El Matrimonio: una Comunión de Vida y Amor

Carta Pastoral de Mons. Victor Galeone
Obispo de Saint Augustine, Florida

Hermanos y hermanas en el Señor:

1. Algunas legislaciones de estados están considerando leyes que podrían redefinir el matrimonio como la unión estable de dos adultos sin importar el género. Tal legislación equipararía las uniones del mismo sexo con el matrimonio tradicional. Además, continúan extendiéndose los divorcios hasta el punto que las parejas pueden ahora lograr un divorcio de buena fe por internet con un coste de 50 a 300 dólares.

Estos últimos avances son meros síntomas de un desorden sumamente más serio. Hasta que no se afronte la raíz de tal desorden, me temo que continuará cosechando frutos de matrimonios fallidos y empeorando el comportamiento sexual en todos los ámbitos de la sociedad.

¿El desorden? La anticoncepción. La práctica está tan extendida que envuelve al 90% de las parejas casadas en algún momento de su matrimonio, implicando a todas las denominaciones. Puesto que uno de las principales funciones del obispo es enseñar, os invito a reconsiderar lo que la Iglesia afirma sobre este tema y, lo más importante: por qué.

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Muy Pronto, la Publicidad lo Va a Seguir a Todas Partes

Según Paco Underhill, la escena del film futurista de Steven Spielberg Minority Report, en la que el personaje representado por Tom Cruise es acosado por una publicidad en video dirigida directamente a él mientras va caminando por la calle, es más que simple ciencia ficción.

Gracias a la tecnología de telefonía celular que permite rastrear al usuario y determinar su paradero, los comerciantes minoristas ya tienen acceso a una tecnología que les permite determinar cuándo un determinado cliente ingresa a un comercio. Con esa información a su alcance, los comercios podrían crear mensajes publicitarios especialmente dirigidos a la persona en cuestión sobre la base de datos demográficos o de las preguntas que se le hicieron al momento de suscribirse al servicio de telefonía celular.

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Las Mal Llamadas Uniones de Hecho

La polémica sobre las parejas de hecho y sobre el intento absurdo de asimilarlas a los matrimonios cada vez arrecia más. Y cuanto más dejan al descubierto quienes favorecen las parejas de hecho sus reales deseos y motivaciones, más claro queda el intento de subvertir todo un sistema jurídico de protección a la familia, la única que, por proyección social, exige un ordenamiento jurídico. Es el gusto, el capricho, el egoísmo lo que decide. Nietzsche escribía: Que sea lícito actuar al propio gusto, o como quiere el corazón; en todo caso, más allá del bien y del mal. La autora de este profundo y cualificado análisis, doctora en Derecho y en Derecho Canónico, es profesora titular de Derecho Eclesiástico del Estado en la Universidad de Santiago de Compostela.

La realidad multisecular de la familia se encuentra hoy afectada por una de las crisis más profundas de su historia, consecuencia de la radical transformación que ha sufrido en las últimas décadas, cuyo curso -dirá Martínez de Aguirre- ha agrietado gravemente la estructura interna de un edificio imponente -el de la que podríamos llamar “familia tradicional”-, hasta producir su, al menos, aparente ruina en el mundo contemporáneo.

Es indiscutible que sobre pocas cosas existe hoy tan rotundo desacuerdo como sobre lo que sea la familia, una realidad por todos reconocida como la estructura primaria del entramado social. La familia de fundación matrimonial, es decir, aquella que surgía del vínculo conyugal estable entre un varón y una mujer, va perdiendo sus antiguos y sólidos fundamentos, y hoy se viene hablando de la familia incierta, que se legitima, no sólo sobre la base del matrimonio tradicional, sino también en una serie de uniones que Navarro Valls llama a la carta, en las que coexisten cohabitación de hecho y matrimonio, uniones homosexuales y heterosexuales, provisionales y permanentes, sentimiento y compromiso. Una de las características más acusadas de lo que se viene conociendo como la post-modernidad, es lo que Malaurie llama la desafección hacia el matrimonio: cada vez hay menos matrimonios y cada vez el matrimonio parece tener menos sentido; y una de las consecuencias más típicas de esa desafección es el aumento progresivo de las uniones no matrimoniales.

En todo caso, se puede percibir ya una corriente de desafección también hacia este tipo de uniones, sustituidas por una vida en solitario, con encuentros sexuales esporádicos u ocasionales. En este contexto de lo que podríamos llamar con Piepoli la familia afectiva, regulada por la lógica de la espontaneidad y arbitrariedad de los sentimientos, es donde cabe situar el fenómeno de las mal llamadas uniones de hecho.

La convivencia more uxorio (matrimonial) no es una realidad novedosa; pero sí lo es, sin embargo, la pretensión de presentarlas, social y jurídicamente, como situaciones equivalentes, análogas al matrimonio, consecuencia de la progresiva privatización de la familia, que pasa a ser entendida como un asunto privado, regulado de manera determinante por la gestión personal de la intimidad. La legislación europea Tanto en el Derecho europeo como angloamericano, la regulación específica de nuevos modos de convivencia se halla poco extendida, y allí donde existe es relativamente reciente. Son todavía numerosos los países que no poseen una regulación orgánica de las uniones de hecho, si bien los respectivos ordenamientos jurídicos les reconocen efectos fragmentarios, dispersos en la legislación, y sus tribunales adoptan soluciones a los problemas que de facto se plantean, mediante el recurso a figuras generales del Derecho común de contratos y del Derecho patrimonial, rehusando aplicar, por vía analógica, las normas que regulan el matrimonio a las uniones de hecho.

En esta situación se encuentran, entre otros países -además de España, con las peculiaridades que veremos-, Italia, Alemania, Bélgica y Portugal. Sin embargo, existen varios países europeos en los que se han aprobado leyes por las cuales se concede un estatuto jurídico orgánico, más o menos amplio, a las uniones no matrimoniales. Así, por ejemplo, sucede en Dinamarca, desde 1989; en Noruega, desde 1993; en Groenlandia, desde 1994; en Suecia, desde 1995; en Islandia y Hungría, desde 1996; en Holanda, desde 1998; y, por último, en Francia, que aprobó, tras un largo e intenso debate social y político, el llamado Pacto Civil de Solidaridad, en octubre de 1999. Como es sabido, los países nórdicos fueron los primeros en el mundo que aprobaron una amplia regulación de las parejas homosexuales, equiparando la unión homosexual registrada al matrimonio heterosexual.

En unos u otros términos, todas las legislaciones nórdicas disponen que la convivencia inscrita de homosexuales produce los mismos efectos jurídicos que el matrimonio en cuanto a los conviventes. Sin embargo, no existe equiparación en lo que respecta a los hijos, de tal manera que, a excepción de Islandia, no pueden ejercer conjuntamente la patria potestad sobre el hijo de uno de ellos; no pueden adoptar conjuntamente ni ejercer un derecho de guarda conjunto; y se excluye a las parejas homosexuales de las prácticas sobre reproducción asistida.

La legislación holandesa merece una mención especial. La ley de Convivencia inscrita, que entró en vigor el 1 de enero del 98, se remite en bloque a la regulación matrimonial. En cuanto a los hijos, hoy está admitida la posibilidad de adopción conjunta por parte de parejas no casadas, también homosexuales, restringida, eso sí, a niños de nacionalidad holandesa, por haber suscrito este país el Convenio de la Haya sobre Adopción. A pesar de la amplitud de la normativa holandesa sobre uniones de hecho, en Europa sólo Holanda se ha planteado seriamente abrir la unión matrimonial a homosexuales, cuestión que, como es sabido, está siendo sometida estos días a debate en el Parlamento neerlandés. De esta breve referencia a la legislación comparada, puede concluirse que las leyes vigentes en el Derecho continental europeo han optado por la regulación institucional de las uniones de hecho, tanto heterosexuales como homosexuales, otorgándoles un estatuto jurídico, más o menos amplio, muy similar al del matrimonio.

