Volvere a Casa de mi Padre

VOLVERÉ A CASA DE MI PADRE

(Lc 15,18)

Y entrando en sí mismo dijo:’cuántos jornaleros en la casa de mi Padre tienen pan en abundancia, mientras yo aquí me muero de hambre. Me pondré en camino, volveré a casa de mi padre y le diré: padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no merezco llamarme hijo tuyo; trátame como a uno de tus jornaleros’ Se puso en camino y marchó a casa de su padre” (Lc 15, 17-20).

Les invito a iniciar una reflexión sobre la “Casa del Padre”, expresión del hijo menor. Esta reflexión nos hace pensar en la casa del padre del hijo menor, y nos llevará, también, a descubrir que la Casa del Padre es la mansión donde reposa nuestro Padre celestial, es el deseo de Dios que impulsa a todo hombre a regresar a él cuando se ha alejado. La Casa del Padre es un símbolo de Dios, un camino de ida y vuelta desde Dios hasta Dios. La fe nos promete la recuperación del paraíso mediante la conversión o la vuelta a nuestro Dios y Señor.

Continuar leyendo “Volvere a Casa de mi Padre”

184. Ecologia del Espiritu

184.1. En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

184.2. La ecología está recordando a los hijos de los hombres que comparten un mismo espacio, y por consiguiente, que tienen un deber compartido de cuidar y aprovechar de manera racional los bienes de la naturaleza. Ningún individuo singular y ningún estado particular tienen el derecho de gastar todo el aire puro disponible. Otro tanto hay que decir del agua, de la capa de ozono y de todos aquellos bienes que todos necesitan.

Continuar leyendo “184. Ecologia del Espiritu”

La RECONCILIACION DEL HIJO CON EL PADRE

La RECONCILIACIÓN DEL HIJO CON EL PADRE

Partiendo del tema anterior les propongo tratar el tema sobre la reconciliación de los hijos con su padre. La reconciliación entre padre e hijo es un asunto de vital importancia en nuestro tiempo. Hablaremos sobre la necesidad de que padres e hijos compongan su relación y de algunas sugerencias útiles sobre cómo podemos realizar esta sanación intergeneracional.

Continuar leyendo “La RECONCILIACION DEL HIJO CON EL PADRE”

Dejense reconciliar con Dios

DEJENSE RECONCILIAR CON DIOS

Y entrando en sí mismo dijo: cuántos jornaleros en la casa de mi Padre tienen pan en abundancia, mientras yo aquí me muero de hambre. Me levantare, me pondré en camino” (Lc 15, 17-18).

Les invito a iniciar una reflexión sobre el corazón humano como principio de reconciliación, capaz de realizar un proceso de regreso, si es tocado por el mismo Señor, dador de este inestimable don. En el corazón del hijo menor ha quedado el recuerdo del amor que un día el padre depositó en él. Reconciliarse con el Padre significa reconocer el amor recibido de Él y que hoy no funciona, reconocer que algo no ha estado bien en las relaciones con Él en el pasado. Significa además que hay un interés en restablecer las relaciones con Él ahora y en el futuro. Los dos hijos de la parábola, en las relaciones con su padre y en sus mutuas relaciones, tienen que romper con los últimos años de vida, para poder entrar en el futuro con la recobrada dignidad de hijos. El menor se dejó encontrar por el padre, cambió su estilo de vida e hizo de la casa paterna su nueva y definitiva morada. De la misma manera nuestra reconciliación con Dios mira a la vida que nos queda para hacer el bien, y se proyecta sobre todo hacia la otra vida. Me reconcilio ahora, pero los efectos tienen que prolongarse en el futuro; sin esta eficacia hacia el futuro, reconciliarse no deja de ser una palabra bonita, pero hueca, sin repercusiones eficientes, y por consiguiente una auténtica frustración.

