Ni ciego ni atolondrado

Acostúmbrate a elevar tu corazón a Dios, en acción de gracias, muchas veces al día. -Porque te da esto y lo otro. -Porque te han despreciado. -Porque no tienes lo que necesitas o porque lo tienes. Porque hizo tan hermosa a su Madre, que es también Madre tuya. -Porque creó el Sol y la Luna y aquel animal y aquella otra planta. -Porque hizo a aquel hombre elocuente y a ti te hizo premioso… Dale gracias por todo, porque todo es bueno.

No seas tan ciego o tan atolondrado que dejes de meterte dentro de cada Sagrario cuando divises los muros o torres de las casas del Señor. -El te espera. No seas tan ciego o tan atolondrado que dejes de rezar a María Inmaculada una jaculatoria siquiera cuando pases junto a los lugares donde sabes que se ofende a Cristo.

Más pensamientos de San Josemaría.

16 Palabras de Vida para jovenes

[Predicación en el Grupo “Mensajeros de Jesús” de La Paz, Bolivia – Septiembre de 2012.]

* No pongas tu orgullo en las circunstancias de tu origen, ni de ellas hagas excusas para tus errores.
* Aprender no te hace daño; aprende de todos: mayores, menores, enemigos y amigos–en ese orden.
* ¿Eres católico? Prepárate mental y emocionalmente para ser minoría. Sin complejos.
* Tres grandes escuelas empiezan con la letra S: soledad, silencio, sufrimiento.

* No esperes a que te contradigan para corregirte.
* Lo valioso sale de las mentes con capacidad de enfoque y resistencia. De las demás sale lo demás.
* Escoge: ¿vas a ser sólo consumidor toda tu vida? Si no, ¿qué vas a dejar que valga la pena?
* Tu lenguaje más perfecto es tu cuerpo; toda impureza te hace borroso ante ti mismo.

* Desconfía de los que venden millones de copias de la receta para ser original.
* Quien te invita a rebelarte contra todo quiere adueñarse totalmente de ti.
* La verdadera grandeza no se construye humillando a nadie; tampoco a ti.
* Vuelve a menudo a esta pregunta: ¿qué bien estoy haciendo a mis amigos?

* Si hay una edad en la que tienta más la soberbia, esa es la edad que necesita más rendirse ante Dios.
* No puedes darle la espalda a Jesucristo sin dar la espalda a lo mejor de ti.
* Busca la verdad hasta el fondo: encontrarás que nada hay más alegre que un católico coherente.
* Toma en serio tu fe. Eso significa: dale de tu tiempo, tu dinero y tu afecto.

Vivir en la presencia de Dios

Los hijos… ¡Cómo procuran comportarse dignamente cuando están delante de sus padres! Y los hijos de Reyes, delante de su padre el Rey, ¡cómo procuran guardar la dignidad de la realeza! Y tú… ¿no sabes que estás siempre delante del Gran Rey, tu Padre-Dios?

No tomes una decisión sin detenerte a considerar el asunto delante de Dios.

Es preciso convencerse de que Dios está junto a nosotros de continuo. -Vivimos como si el Señor estuviera allá lejos, donde brillan las estrellas, y no consideramos que también está siempre a nuestro lado. Y está como un Padre amoroso -a cada uno de nosotros nos quiere más que todas las madres del mundo pueden querer a sus hijos-, ayudándonos, inspirándonos, bendiciendo… y perdonando. ¡Cuántas veces hemos hecho desarrugar el ceño de nuestros padres diciéndoles, después de una travesura: ¡ya no lo haré más! -Quizá aquel mismo día volvimos a caer de nuevo… Y nuestro padre, con fingida dureza en la voz, la cara seria, nos reprende…, a la par que se enternece su corazón, conocedor de nuestra flaqueza, pensando: pobre chico, ¡qué esfuerzos hace para portarse bien! Preciso es que nos empapemos, que nos saturemos de que Padre y muy Padre nuestro es el Señor que está junto a nosotros y en los cielos.

Más pensamientos de San Josemaría.

Cristo en tu casa, 2 de 2

[Predicación para un grupo de parejas, en la Parroquia de María Reina, en Guayaquil, Ecuador. Septiembre de 2012.]

* Podemos examinar la acogida que damos a Cristo sobre la base de un recorrido por la propia casa. En los distintos lugares, como las alcobas, el garaje, la sala de televisión o la cocina, se plantean distintas preguntas que nos ayudan a descubrir si el señor reina en el hogar.

El poder de un buen proposito

¡Ahora! Vuelve a tu vida noble ahora. -No te dejes engañar: “ahora” no es demasiado pronto… ni demasiado tarde.

¿Quieres que te diga todo lo que pienso de “tu camino”? -Pues, mira: que si correspondes a la llamada, trabajarás por Cristo como el que más: que si te haces hombre de oración, tendrás la correspondencia de que hablo antes y buscarás, con hambre de sacrificio, los trabajos más duros… Y serás feliz aquí y felicísimo luego, en la Vida.

Esa llaga duele. -Pero está en vías de curación: sé consecuente con tus propósitos. Y pronto el dolor será gozosa paz.

Estás como un saco de arena. -No haces nada de tu parte. Y así no es extraño que comiences a sentir los síntomas de la tibieza. -Reacciona.

Más pensamientos de San Josemaría.