El Derecho español estatal y autonómico

El ordenamiento jurídico español viene reconociendo, desde hace ya algunos años, determinados efectos jurídicos a las uniones hetero-sexuales u homosexuales que conviven more uxorio, sin que se haya logrado hasta el momento la aprobación de una ley estatal que las regule de modo orgánico y unitario, pese a las distintas proposiciones de ley presentadas, tanto en la pasada legislatura como en ésta, ante el Parlamento español. Sin embargo, se da la peculiar circunstancia de que varias Comunidades autónomas -como la catalana, la aragonesa y, muy recientemente, la Navarra- han promulgado sus propias leyes autonómicas, regulando de modo institucional la convivencia de hecho.

La preocupación del legislador español por las uniones de hecho comienza en la década de los 80, limitándose en ese momento sólo a las uniones heterosexuales. A partir del año 81 comienzan a reconocerse ciertos derechos, hasta la fecha reservados a los cónyuges, en algunas leyes particulares. Así, y por destacar algunos más significativos, la ley 21/87 sobre la adopción, y la ley sobre técnicas de reproducción asistida, de 1988, conceden prácticamente los mismos derechos en esta materia, tanto a las personas casadas como a los unidos afectivamente sin vínculo matrimonial. Siguiendo con el Derecho vigente, ya no estatal sino autonómico, son en la actualidad tres las Comunidades Autónomas que han promulgado sus propias leyes sobre convivencia extramatrimonial; por orden cronológico: la Comunidad catalana, por ley 10/98, de 15 de julio, sobre uniones estables de pareja; la aragonesa, por ley 6/99, de 26 de marzo, de parejas estables no casadas; la Comunidad Foral Navarra, por ley 6/2000, de 3 de julio, para la igualdad jurídica de las parejas estables.

La Comunidad Autónoma Catalana promulgó, pocos meses más tarde, otra ley sobre Situaciones convivenciales de ayuda mutua (Ley 19/98 de 28 de diciembre), a la que pueden acogerse personas sin vínculo matrimonial ni pareja estable, que sean parientes en línea colateral, o que tengan relaciones de simple amistad o compañerismo. El número de conviventes queda limitado a cuatro.

Dejando al margen esta ley, las leyes autonómicas sobre parejas estables tienen en común -con ligeras variantes- ofrecer un amplio estatuto personal y patrimonial a los conviventes, similar al del matrimonio, y estar abiertas tanto a uniones heterosexuales como homosexuales; es Navarra la única que admite la adopción conjunta por parte de homosexuales, con iguales derechos y deberes que las parejas unidas por matrimonio, según se dispone, textualmente, en su art. 8.

De esta sucinta referencia a la legislación española, tanto estatal como autonómica, pueden apuntarse algunas reflexiones. En primer lugar, parece claro que la unión libre es hoy un concepto muy difuso, social y jurídicamente. No sólo es de definición incierta por la gran variedad de situaciones que puede abarcar, sino que, además, es una realidad de muy plurales efectos jurídicos, que se producen individualmente según las más diversas circunstancias, y son específicos de cada unión. En todo caso, pienso que la unión libre que podríamos llamar típica puede definirse a partir de las siguientes notas: convivencia; cierta estabilidad, que en la unión libre no es más que una constatación de duración que se proyecta al pasado; autonomía de las partes en cuanto a los derechos y deberes que la caracterizan; y disolución informal y libre: tanto la unión matrimonial civil como la unión de hecho, son disolubles, pero ésta, a diferencia del matrimonio, se extingue por la mera voluntad de uno de los conviventes, y, como diría d’Ors, sin necesidad de estrépitos judiciales. Por otra parte, resulta de la mayor importancia destacar algunas premisas muy claras de las uniones more uxorio, en relación con la institución matrimonial:

Deberes no, ¿derechos, sí?

En lo que se refiere al estatuto personal de los conviventes, no cabe configurar la convivencia de hecho, desde el punto de vista jurídico, con ninguno de los deberes del matrimonio, y, por lo tanto, con ninguno de sus derechos. En efecto, entre los conviventes se entrecruzan unos consentimientos difusos en cuanto a su contenido, que no vinculan jurídicamente a las partes en lo que respecta a su estatuto personal: como precisa Lacruz la unión libre no excluye, desde luego, el respeto entre los conviventes, o la fidelidad que voluntariamente se guarden (…), o la mutua ayuda; antes bien, lo usual es que se practiquen, al menos tendencialmente, pero fuera de toda obligación, y, en general, del campo de lo jurídico.

Puede que los conviventes, antes de iniciar su relación estable, celebren un convenio o acuerdo que se refiera también a los derechos y deberes entre ellos de naturaleza personal, pero lo que pacten o determinen carecerá de eficacia jurídica: su validez y cumplimiento queda al arbitrio de los propios contratantes, ya que esos derechos y deberes no podrán exigirse jurídicamente ante ninguna instancia. En segundo lugar, los pactos relativos a los hijos sólo son posibles en los mismos términos que en el matrimonio, con absoluto respeto de lo dispuesto en los art. 154 y ss. del Código Civil, por ser esas normas de ius cogens (derecho vigente) en su mayor parte. Sin embargo, no opera la presunción de paternidad, prevista exclusivamente respecto de la unión matrimonial. En lo que se refiere a los pactos que tienen por objeto regular los efectos económicos de la convivencia more uxorio, tienen mucho mayor campo de actuación y efectos, y hoy se hallan plenamente admitidos tanto por parte de la doctrina como por la propia jurisprudencia, que da en ocasiones eficacia a los sólo tácitos. En ausencia de pacto, nuestros tribunales suelen aplicar las normas del contrato de sociedad al régimen de los bienes comunes de la pareja. En otras ocasiones, el Tribunal Supremo ha recurrido a las normas sobre la comunidad de bienes, o sobre enriquecimiento sin causa, cuando una de las partes haya obtenido ventajas económicas o patrimoniales de su convivencia con la otra.

En definitiva, el ordenamiento español estatal ha seguido, por ahora, la vía de reconocer efectos colaterales a las uniones de hecho, en leyes dispersas, en lugar de regular de modo orgánico en una ley unitaria dichos efectos; pero parece claro que se trata de una opción provisional, en tanto no se resuelva el cúmulo de problemas jurídicos que plantea su regulación orgánica, más o menos amplia.

En todo caso, que la intención del legislador español se orienta hacia la regulación institucional de las uniones de hecho, parece hoy tan indiscutible como inminente. El tránsito del sistema de concesión de efectos al reconocimiento institucional de las relaciones convivenciales more uxorio, no carece, precisamente, de importancia. Porque una cosa es el reconocimiento de efectos parciales de carácter económico, o dirigidos a evitar situaciones convivenciales objetivamente injustas, y otra muy distinta la configuración por ley de una especie de matrimonio de segunda clase, mediante la institucionalización de dichas formas de convivencia. En efecto, la institucionalización de la convivencia more uxorio, en la cual la disolución ad nutum (al libre albedrío), es un elemento definitorio, distorsionaría todo el sistema familiar, produciendo una clara debilitación de la institución matrimonial, que, llevada a su extremo, haría prácticamente inútil la propia noción de matrimonio.

