La vida se vuelve distinta cuando buscamos en otras personas lo bueno y lo que podemos aprender de ellas.
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Alimento del Alma: Textos, Homilias, Conferencias de Fray Nelson Medina, O.P.
La vida se vuelve distinta cuando buscamos en otras personas lo bueno y lo que podemos aprender de ellas.
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Pidamos a Dios que obre en nosotros para que seamos testigos de la verdad, desenmascarando tantas mentiras levantadas contra la Iglesia.
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Es deber de máxima gravedad advertir qué y quiénes están llevando a las personas a la muerte eterna, y que además se descubran las fuentes de verdadera salvación.
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Un breve estudio sobre las preguntas que Jesucristo hace en la Pasión según San Juan: sus interrogantes excava en niveles muy profundos del corazón humano.
Mientras interpretes con mala fe las intenciones ajenas, no tienes derecho a exigir comprensión para ti mismo.
¿Será cierto que -desgraciadamente- abundan los que faltan a la justicia con sus calumnias y, después, invocan la caridad y la honradez, para que su víctima no pueda defenderse?
¿Te das cuenta de lo que supone que tú seas o no una persona con sólida preparación? -¡Cuántas almas!… -¿Y, ahora, dejarás de estudiar o de trabajar con perfección?
Existen dos maneras de llegar alto: una -cristiana-, por el esfuerzo noble y gallardo de subir para servir a los demás; y otra -pagana-, por el esfuerzo bajo e innoble de hundir al prójimo.
Los “ambiciosos” -de pequeñas personales ambiciones miserables- no entienden que los amigos de Dios busquen “algo”, por servicio, y sin “ambición”.
[Predicación en el EPTC –Encuentro de Preparación para el Tiempo de Cuaresma– edición XVIII de la Diócesis de Penonomé, en Panamá]
Tres son las máscaras que más usamos, y es bueno averiguar por qué, y cómo superarlas:
Agresividad
Indiferencia
Superficialidad
Interesante descubrir cuánto poder tiene en ellas el miedo, y luego descubrir cómo Cristo nos libera de ESE miedo.
“La mayor misericordia es decir la verdad a las personas y ponerlas frente a la verdad de la fe y de los principios morales. Esto es una misericordia exquisita porque si uno no lo hace es cómo ayudar a las personas a caer.” (Cardenal Piacenza, Penitenciario Mayor en el Vaticano)
Más cómodo que investigar es escribir contra los que investigan, o contra los que aportan nuevos descubrimientos a la ciencia y a la técnica. -Pero no hemos de tolerar que, además, esos “críticos” pretendan erigirse en señores absolutos del saber y de la opinión de los ignorantes.
Te molesta herir, crear divisiones, demostrar intolerancias…, y vas transigiendo en posturas y puntos -¡no son graves, me aseguras!-, que traen consecuencias nefastas para tantos. Perdona mi sinceridad: con ese modo de actuar, caes en la intolerancia -que tanto te molesta- más necia y perjudicial: la de impedir que la verdad sea proclamada.
Nunca es fanatismo querer cada día conocer mejor, y amar más, y defender con mayor seguridad, la verdad que has de conocer, amar y defender. En cambio -lo digo sin miedo- caen en el sectarismo los que se oponen a esta lógica conducta, en nombre de una falsa libertad.
Algunos no oyen -no desean oír- más que las palabras que llevan en su cabeza.
Para tantos, la comprensión que exigen a los demás consiste en que todos se pasen a su partido.
No puedo creer en tu veracidad, si no sientes desazón, ¡y desazón molesta!, ante la mentira más pequeña e inocua, que nada tiene de pequeña ni de inocua, porque es ofensa a Dios.
Creas a tu alrededor un clima artificial, de desconfianza, de sospecha, porque, cuando hablas, causas la impresión de jugar al ajedrez: cada palabra, pensando en la cuarta jugada posterior. Fíjate que el Evangelio, al relatar la triste figura cautelosa e hipócrita de los escribas y fariseos, refiere que hacían preguntas a Jesús, le exponían cuestiones, «ut caperent eum in sermone» -¡para retorcer sus palabras! -Huye de ese comportamiento.
Hacías tu oración delante de un Crucifijo, y tomaste esta decisión: más vale sufrir por la verdad, que la verdad tenga que sufrir por mí.
MEMORIA SAN JUSTINO MÁRTIR
Que la memoria de San Justino nos aliente en la búsqueda valiente de la verdad, a un encuentro pleno con Jesucristo Nuestro Señor.
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Tres tipos de coherencia: la interior, que es autenticidad; la exterior, que es responsabilidad; y la integral, que es apego a Dios y a su plan de amor.
Piénsalo bien: ser transparente consiste más en no tapar que en querer hacer ver… Se trata de permitir que se distingan los objetos que hay en el fondo de un vaso, y no de esforzarse en volver visible el aire.
Que obremos siempre de tal manera, en la presencia de Dios, que no tengamos que ocultar nada a los hombres.
¿Un medio para ser franco y sencillo?… Escucha y medita estas palabras de Pedro: «Domine, Tu omnia nosti…» -Señor, ¡Tú lo sabes todo!
¿Qué diré?, me preguntas [al sacerdote director espiritual] al comenzar a abrir tu alma. Y, con segura conciencia, te respondo: en primer lugar, aquello que querrías que no se supiera.
Has entendido en qué consiste la sinceridad cuando me escribes: “estoy tratando de acostumbrarme a llamar a las cosas por su nombre y, sobre todo, a no buscar apelativos para lo que no existe”.