En el mundo sin ser del mundo

Con tu conducta de ciudadano cristiano, muestra a la gente la diferencia que hay entre vivir tristes y vivir alegres; entre sentirse tímidos y sentirse audaces; entre actuar con cautela, con doblez… ¡con hipocresía!, y actuar como hombres sencillos y de una pieza. -En una palabra, entre ser mundanos y ser hijos de Dios.

No se puede separar la religión de la vida, ni en el pensamiento, ni en la realidad cotidiana.

De lejos -allá, en el horizonte- parece que el cielo se junta con la tierra. No olvides que, donde de veras la tierra y el cielo se juntan, es en tu corazón de hijo de Dios.

Más pensamientos de San Josemaría.

Claves cristianas de vida en sociedad

Esta es tu tarea de ciudadano cristiano: contribuir a que el amor y la libertad de Cristo presidan todas las manifestaciones de la vida moderna: la cultura y la economía, el trabajo y el descanso, la vida de familia y la convivencia social.

Un hijo de Dios no puede ser clasista, porque le interesan los problemas de todos los hombres… Y trata de ayudar a resolverlos con la justicia y la caridad de nuestro Redentor. Ya lo señaló el Apóstol, cuando nos escribía que para el Señor no hay acepción de personas, y que no he dudado en traducir de este modo: ¡no hay más que una raza, la raza de los hijos de Dios!

Más pensamientos de San Josemaría.

Regalo perdurable

[Predicación en la parroquia de San José en New Brunswick, NJ.]

* En distintas ocasiones del año damos y recibimos regalos. ¿Qué queda de todo ello? Hoy nos preguntamos cuál es el regalo perdurable. Y descubrimos que sólo aquel que acoge y sigue con amor la voluntad de Dios ha marcado una verdadera diferencia en su vida.

* Siguiendo algunos textos fundamentales del Evangelio, y algunas palabras sabias de varias mujeres santas, meditamos en cinco puntos:

1. Los obstáculos mayores no están afuera sino adentro. Lo más importante en la vida no son las acciones sino las reacciones.

2. Es más seguro el camino de las espinas y las dificultades. Con facilidad la prosperidad sin tropiezos nos vuelve desagradecidos primero y arrogantes e incrédulos después.

3. Desconfía de tu necesidad de recibir un pago por cada esfuerzo.Más allá del inmediatismo, todo lo humano requiere el verbo cultivar.

4. Sufrir pasa pero haber sufrido queda. No pierdas las lecciones y tesoros que vienen de las etapas duras del camino.

5. No existe la evangelización en masa: cada persona debe ser engendrada en Cristo y acompañada.

LA GRACIA del Domingo 15 de Noviembre de 2015

DOMINGO XXXIII DEL TIEMPO ORDINARIO, CICLO B

La Iglesia nos invita como creyentes a darle profundidad y seriedad a nuestra vida, evaluando qué estamos haciendo, cómo estamos viviendo y a quién estamos sirviendo.

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