Entrevista con el Card. Bertone, para conocer la otra versión

“Ahí está la Casa di Santa Marta, donde vive el papa Francisco. Allí abajo, el monasterio donde se ha retirado el papa Ratzinger. Y ésta es la terraza del escándalo”.

Paseo por la azotea del Palazzo San Carlo con el hombre que durante ocho años ha sido la persona más poderosa del Vaticano después del papa: el cardenal Tarcisio Bertone. El exsecretario de Estado del Vaticano ha sido muy criticado, acusado de ser el arquitecto y el titiritero de las intrigas más oscuras de la Curia. La luz del sol brilla sobre la cúpula de San Pedro, ese sol romano que ya anticipa la llegada de la privamera. Durante meses, se ha dado por hecho que esta terraza es parte del retiro dorado de Bertone: un apartamento de lujo de 700 metros cuadrados con vistas a Ciudad del Vaticano. Pero la terraza es comunitaria, y esta construcción fotografiada y publicada por la prensa da servicio a todo el Palazzo, y no tiene acceso directo al apartamento de Bertone. Él sonríe socarronamente.

“Un cardenal me dijo que este sería un magnífico lugar para relajarse y meditar. Pero no era yo quien decidía. A pesar de lo que se ha dicho y escrito, no me pertenece; es para el disfrute de todos los residentes del Palazzo”.

Bertone vive aquí abajo, en un apartamento del tercer piso que durante décadas ocupó Camillo Cibin, el legendario jefe de seguridad de Juan Pablo II. El condominio se parece a muchos otros del quartiere Prati, junto al Vaticano. A primera vista, la famosa y escandalosa casa de Bertone no tiene más de 300 metros cuadrados, que incluyen dos pequeñas estancias para su secretario, un salón, un largo pasillo, una capilla privada, un dormitorio, una cocina, un baño y una pequeña terraza con limoneros, olivos y jazmines. El estudio-biblioteca tiene su propia historia. Lo ocupa una gran mesa sin teléfono -“lo tengo en otra mesilla, lejos, porque es un lugar de trabajo y cuando trabajo no uso ni el móvil”-. Hay una vitrina de cristal donde el cardenal guarda sus preciados Fiats: pequeños modelos rojos del Ferrari Fórmula Uno, bufandas blanquinegras y balones de fútbol de la Juventus firmados por los jugadores. Pero también hay un modelo del Fórmula Uno de Mercedes. “Me la dio el presidente; se puso un poco celoso después de ver todos estos Ferraris”.

Durante años, Tarcisio Bertone prefirió guardar silencio frente a las acusaciones que le llovían. Pero ahora, a sus 80 años y cuando ya no está en la cúspide de la pirámide vaticana, ha decidido sacarse la espina: primero, enseñando su casa, donde esos modelos de coches son, quizá, su pertenencia más valiosa. Sobre los secretos y maquinaciones que se le han atribuido, dice estar “recopilando material”. Responderá a las acusaciones más graves escribiendo de su puño y letra la verdad sobre la larga y atormentada era que vivió a caballo entre tres papas, dos de los cuales son ahora sus vecinos. Continuar leyendo “Entrevista con el Card. Bertone, para conocer la otra versión”

Las 15 enfermedades de la Curia Vaticana

“El Papa Francisco tuvo su encuentro anual con la Curia Vaticana para intercambiar las felicitaciones de Navidad y en su discurso advirtió que si bien “es hermoso pensar en la Curia Romana como en un pequeño modelo de la Iglesia”, esta también está expuesta a enfermedades que debilitan el servicio a Cristo…”

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Página web renovada de la Santa Sede

A impulsos del vigor evangelizador del Papa Francisco, y con la colaboración, sin duda, de muchas personas, el sitio web de la Santa Sede se ha renovado notablemente en los últimos meses. Si hace un tiempo que no lo visitas, date una vuelta por la página web del Papa.

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Advertencia sobre las supuestas apariciones de Medjugorje

Por mandato de Mons. Müller, Arzobispo Prefecto de la Congregración para la Doctrina de la Fe, Mons. Viganó, Nuncio en Estados Unidos, ha remitido una carta a Mons. Jenkins, sacerdote Secretario General de la Conferencia Episcopal del país norteamericano, por la que se advierte a los obispos estadounidenses que la postura oficial de la Iglesia a día de hoy sobre las supuestas apariciones en Medjugorje, es la misma que expresaron en su día los obispos de la desaparecida Yugoslavia, en el sentido de que «no es posible establecer que hubo apariciones o revelaciones sobrenaturales».

