¿Sufre Dios Padre?

Hola Fray Nelson, soy de Costa Rica. Muchas gracias x estas formaciones. Tengo una duda, en un video hablo de que Dios Padre no sufre como si lo hace Jesús. Habló de una blasfemia [Nota: es el Patripasianismo]. Entonces, ¿cómo es que el Padre nos ama con amor de Padre y diseña el Plan de redención, si no sufre? — F.S.M.

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Dios Padre nos ama desde la eternidad en que vive pues la única Persona Divina que se encarnó fue el Hijo.

Esto significa que el amor del Padre es amor en plenitud que contiene todas las dimensiones del amor verdadero, las cuales dimensiones nosotros conocemos sólo parcial y procesualmente: nosotros sabemos lo que es alegrarse por amor, sufrir por amor, esperar con amor, ofrecerse por amor… pero todo esto lo vamos viviendo poco a poco, como en sucesión y sólo de modo parcial. Dios Padre, en cambio, vive todo lo que es el amor de una vez, en perfección y plenitud, y por ello lo que nosotros descubrimos en un momento dado, por ejemplo, el dolor por el pecado, Dios Padre no lo conoce ni lo vive del mismo modo nuestro sino que desde la eternidad lo vive todo en toda perfección.

Es incorrecto entonces imaginar al Padre sometido a la condición temporal, como si fuera otra Persona Divina Encarnada. Sólo podemos decir que Él ama, que en Él están todas las dimensiones del amor a la vez y en su perfección más alta.

Y por supuesto, es en razón de ese amor soberano, estable, imperturbable, omnipotente y sapientísimo, que Él ha dispuesto nuestra salvación a través del camino de la Cruz que realizó su único y Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo.

LA GRACIA 2021/01/29 La respuesta cristiana al sufrimiento

El camino que nos muestra Cristo ante el sufrimiento es que debemos asumirlo, reconocerlo y que hay un sentido en él.

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LA GRACIA 2020/04/24 La alegría de morir por Cristo

Toda la alegría de sufrir por Cristo tiene su base en la certeza del triunfo de Cristo.

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Dos frases valientes para tiempos duros

Dame, Jesús, Cruz sin cirineos. Digo mal: tu gracia, tu ayuda me hará falta, como para todo; sé Tú mi Cirineo. Contigo, mi Dios, no hay prueba que me espante… -Pero, ¿y si la Cruz fuera el tedio, la tristeza? -Yo te digo, Señor, que, Contigo, estaría alegremente triste.

No perdiéndote a Ti, para mí no habrá pena que sea pena.

Más pensamientos de San Josemaría.

El espíritu y la carne

“No somos el cuerpo que sufre solamente. No somos el organismo puramente material que es golpeado por la frialdad de unas reacciones bioquímicas. No somos un animal desconcertado que es idéntico a su dolor. Somos esa voluntad humana libre y ávida de eternidad que contempla su deterioro, analiza su dolor, teme la destrucción del cuerpo donde habita. Y somos, como bien señalaba Zweig, quienes convertimos ese trance en una experiencia religiosa, que nos vincula de un modo especial al sentido que nuestra fe proporciona al universo…”

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LA GRACIA del Lunes 24 de Diciembre de 2018

Al contemplar a Jesucristo en el pesebre recordemos que Él es la visita, la redención, la salvación de Dios y que solamente en Él encontramos nuestra plenitud y santificación.

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LA GRACIA del Domingo 16 de Septiembre de 2018

DOMINGO XXIV DEL TIEMPO ORDINARIO, CICLO B

Los cristianos que hoy necesita el mundo son los que dan la vida por amor como lo hizo en la cruz nuestro Señor Jesucristo.

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¿Cómo ofrecer los propios dolores?

Padre, ¿cómo ofrecés los dolores? Yo siempre lo hago pero siempre tengo la duda de cómo hacerlo… — L.M.G.

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Hay tres momentos:

1. No negamos lo que nos duele, perturba o incomoda. Reconocemos que el fastidio y el dolor están ahí pero nos serenamos. Evitamos el pánico, la queja excesiva, el traslado de nuestra impaciencia hacia otras personas en forma de agresividad o indiferencia.

2. Renunciamos de corazón a toda forma de blasfemia o cualquier otra tentación contra la fe, de la forma: “Dios se olvidó de mí; no le importo; en realidad nadie escucha al otro lado; pierdo mi tiempo rezando…” Al contrario, renovamos nuestra fe diciendo con amor el Credo y volviendo al ejemplo de Cristo y de sus mártires. Suplicamos el auxilio divino, diciéndole a menudo: “¡Señor, ten piedad! Tú prometiste que no seríamos probados más allá de nuestras fuerzas; dame pues esas fuerzas tuyas que son las únicas que pueden darme la victoria.”

3. Ya más serenos y renovados, repetimos frases sencillas como: “Por amor a ti, Jesús” “Uno mi dolor a tu Cruz, Señor” “Como tu apóstol Pablo, completo en mí lo que falta a tu Pasión” “Esta hora te la ofrezco por las misiones” “Este dolor lo ofrezco por la conversión de los más endurecidos” Y así, con otros otros pensamientos semejantes.

Puedes encontrar más inspiración en este impactante testimonio.

LA GRACIA del Domingo 4 de Febrero de 2018

DOMINGO V DEL TIEMPO ORDINARIO, CICLO B

El sufrimiento es un motivo de encuentro con Jesús porque Él se acerca para sanar las heridas de este mundo lleno de dolor, dándole sentido a cada vida.

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