Continuar leyendo “Dejense reconciliar con Dios”

182. El Vientre de la Tierra

182.1. Más de una vez la Biblia compara a la tierra con un “vientre.” Texto impresionante en este sentido es el de Job: “desnudo salí del vientre y desnudo volveré a él” (Job 1,21). Es posible que una resonancia de este modo de hablar esté presente en la extraña pregunta de Nicodemo, que sin esta consideración resulta sólo ridícula: “¿Es que acaso puede el hombre volver a entrar al seno de su madre y volver a nacer?” (Jn 3,4). Cuando lees esa pregunta con tus ojos y desde tu perspectiva moderna lo que parece raro, y en donde queda el acento, es en eso de “volver a entrar al seno de su madre,” pues es obvio que tal “entrada” repugna al pensamiento y es desagradable a la humana imaginación. La verdad es que la pregunta del “maestro de Israel” (cf. Jn 3,10) no viene a proponer una cosa tan absurda. Su acento no está ahí sino en lo que sigue, como si dijera: “¿Es que acaso un hombre, vuelto al seno de su madre, puede volver a nacer?”: es decir: “Una vez que el hombre lo ha perdido todo —pues esta es la obra de la muerte, que te devuelve al seno de tu “madre,” la tierra— puede tener un nuevo comienzo?.” De ahí la respuesta de Cristo: el nuevo nacimiento se da por el agua y el Espíritu.

Continuar leyendo “182. El Vientre de la Tierra”

181. Las Virtudes de Jose

181.1. En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

181.2. Extranjero y lejano permaneció el pecado; lejano y extraño a la casa de Nazareth. No había espacio en aquella casa porque ya estaba toda llena. Llegó el demonio y quiso entrar en ella, pero repleta de virtudes y de amor colmada no tuvo por donde entrar, y sólo de lejos pudo amenazarla, más por declarar su derrota que por adelantar algo en su victoria.

Continuar leyendo “181. Las Virtudes de Jose”

180. Las Estrellas

180.1. En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

180.2. En su amor providente, Dios da ciertas señales para la inteligencia, pero también ofrece dulces arras a la voluntad. No es negro el firmamento en tal manera que no haya luz de algunas estrellas. Esas estrellas son una hermosa imagen de lo que Dios hace cuando te hace pregustar lo que Él mismo dará más adelante.

Continuar leyendo “180. Las Estrellas”

179. Una Siembra Generosa

179.1. Hay dos maneras de medir los esfuerzos. Según el tamaño de tus posibilidades, y según el tamaño de las necesidades. Los principiantes y los mediocres, todo lo miden de acuerdo con sus recursos, y no piensan en otra cosa, como si Dios tuviera que obrar según las medidas humanas. Los avanzados en la vida espiritual y los verdaderos amigos de Dios en todo consideran sobre todo lo que aún hace falta, y por eso parecen incansables, y en cierto modo lo son, pues no laboran sólo con sus energías sino con la fuerza y la vida que les vienen de Dios.

Continuar leyendo “179. Una Siembra Generosa”

SANAR LA RELACION HIJO – PADRE

Les invito a reflexionar sobre un aspecto poco desarrollado de la parábola del Hijo Pródigo. Es un aspecto muy actual en nuestra sociedad posmoderna, la sociedad del divorcio. En general no se ha hecho hincapié en las relaciones que se están dando entre padres e hijos. Se ha destacado el significado espiritual de la parábola; vale la pena resaltar este aspecto, muy actual. La parábola es la historia de una reconciliación entre padre e hijo, que habían roto sus relaciones. Sabemos cuán vital es la reconciliación entre ellos para el logro de su felicidad.

Continuar leyendo “SANAR LA RELACION HIJO – PADRE”

178. Resistid al Diablo

178.1. En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

178.2. En la Carta de Santiago te encuentras una invitación sorprendente: “Resistid al diablo…” (St 4,7); aún más impresionante es la consecuencia que se sigue: “…y huirá de vosotros” (St 4,7).