Medjugorje

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La supuesta encuesta del Vaticano sobre gays y divorciados

¿Con esta insólita encuesta que está enviando el Vaticano a todo el mundo está la Iglesia preparando un cambio en su enseñanza sobre algunos temas morales, padre Nelson? ¿Está por fin “poniéndose al día” en temas en que la Iglesia ha ido siempre a la retaguardia y a la defensiva? Le pido una respuesta honesta y no simplemente una defensa de posturas preestablecidas. Gracias. -E.E.

* * *

Lo primero que hay que decir es que no es “insólito” que antes de un sínodo de obispos haya una encuesta. Es la práctica común por una razón muy sencilla: un sínodo acoge a obispos de muchos lugares del mundo y trata temas específicos. Es necesario preparar la reunión de la mejor manera y crear el ambiente que ayude a concentrarse en los temas más urgentes.

Lo segundo es que tampoco es cierto que la encuesta sea “a todo el mundo” como si se tratara de una “consulta a las bases.” Es una encuesta clara y unívocamente dirigida a los obispos. Al usar, seguramente de manera intencional, ese lenguaje de “pregunta a todos,” algunos medios de comunicación están creando la falsa expectativa de que la Iglesia tendrá que acoger la opinión de “la base,” a la manera como un partido político termina cambiando su plataforma ideológica si ve que una aplastante mayoría quiere un viraje. La Iglesia no es una democracia ni sus decisiones se toman por mayoría. La Cruz no fue definida por mayoría. La Eucaristía no salió de una votación. El pretender que hay que evangelizar a todas las naciones no es el fruto de plebiscitos realizados en todas las naciones. Así que quitemos esa idea de que el Papa Francisco “por fin” está democratizando lo que no es democratizable ni tiene por qué serlo.

Lo tercero, ¿tiene la Iglesia que ponerse al día con el mundo, o debe el mundo convertirse al Evangelio? A ver, situémonos en el siglo I. Suponte que eres el apóstol Pablo. Vas a cualquier puerto del mediterráneo y ves todo tipo de prácticas gays, divorcios y brujerías. ¿Tiene Pablo que adaptar lo que cree para que sea “aceptable” por personas que definitivamente disfrutan su modo de vida?

Y lo cuarto, ¿es represivo mostrar el camino del Señor? Decía San Alfonso María de Ligorio: “¿Pesan al ave sus alas? ¡Y sin ellas no puede levantarse!” El camino de la Iglesia no tiene que ser lo que gusta al mundo. Los Papas, incluyendo por supuesto a Francisco, han repetido a todos, y muy particularmente a los jóvenes, que para ser cristiano hay que aprender a ir contracorriente. Lo hizo Jesús. Lo vivieron los apóstoles y los mártires. No se espera algo menos ni más hermoso y noble para nosotros.

No tantas primaveras, por favor

Se necesitaba un nombre para el surgimiento, hace unos dos años, de una oleada de exitosas protestas en el Norte de África. Ver que el mundo podía superar los oscuros años de Gadaffi, y que Túnez o Egipto podían abrirse a posibilidades nuevas de gobierno fue como dejar atrás un largo invierno, y ver nacer una primavera. De modo explicable se volvió viral la expresión: “primavera árabe.”

floresComo suele suceder, el uso relativamente exitoso de un término conduce a una multitud de usos exagerados o forzados. Pero antes de continuar, nótese que cabe cuestionar qué tan primaveral ha sido la situación en varios de los lugares que han cambiado drásticamente su horizonte social en estos últimos 30 meses. Creo que varios analistas vieron en esas revueltas una expresión unánime y contundente de opción por la democracia, y luego, sobre la base presupuesta de que la democracia tiene que ser un gran bien, se sentaron a esperar a que en el mundo islámico se constituyeran partidos políticos, plataformas de pensamiento y elecciones populares, de modo que se pudiera decir que, ahora sí, esos pueblos han tomado responsablemente las riendas de su propio destino. No fue así. Los hechos están demostrando que parte del daño que un tirano deja en su caída es un país dividido no sólo por facciones sino por verdaderos odios. Y el odio no deja pensar; no admite diálogo; detesta los comicios justos.