La panorámica que hemos tratado de ofrecer sobre la regulación legal de las situaciones convivenciales de hecho -en Derecho español y comparado-, permite, cuando menos, sospechar que nos hallamos ante dificultades e incongruencias lo suficientemente graves como para merecer una atenta y desapasionada reflexión. El planteamiento sería el siguiente: si el fenómeno de las situaciones convivenciales de hecho se reduce a un problema de simple concesión de efectos, o, más bien, nos encontramos con el progresivo diseño de una figura institucionalizada ad instar matrimonii (como a modo del matrimonio). La masiva concesión de efectos, o mejor, como decimos, la progresiva institucionalización de la simple cohabitación, es el resultado de una espiral que tiene principio pero parece no tener fin.

En efecto, esta equiparación comienza a girar en torno a la progresiva desinstitucionalización del matrimonio civil. Y cito a Martínez de Aguirre: Si el acceso al matrimonio está abierto a quien quiera contraerlo, sólo por el hecho de querer contraerlo (pérdida de importancia de los impedimentos); si el deber de fidelidad no goza prácticamente de protección legal alguna (despenalización del adulterio, divorcio y separación puramente objetivos); si cabe cualesquiera combinaciones entre sexualidad, procreación, matrimonio y familia (medios contraceptivos, técnicas de reproducción asistida, desaparición del impedimento de impotencia); si, en fin, el matrimonio se disuelve por el consentimiento de ambos cónyuges o la voluntad de uno de ellos; entonces hay que concluir que, en efecto, el ordenamiento positivo carece de un concepto propio de matrimonio, y que, dentro del mismo, caben opciones muy diferentes (…) En esta perspectiva, ¿qué queda del matrimonio? Cada vez más, sólo un nombre y una forma. Una cáscara vacía.

¿Qué queda del matrimonio?

En particular, la admisión del divorcio distorsiona todo el sistema matrimonial civil. En efecto, la posibilidad de disolver el vínculo no es un fenómeno periférico o superficial, sino que altera sustancialmente el concepto mismo de matrimonio, de tal manera que se puede afirmar que matrimonio indisoluble y matrimonio disoluble no son, en sustancia, la misma institución con una diferencia relativamente importante pero, al fin, accidental, que atañe tan sólo al modo de extinción: son dos figuras jurídicamente diferentes. En definitiva, y sin ánimo de radicalidad, sino de pura coherencia, puede concluirse que, en el ámbito civil, ya no existen dos instituciones perfectamente diferenciadas -el matrimonio y la unión libre-, sino dos formas de uniones paraconyugales, más o menos libres: el matrimonio disoluble y las uniones de hecho, más disolubles todavía. La ausencia de vínculo, y, en consecuencia, de una relación jurídica propiamente dicha entre los conviventes, pone de relieve las dificultades para considerar como familia, también desde el punto de vista jurídico, la resultante de una unión no matrimonial. En efecto, los conviventes no están ligados entre sí por relación jurídica alguna, porque la mera convivencia no es, insisto, una relación jurídica; de lo cual sólo puede deducirse que los meros conviventes no constituyen una familia.

Hay, en caso de descendencia común, relación jurídica padre-hijos, madre-hijos, y de los hermanos entre sí como parientes, pero no entre el padre y la madre, como tampoco entre los conviventes sin descendencia: el tejido de relaciones jurídico familiares queda gravemente distorsionado, y es, cuando menos, incompleto. En consecuencia, el Derecho de familia no puede pretender la protección de simples relaciones asistenciales, amistosas o sexuales; lo que pretende es tutelar un estilo de vida que asegure la estabilidad social y el recambio y educación de las generaciones. La ley puede regular determinadas cuestiones económicas para evitar la desigualdad o el enriquecimiento injusto, pero no puede ir mucho más allá en materia de equiparación con el matrimonio.

Homosexuales

En cuanto a las parejas homosexuales, parece innecesario añadir que los posibles efectos civiles que puedan derivarse de este tipo de relación nunca pueden pertenecer al Derecho matrimonial o de familia: es claro que éstas son situaciones convivenciales que se mueven en otra órbita. Las parejas homosexuales pueden pretender cierta protección por parte del Derecho -para evitar, por ejemplo, como hemos dicho, la desigualdad o el enriquecimiento sin causa-, pero nunca pueden pretender ser amparadas por el Derecho matrimonial o de familia porque esa relación no puede considerarse de carácter conyugal, al no ser heterosexual ni estar abierta a la procreación. Pero, además, argumentos como la libertad para decidir sobre su orientación sexual -en terminología cada vez más empleada por la jurisprudencia, por la doctrina y por la propia ley-, el derecho a la intimidad y al libre desarrollo de la personalidad, etc., no justifican suficientemente las razones de interés social en cuya virtud una relación homosexual deba ser objeto de un tratamiento jurídico especial de carácter tuitivo por parte del ordenamiento.

Volviendo a las uniones de hecho, en todo caso, éstas se caracterizan por la precariedad y por la ausencia de compromisos irreversibles que generen derechos y deberes, por lo que no pueden pretender beneficiarse de todas las ventajas del matrimonio sin asumir ninguna de sus obligaciones. La ley no puede dar a los conviventes las garantías que se dan a las parejas casadas, sin que la sociedad reciba a cambio un compromiso de estabilidad. La falta de estabilidad, la ausencia de compromisos de futuro, el sometimiento a la pura voluntad de uno cualquiera de los conviventes, la inseguridad acerca del régimen jurídico aplicable, no constituyen soporte suficientemente sólido sobre el que la sociedad pueda apoyar confiadamente su propia continuidad. De ahí que se esté empezando a hablar del retorno del matrimonio, potenciándose esta institución por no pocos Gobiernos, también en la Europa dominada por la izquierda. Y ello porque, desde las instancias sociales más dispares, viene alertándose -como ha señalado Navarro Valls- que el creciente malestar del Estado del bienestar trae su causa, en buena parte, en problemas cuyo foco radica en la desatención de la familia. Por todo ello, considero de la mayor importancia buscar respuestas no sólo emotivas sino reflexivas a propósito también del tema que nos ocupa, con la convicción de que el considerar ciertas cosas como indiscutibles, proporciona una fuerza extraordinaria.

Dolores García Hervás

Sexualidad Ecológica

¡Viva lo ecológico! Si hay algo que hoy valoramos todos es el grado de naturalidad de las cosas. Los ingredientes de los alimentos, su cultivo biológico, el tejido con que se fabrican las prendas de vestir, la materia prima de los artículos de papelería y oficina… todo se considera mejor si proviene directamente de las manos de la madre naturaleza, hasta propiciar un rechazo a priori de todo lo “artificial” y lo “sucedáneo”.

Resulta curioso que una mentalidad que se las ingenia para hacernos llegar los yogures con el menor número de conservantes posible, haya maquinado todo tipo de medios artificiales para controlar la fertilidad de las mujeres.

El preservativo, la píldora anticonceptiva, la polémica RU-486, el Norplant, el DIU, los espermicidas, etc., gozan de una extraordinaria popularidad. Y la esterilización artificial ostenta nada menos que el primer lugar entre los métodos anticonceptivos utilizados en Estados Unidos.

La publicidad y las campañas de control de la natalidad los presentan como los únicos capaces de garantizar un control seguro de la fertilidad. Eslóganes tan pegadizos como “Póntelo-pónselo”, “Ama sin riesgos”, “Controla tu amor” y otros, a menudo subvencionados con dinero de los propios Estados o de organizaciones internacionales, hacen creer al común de los mortales que los medios artificiales son el único camino para asegurar el sexo sin embarazo. Vista así, la fertilidad se convierte en una enfermedad peligrosa que ha de ser tratada con poderosos fármacos. Y así llega la paradoja; la misma sociedad que sacraliza la naturaleza reniega de su principal fuente y continuadora, que es la vida.

