[Reflexión durante una peregrinación a Lisieux, con algunos amigos hispanohablantes y de lengua francesa. Junio de 2014.]
* Los santos no son solamente episodios de la gracia: son respuestas de Dios a momentos específicos de la vida de la Iglesia y la sociedad. Esto se cumple muy visiblemente en la historia de Santa Teresa del Niño Jesús.
* El positivismo reinante en el siglo XIX desprecia la fe y quiere entronizar la razón escéptica, crítica e individualista como única fuente de certeza. Frente a esa arrogancia, la humildad de Teresa y su capacidad de confiar en Dios como Padre es una sonrisa y es una respuesta.
* El camino de Teresa trae sugerencias específicas a nuestra vida:
1. No des a Dios por ya conocido.
2. Descubre tus motivaciones y no te tomes excesivamente en serio.
3. Avanza hasta llegar al agradecimiento y la confianza.
[Retiro espiritual con un Grupo de Biblia y Evangelización de la Parroquia de María Reina, en Puerto Azul, Guayaquil.]
Tema 2 de 2: Algunas sugerencias prácticas
* El lugar primero y privilegiado de la Palabra de Dios es la familia. Si la familia no cumple su función de evangelización, mal pueden reemplazarla la parroquia o la escuela.
* Dentro de la familia hay roles básicos, que corresponde de un modo muy profundo a la psicología y el ser del hombre y de la mujer: el hombre ayuda preferencialmente en las fases propias del “entender” mientras que la mujer ayuda particularmente en las fases del “aplicar.”
* La llegada de la Palabra al hogar es un proceso que no debe violentarse. Ayudas posibles: utilizar textos en afiches oportunos; las dedicatorias en las tarjetas; la presencia física de la Biblia en lugar visible y solemne; el hacer lecturas de pasajes escogidos para fechas especiales.
* Pero lo que más ayuda es estar llenos de la Palabra de Dios, de modo que en el día a día de la familia los pasajes bíblicos se mencionen y apliquen con naturalidad y calen en el corazón.
* Todo ello requiere de un ambiente en el que no abunden las imágenes pero sí estén presentes como lugares de referencia, estética y sobre todo, oración.
Eres, entre los tuyos -alma de apóstol-, la piedra caída en el lago. -Produce, con tu ejemplo y tu palabra un primer círculo… y éste, otro… y otro, y otro… Cada vez más ancho. ¿Comprendes ahora la grandeza de tu misión?
¿Brillar como una estrella…, ansia de altura y de lumbre encendida en el cielo? Mejor: quemar, como una antorcha, escondido, pegando tu fuego a todo lo que tocas. -Este es tu apostolado: para eso estás en la tierra.
Servir de altavoz al enemigo es una idiotez soberana; y, si el enemigo es enemigo de Dios, es un gran pecado. -Por eso, en el terreno profesional, nunca alabaré la ciencia de quien se sirve de ella como cátedra para atacar a la Iglesia.
¡Galopar, galopar!… ¡Hacer, hacer!… Fiebre, locura de moverse… Maravillosos edificios materiales… Espiritualmente: tablas de cajón, percalinas, cartones repintados… ¡galopar!, ¡hacer! -Y mucha gente corriendo: ir y venir. Es que trabajan con vistas al momento de ahora: “están” siempre “en presente”. -Tú… has de ver las cosas con ojos de eternidad, “teniendo en presente” el final y el pasado… Quietud. -Paz. -Vida intensa dentro de ti.
Todo aquello en que intervenimos los pobrecitos hombres -hasta la santidad- es un tejido de pequeñas menudencias, que -según la rectitud de intención- pueden formar un tapiz espléndido de heroísmo o de bajeza, de virtudes o de pecados.
¿Te has parado a considerar la suma enorme que pueden llegar a ser “muchos pocos”?
¿No has visto las lumbres de la mirada de Jesús cuando la pobre viuda deja en el templo su pequeña limosna? -Dale tú lo que puedas dar: no está el mérito en lo poco ni en lo mucho, sino en la voluntad con que lo des.