Otro problema es que no resulta tan sencillo para un musulmán admitir que su voto, y por consiguiente: su palabra, valga lo mismo que el de un “infiel,” es decir, de un no-musulmán, y eso, por supuesto, incluye a los cristianos. De hecho, la idea de que hay ciudadanos de pleno derecho, y otros que nunca lo serán enteramente, resulta de lo más natural en buena parte del mundo árabe. Si en algunos de esos lugares una mujer no puede legalmente conducir un automóvil, pues ya puedes imaginarte si los cambios de la primavera árabe los harán a ellos muy semejantes a lo que nosotros solemos entender por una vida justa, libre y digna. Caso dramático, por ejemplo, el de Siria, donde no se ve un futuro brillante ni mejor para los cristianos, aunque cayera el régimen de Bashar al-Assad. Todo esto para decir que cantar triunfo, y sobre todo: triunfo “occidental,” en los países árabes es, cuando menos, muy apresurado.

A pesar de estas y otras ambigüedades, el término “primavera” gusta demasiado para ser relegado sin más. Ya algunos hablan de una “primavera vaticana,” aludiendo sin duda a lo se quiere esperar y también exigir a partir del modo “Francisco” de ser Obispo de Roma. En medio de las incertidumbres naturales de una transición, que además ha sido atípica, pueden leerse cosas como esta:

…en Europa viene haciendo camino el concepto Primavera Vaticana que nos es otra cosa que el resurgir o florecer de una iglesia cuyos dos últimos monarcas mantuvieron una tradición medieval. El papa emérito Benedicto XVI pese a lo plausible de su retiro dejo entrever los problemas que se ciernen sobre una iglesia anquilosada que no ha podido incorporar a los jóvenes, que no define y respeta el papel de las mujeres en su institución y en particular que no toma posición ante el sinnúmero de denuncias de abuso sexual soportado en una justicia civil tímida de poca reacción ante delitos cometidos.

Difícil sintetizar el número de mentiras, falsas premisas y medias verdades que trae ese artículo pero ya se ve qué pretenden los que usan el término de marras.

Hans Küng, que a mi entender es quien ha acuñado el “meme,” sintió el deber de ser más explícito en declaraciones anteriores:

La primavera árabe sacudió toda una serie de regímenes autoritarios. Ahora que ha dimitido el papa Benedicto XVI, ¿será posible que ocurra algo similar en la Iglesia católica, una primavera vaticana? Por supuesto, el sistema de la Iglesia católica, más que a Túnez o Egipto, se parece a una monarquía absoluta como Arabia Saudí. En ambos casos, no se han hecho auténticas reformas, sino concesiones sin importancia. En ambos casos, se invoca la tradición para oponerse a la reforma. En Arabia Saudí, la tradición solo se remonta a 200 años atrás; en el caso del papado, a 20 siglos.

Hay varias cosas que tienen en común estas dos llamadas primaveras, la árabe y la vaticana. En primer lugar, en ambos casos se cree que se trata de un avance de la democracia, y que lo democrático sólo puede ser bueno. En segundo lugar, muchos piensan que las redes sociales y los nuevos recursos de comunicación, tipo Internet o SMS, han sido y serán fundamentales en los cambios que vengan. Quizás con esa esperanza algunos abrieron una página en inglés sobre la Primavera Vaticana, la cual, a estas horas (finales del Viernes Santo) cuenta con la impresionante presencia y respaldo de… 52 personas. Permítaseme algo de ironía, pues el subtítulo de la tal página se traduce así: “Movimiento global para presionar al Papa Francisco y a la Iglesia Católica hacia acciones decisivas con respecto a la crisis por el abuso sexual de menores.”

floresLo que más me llama la atención es esa confianza ilimitada en los movimientos populares y en aquello que surja de la base, potenciado quizás por los medios de comunicación de la tecnología contemporánea. Esta gente de las primaveras de verdad cree que el poder de decisión y de acción reside en el pueblo. Y exactamente ese es el error bíblico, teológico e histórico fundamental. La Iglesia no nace del pueblo. No es entonces fruto de una transferencia parcial de poder al modo que el gobierno en una república civil recibe del constituyente primero, es decir, del pueblo la delegación para ejercer unas funciones legislativas, judiciales o ejecutivas.

Así que, por favor, no tantas primaveras. Bien nos basta con la primavera de eterna y bendita luz que resplandece en el Cuerpo del Resucitado.

