Aprendiendo de Maria cómo ser verdaderas amigas

Dios nos hizo para la comunión, y a las mujeres, se les ha dado un don increíble. De hecho el valor fundamental de las mujeres es su habilidad de recibir al otro, ese don de receptividad que se caracteriza por el donarse uno mismo, dando el regalo de la presencia.

Es un regalo especial que es importante para la sociedad hoy en día, dar testimonio de la primacía del amor, primacía al corazón.

Esto es a lo que San Juan Pablo II se refiere cuando habla del genio femenino. ¿Y quien encarna esto mejor que Nuestra Santísima Madre? Reflexionando sobre la amistad auténtica, podemos ver su relación con su prima y alma gemela, Isabel, en la historia de la visitación, en el Evangelio de Lucas.

Mis imágenes favoritas de la visitación son aquellas que retratan la alegría de Isabel y María, cuando se saludan y comparten la alegría de la otra. Ellas reciben el don de la otra y por el regalo de la presencia se dan el regalo de cada una a la otra.

En la amistad auténtica podemos reconocer y aceptar humildemente el don del otro que es amado por Dios.

¿Has experimentado alguna vez a un amigo auténtico que te dio su completa atención? ¿Donde no son fácilmente distraídos por algo ocurriendo a su alrededor o por su celular apagándose? ¿Qué experimentas, sino el saber de que eres amado?

Aun puedo recordar cuando mi Hermana en Comunidad estuvo completamente atenta a lo que yo estaba tan emocionada de compartirle. Yo estaba entrando a la cocina sintiendo que estaba a punto de explotar con mi noticia. Sus simples movimientos de parar lo que estaba haciendo, alejarse de la tabla de picar y del mostrador y voltear hacia mi dándome su completa atención, me mostraban que lo que yo estaba a punto de compartir era lo único que importaba en ese momento.

María e Isabel compartieron la alegría de la otra por el regalo de una vida nueva. Ambas experimentaron lo que era humanamente inexplicable y humildemente aceptaron su regalo en la fe.

Como mujeres, se nos ha dado el don de la receptividad, lo que comienza con conocer a un Dios que nos ama. Pero ¿cómo es posible que a veces podamos tener dificultad en recibir el don de alguien más? En lugar de eso, se nos hace más fácil dar que recibir. Tal vez sea porque para recibir, tenemos que ser capaces de mostrar y aceptar nuestra propia vulnerabilidad.

María se reconoce a sí misma como la “esclava del Señor” y humildemente recibió “del Todopoderoso que ha hecho grandes cosas en ella”

Un ejemplo en mi propia vida fue cuando una Hermana y yo regresábamos a casa luego de pasar el día de excursión y me di cuenta de que ya no tenía mi billetera. Buscamos dentro y alrededor del carro, en cada rincón y grieta posible, nada. Mi corazón se hundió.

Sabía que ambas habíamos estado esperando el siguiente par de horas para un poco de oración, descansar y cambiarnos a un habito limpio antes de unirnos al resto de las Hermanas en la cena.

La Hermana sugirió volver al parque y buscar la billetera. Era un viaje de 30 minutos de ida, y ahora el tiempo libre que teníamos iba a ser gastado en volver al parque. Regresamos al parque, pero luego de buscar y revisar con la estación de guardabosques sin éxito en encontrar la billetera, empezamos a regresar a casa.

Mientras estábamos saliendo, volvimos a pasar por el lugar donde nos habíamos parqueado antes y vimos un carro saliendo, y decidimos revisar una vez más. Fue en ese momento que mis ojos captaron algo en la tierra y salté del carro, y ¡ahí estaba la billetera cubierta de tierra! ¡Definitivamente un milagro!

En el camino a casa sentí un alivio marcado con un sentimiento que solo me dejo muy callada. Me di cuenta de que estaba agradecida de tener la billetera de vuelta y estaba profundamente tocada y honrada por la espontanea generosidad de mi Hermana.

Nuestro Señor me estaba pidiendo humildemente recibir el regalo que Él me estaba dando a través de ella.

