El plano de tu santidad

¡Has fracasado! -Nosotros no fracasamos nunca. -Pusiste del todo tu confianza en Dios. -No perdonaste, luego, ningún medio humano. Convéncete de esta verdad: el éxito tuyo -ahora y en esto- era fracasar. -Da gracias al Señor y ¡a comenzar de nuevo!

¿Que has fracasado? -Tú -estás bien convencido- no puedes fracasar. No has fracasado: has adquirido experiencia. -¡Adelante!

Que tu virtud no sea una virtud sonora.

El “non serviam” de Satanás ha sido demasiado fecundo. -¿No sientes el impulso generoso de decir cada día, con voluntad de oración y de obras, un “serviam” -¡te serviré, te seré fiel!- que supere en fecundidad a aquel clamor de rebeldía?

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En serio, la santidad

¡Cuántos crímenes se cometen en nombre de la justicia! Si tú vendieras armas de fuego y alguien te diera el precio de una de ellas, para matar con esa arma a tu madre, ¿se la venderías?… Pues ¿acaso no te daba su justo precio?… -Catedrático, periodista, político, hombre de diplomacia: meditad.

¡Dios y audacia! -La audacia no es imprudencia. -La audacia no es [simple] osadía.

No pidas a Jesús perdón tan sólo de tus culpas: no le ames con tu corazón solamente… Desagráviale por todas las ofensas que le han hecho, le hacen y le harán…, ámale con toda la fuerza de todos los corazones de todos los hombres que más le hayan querido. Sé audaz: dile que estás más loco por El que María Magdalena, más que Teresa y Teresita…, más chiflado que Agustín y Domingo y Francisco, más que Ignacio y Javier.

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Una intransigencia santa

La santa desvergüenza es una característica de la “vida de infancia”. Al pequeño, no le preocupa nada. -Sus miserias, sus naturales miserias, se ponen de relieve sencillamente, aunque todo el mundo le contemple… Esa desvergüenza, llevada a la vida sobrenatural, trae este raciocinio: alabanza, menosprecio…: admiración, burla…: honor, deshonor…: salud, enfermedad…: riqueza, pobreza…: hermosura, fealdad… Bien; y eso… ¿qué?

Convéncete de que el ridículo no existe para quien hace lo mejor.

Un hombre, un… caballero transigente, volvería a condenar a muerte a Jesús.

La transigencia es señal cierta de no tener la verdad. -Cuando un hombre transige en cosas de ideal, de honra o de Fe, ese hombre es un… hombre sin ideal, sin honra y sin Fe.

Aquel hombre de Dios, curtido en la lucha, argumentaba así: ¿Que no transijo? ¡Claro!: porque estoy persuadido de la verdad de mi ideal. En cambio, usted es muy transigente…: ¿le parece que dos y dos sean tres y medio? -¿No?…, ¿ni por amistad cede en tan poca cosa? -¡Es que, por primera vez, se ha persuadido de tener la verdad… y se ha pasado a mi partido!

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Luces para discernir

Confusionismo. -Supe que vacilaba la rectitud de tu criterio. Y, para que me entendieras, te escribí: el diablo tiene la cara muy fea, y, como sabe tanto, no se expone a que le veamos los cuernos. No va de frente. -Por eso, ¡cuántas veces viene con disfraz de nobleza y hasta de espiritualidad!

Dice el Señor: “Un mandato nuevo os doy: que os améis los unos a los otros. En esto conocerán que sois mis discípulos”. -Y San Pablo: “Llevad unos la carga de los otros, y así cumpliréis la ley de Cristo”. -Yo no te digo nada.

No olvides, hijo, que para ti en la tierra sólo hay un mal, que habrás de temer, y evitar con la gracia divina: el pecado.

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Lectura creyente de la Biblia, 09 de 10, Claves de lectura de la Cruz

[Curso ofrecido a las Dominicas de la Inmaculada Concepción, en el Perú, febrero de 2013.]

Tema 9 de 10: Claves de lectura de la Cruz.

* La pregunta que queremos abordar es la relación entre el ministerio (público) de Jesús y su muerte humillante y dolorosa.

* Para quienes quieren definir a Cristo por su impacto en las estructuras sociales, la muerte del Señor es la consecuencia de haber denunciado a los ricos y poderosos su maldad. Para quienes buscan una lectura existencial del proyecto de vida de Jesús, la Cruz sería una especie de sorpresa inesperada para él. Para los gnósticos, de ante so de ahora, el modo particular de la muerte del Señor en realidad no importa porque importarían sólo sus enseñanzas, comparables a las de otros “maestros.”

* Una lectura atenta a los evangelios permite descartar estas posturas. Hay pasajes específicos que muestran la decepción de Cristo frente al “método” de los milagros, o frente a la capacidad real de impacto de la predicación. Lo que Cristo buscaba con predicaciones o milagros es lo mismo que, de un modo extremo, busca y también asume en la Cruz: de lo que se trata es de la conversión del corazón, que ha de dejar atrás el poder del demonio y del pecado, para abrirse a la novedad del Reino de Dios, y de la acción del Espíritu Santo.