La bella sorpresa del dia 13

La semana pasada vivimos días intensos, en la hermosa expectativa de la elección del sucesor de Benedicto XVI. Estoy seguro que muchos de nosotros oramos con fe y humilde corazón, implorando al Espíritu Santo el regalo de su luz para los Señores Cardenales, que tenían sobre sí la difícil tarea de discernir quién podría ser apto para la más alta responsabilidad que puede imaginarse sobre esta tierra. Después de sólo cinco escrutinios, la anhelada “fumata” blanca apareció en el cielo oscuro y lluvioso de Roma. Gritos de júbilo se alzaron inmediatamente de una ingente multitud de peregrinos que, apostados como centinelas del amor de todos, desafiaron el frío y la lluvia para ser los primeros en alegrarse y los primeros en saludar al Vicario de Jesucristo. Largos minutos hubo que esperar mientras el elegido se revestía, aceptaba luego el saludo y promesa de obediencia de sus cohermanos Cardenales, y por último se dirigía al balcón externo de la basílica de San Pedro, para saludar a su diócesis, Roma, y para bendecirnos a todos.

¡Qué gran sorpresa, escuchar el nombre del elegido, y oír inmediatamente el nombre que quiso para sí! El Papa Francisco, que desde ese 13 de Marzo bendito nos preside en la fe, tímido pero sonriente, daba las primeras señales de cómo será su servicio en la cátedra de Pedro. He aquí lo que aprendimos en pocos minutos con solo verle y escucharle en ese primer saludo.

1. Nos pidió orar por Benedicto XVI. Aprendemos que la Iglesia se renueva en las personas que sirven pero Ella misma permanece en fidelidad y continuidad profunda a su propio ser. No esperemos entonces esos grandes cambios que algunos quisieran, como si de repente la Iglesia dejara de ser lo que es y se volviera esclava de las modas o pareceres de cada época. En concreto, si alguna tenía ilusiones vanas en cambios con respecto a la enseñanza moral de la Iglesia en cuanto a la vida, la sexualidad o la familia, mejor que recapacite, porque no es la Iglesia la que tiene que cambiar, sino el mundo aprender de Ella.

2. Nos pidió que oráramos por él. Antes de bendecirnos, se inclinó para rogarnos que intercediéramos por su persona y su servicio. Es una lección hermosa de humildad que no resultará extraña para quienes conocían la trayectoria de Jorge Mario Bergoglio, ya desde su servicio a la Compañía de Jesús, y luego como obispo. La sencillez, la sobriedad, la austeridad, incluso, se han convertido en una especie de segunda naturaleza en él.

3. En sus breve discurso mencionó dos veces al Cardenal Vicario para la Diócesis de Roma. Entendemos que es un hombre que sabe y quiere delegar, trabajar en equipo, fomentar colegialidad. Por supuesto que conoce en quién recae la responsabilidad y no va a excusarse en decisiones de comité para quedar bien ante nadie. El Obispo de Roma es él, pero su estilo no será el de quien empuña el poder sino el de la mano que se extiende para crear y fortalecer verdadero espíritu de fraternidad.

Es importante que rodeemos con nuestro amor y oración al Sucesor de Pedro. Es importante que sepamos que son muchos sus enemigos, grandes los peligros, duro el combate. El Papa Francisco no puede estar solo. Nosotros estaremos junto a él, atentos a su palabra, discípulos de su corazón educado en la experiencia de buen jesuita, caritativo obispo, humilde testigo del amor de Dios que transforma y levanta.

Y por que la eleccion del Papa no es democratica?

Como millones de personas, he seguido los acontecimientos del Vaticano estos últimos días. Puede ser por mi formación como ingeniero pero la sensación que me deja tanto vestido sofisticado y tanto ceremonial es que las cosas en la Iglesia podría y deberían simplificarse mucho. De pronto llegó a mi cabeza esta pregunta: Si hay entre mil cien y mil doscientos millones de católicos en el mundo, cada uno de esos cardenales representa a cerca de diez millones de personas. ¡Diez millones! Eso es mucha gente. Y la pregunta es si la gente se siente representada por ellos. ¿De verdad hay diez millones que digan: “Ese es mi cardenal; él me representa,” y que lo digan para cada uno de los 115 cardenales? Por otro lado, y dado que ya contamos con tecnología muy avanzada para votaciones, ¿por qué no proceder a un sistema de votaciones directas? Entiendo que ya hay teólogos de avanzada que se han atrevido a proponerlo, primero para las diócesis y luego podría ser para el Papa mismo. ¿Por qué la Iglesia siempre tiene que dejar esa impresión de ser la rezagada, la que no termina de salir de la Edad Media, la que se aferra a antiguos rituales y privilegios? Me disculpa, fray nelson, que sea así abierto y sincero pero es que a veces creo que estas cosas deberían discutirse abiertamente, sin tanto secreto pontificio. – Javier K.