La mención de los efectos secundarios de estos productos es prácticamente nula. Sin embargo, cada vez son más las investigaciones que demuestran la relación entre el uso de la píldora, el cáncer de mama y la trombosis cerebral. Semejantes efectos se han registrado también cuando se aplica la inyección anticonceptiva. Es notable el silenciamiento de los efectos abortivos de muchos de los medios utilizados comúnmente para prevenir el embarazo: el Norplant, las inyecciones, el DIU, o la así conocida “píldora del día después”, así como el riesgo de la pérdida definitiva de la fertilidad. Por último, se presentan como cómodos y fáciles de usar y no se habla de las molestias producidas por ellos como son las náuseas, migrañas, tensión, dolores, aumento o pérdida de peso y fuertes disfunciones menstruales, o su porcentaje de fallo. De hecho, el “sexo seguro” es el menos seguro de los sexos…

Entonces, ¿cómo controlar la natalidad? El medio escogido ha de ser “seguro, barato, fácilmente reversible, fácil de usar, sin efectos secundarios, que prevenga el embarazo y que sea adecuado para todas las parejas en todos los momentos de su vida”. Quienes se benefician económicamente de la formidable industria de la anticoncepción jamás hablarán de un medio que cumple todos estos requisitos y que, además, es totalmente natural y gratuito. Se trata del método Billings o “Método de la ovulación”, y se basa en el conocimiento, por la pareja, de su cuerpo y su fertilidad.

La mujer sólo es fértil en unos cuantos días (entre 1 y 3, dependiendo de la mujer) previos y posteriores a la ovulación: un total de 4 ó 5 días a lo largo de su ciclo menstrual. Basta con que aprenda a observarse para reconocer los síntomas de la ovulación, y estar cierta de si se encuentra en un día fecundo. Para lograr este conocimiento, existen cursos y libros que enseñan a la mujer a interpretar sus propias señales corporales. Si quiere evitar el embarazo, la pareja se abstiene de las relaciones sexuales durante estos días del mes. De esta forma, ejercen un control natural de su fertilidad. El método es tan efectivo como los medios anticonceptivos artificiales, y mucho más sano.

Como todo lo genuino, utilizar el método natural cuando hay razones para hacerlo ayuda a la vida de pareja. El hombre aprende a conocer y respetar el cuerpo de la mujer, acompañándola a lo largo de su ciclo. Se expresan su amor mutuo cuando tienen relaciones y cuando no las tienen, porque también en ese momento se aceptan totalmente con todas sus potencias y capacidades.

Decía el psiquiatra Victor Frankl que “El amor no se entiende como un efecto colateral del sexo, sino que el sexo es una manera de expresar la experiencia de esa unión definitiva que se llama amor”. Otro psiquiatra, Enrique Rojas, afirma que “El acto sexual es auténtico si es simultáneamente físico, psicológico y espiritual”. El método natural de control de la natalidad se presenta como el medio más capaz de integrar estas tres dimensiones, porque supone un control y una opción responsable por parte de los dos.

Si sólo compras tejidos naturales, consumes frutas y verduras biológicas, prefieres las infusiones a las aspirinas, evitas los conservantes y colorantes, reciclas tu basura, utilizas desodorante sin clorofluorocarbonos, odias el tabaco, haces deporte…, pero introduces en tu cuerpo artefactos, geles y espumas, sazonados con poderosos complejos hormonales, puede que tengas un concepto un poco pobre de lo que significa respetar la naturaleza.

Autor: Marta Rodríguez Fuente: Mujer Nueva

Las Drogas Legales Causan 30 Veces más Muertes que las Prohibidas

Un informe de la OMS revela que el tabaco y el alcohol causan el 12 por ciento de los fallecimientos. Las ilegales, el 0,4.

Alrededor de 205 millones de personas de todo el mundo consumen algún tipo de droga ilegal, según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicado días atrás. Pero su efecto en las condiciones de salud, reflejadas tanto en mortalidad como en años de vida perdida por incapacidad, es mucho menor que el de las sustancias legales: tabaco y alcohol. De acuerdo con el trabajo Neurociencia del uso y abuso de las sustancias psicoactivas, un 12 por ciento de los fallecimientos que suceden cada año se debe a las drogas autorizadas (el 8,8 por ciento al tabaco y el 3,2 por ciento al alcohol), frente a un 0,4 por ciento debido a las sustancias ilegales: cannabis, anfetaminas (incluido el éxtasis), cocaína y opioides.

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La presencia que encanta

Te has hecho alguna vez las siguientes preguntas:

¿Qué significa para ti el arreglo personal?
¿Para quiénes te vistes?
¿Consideras que el vestirse es un verdadero arte?
¿Naces elegante o aprendes a serlo?
¿Qué significa la moda para ti?
¿Qué es para ti el pudor?

Y…

¿Qué me dices de la forma en que te maquillas?
¿Lo haces para cubrir lo que no te gusta o para destacar lo mejor de tu belleza?
Reflexiona por un momento en torno a estas preguntas.

UNA CUALIDAD INNATA

Nosotras las mujeres tenemos una cualidad innata, la que afirma una forma de ser; la que habla sobre nuestra interioridad y anuncia cuanto nos importa, esto ó aquello: somos detallistas y nos fijamos en los detalles.

Cuando miramos, no lo hacemos como el hombre, que mira, pero no procesa todo lo que nosotras como mujeres recordamos fácilmente. Por ejemplo: observamos la caída y textura de un vestido; la belleza de un peinado; el buen gusto en el maquillaje o su uso en exceso.
Es muy difícil que pasemos por alto el acento que complementa todo el conjunto, los accesorios.

Por todo lo anterior: así como miramos a otros, se nos es mirado y juzgado. Ama de casa, profesional, soltera, casada, viuda, incluso religiosa, la forma en que te presentas a los demás, el esmero que pones en tu arreglo personal le dice a los demás: esta soy yo.

EL VESTIDO Y YO

No hay duda que la creatividad de una mujer se despliega a la hora de prolongar su belleza. La moda, es un invento femenino, y las grandes industrias existen gracias a la feminidad de la mujer.
Pero debemos aprender que el vestido es un aliado y complemento para saber llevar nuestra belleza.
Y que arreglo personal no significa moda, sino más bien decoro y señorío.

“Cuando el hombre se viste, cubre su cuerpo; cuando la mujer lo hace, descubre su alma”.

Sobre todo, hoy que todo es tan moderno, debemos prestar especial atención a la hora de elegir lo que realmente va a acentuar y hacer resplandecer nuestra belleza.

Si somos madres, es a través del ejemplo que demos a nuestras hijas como ellas se formaran el concepto de lo que es el pudor y la influencia de la moda.

LA MUJER ELEGANTE

La mujer elegante sobre todo es pudorosa. El pudor es la tendencia natural a la reserva de lo íntimo. Allí donde hay intimidad brota el pudor. La intimidad, de por sí se recata, se reserva, se oculta en su propio misterio, consciente del alto valor que posee.

Porque estoy convencida como mujer de esto, es que sí me importa el largo que tenga mi falda; la forma en que desnudo o cubro mis hombros y el detalle al usar ropa que no ajuste de manera excesiva las formas de mi cuerpo. Por esto es, que a la hora de ir en la búsqueda de un estilo personal, que sólo puede manifestarse con el tiempo, es importante que nos preguntemos:

¿En qué creo?
¿Qué relación hay entre lo que yo creo y me pongo?
¿Existe coherencia entre lo que digo y proyecto a la hora de vestirme?
Si por primera vez se presentará inesperadamente ante mí un personaje al que admiro, ¿me sentiría orgullosa de la impresión que le di?