Rostro de gente formada

Si tienes un puesto oficial, tienes también unos derechos, que nacen del ejercicio de ese cargo, y unos deberes. -Te apartas de tu camino de apóstol, si, con ocasión -o con excusa- de una obra de celo, dejas incumplidos los deberes del cargo. Porque me perderás el prestigio profesional, que es precisamente tu “anzuelo de pescador de hombres”.

Disipación. -Dejas que se abreven tus sentidos y potencias en cualquier charca. -Así andas tú luego: sin fijeza, esparcida la atención, dormida la voluntad y despierta la concupiscencia. -Vuelve con seriedad a sujetarte a un plan, que te haga llevar vida de cristiano, o nunca harás nada de provecho.

“¡Influye tanto el ambiente!”, me has dicho. -Y hube de contestar: sin duda. Por eso es menester que sea tal vuestra formación, que llevéis, con naturalidad, vuestro propio ambiente, para dar “vuestro tono” a la sociedad con la que conviváis. -Y, entonces, si has cogido este espíritu, estoy seguro de que me dirás con el pasmo de los primeros discípulos al contemplar las primicias de los milagros que se obraban por sus manos en nombre de Cristo: “¡Influimos tanto en el ambiente!”

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Mensajes, videntes, fenomenos extraordinarios…

“En los años 70, el padre Felix Bourdier publicó en francés una guía de criterios sobre fenómenos extraordinarios en la vida de fe, recordando que “los errores son posibles y reales. Afloran menos frecuentemente en los casos de santos que en la gente ordinaria que no están muy avanzados en la virtud; pero la gente debería saber que los errores pueden suceder aún con los santos. El Padre Poulain nombra a 32 santos que fueron engañados, en las páginas 355 y 356 en su Tratado sobre las Gracias de la oración”. Recogemos aquí algunas de las consideraciones del padre Bourdier sobre visiones, revelaciones y mensajes divinos o celestiales…”

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Formarse en Cristo

¡Ah, si te propusieras servir a Dios “seriamente”, con el mismo empeño que pones en servir tu ambición, tus vanidades, tu sensualidad!…

¿Te aburres? -Es que tienes los sentidos despiertos y el alma dormida.

La caridad de Jesucristo te llevará a muchas concesiones… nobilísimas. -Y la caridad de Jesucristo te llevará a muchas intransigencias…, nobilísimas también.

Si no eres malo, y lo pareces, eres tonto. -Y esa tontería -piedra de escándalo- es peor que la maldad.

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Ocio?

Los que andan en negocios humanos dicen que el tiempo es oro. -Me parece poco: para los que andamos en negocios de almas el tiempo es ¡gloria!

No me explico que te llames cristiano y tengas esa vida de vago inútil. -¿Olvidas la vida de trabajo de Cristo?

Todos los pecados -me has dicho- parece que están esperando el primer rato de ocio. ¡El ocio mismo ya debe ser un pecado! -El descanso no es no hacer nada: es distraernos en actividades que exigen menos esfuerzo.

Pon un motivo sobrenatural a tu ordinaria labor profesional, y habrás santificado el trabajo.

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La fe vivida en publico

Queda tranquilo si asentaste una opinión ortodoxa [concorde con nuestra fe], aunque la malicia del que te escuchó le lleve a escandalizarse. -Porque su escándalo es farisaico.

No es suficiente que seas sabio, además de buen cristiano. -Si no corriges las maneras bruscas de tu carácter, si haces incompatibles tu celo y tu ciencia con la buena educación, no entiendo que puedas ser santo.

Con ese aire de suficiencia resultas un tipo molesto y antipático, te pones en ridículo, y, lo que es peor, quitas eficacia a tu trabajo de apóstol.

Aconfesionalismo. Neutralidad. -Viejos mitos que intentan siempre remozarse. ¿Te has molestado en meditar lo absurdo que es dejar de ser católico, al entrar en la Universidad o en la Asociación profesional o en la Asamblea sabia o en el Parlamento, como quien deja el sombrero en la puerta?

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Estudio y piedad

Libros: no los compres sin aconsejarte de personas cristianas, doctas y discretas. -Podrías comprar una cosa inútil o perjudicial. ¡Cuántas veces creen llevar debajo del brazo un libro… y llevan una carga de basura!

Estudia. -Estudia con empeño. -Si has de ser sal y luz, necesitas ciencia, idoneidad. ¿O crees que por vago y comodón vas a recibir ciencia infusa?

Está bien que pongas ese empeño en el estudio, siempre que pongas el mismo empeño en adquirir la vida interior.

Educador: el empeño innegable que pones en conocer y practicar el mejor método para que tus alumnos adquieran la ciencia terrena ponlo también en conocer y practicar la ascética cristiana, que es el único método para que ellos y tú seáis mejores.