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La manera como se ha dado la historia de nuestros pueblos en Occidente nos hace pensar que la democracia es el mejor de los modos de gobernar o quizás el menos malo. Debe observarse, de entrada, que la democracia es un hecho social reciente, del cual deberíamos hablar más como un experimento en curso que como una realidad consolidada. Al hablar así no presumo que otras formas de gobierno civil, por ejemplo, la monarquía, sean preferibles necesariamente. Sólo quiero que entremos en la discusión con los ojos abiertos.

VotaciónPrecisamente por ser tan reciente, la democracia, globalmente hablando, presenta ya enfermedades de las que no sabemos si hay cura. Conviene mencionar sobre todo cinco.

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Ha llegado el fin de los tiempos?

[Predicación a la Comunidad Immáh, en Retiro el 10 de Marzo de 2013, en Bogotá.]

¿Ha llegado el fin de los tiempos?

* Hoy en día circula, especialmente por Internet, todo un cúmulo de mensajes de tipo apocalíptico, junto con las más diversas interpretaciones de esos mismos mensajes. Lo inusual de la renuncia de un Papa (Benedicto XVI), despierta curiosidad y preguntas en muchos, y tal es el ambiente que favorece ese tipo de mensajes.

* ¿De qué fuentes provienen esos mensajes? Hay en la Biblia el libro del Apocalipsis; existe también la literatura apocalíptica, dentro y fuera de la Biblia; y hay además una serie de mensajes, que se atribuyen a Jesús o a la Virgen, algunas veces con gran despliegue y aprobación, como es el caso de Fátima, otras veces con alcance más bien modesto, cual sucede con tantas manifestaciones privadas que tienen hoy en día no pocas personas, a las que se suele llamar “instrumentos.”

* Esos mensajes no son consistentes sino que se contradicen bastante. Algunos aseguran que Benedicto XVI fue el último Papa verdadero, de modo que su sucesor sería ya un instrumento del mal; otros en cambio aseguran que el Papa que suceda a Benedicto XVI será especialmente estricto, y por ello será rechazado. Algunos ven la renuncia del Papa como algo inusual pero dentro de lo explicable y normal; otros en cambio sostienen que el Papa fue obligado a renunciar o que se vio abrumado por traiciones, presiones y escándalos y por eso renunció.

* Muchos, en todo caso, creen que se puede hacer corresponder estos hechos de nuestra historia con los relatos del libro del Apocalipsis o con partes de los mensajes cifrados que supuestamente se hallan en revelaciones privadas. Según ellos, estaríamos entrando en una etapa de la historia que se llama “fin de los tiempos.”

* El problema es que esa manera de interpretar la literatura apocalíptica hace de los textos una especie de “guión” de cine que estaría sólo al alcance de gente muy perspicaz. Ambas presunciones parecen ajenas a la Biblia: una interpretación de correspondencia, o de guión de cine, supone una especie de fatalismo y viene a declarar como inútil la apertura del ser humano hacia la conversión. Según indicaba el entonces Cardenal Ratzinger, ya en el año 2000, las profecías son siempre condicionales, porque finalmente la ley último del actuar divino está en aquello de “No quiero la muerte del pecador, sino en que cambie de conducta y viva,” según dijo el profeta Ezequiel.

* Es más correcto y sano leer el Apocalipsis, y toda literatura de su tono, como una invitación perpetua a la conversión y la esperanza, sabiendo que las escenas allí descritas son como prototipos del actuar del mal en sus diversas fases, y anticipaciones también de la presencia salvífica del Dios que nunca deja de ser Dios. El anticristo, por ejemplo, es presentado en singular en el Apocalipsis mientras que San Juan, en su Primera Carta, habla de “muchos anticristos,” donde se ve que una lectura por “prototipos” es más correcta y cercana a la Biblia.