El magnetismo que surge del buen gusto de una mujer que sabe elegir las prendas de su guardarropa es impresionante. Lo es, porque el vestido, simplemente es como una segunda piel que prolonga la belleza de su alma y la solidez de sus valores y creencias.

¿ Se ha preguntado Usted por qué abunda tanto el link “gay/lesbian”?

La población gay, clientes preferentes de las tiendas en Internet

Cada vez más tiendas en Internet están creando versiones específicas para homosexuales, que se han convertido en blanco del comercio online por tener más poder adquisitivo que el resto de la población. Para estas empresas, los homosexuales estadounidenses son clientes demasiado valiosos como para dejarlos escapar, por lo que cada vez más les abren mayores espacios en sus tiendas virtuales.

Así, las empresas han aumentado sus gastos publicitarios para atraer la atención de estos grupos, cuyos bolsillos suelen estar más repletos que los de la población heterosexual, según los últimos estudios demográficos.

Además, este sector de la población tiende a tener menos hijos, o ninguno, que los heterosexuales, por lo que habitualmente cuenta con más dinero para gastar, un dato que no pasa desapercibido a los directores de las campañas de publicidad. Por otra parte, los homosexuales pasan más tiempo online que los heterosexuales, por lo que se convierten en el blanco ideal del comercio electrónico, señalan los analistas.

Con base en esta información, facilitada por consultoras especializadas en estudios de mercado y comercio electrónico, como Forrester, muchas compañías estadounidenses están volcándose en este sector. La agencia de viajes Orbitz, fundada por cinco aerolíneas hace poco más de un año, es una de las empresas generalistas (no especializadas en artículos para la población homosexual) que más diligentemente se ha preocupado por este grupo. Orbitz llegó este verano a un acuerdo comercial con “gay.com” un portal para hombres gays y lesbianas, con sede en San Francisco (California) y que cuenta con 5,5 millones de visitantes mensuales y cuatro millones de personas registradas, según datos de la compañía.

Orbitz y gay.com alcanzaron ese acuerdo tras analizar diversos estudios de mercado que muestran que los homosexuales viajan en una proporción mucho mayor a los heterosexuales. Según esos estudios, los homosexuales tienen siete veces más posibilidades que los heterosexuales de tomar seis o más vuelos en un año y tienen el doble de posibilidades que ellos de gastarse más de 5.000 dólares en un viaje.

Una página de Orbitz, a la que se accede a través de la web general, publica ofertas y destinos turísticos pensados para la población homosexual, como viajes a West Hollywood o San Francisco, o acuerdos con empresas que ofrecen tours exclusivamente para hombres gay y lesbianas, como Atlantis Events. CarsDirect.com, la compañía de venta de coches nuevos y usados en Internet, es otro de los socios de gay.com, con la que firmó recientemente un acuerdo de intercambio de publicidad.

Las empresas telefónicas, principalmente Verizon y Motorola, figuran entre las compañías que en los últimos tiempos han puesto son ojos en el mercado homosexual. Motorola lanzó al mercado un móvil diseñado para complacer las preferencias de esta población, el Motorola V70, con un sofisticado diseño ovalado en forma de reloj. Además de este artículo, Motorola realizó recientemente la campaña de publicidad “Motopride” para los hombres gays y lesbianas de California y Nueva York, en la que se incluían promociones especiales para varios festivales y otros eventos.

Y es que la población homosexual en Estados Unidos, integrada por unas 16,5 millones de personas, se ha constituido en un filón de oro cada vez más difícil de ignorar.

Publicado en www.abc.es; subrayados de Fr. Nelson Medina.

Huérfanos de la Izquierda; Ensayo sobre los Papás que Torcieron su Camino Ideológico

Rudo cuestionamiento de un hijo decepcionado al papá que coqueteó con la revolución y hoy es neoliberal con barriga. Es una adaptación de Nicolás Morales Thomas para LECTURAS de un ensayo que publicó hace poco en la revista “El Malpensante”.

Algunos tuvimos padres de izquierda. Cierto, éramos pocos, pero algunos tuvimos padres que se decían de izquierda. Intelectuales. Navegaron en las aguas del marxismo como nosotros navegamos hoy por Internet. Todos ejercían su conciencia revolucionaria, sin importar la filiación partidista o el grupo estudiantil en el cual militaban. Eran maoístas, trotskistas, comunistas y llegó a haber uno que otro anarquista. Todos creían en un horizonte socialista. Todos querían hacer la revolución. La mayoría parecía creer en ella.

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Sobre el Control de la Natalidad

(Extractos de un artículo en Mujer Nueva)

1. ANTECEDENTES DEL MOVIMIENTO ANTINATALISTA

A lo largo de la historia, diversos personajes han previsto desgracia debidas al “impacto terrorífico” de un supuesto exceso de población sobre la tierra. El primero en enunciar estas teorías fue Thomas Robert Malthus, economista inglés que en 1798 escribió el “Un ensayo sobre el principio de la población”, obra en la que abordaba el incipiente desequilibrio entre “incremento natural de la población y de los alimentos”. En la práctica, según Malthus, mientras que la producción de alimentos aumenta en progresión aritmética (1, 2, 3, 4…), la población crece en progresión geométrica (2, 4, 8, 16…), de modo que “la época en que el número de los hombres es mayor que el de los medios de subsistencia, ya ha llegado desde hace tiempo”.

La historia ha desmentido esta teoría puesto que, desde entonces, la población ha crecido por lo menos seis veces, mientras que la producción y el consumo de alimentos han aumentado mucho más rápidamente y la calidad de vida de finales del s. XVIII no es, en absoluto, comparable con la actual. De todos modos, el pensamiento de Malthus sigue ejerciendo gran influencia en muchos ámbitos.

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Intelectuales de Todo el Mundo Debaten en Francfort sobre un Mundo Dividido

Una veintena de pensadores buscan respuestas a los conflictos políticos, económicos y culturales
ROSA MORA / JAVIER MORENO | Francfort

La Feria de Francfort, por primera vez, no se ha centrado este año sólo en el negocio de los libros, sino que también ha convocado un congreso, denominado Futura Mundi (Puentes Para Un Mundo Dividido), en el que una veintena de intelectuales discutieron ayer, durante 12 horas, sobre cómo superar las divisiones culturales y económicas entre países ricos y pobres. ‘Es muy fácil celebrar la nueva globalización consumiendo o exotizando otras culturas, en tanto en cuanto se mantengan lejos de nosotros’, dijo Homi K. Bhabha, profesor en Harvard.

Bhabha pronunció estas palabras durante uno de los debates que más interés suscitaron del maratoniano encuentro de ayer en Francfort, que comenzó a las 9.30 y acabó pasadas las 10 de la noche. Se trataba de una mesa redonda sobre Los desafíos de las identidades culturales en un mundo globalizado. En el debate, moderado por Juan Luis Cebrián, consejero delegado de PRISA, se produjo un duro enfrentamiento entre dos de los participantes a propósito de la relación de Europa y el Tercer Mundo: el verde Daniel Cohn-Bendit y la escritora canadiense Naomi Klein.