No me seas… tonto: es verdad que haces el papel -a lo más- de un pequeño tornillo en esa gran empresa de Cristo. Pero, ¿sabes lo que supone que el tornillo no apriete bastante o salte de su sitio?: se aflojarán piezas de más tamaño o caerán melladas las ruedas. Se habrá entorpecido el trabajo. -Quizá se inutilizará toda la maquinaria. ¡Qué grande cosa es ser un pequeño tornillo!
[Serie de catequesis para las Monjas Dominicas del Monasterio de la Madre de Dios, en Baeron, Jenchen, Corea del Sur. Cada predicación fue traducida del español al coreano frase por frase, lo cual da un ritmo diferente a esta serie.]
Tema 16 de 16: El amor como centro de la vida cristiana
* El amor es la gran síntesis de la vida cristiana; pero no se trata de cualquier amor. De lo que se trata es de amar como Dios ama. Tal es la obra del Espíritu Santo en nosotros.
* El Espíritu permanece activo en nosotros: así como el Fuego no existe sino quemando, el Espíritu está en nosotros amando y santificando.
* Los adjetivos principales de ese amor son: universal, profundo, permanente, fecundo y poderoso.
Las almas grandes tienen muy en cuenta las cosas pequeñas.
Porque fuiste “in pauca fidelis” -fiel en lo poco-, entra en el gozo de tu Señor. -Son palabras de Cristo. -“In pauca fidelis!…” -¿Desdeñarás ahora las cosas pequeñas si se promete la gloria a quienes las guardan?
No juzgues por la pequeñez de los comienzos: una vez me hicieron notar que no se distinguen por el tamaño las simientes que darán hierbas anuales de las que van a producir árboles centenarios.
¿Has visto cómo levantaron aquel edificio de grandeza imponente? -Un ladrillo, y otro. Miles. Pero, uno a uno. -Y sacos de cemento, uno a uno. Y sillares, que suponen poco, ante la mole del conjunto. -Y trozos de hierro. -Y obreros que trabajan, día a día, las mismas horas… ¿Viste cómo alzaron aquel edificio de grandeza imponente?… -¡A fuerza de cosas pequeñas!
[Serie de catequesis para las Monjas Dominicas del Monasterio de la Madre de Dios, en Baeron, Jenchen, Corea del Sur. Cada predicación fue traducida del español al coreano frase por frase, lo cual da un ritmo diferente a esta serie.]
Tema 4 de 16: Antropología Cristiana básica
* La gracia quiere tocar todos los aspectos de nuestra vida. Es fácil parcializarse, concentrándose en un solo aspecto del Evangelio, por ejemplo: la justicia. No todos podemos hacer todo, pero a todos nos tiene que interesar todo en la vida cristiana.
* ¿Cómo hacer un “inventario” de lo que somos y tenemos? San Agustín acude a la imagen de las “potencias” del alma: memoria, inteligencia y voluntad.
* La inteligencia busca la verdad, y es la verdad la que abre el ser a nosotros; es decir, la que nos da poder sobre aquello que es, y también sobre nosotros mismos.
* La voluntad mira hacia el amor. La voluntad es entonces “motor” de la vida. Tanto la inteligencia sin voluntad como la voluntad sin inteligencia dejan en frustración la vida humana.
* La memoria nos conserva en el propio ser. Es una potencia porque las cosas que vamos recordando marca la dirección de lo que vemos y de lo que seremos.
* El mismo Agustín ve una proporción entre esas potencias propias del ser humano y el ser mismo de Dios: nuestra memoria está hecha para atesorar las obras del poder de Dios Padre; nuestra inteligencia ha de buscar la sabiduría de Dios Hijo; nuestra voluntad ha de dejarse colmar de la riqueza y dulzura de amor de Dios Espíritu Santo.
* No llegamos a esa plenitud divina por nuestra propia iniciativa o gusto solamente. Sólo en Cristo-Camino hay camino para llegar al Padre y para ser de verdad hombres y mujeres de espíritu.