Y una vez más estaba aprendiendo de Nuestra Bendita Virgen María lo que significa darse uno mismo auténticamente en amistad a través del don de uno mismo, de la presencia y de la humilde gratitud.

Adaptación y traducción por Valeria Arias, del artículo publicado en: Integrated Catholic Life, autor: Carmelite Sisters.

Palabras del Presidente de Colombia, Iván Duque Márquez, en el Centenario de la Coronación de la Virgen de Chiquinquirá

Informa www.caracol.com.co :

El jefe de estado, Iván Duque Márquez, llegó hasta la Plaza de la Libertad de Chiquinquirá, al occidente de Boyacá, con su esposa María Juliana Ruíz y sus tres hijos, para conmemorar junto con una comisión de alto gobierno, incluidos ministros, y el alcalde de Bogotá Enrique Peñaloza dentro de otras personalidades de la nación y del departamento de Boyacá, los 100 años de la Coronación de la Virgen del Rosario de Chiquinquirá como Reina y Patrona de Colombia.

El lienzo de la virgen María descendió una vez más y está dispuesto frente a la Basílica, para que fuera observado por los más de 50.000 feligreses que asistieron a la misa campal en la conmemoración histórica y religiosa.

En medio de la eucaristía, le mandatario de los colombianos le encomendó a la virgen de Chiquinquirá que interceda por La Paz de Colombia, por el cese del odio y de la polarización.

“Venimos a pedirle a la patrona de Colombia que interceda por los colombianos para que dejemos los odios, para que entendamos que somos más fuertes si dejamos los prejuicios, el sentido de unidad nos hace más fuertes y nunca la profundización de las diferencias”.

Le pidió a la virgen Patrona de Colombia por los violentos: “que ilumine a aquellos que ha estado en el camino de la violencia y vean al camino de la legalidad como la única forma para construir una verdadera y genuina paz en el territorio”.

Le pidió a la virgen Reina de Colombia que en Colombia sobresalga el “respeto por el Medio Ambiente y la Ética social de protección de los ecosistemas, proteger nuestra madre tierra, nuestros recursos, que cada recurso hídrico sea patrimonio de nuestra nación, por ejemplo la Laguna de Fúneme que queda acá cerca”.

Elevó una plegaria junto al lienzo milagroso de nuestra señora del rosario, por las familias y niños colombianos.

Lea también: Operativo de seguridad para el centenario de la Virgen de Chiquinquirá

“Para que entendamos el propósito de proteger nuestra casa común. Que haya un sentido de respeto y fraternidad para que no tengamos más niños víctimas y que no tengamos más victimarios arrebatando su inocencia”.

Duque señaló que, hoy es fundamental elevar las plegarias y tener un fortalecimiento espiritual en la nación “para que proteja a Colombia, y para que sea una guía para este gobierno y para todos los ciudadanos, para el progreso y la convivencia pacífica del país, además para lograr la equidad en todo el territorio colombiano; pedimos su intervención por todos los pueblos latinoamericanos para que reine la paz”.

Finalmente, el presidente Duque le elevó una oración a nuestra señora del rosario, para que con fe “acompañe al gobierno en ser asertivos con la justicia social, para llegar a los hogares más vulnerables del país, con humildad y devoción para cerrar las brechas con el cariño y afecto de la nación para superarnos en nuestro destino”.

Mi pareja no es machista

“¿Se considera usted feminista? La pregunta no es fácil de responder en una encuesta, pues no todo el mundo entiende lo mismo cuando se trata de definir en qué consiste ser una feminista moderna. Todos están dispuestos a defender la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, pero el calificativo de feminista tiene todavía una connotación de activista militante, que sigue viendo a la mujer como víctima oprimida. Sea porque se considere una actitud ya innecesaria, sea porque se vea como demasiado radical, no todas las mujeres están dispuestas a ponerse la camiseta de feminista…”

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Un modo “suicida” de evangelizar

Un modo “suicida” de evangelizar

Una vez comprobadas las desconcertantes posibilidades misioneras de este santo fraile, le confían sus superiores un pueblecito situado en las estribaciones de los Andes, llamado Tubara. En aquella doctrina hay escuela e iglesia, y viven unos pocos españoles, en tanto que el núcleo principal de los indios, temerosos, no vive en el pueblo, sino en la selva, en el monte, donde en seguida va fray Luis a buscarlos. Siempre a su estilo, llega el santo fraile misionero hasta las chozas más escondidas, y no hay camino, por escarpado o peligroso que sea, que le arredre. A todas partes hace él que llegue la verdad y el amor de Cristo.