Cebrián planteó abrir el debate a partir de una reflexión sobre la identidad: ‘Cuando hablamos de identidad estamos hablando de lengua, de cultura, de religión, de geografía y de historia’, dijo. Las discusiones se centraron básicamente en si la idea de identidad supone una ayuda para superar las divisiones en un mundo cada vez más globalizado o, si por el contrario, levanta más barreras entre los pueblos. ‘Cada vez que oigo la palabra identidad, siento miedo’, dijo Abbas Beydoun, del diario libanés as-Safir, en una apasionada intervención. De forma inevitable, el debate recaló en cómo compatibilizar islam y democracia, uno de los grandes argumentos de discusión desde el 11-S. ‘Cuando se nos acusa de que no hay democracia en los países islámicos no se tiene en cuenta que naciones occidentales que gozan de una democracia interior sostienen en el exterior a regímenes no democráticos como Arabia Saudí’, dijo Beydoun.

Un lugar para el budismo

El director del Instituto de Filosofía Oriental de Japón, Yoichi Kawada, tuvo la intervención más sosegada y serena. Kawada reivindicó el papel de la religión budista, que preconiza la compasión, el diálogo y la no violencia en la formación del espíritu nacional japonés. En el debate posterior se le preguntó cómo fue entonces posible que Japón entrase en la II Guerra Mundial como país agresor. En aquel momento predominaba el militarismo y otro tipo de religión, y el budismo perdió su identidad, se defendió.

Por la mañana, Amos Oz, el escritor israelí, fue uno de los protagonistas de la mesa redonda sobre Gobierno mundial y sistemas de valores globalizados. Oz se mostró muy duro con el Gobierno de Ariel Sharon, y dijo con ironía, en referencia a su país: El paciente está listo para ser operado, pero los médicos son unos cobardes. Entre los otros temas que se abordaron en Futura Mundi destacaron Asegurar la igualdad en la era de la biotecnología o Las visiones literarias de un mundo dividido, en el que intervinieron la argelina Assia Djebar, galardonada aquí en Francfort hace dos años con el Premio de la Paz, el indio-canadiense Rohinton Mistry o el afgano residente en Francia Atiq Rahimi.

Chinua Achebe reivindica el diálogo para construir una cultura universal

El escritor nigeriano Chinua Achebe (Ogidi, 1930), que hoy recibirá en Francfort el prestigioso Premio de la Paz, hizo ayer, en conferencia de prensa, un llamamiento al diálogo ‘entre religiones, entre jóvenes y mayores, entre sexos’. Porque, añadió, ‘no se conseguirá una verdadera civilización universal sin diálogo y tenemos que aceptar además que ese diálogo requerirá mucho tiempo y que sufrirá retrocesos’. Para Achebe, es imprescindible que la civilización universal incluya a todas las culturas del mundo, no únicamente a la europea y la norteamericana.

Achebe es el escritor número 54 que recibe el Premio de la Paz, convocado anualmente por la Asociación de Editores y Libreros alemanes y dotado con 15.000 euros. Según el jurado de esta asociación, se le ha concedido porque reconocen en él una de las voces más poderosas y sutiles de la literatura africana del siglo XX; es un profesor y un moralista inflexible, y, sobre todo, un inmenso narrador. Chinua Achebe es sin duda el fundador de la auténtica tradición de novela inglesa en África occidental. Su estilo está fuertemente influido por la literatura oral de su tierra.

Achebe publicó su novela más importante, Todo se desmorona (traducida en España por Ediciones Del Bronce y Edicions 62) en 1958 cuando tenía 28 años. En ella relata de una manera magistral y a la vez sencilla el choque de culturas que se produjo cuando los primeros hombres blancos llegaron a una de las aldeas de la tribu de los ibos, a la que él pertenece, y empezó la catequización y la colonización. Narra asimismo el desmoronamiento de un hijo que se cuestiona la cultura de su tierra frente a las férreas convicciones de su padre, uno de los jefes de los ibos. De Todo se desmorona se han vendido seis millones de ejemplares en todo el mundo.

Las relaciones entre África y Europa es el tema que está en el corazón de mi obra, afirmó ayer el escritor. Desde que yo empecé a escribir hasta ahora las cosas han mejorado mucho. Ahora es más fácil oír nuevas voces de África. Para mi generación, el momento de contar nuestra propia historia llegó en los años cincuenta.

Achebe trabajó en la radiotelevisión nigeriana, en la que fue director del servicio extranjero en 1961. Dimitió cinco años más tarde después de una brutal matanza que sufrió su tribu. Fue embajador de Biafra en Europa y Estados Unidos durante la guerra de Biafra (1967-1970). Finalizado el conflicto, impartió clases en la Universidad Nsukka en Nigeria y fue consejero de la colección Escritores Africanos, de la editorial alemana Heinemann, y en 1971 creó la revista Okike, una plataforma, sobre todo para jóvenes escritores, de reflexión crítica sobre el papel de la literatura en la sociedad. Achebe reside en EE UU desde hace años, donde da clases de literatura africana. Es mi contribución a la cultura norteamericana y además me pagan por ello. En 1990 sufrió un grave accidente de tráfico que le ha confinado en una silla de ruedas. En su día se especuló con la posibilidad de que hubiera sido un atentado. Quedé inconsciente y no sé lo que pasó. No tengo más información, por eso digo que fue un accidente.

El escritor nigeriano afirmó que está muy preocupado por la implantación de la sharia en Nigeria. No tiene nada que ver con la religión, sino con la política. Algunos políticos están jugando con la religión y la están instrumentalizando. Es muy peligroso, porque quien juega con la religión juega con fuego.

Preguntado sobre lo que le diría a George Bush si un día le invitara a almorzar, respondió: Le diría que se tomara con calma lo de Irak, que hay otras guerras más importantes: contra el hambre, contra la pobreza, contra el analfabetismo.

El pragmatismo de Cohn-Bendit frente a las utopías
Paradojas del tiempo, Daniel Cohn-Bendit, el antiguo revolucionario del Mayo del 68 francés, se convirtió ayer en un apasionado defensor de las instituciones (algo reformadas) y del proyecto de la Unión Europea (con un cierto toque verde). Europa es un proyecto para superar los nacionalismos; se ha demostrado que, cosas impensables hace unos años, como la desaparición de las fronteras entre Francia y Alemania, son posibles; necesitamos a Europa como proyecto social y ecológico contra el modelo de EE UU.

Sus palabras provocaron una dura contestación de la escritora canadiense Naomi Klein. Ése es un discurso muy peligroso, dijo. La teoría de la escritora consiste en que la Unión Europea no actúa como “alternativa” a Estados Unidos, como desearía también Cohn-Bendit, sino que “forma una coalición” con Washington. Como ejemplo puso Klein las recientes negociaciones de la Organización Mundial de Comercio (OMC) en Qatar, donde tanto Bruselas como el Gobierno de EE UU defendieron los intereses de sus empresas y de sus agricultores frente a los intentos de apertura comercial de los países más pobres.

Una fortaleza

Cohn-Bendit no sólo sufrió este ataque. Homi K. Baba, profesor de literatura inglesa y norteamericana en Harvard, también le reprochó la defensa de una Europa que se está convirtiendo en una fortaleza. El enfrentamiento entre los dos llegó a tener un cierto tono crispado. Dejemos de alabar la Europa que se encierra como una fortaleza contra la inmigración, le espetó a Cohn-Bendit. En este mundo globalizado en el que existen tantas identidades nacionales hay una presencia muy tangible que no podemos olvidar: los refugiados y los inmigrantes. Cohn-Bendit le replicó con un ejercicio de pragmatismo, y recordó que, pese a disponer del poder, una experiencia que él ha vivido como concejal en Francfort, no se puede cambiar la realidad de un día para otro. No se puede actuar contra la voluntad de la mayoría; hay que ir convenciéndoles de la dirección correcta.