* Queda claro que somos apremiados en la tarea de la conversión y la fidelidad, pero no por vía de pánico ni de lecturas sofisticadas, que en todo caso estarían lejos de la comprensión de los más sencillos. Nuestra fidelidad y caridad al proclamar el Evangelio de salvación son la mejor manera de aguardar al Señor “hasta que vuelva.”

Una reflexion en torno al Sucesor de Pedro

Empiezo con un apunte gracioso. Quienes saben que también escribo para el portal compartido “Blogueros con el Papa” me han preguntado si se va a cambiar el nombre por “Blogueros con la Sede Vacante“…

Ya más en serio, este tiempo, aunque sea breve, invita a reflexionar sobre el Papa. Y aunque todo el mundo se pregunta quién será, hay otra pregunta mas fundamental: ¿Qué es un Papa?

Atardecer en la Plaza de San PedroNo es una pregunta ociosa. Hace poco me encontré con que, de acuerdo con un prestigioso académico norteamericano, Stephen Prothero, de Boston, “El Papa es irrelevante” [enlace en inglés]. Fidel Castro tampoco parece demasiado bien enterado, puesto que preguntó al hoy Papa Emérito, ¿Qué hace un Papa? John Tindel, brillante estudiante de relaciones económicas internacionales ha escrito una serie de argumentos según los cuales, de hecho, ya no se necesita un Papa [enlace en inglés]. La tesis de Tindel es que la existencia del Papa tenía sentido cuando las contiendas entre casas reales europeas requerían alguna forma de arbitraje, y además un código moral común. El mundo del siglo XXI ya no está en tal condición.

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Que hay que pensar de las supuestas profecias de San Malaquias

“Con el anuncio de la renuncia de Benedicto XVI, mucha gente habla de “la profecía de los Papas” atribuida a San Malaquías. Pero ¿qué importancia tiene esto? ¿Es algo que deba inquietar o quitar a la paz a los creyentes? Lo analizamos en 9 puntos, que siguen bastante de cerca un análisis del popular bloguero y evangelizador Jimmy Akin…”

San Malaquías

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Presiones disfrazadas de noticias

“En otro momento de la historia eran los Estados los que buscaban ejercer sus condicionamientos ante la elección de un Papa. Hoy en día es la opinión pública. Esta es la constatación que un comunicado de la Secretaría de Estado de la Santa Sede difundió el sábado 23 de febrero de 2013 a propósito de una creciente marea de publicaciones suscitadas a raíz de la renuncia de Benedicto XVI y el inminente Cónclave. Una de esas graves mentiras es la que publicó inicialmente la revista italiana Panorama sobre un informe privado presentando por una comisión de tres cardenales (Julián Herranz, Joseph Tomko y Salvatore De Giorgi) a Benedicto XVI, a raíz de la filtración de documentos en el Vaticano…”

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Que sucede cuando renuncia un Papa?

Varios amigos nos han preguntado: ¿Qué sucede cuando renuncia un Papa?

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Una excelente página dedicada al derecho Canónico sirve de base a nuestra respuesta, que vamos a limitar al caso que nos ocupa, es decir, cuando un Papa renuncia.

Se conoce como periodo de sede vacante el periodo que hay entre el momento en que se produce la vacante en la sede romana y la elección del siguiente sucesor de San Pedro. Este periodo ha sido regulado con detalle por la legislación canónica, teniendo en cuenta que se trata de un periodo delicado para la vida de la Iglesia.

En cuanto a la renuncia, el canon 332 § 2 da los requisitos para su validez:

Canon 332: Si el Romano Pontífice renunciase a su oficio, se requiere para la validez que la renuncia sea libre y se manifieste formalmente, pero no que sea aceptada por nadie.

Por lo tanto, la renuncia sería efectiva desde el momento en que se manifiesta formalmente. Desde el momento de producirse la vacante se aplica el principio de nihil innovetur, o que no se innove nada, según declara el canon 335:

Canon 335: Al quedar vacante o totalmente impedida la sede romana, nada se ha de innovar en el régimen de la Iglesia universal: han de observarse, sin embargo, las leyes especiales dadas para esos casos.

El periodo de sede vacante lo regula actualmente la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, de 22 de febrero 1996. Como se puede observar, esta Constitución Apostólica se ha aplicado solo una vez, en abril de 2005 a la muerte de Juan Pablo II, en el periodo de sede vacante del que salió elegido Benedicto XVI como Papa.