178.3. ¿Qué más quería la raza de los hijos de Adán sino una promesa así? Cuando miras en tu imaginación a tantos pueblos esclavos del miedo a los poderes de los cielos —que no son el Cielo, sino “los aires,” como te enseña Pablo (Ef 2,2)—; cuando miras con qué opresión se arrastran las mentes dominadas por la superstición o cualquier forma de idolatría; cuando descubres a la Humanidad entera bajo chirriantes cadenas de todas las formas de pecado, dime: ¿no te resulta de lo más admirable que haya un texto bíblico que te diga que tú mismo, o cualquiera de tus hermanos los hombres, puede poner en retirada al que es autor principal de toda esa catástrofe que hace gemir al Universo? ¿No es asunto que amerita extensa meditación, prolongada gratitud y cumplida alabanza? Pues eso es lo que se te dice: “huirá de vosotros.” Esta vez será él quien tendrá que huir, cumpliendo plenamente lo que dijo Nuestro Adorable Señor Jesucristo: “Yo veía a Satanás caer del Cielo, como un rayo…” (Lc 10,18).

Continuar leyendo “178. Resistid al Diablo”

DE LA HUMILLACIÓN A LA HUMILDAD

DE LA HUMILLACIÓN A LA HUMILDAD

(Lc 15,14-15)

 Cuando hubo gastado todo, sobrevino un hambre extrema en aquel país, y comenzó a pasar necesidad. Entonces, fue y se ajustó con uno de los ciudadanos de aquel país, que le envió a su finca a cuidar puercos“.

La parábola, nos lleva a reflexionar sobre las humillaciones que tuvo que aceptar el hijo menor, sin quererlas, pero que le llevaron a descubrir en su interior la realidad del amor, la experiencia que había vivido cuando estaba cerca de su padre y la necesidad de regresar donde él. Mientras estuvo en su casa estuvo amado y sostenido por su padre, pero cuando, lleno de orgullo y de dinero, determinó vivir su propia vida y se alejó de su padre, su vida se fue desmoronando poco a poco. Despilfarrada su herencia, ya no tuvo medios para poder conseguir el sustento y así tuvo que aceptar una cantidad de humillaciones para conseguirlo, sin poder lograrlo. La carestía y la necesidad eran tan grandes que este pobre muchacho quiso alimentarse de lo que comen los cerdos.

Continuar leyendo “DE LA HUMILLACIÓN A LA HUMILDAD”

177. Inspiración

177.1. En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

177.2. ¿Qué es una inspiración? No sin motivo tú has dicho varias veces que estos mensajes son “inspirados.” Para la mayoría de las personas, y eso tú lo sabes, la única forma de inspiración —en lo que toca a la fe, la Biblia y la religión— es la supresión de la capacidad mental o de la voluntad del sujeto que recibe esa inspiración.

177.3. Observa, sin embargo, que este modo de pensar más que de un “sujeto” está tratando de una especie de “objeto,” que permanece de tal modo pasivo, que no se diferencia mucho del lápiz o el papel que utiliza: es un puro “instrumento,” tan inerte como ellos.

Continuar leyendo “177. Inspiración”

UNA PARABOLA VIVIENTE

UNA PARABOLA VIVIENTE

(Lc 15,13-15; Gal 4,1-7; Jn 8, 31-42; Rm 7,14-24; Gen 1,27; 3,1-3)

Les invito a que profundicemos un poco más sobre las relaciones que pueden darse entre el hombre y Dios. Hagámoslo escuchando al Señor que nos habla desde la Sagrada Escritura. En al AT nos recuerda esa relación de familiaridad que existía entre Dios y su criatura y esa otra terrible relación de enemistad entre ellos que creó la desobediencia del hombre. También el mismo Jesús, en el NT, nos dirá, hablando con los judíos, que “todo el que comete el pecado es un esclavo y no se queda en casa para siempre, mientras el hijo se queda para siempre” (Jn 8,14). En ese mismo diálogo con los judíos, Jesús contrapone el esclavo, que ha perdido la libertad con el hijo, que es libre y permanece siempre libre. Así como la fe llevó a Abraham a fiarse de la Palabra, que libera de la esclavitud del pecado, de la misma manera les invito a vivir la Palabra que nos llevará a permanecer en el Hijo y ser siempre hijos. San Pablo hace un comentario al respecto y dice que no existe una vía intermedia en nuestra relación con Dios y que solo podemos vivir como hijos o como esclavos.