La escritora Klein también rozó la polémica al poner al mismo nivel lo que ella consideró dos fundamentalismos esencialmente comparables: el islámico y el capitalismo de mercado. ¿Cómo descubrir a un fundamentalista? Es fácil: les encantan los sistemas; creen que con un sistema se pueden resolver todos los problemas; no hay más que rezar o ir de compras. Klein es autora de un polémico libro, del que ha vendido millones de ejemplares, titulado No Logo: el poder de las marcas, publicado en España por la editorial Paidós, y en el que critica a las grandes multinacionales y al poder de la publicidad.

Artículos tomados de www.elpais.es:

El Comercio Internacional está Controlado por los Países Ricos

Un informe de Oxfam lanza duras acusaciones contra Europa y EE. UU.

OXFORD (Inglaterra), 18 mayo 2002 (ZENIT.org).- Los líderes mundiales reunidos en Monterrey, México, en marzo, evaluaron las ayudas al tercer mundo. Apenas pasado un mes, Oxfam Internacional ha publicado un informe que critica diversos puntos del sistema de comercio internacional.

El informe, titulado “Normas Aparejadas y Doble Standard”, no condena el comercio internacional en sí mismo, sino que afirma “que las reglas que lo gobiernan están puestas para beneficio de los ricos”.

Oxfam Internacional, organización no gubernamental (ONG), es una federación compuesta por las organización nacionales de Oxfam en algunos países. La ONG observa que mientras los países desarrollados expresan su compromiso de luchar contra la pobreza, en la práctica, obstaculizan las exportaciones que son esenciales si el Tercer Mundo quiere desarrollarse económicamente. Por ejemplo, el estudio hace notar que los países ricos gastan 1.000 millones de dólares cada día en subsidios agrícolas. Esto conduce a la sobreproducción, que sale a los mercados mundiales, minando el sustento de millones de agricultores a pequeña escala en los países pobres.

Cuando las naciones pobres intentan exportar a los mercados de los países ricos, “tienen que hacer frente a barreras de impuestos, que son cuatro veces más altas que las encontradas por los países ricos”, afirma Oxfam. Estas barreras les cuestan 100.000 millones de dólares al año –el doble de lo que muchos de ellos reciben en ayudas, hace notar el informe.

Oxfam ha intentado comprobar qué países son los más activos a la hora de levantar estas barreras. Ha creado un “Índice del Doble Standard” que mide 10 variables de las políticas de comercio de los países ricos. En esta lista, la Unión Europea emerge como el peor delincuente, batiendo por un margen estrecho a Estados Unidos.

Pero Oxfam también intenta sacar partido del polarizado debate sobre globalización y comercio. Observa como los “globófilos” (promotores de la globalización) tienen un punto de vista acrítico sobre el comercio mundial y sus perspectivas de futuro son “más de lo mismo”. Por otro lado están los “globófobos”(los antiglobalización), que consideran el comercio como intrínsecamente malo para los pobres,conduciendo a más pobreza y desigualdad.

Oxfam considera que éste es un “debate falso”,afirmando que “el comercio bien llevado tiene el potencial de sacar a millones de personas de la pobreza”. Pero, advierte, “un comercio en aumento no es una garantía automática de reducción de la pobreza”, desde el momento en que muchas cosas dependen de las reglas que rigen el comercio internacional.
Cómo se organiza este comercio es de crucial importancia para el desarrollo económico del Tercer Mundo. El informe precisa que las exportaciones suman ahora más de una cuarta parte del producto interior bruto combinado de los países en desarrollo, una proporción bastante más alta que en los países ricos.

S

i los países en vías de desarrollo aumentaran su proporción de exportaciones en apenas un 5%, observa Oxfam, esto generaría 350.000 millones de dólares, siete veces más de lo que reciben en ayudas.

Las exportaciones pueden ayudar a los países más pobres de diversas formas. No sólo proporcionan una fuente directa de entradas económicas para los pobres, sino que también crean oportunidades para el empleo y la inversión. El informe menciona el éxito de muchos países del sudeste asiático como un ejemplo que lo que se puede alcanzar cuando el crecimiento de la exportación tiene éxito.

Con todo, la promesa de aumentar la riqueza a través de las exportaciones no se ha cumplido en muchas regiones. Oxfam observa que los países ricos aumentaron en 1990 la renta per cápita de sus exportaciones en 1.938 dólares, comparados con los 51 dólares de los países de bajos ingresos y los 98 dólares de los países de ingresos medios. Y el éxito de la exportación en países en vías de desarrollo se ha visto limitado especialmente en el Este de Asia, y así el Sur de Asia y el África subsahariana juntos suman menos del 2% de las exportaciones de bienes manufacturados de los países en vías de desarrollo.

Se necesitan reformas

Oxfam sugiere algunos puntos a reformar. Para ayudar a los países pobres a aumentar sus exportaciones, pide las entradas libres de impuestos y libres de cuotas para todos los países de ingresos bajos. También desea una reducción general en las tarifas más altas, de modo que ninguna tarifa aplicada a exportaciones en países en vías de desarrolla exceda el 5%.

El informe también pide una prohibición que comprenda todos los subsidios a la exportación, y una reestructuración de los subsidios agrarios para alcanzar objetivos sociales y medioambientales, más que para aumentar las exportaciones.

Oxfam reconoce que, cuando tiene lugar, “la liberalización de la importación en los países en desarrollo, y es cuidadosamente diseñada y correctamente gestionada, puede también ayudar a los pobres”. Sin embargo, es necesario que forme parte de una coherente estrategia de reducción de la pobreza para evitar los efectos dañinos de una liberalización incontrolada.

Sobre la cuestión del comportamiento de las compañías multinacionales, el informe comenta que la inversión extranjeras tiene efectos buenos y efectos malos. Oxfam pide a los gobiernos que hagan y apoyen leyes consistentes para aumentar el empleo con los estándares de la Organización Internacional del Trabajo. También recomienda que los países de origen sumen las inversiones de sus compañías a sus acciones en los países en desarrollo.

Surge otro problema del hecho de que muchos de los países más pobres siguen sufriendo una profunda dependencia en materias primas. Más de 50 países en desarrollo dependen de tres o menos de estas materias primas, hasta el punto de dedicar a ellas la mitas de sus ganancias de exportación. Los cambios incontrolados de precios conducen a estos países a graves problemas.

Para luchar contra esto, el informe recomienda la creación de una organización que supervise el mercado global de materias primas, que tendría como uno de sus objetivos la reducción de la volatilidad de los precios. Esta nueva institución “incluiría mecanismos financieros diseñados para respaldar la balanza de la demanda, en niveles de precios razonables”. También trabajaría en apoyar la diversificación, y en aumentar el valor de las exportaciones a través de estrategias de valor añadido a los productos de los países de bajos ingresos, recomienda Oxfam.

Reacciones al informe

El Director General de la Organización Mundial de Comercio, Mike Moore, dio la bienvenida al informe de Oxfam. “Oxfam ha puesto encima de la mesa argumentos sensatos”, comentaba en una nota de prensa el 11 de abril.”Las críticas de Oxfam a las barrera que los países ricos ponen a las importaciones de los países pobres, por ejemplo, son enteramente correctas”.

Pero Moore criticó el informe por no tomar suficientemente en cuenta las acciones llevadas a cabo, por la Organización Mundial de Comercio, para liberalizar el comercio mundial y los avances ya obtenidos en esta área.

Es importante recordar que, desde 1990, la esperanza media de vida ha subido de los 30 a los 67 años, que, desde 1970, el porcentaje de personas en el países en vías de desarrollo que muere de hambre ha caído de un 35% a un 18%, y que hoy cerca del 80% de las personas en los países en desarrollo tienen acceso a agua potable limpia, en comparación con el 30% de 1970”, escribía Moore.