Potestad del Colegio de Cardenales en sede vacante

Durante el periodo de sede vacante -igual que en el caso de sede impedida- el criterio general es el de nihil innovetur: que no se innove nada. Como es sabido, el gobierno de la Iglesia se confía al Colegio de los Cardenales, solamente para el despacho de los asuntos ordinarios o de los inaplazables, y para la preparación de lo necesario para la elección del nuevo Papa. La misión del Colegio de Cardenales en este periodo es la organización del Cónclave, asegurar los derechos de la Sede Apostólica en este periodo y organizar las exequias del Papa fallecido.

De modo expreso la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis prohibe que el Colegio de Cardenales pueda hacer actos de disposición sobre los derechos de la Sede Apostólica y de la Iglesia Romana, así como modificar las leyes emanadas por los Romanos Pontífices. Al Colegio de Cardenales sí se le concede potestad para interpretar los puntos dudosos de la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis.

Algunos cargos durante la sede vacante

Por regla general, cesan en el ejercicio de sus cargos quienes ocupen funciones en la Curia Romana. Hay excepciones, al respecto. Este es el artículo 14. 1 de la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis:

Artículo 14. 1: Según el art. 6 de la Constitución apostólica Pastor Bonus, a la muerte del Pontífice todos los Jefes de los Dicasterios de la Curia Romana, tanto el Cardenal Secretario de Estado como los Cardenales Prefectos y los Presidentes Arzobispos, así como también los Miembros de los mismos Dicasterios, cesan en el ejercicio de sus cargos. Se exceptúan el Camarlengo de la Santa Iglesia Romana y el Penitenciario Mayor, que siguen ocupándose de los asuntos ordinarios, sometiendo al Colegio de los Cardenales todo lo que debiera ser referido al Sumo Pontífice.

El artículo 14. 2 indica que tampoco cesan en sus funciones el Cardenal Vicario General de la diócesis de Roma ni el Cardenal Arcipreste de la Basílica Vaticana y Vicario General para la Ciudad del Vaticano.

Si estuviera vacante el cargo de Cardenal Camarlengo o el de Penitenciario Mayor -o se produjera la vacante antes de la elección del sucesor del Romano Pontífice-, el artículo 15 establece el procedimiento para que el Colegio de Cardenales elija a otros Cardenales que ocupen estos cargos. En cambio, si la vacante fuera del Cardenal Vicario para la diócesis de Roma, no se elige sustituto: el artículo 16 establece qué persona ejercería sus funciones.

El Cardenal Camarlengo desarrolla amplias funciones en el periodo de sede vacante y en el Cónclave. Sus funciones son precisamente garantizar los derechos de la Sede Apostólica mientras dure la sede vacante. Tiene a su disposición un organismo de la Santa Sede, la Cámara Apostólica, cuyas funciones vienen definidas por la Constitución Apostólica Pastor Bonus en su artículo 171:

Artículo 171 §1. La Cámara Apostólica al frente de la cual está el cardenal Camarlengo de la Santa Iglesia Romana, con la ayuda del Vice-Camarlengo junto con los demás prelados de la Cámara, realiza sobre todo las funciones que le están asignadas por la ley peculiar sobre la Sede Apostólica vacante.

§ 2. Cuando está vacante la Sede Apostólica, es derecho y deber del cardenal Camarlengo de la Santa Iglesia Romana reclamar, también por medio de un delegado suyo, a todas las administraciones dependientes de la Santa Sede las relaciones sobre su estado patrimonial y económico, así como las informaciones sobre los asuntos extraordinarios que estén eventualmente en curso, y a la Prefectura de los Asuntos Económicos de la Santa Sede el balance general del año anterior, así como el presupuesto para el año siguiente. Está obligado a someter esas relaciones y balances al Colegio de Cardenales.

Se comprende, pues, que la legislación establezca las necesarias cautelas para procurar que el Cardenal Camarlengo ejerza plenamente sus funciones en todo caso. En cuanto al Cardenal Penitenciario, sus funciones se extiende a la concesión de absoluciones, dispensas, conmutaciones, sanciones, condonaciones y otras gracias tanto en el fuero interno como en el externo (cfr. Constitución Apostólica Pastor Bonus, artículos 117 y 118). El Legislador, al garantizar que siempre pueda desarrollar plenamente sus funciones ha pretendido asegurar que no se corten las fuentes de la gracia durante la sede vacante.