En los tres años que pasó en Tubara consiguió San Luis muchas conversiones de españoles y el bautizo de unos dos mil indios, siempre a su estilo, siempre suicida, al modo evangélico: grano de trigo que cae en tierra, muere, y da mucho fruto (Jn 12,24). Era suicida fray Luis cuando derribaba los ídolos a patadas o mandaba quemar las chozas que les servían de adoratorios. Era suicida cuando, al modo de San Juan Bautista, reprobaba públicamente a un indio muy principal, que vivía amancebado con una mujer casada.

En esta ocasión, el indio aludido le lanzó con todas sus fuerzas su macana, pero el Señor desvió el curso mortal de su trayectoria. Y se ve, pues, que San Luis Bertrán no hacía ningún caso de ese consejo que tantas veces suele darse y que también a él le habrían dado: «Tiene usted, padre, que cuidarse más». San Luis, en realidad, se cuidaba muy poco, lo mínimo exigido por la prudencia sobrenatural, y en cambio se arriesgaba mucho, muchísimo, hasta entrar de lleno en lo que para unos era locura y para otros escándalo (1Cor 1,23).

No tuvo San Luis gran cuidado de su propia vida cuando una vez, después de intentar reiteradas veces desengañar a los indios de Cepecoa y Petua, que daban culto a una arquilla que guardaba los huesos de un antiguo sacerdote, la sustrajo de noche. Llegó a saberse su acción, y un sacerdote indio, figiéndose amigo, le dio a beber un veneno mortal -el mismo veneno que había matado antes a un padre carmelita, después de unas pocas horas de atroces dolores-. Cinco días estuvo fray Luis entre la vida y la muerte, y en ellos dio claras señales de estar tan alegre como aquellos primeros apóstoles azotados, que se fueron «contentos porque habían sido dignos de padecer ultrajes por el nombre de Jesús» (Hch 5,41).

Ni siquiera le quedó a San Luis Bertrán en adelante un gran temor a los posibles brebajes tóxicos, como pareciera psicológicamente inevitable. Lo vemos en ocasiones como ésta: un cacique le dijo que creería en Cristo si era capaz de resistir un veneno que él le prepararía. Fray Luis le tomó la palabra sin vacilar: «¿Matenéis vuestra palabra de convertiros si bebo sin daño vuestro veneno?». Y obtenida la afirmativa: «Venga ese veneno y sea lo que Dios quiera». Hizo fray Luis la señal de la cruz sobre la copa y bebió de un trago aquel veneno activísimo. Y a continuación pasó a ocuparse de lo que había que hacer para bautizar unos cuantos cientos más de indios asombrados y convertidos.

En aquella primera ocasión, cuando fue envenenado por el sacerdote indio, se supo en seguida que fray Luis no había muerto bajo la acción del veneno, y más de trescientos indios se reunieron amenazadores y bien armados, dispuestos a terminar la obra iniciada por el tósigo. Dos negros que se aprestaban a defenderle, uno de ellos armado de un arcabuz, fueron apartados, y el santo salió al encuentro de la muchedumbre amenazante sólo y sin temor alguno.

Cuenta un cronista que «entonces fray Luis les predicó con más fervorosa exhortación y se convirtieron gran parte de aquellos indios; los cuales, después de ser instruídos como acostumbraba el santo, fueron por él mismo bautizados». Pero otros indios, endurecidos en su hostilidad, raptaron a Luisito, un muchacho indio bautizado por fray Luis, y lo sacrificaron como moxa a los ídolos, lo que apenó mucho al santo, pues le tenía en gran estima.

