deerit” -el Señor me gobierna, nada me faltará. ¿Qué puede inquietar a un alma que repita de verdad esas palabras?

No dudes: deja que salga del corazón a los labios un “Fiat” -¡hágase!… -que sea la coronación del sacrificio.

El abandono en la Voluntad de Dios es el secreto para ser feliz en la tierra. -Di, pues: “meus cibus est, ut faciam voluntatem ejus” -mi alimento es hacer su Voluntad.

Más pensamientos de San Josemaría.

Invitación a la docilidad

Esta es la llave para abrir la puerta y entrar en el Reino de los Cielos: “qui facit voluntatem Patris mei qui in coelis est, ipse intrabit in regnum coelorum” -el que hace la voluntad de mi Padre…, ¡ése entrará!

De que tú y yo nos portemos como Dios quiere -no lo olvides- dependen muchas cosas.

Nosotros somos piedras, sillares, que se mueven, que sienten, que tienen una libérrima voluntad. Dios mismo es el cantero que nos quita las esquinas, arreglándonos, modificándonos, según El desea, a golpe de martillo y de cincel. No queramos apartarnos, no queramos esquivar su Voluntad, porque, de cualquier modo, no podremos evitar los golpes. -Sufriremos más e inútilmente, y, en lugar de la piedra pulida y dispuesta para edificar, seremos un montón informe de grava que pisarán las gentes con desprecio.

¿Resignación?… ¿Conformidad?… No basta ¡Hay que querer la Voluntad de Dios!

Más pensamientos de San Josemaría.

Entrar en el plan de Dios

Escuela de Vida Interior, Tema 10: Cerramos el primer ciclo de la Escuela mirando qué implica entrar en el plan de Dios.

Los fundamentos son tres: (1) Aprender a invocar el Santo Nombre de Dios, es decir, jamás volver a excluirlo de nuestras decisiones importantes. (2) Arrepentirnos de corazón, sabiendo que la experiencia del arrepentimiento es hermana de la experiencia de la gracia perdonadora y restauradora de Dios. (3)

Sobre ese cimiento es preciso avanzar en dos líneas: el cultivo de la inteligencia, que implica formación, y el cultivo de la voluntad, que implica piedad y virtud.

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Este tema pertenece al Capítulo 01 de la Escuela de Vida Interior; la serie completa de los diez temas de este Capítulo 01 está aquí:

is.gd/vida_interior_01

La serie de TODOS los temas de esta Escuela de Vida Interior está aquí:

is.gd/vidainterior