¡Cultura, cultura! -Bueno: que nadie nos gane a ambicionarla y poseerla. -Pero, la cultura es medio y no fin.
Sólo te preocupas de edificar tu cultura. -Y es preciso edificar tu alma. -Así trabajarás como debes, por Cristo: para que El reine en el mundo hace falta que haya quienes, con la vista en el cielo, se dediquen prestigiosamente a todas las actividades humanas, y, desde ellas, ejerciten calladamente -y eficazmente- un apostolado de carácter profesional.

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A manera de conclusion del ABC de la Oracion

10. Concluiremos aclarando que nuestra alma adquiere vida por los Sacramentos. Y despierta el alma con la práctica sincera de los mismos y por el desapego. Se activa, en la medida que nos negamos a nosotros mismos siguiendo a Cristo con su Cruz; y, en la medida que la tomamos en cuenta.

¿Cómo nos damos cuenta que nuestra alma está viva y despierta? Cuando lo que más queremos es hablar u oír hablar del Amado Dios. Cuando deseamos y valoramos -como el sediento el agua y los oasis- los Sacramentos, y el visitar al Santísimo en el Sagrario; en fin, cuando necesitamos tanto a Dios como el que se asfixia necesita al aire oxigenado.

Un alma viva, despierta y activa ansía orar porque la oración es alimento vital para ella. Está despierta, tiene los ojos abiertos, cuando ve en el hermano, no la apariencia, sino ve en él un alma inmortal, imagen y semejanza divinas; y ve además a Dios en el alma, y calladamente y con pudor, le brinda el propio corazón, pues son hermanos, hijos de Dios en el Hijo.

Podemos decir también que quien se ejercita en el ABC de la oración es discípulo de Cristo, puesto que para ambos es necesario cumplir su condición: “El que no toma su cruz y viene en pos de Mí, no puede ser mi discípulo” (Lc 14, 27). No puede orar con Él.

Pidamos queridos hermanos al Padre Bueno el don de su Espíritu de gracia y oración. Pidamos nos admita en la Escuela de Oración divina. Pidamos dar los primeros pasos en la oración vertical (que se eleva al cielo por medio de la Cruz); y, pidamos, que el ABC de la oración se empiece a aclarar en nuestras almas, para comprender la oración de Cristo, dulce María y san José.

[Autor: Juan de Jesús y María.]

Estudiar y creer

Al que pueda ser sabio no le perdonamos que no lo sea.

Estudio. -Obediencia: “non multa, sed multum” [No saber muchas cosas sino saberlas bien.]

Si has de servir a Dios con tu inteligencia, para ti estudiar es una obligación grave.

Frecuentas los Sacramentos, haces oración, eres casto… y no estudias… -No me digas que eres bueno: eres solamente bondadoso.

Antes, como los conocimientos humanos -la ciencia- eran muy limitados, parecía muy posible que un solo individuo sabio pudiera hacer la defensa y apología de nuestra Santa Fe. Hoy, con la extensión y la intensidad de la ciencia moderna, es preciso que los apologistas se dividan el trabajo para defender en todos los terrenos científicamente a la Iglesia. -Tú… no te puedes desentender de esta obligación.

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El Espiritu y la Cruz

9. Respecto a la C que representa a la Cruz de Cristo, queridos hermanos nacidos de la oración sempiterna de Cristo, la cual da origen a la Iglesia y la conserva, y la lleva cada vez a más perfección, recordemos la condición que nos muestra el Magisterio, para introducirse en el ABC de la oración.

Para que llegue y se establezca el Espíritu Santo a nuestra alma es necesario aceptar y unirnos a la Cruz del Redentor: “No se da el envío del Espíritu Santo (después del pecado original) sin la Cruz y la Resurrección” (DEV 24).

Esto implica que nuestra oración crece en dones, gracias y carismas en la medida que nos unimos al Misterio Pascual, es decir, a la Pasión, Cruz, Muerte y Resurrección de nuestro Señor. Es más, podemos decir que la medida del avance en la ciencia y arte de la oración, la da la medida en que nos unamos al Misterio Pascual; lo cual es un proceso que desemboca en la unión plena con Cristo; y trae consigo la gracia de hacer oración por Él, con Él y en Él.

La elevación en la oración, conlleva la conformación cada vez más plena con Jesús. Lo seguimos, conformándonos y uniéndonos con Él, hasta el Matrimonio Místico con Él y en Él. De tal manera que el orante (discípulo) avanzado llega a ser Alter Christus, o sea, Otro Cristo, con el Espíritu Santo en el seno del Padre.

El avance en la Escuela de Oración trae consigo también vida y muerte, o sea, el fiel vive de Cristo, con Cristo y en Cristo; y muriendo con Cristo, muere para surgir una nueva creación, nacida de germen inmortal: una nueva persona, un nuevo yo y un nuevo ser hecho uno con Cristo.

[Autor: Juan de Jesús y María.]