En todo caso, nada de esto terminaba con los métodos suicidas de San Luis Bertrán. Poco después, tratando de persuadir a un cacique principal, éste se resistía diciendo: «No; tu religión me gusta, pero tengo miedo a mi ídolo». Fray Luis se mostró dispuesto a terminar con este miedo. Con el cacique se dirigió al adoratorio, y allí, ante el pánico de todos, la emprendió a patadas con el dicho ídolo, hasta que el cacique y los suyos se vieron libres del temor idolátrico, y aceptaron el Evangelio.


El autor de esta obra es el sacerdote español José Ma. Iraburu, a quien expresamos nuestra gratitud. Aquí la obra se publica íntegra, por entregas. Lo ya publicado puede consultarse aquí.

12 textos imprescindibles sobre la mujer en la Iglesia

“La Iglesia —escribía San Juan Pablo II en la Carta apostólica Mulieris dignitatem— desea dar gracias a la Santísima Trinidad por el «misterio de la mujer» y por cada mujer, por lo que constituye la medida eterna de su dignidad femenina, por las «maravillas de Dios», que en la historia de la humanidad se han realizado en ella y por ella…”

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El llamado a evangelizar en el Nuevo Continente

En 1562 llegaron de América al convento dos padres que buscaban refuerzos para la gran obra misionera que allí se estaba desarrollando. Hablaron de aquel inmenso Mundo Nuevo, de la necesidad urgente de aquellos pueblos, de las respuestas florecientes que allí estaba encontrando el Señor. Fray Luis fue el primero en inscribir su nombre. Una vez más trataron todos de disuadirle, y también el prior fray Jaime Serrano, alegando unos y otros su poca salud y la tarea que en el noviciado llevaba con tanto fruto.

Pero en esta ocasión la llamada de América era llamada del mismo Cristo. Fray Luis se persistió en su apostólico intento, y en cuanto obtuvo el permiso, se echó al camino, rumbo a Sevilla, sin cuidarse siquiera de tomar provisiones para el camino. Un hermano suyo le alcanzó en Játiva, trató en vano de persuadirle, y terminó dándole un dinero, con el que pudo adquirir un asnillo, sin el cual apenas hubiera podido continuar su viaje.

El corazón atormentado de fray Luis no le habría dejado del todo tranquilo en el camino de Sevilla, y estaría oprimido por algunos pensamientos negros: ¿Será de nuevo una tentación del demonio, para apartarme del noviciado dominico? ¿Estaré engañado, como cuando quise llevar vida mendicante de peregrino, o cuando decidí ingresar en los mínimos, o ir a estudiar a Salmanca para dedicar mi vida a la lucha intelectual contra los herejes?


El autor de esta obra es el sacerdote español José Ma. Iraburu, a quien expresamos nuestra gratitud. Aquí la obra se publica íntegra, por entregas. Lo ya publicado puede consultarse aquí.

Una población envejecida, a falta de los hijos deseados

“Ahora que cualquier proyecto se presenta como reto, no podemos ignorar que si algún reto hay en España es el demográfico, porque lo condiciona todo. Actualmente, tenemos una población envejecida, con más muertes que nacimientos, y que solo se mantiene ya gracias a la inmigración, que además aporta uno de cada cinco nacidos. La natalidad sigue en horas bajas, la maternidad se retrasa y uno de cada cinco embarazos termina en aborto…”

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Pregunta sobre San Oscar Arnulfo Romero

Padre Medina, he dejado pasar un tiempo desde la canonización de Monseñor Romero para sosegar mi alma y para recoger un poco más de información. Le resumo lo que yo siento: que toda la vida me dijeron que Romero era algo así como el patrono del socialismo en América Latina, y que la canonización de este obispo asesinado era un refuerzo a los partidos de Izquierda en este continente. A raíz de la canonización me puse a leer homilías de él y mi conclusión es que ahora estoy confundido. Lo voy a decir de esta manera: ya no lo veo tan de izquierda o tan socialista como me parecía; más bien creo que la injusticia social y el absurdo de una guerra que maltrataba a los más pobres fueron cosas que tocaron su corazón de pastor y que al adoptar un compromiso en contra de esa violencia institucional, que él veía como su responsabilidad en cuanto obispo, le llevó a crearse enemigos que al final lo llevaron a la muerte. ¿Cree usted que por fin estoy en lo correcto con respecto a este gran hombre? –H.R.