El libro del Génesis reporta las palabras que pronunció el Padre al crear al hombre: “dijo Dios:llenen la tierra y sométanla; manden en los peces del mar y en las aves del cielo y en todos los animales de la tierra” (Gen 1,28). El hombre es creado por Dios para ser SEÑOR, para someter a toda criatura existente. La Biblia expresa esta verdad con las siguientes palabras: “sometan la tierra“.

Continuar leyendo “UNA PARABOLA VIVIENTE”

176. La Flor de tu Bautismo

176.1. Hay una palabra que resume bien todas mis invitaciones, exhortaciones y plegarias por ti: ¡evangelicemos! Con esa palabra en mente puedes y debes leer mi presencia en tu vida; con ella puedes y debes interpretar todos estos mensajes.

176.2. La verdad es que cuando fuiste creado, para el Evangelio fuiste creado. Esto no es nada extraño, pues de hecho todos los hombres han sido creados por Dios con la mirada puesta en su propio Hijo, el Divino Señor Nuestro, Jesucristo. Mas si te digo: “para el Evangelio fuiste creado” es porque el primer amor que Dios infundió en tu alma el día en que, para gozo de mi corazón, recibiste el bautismo, fue el amor a la obra misma de la gracia.

Continuar leyendo “176. La Flor de tu Bautismo”

EL AMOR DEL PADRE PERMANECE EN NUESTRO CORAZON

EL AMOR DEL PADRE PERMANECE EN NUESTRO CORAZON

(Lc 15, 12-24)

Les invito a reflexionar la sobre la fuerza que tiene el amor para cambiar el corazón. El hijo menor se había marchado dejando una cruz pesadísima sobre los hombros de su padre. El abandono del padre marca el inicio de su perdición. Aún así, pienso que el hijo menor se había alejado de la casa, pero el amor de su padre le había seguido; restos de ese amor permanecían aún en el corazón del hijo. Ahora, sumido en la más terrible soledad, y saturado de una experiencia dolorosa, reflexiona, busca dentro de sí y descubre, entre cenizas, ese misterioso y mágico amor y se encuentra con el para así terminar regresando a la casa paterna. Aunque la motivación inicial fuese la búsqueda de su propio provecho, fue la añoranza del amor del Padre, fue el recuerdo de su amor por el que comenzó el retorno, el regreso a sí mismo y el reencuentro con su padre. El recuerdo del padre y de su amor señala el comienzo de la recuperación del hijo, que se hallaba perdido.

La parábola expresa este filón, diciendo: “Entonces recapacitó, volvió en sí y dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen pan en abundancia, mientras que yo aquí me muero de hambre!”(v. 17). “Recapacitó”. ¡Qué actitud tan preciosa había adquirido al lado de su padre! Ahora ella le ayuda a encontrarse con su padre en su corazón. No han sido sus pecados, los que le llevan nuevamente al padre, es ese maravilloso amor que vivió a su lado el que le hace descubrir que su padre ha sido incapaz de abandonarlo. Conoce a su padre y sabe de su amor tan grande. El recuerdo de la casa paterna y la seguridad en el amor del padre le hacen concebir esa maravillosa expresión: “me levantaré iré a mi padre y le diré: he pecado contra el cielo y contra ti” (v.19). Es esta la palanca que lo saca del fondo a donde había caído y le pone en camino hacia el padre. La libertad sin control, el dinero, la abundancia, algunas amistades nos debilitan y nos pueden llevar hasta la muerte, pero siempre está el amor de nuestro Padre Dios esperándonos para redimirnos. Solo hace falta decidirse, levantarse y ponerse en camino hacia la casa del Padre para recibir el don de su amor. Es este el regalo de la conversión que, aceptado amorosamente, nos hace decidirnos a regresar al Padre.

Continuar leyendo “EL AMOR DEL PADRE PERMANECE EN NUESTRO CORAZON”