* * *

No soy experto en los datos biográficos de este santo obispo pero mi opinión es igual a la tuya: el verdadero Oscar Romero era menos un líder político y más un hombre genuinamennte dolido por la represión de los más pobres; por otra parte, no se agotaba su mirada en ese punto pues sus escritos revelan la altura de su amor a Dios y de su visión del papel de la Iglesia. Mi impresión es que las condiciones se dieron para que, durante años, la figura de Romero fuera “secuestrada” por la izquierda socialista dentro de la Iglesia pero ese “secuestro” se ha ido deshaciendo por su propio peso a medida que se conocen más y más de sus escritos y de la orientación sacerdotal y pastoral muy clara en su alma.

Solo por tener una muestra de esas otras dimensiones menos mencionadas del corazón de este gran obispo me permito citar aquí alguna colección breve de pensamientos suyos, hecha por Arguments:

Mi voz desaparecerá, pero mi palabra que es Cristo quedará en los corazones que lo hayan querido acoger.

La oración es la cumbre del desarrollo humano. El hombre no vale por lo que tiene, sino por lo que es.

La persecución es algo necesario en la Iglesia. ¿Saben porqué? Porque la verdad siempre es perseguida.

El profeta tiene que ser molesto a la sociedad, cuando la sociedad no está con Dios.

¡Pasarán estos sufrimientos! La alegría que nos quedará será que en esta hora de parto fuimos cristianos. Vivimos aferrados a la fe en Cristo. No nos dejó sucumbir en pesimismo.

Es inconcebible que alguien se diga ‘cristiano’ y no tome, como Cristo, una opción preferencial por los pobres.

Hoy la #Iglesia sabe que los poderosos la rechazan, pero que la aman los que sienten en Dios su confianza. Esta es la Iglesia que yo quiero.

El martirio es una gracia de Dios que no creo merecer. Pero si Dios acepta el sacrificio de mi vida, que mi sangre sea la semilla de libertad y la señal de que la esperanza será pronto una realidad.

¿Qué otra cosa es la riqueza cuando no se piensa en Dios? Cuidemos el verdadero tesoro.

Una historia sobre el pudor

Cuatro mujeres llegaron a una reunión usando ropas que mostraban demasiado bien sus cuerpos. El presidente de la empresa les dio un buen vistazo, les pidió que se sentaran, las miró fijamente a los ojos y les dijo algo que nunca olvidarán en la vida.

“Señoras, todo lo que Dios ha hecho valioso en este mundo está bien cubierto y es difícil de ver, encontrar o conseguir. Por ejemplo:

1. ¿Dónde Puedes encontrar los diamantes? En el fondo de la tierra, cubiertos y protegidos.

2. ¿Dónde se encuentran las perlas? En el fondo del océano, cubiertas y protegidas en una hermosa concha.

3. ¿Dónde puedes encontrar oro? Abajo de la tierra, cubierto con capas de roca y para conseguirlo hay que trabajar duro y cavar profundo.

Habiendo dicho eso, volvió a mirarlas fijamente y dijo:

“Tu cuerpo es sagrado y único. Eres mucho más preciosa que el oro, los diamantes y las perlas. piensa, entonces, cómo es mejor vestirte para mostrar el inmenso valor que tienes.”

Comienzos de la evangelización en Colombia

Catequesis y doctrinas

Los primeros Sínodos celebrados en lo que hoy es Colombia, como el de Popayán (1555) o el de Santa Fe de Bogotá (1556), y lo mismo las Ordenanzas dispuestas por la autoridad civil, como en Cartagena de Indias (1555) o en Tunja (1575), centran siempre su atención en la necesidad de catequizar bien a los indios, urgiendo con fuerza la responsabilidad de clérigos y religiosos, funcionarios y encomenderos.

Y para este inmensa labor de catequesis «las doctrinas fueron los instrumentos providenciales. La instrucción fue [así] colectiva y masiva, como lo demandaban las circunstancias. Y para instruir y catequizar, se empleaban todos los medios» (Mesa, La enseñanza 303-304). No es una exageración afirmar que la vida de la población en las doctrinas venía configurada principalmente por la catequesis.

En la Historia memorial del franciscano Esteban de Asensio, escrita hacia 1585, se describe bien esta estructura comunitaria de la catequesis en las doctrinas franciscanas. Y más o menos se hacía lo mismo en las doctrinas o en las reducciones atendidas por clérigos o religiosos de otras órdenes. Dice así:

«Lo primero que se hace es poner por memoria y sacar [hacer listas de] todos los niños y muchachos, varones y hembras, y éstos han de ir cada día, a hora de misa, a la iglesia, donde, después de haber dicho misa el sacerdocte, dice la doctrina cristiana rezada o cantada, como mejor se amaña o le parece, y después de haberles rezado, se van a sus casas hasta la tarde, y vuelven a hora de vísperas y se les dice la doctrina, como es dicho, y se van a dormir a sus casas. De más de esto, todos los domingos y fiestas de guardar se juntan a misa todos los indios varones y mujeres, viejos y mozos, con todos los niños y muchachos, así infieles como cristianos, y entran todos en la iglesia a misa hasta el prefacio, y en aquel punto se echan fuera todos los que no están bautizados. Y acabada la misa, se junta con los demás indios cristianos y luego les reza el sacerdote, y les dice a alta voz la doctrina y oraciones que dicen dominicales, y enseñándoles cómo se han de signar con la señal de la cruz. Después de esto les predica y da a entender la virtud de los sacramentos, declarándoles lo que es de creer en la santa fe católica y ley evangélica, persuadiéndoles dejar sus ritos ceremoniáticos con que adoran y hacen veneración al demonio y dándoles a conocer a Dios» (+Mesa 315).

El padre Mesa estima con razón que esta catequesis diaria, de mañana y tarde, que era norma general en muchas doctrinas y reducciones, «contradice la opinión o tesis de algunos sociólogos católicos de la última hornada que recriminan las prisas de los misioneros españoles para bautizar a los indios americanos» (316). Hubo, sin duda, en los comienzos de la evangelización de América, bautismos prematuros, a veces masivos, pero dejando a un lado estos casos aislados de celo apostólico imprudente, ha de decirse que en parroquias, doctrinas y reducciones de indios se realizó en la América española una gigantesca labor catequética.


El autor de esta obra es el sacerdote español José Ma. Iraburu, a quien expresamos nuestra gratitud. Aquí la obra se publica íntegra, por entregas. Lo ya publicado puede consultarse aquí.

El Papa Francisco habla sobre el hoy de Latinoamérica

“¿Cuáles son los sectores más emblemáticos o significativos en el cambio de época latinoamericano? En mi opinión son tres, además lo deben de haber escuchado porque esta Carriquiri aquí, así que se lo copio a él. En mi opinión son tres a través de los cuales es posible reactivar las energías sociales de nuestra región para que sea fiel a su identidad y, al mismo tiempo, para que construya un proyecto de futuro: las mujeres, los jóvenes y los más pobres…”

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La Plataforma Cultural One of Us quiere evitar que «Europa muera de infidelidad a sí misma»

“El desprecio de la filosofía, el derecho romano y la tradición judeocristiana, e incluso de la ciencia y las libertades fundamentales son la causa detrás de la «deshumanización del hombre» que recorre el continente. La Plataforma Cultural One of Us ha presentado este sábado su manifiesto Por una Europa fiel a la dignidad humana, donde se compromete a defender los pilares de la cultura del Viejo Continente…”

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