Un análisis del informe, publicado el 8 de mayo por el columnista de opinión del Financial Times, Martin Wolf, era mucho más crítico. Wolf reconocía que el informe presenta algunos puntos válidos, tales como el problema de los bajos precios de las materias primas y de la dualidad del sistema de comercio a favor de los intereses de los países ricos. Sin embargo, él defendía que, con frecuencia, los problemas de los países pobres a la hora de entrar en el mercado mundial son debidos a sus propias deficiencias, y no solamente al proteccionismo. Wolf apuntaba también que muchos países pobres mantienen “barreras al comercio significativamente más fuertes que los países ricos”.

Mientras que el comercio e inversión extranjera han ayudado perceptiblemente a muchos países pobres, mucha gente se ha quedado fuera en este proceso. Y la pobreza severa permanece como un problema acuciante en muchos países.

Por esta razón, Juan Pablo II pedía una globalización de la solidaridad para luchar contra la pobreza. En las observaciones hechas el 11 de abril a los miembros de la Pontificia Academia para las Ciencias Sociales, el Papa invitaba a los líderes políticos y económicos a que “crearan sistemas de solidaridad” para evitar las consecuencias negativas de la globalización. La creciente interdependencia de las naciones tiene consecuencias positivas y negativas, hacía notar Juan Pablo II. Lo que se necesita, decía, es una “administración de la tierra que esté al servicio de las personas y de los pueblos y no sólo del beneficio”.

Pan y Tulipanes

La historia de Pan y Tulipanes puede despistar por su aparente trivialidad: Durante un viaje turístico en autobús, Rosalba, ama de casa de Pescara, se queda por descuido, en un área de servicio en un descanso del viaje. Ofendida, en lugar de esperar a que la recojan, decide volver a casa por su cuenta. Sin saber cómo, se encuentra camino a Venecia, donde nunca ha estado; al llegar allí decide quedarse y conocer la ciudad. Su estancia le conduce a descubrir un mundo “distinto”, que finalmente resulta ser el suyo, aquel que estaba sepultado en la racionalidad y la cotidianidad.

La historia

Creo que la primera escena de la película es el programa temático que habrá de ofrecernos: recorriendo algunos lugares donde se dio el encuentro entre la cultura griega y la romana, el guía turístico hace una pequeña reflexión sobre la naturaleza ambivalente de Italia —y yo pienso que el tema es extensivo al Occidente—. Entre la inspiración griega y la eficacia romana; entre la ley romana y la estética griega: ahí está Italia, ahí está la civilización de Occidente; ahí estamos quizá nosotros mismos.

Pero el desarrollo no es teórico sino narrativo. Rosalba es la encarnación de la (aparente) ineficiencia. Es una “inadaptada”; una persona con dificultades, siempre pequeñas pero siempre presentes, para usar todo lo que la tecnología y la racionalidad ofrecen, empezando por el uso inteligente del inodoro en que se le cae uno de sus pendientes, incidente tonto, que sin embargo motiva el retraso por el que ella se separa del grupo de paseantes.

Rosalba, pues, sometida al absurdo de su ineficiencia, debe llamar a su esposo, pero éste es el polo opuesto: acaba de cambiar de número celular porque ha conseguido un nuevo aparato con una pila fantástica y unas servicios fantásticos. Como ella no puede llamar debe esperar a que la llamen, y así sucede: el esposo, que es la encarnación de la racionalidad eficientista exasperada, no puede ni quiere entender las “pequeñeces” que hacen tan torpe a su mujer.

La rebeldía de ella, al separarse del grupo, no es entonces un pretexto del guión, es el grito que nace de una vida nunca escuchada, nunca acogida; siempre tasada, calificada… y reprobada.

Rosalba emprende un camino sin dirección. O mejor: esta vez se deja guiar no por la cuadrícula de un paseo programado, aburrido y calculado. Esta vez se permite oír su corazón, y entonces suceden dos cosas: primero, que sus sueños adquieren relieve y color; segundo, que pronto entra en contacto con las vidas rotas, desgastadas, manoseadas que este mundo eficiente va dejando tiradas por el camino. Es impresionante, por ejemplo, el caso de aquella mujer que tiene una gran camioneta y mucho dinero, pero que mide las épocas y lugares con la frialdad de aquel comentario: “¡Oh, sí! Por aquella época fui a Copenhage para mi segundo aborto…”.

Ese camino de la inspiración y de la apuesta por los sueños lleva a nuestra protagonista a Venecia. Allí palpa una soledad extraña pero no devoradora. De algún modo es la soledad que le permite auscultar sus propias fuentes: su propia risa, su propia travesura (como tomar una foto de sí misma con un espejo), en fin, sus propios gustos.

El dinero se agota y un capítulo nuevo se abre: hay que sobrevivir en el mundo. Busca un trabajo y un hospedaje más permanente, pues ya se ha resuelto a vivir su experiencia de libertad y corazón abierto hasta el fondo.

El hospedaje lo logra en un antiguo edificio donde vive Fernando, camarero de un restaurante de mediana calidad adonde ella ha acudido varias veces. Fernando es otra cara del rostro final de la racionalidad eficientista: aprisionado por sus recuerdos y maltratado por sus adicciones (sobre todo, el juego), ahora sido es poco más que un desecho, una vida que carece de color y de horizonte. Su obsesión, su única salida es el suicidio, y a ese final se dispone estoica y fríamente.

De modo que Rosalba y Fernando son dos polos, no opuestos sino complementarios. Son dos náufragos del mundo de la lógica implacable; dos seres unidos por una sentencia: “inhábil para el mundo”.

En el mismo edificio hay otros que han naufragado. Grazia es una mujer todavía joven, “masajista holística”: una persona que quiere de algún modo brindar descanso y ofrecer un lenguaje de ternura que nadie sabe entender ni leer en su justa proporción. Sus clientes, casi todos hombres, no pueden tocar sin desear. Pertenecen al mismo mundo que el Sr. Baretta, el esposo de Rosalba: gente reprimida que luego explota en un desvarío de sexualidad atropellada e insensible. Saben de ardor pero no de calidez; conocen el furor de la pasión, no la fuerza de la amistad o de la comprensión. Nada de raro entonces en que Grazia y Rosalba se hagan amigas. Descubren que no es difícil compartir el lenguaje cuando ya se comparten tantos vacíos y tantas lágrimas reprimidas.

Mientras tanto, el Sr. Baretta ha quemado sus propios cartuchos. Fiel a su lógica, intenta básicamente recuperar el control de lo que se ha salido de su dominio. Está inhabilitado para entender que alguien escape de sus esquemas, así como no ha podido entender que a Rosalba se le rompan tantas cosas o le fallen tantos aparatos en las manos. Cuando ella decide quedarse en Venecia para unas “vacaciones”, él asume la situación como un problema, y lo resuelve: sus demandas de sexo quedan satisfechas con la amante con la que lleva una relación metódica, anodina, esquemática y estéril, como su vida entera. Y el desorden de la casa queda resuelto con alguna empresa especializada.

Pero hay que encontrar a la fugitiva, y es aquí donde interviene Constantin, un rechoncho plomero que tiene su propio sueño: convertirse en uno de esos investigadores policiales que pueblan su imaginación después de centenares de novelas leídas. El Sr. Baretta no lee nada ineficiente, y hace rato que no sueña, pero ve en Constantin una oportunidad de resolver a un costo razonable su problema; reconducir al orden a su díscola esposa. Y así llega Constantin a Venecia, buscando con sus propias y risibles fuerzas a una mujer de la que muy poco conoce.

Las cosas suceden de tal modo que Constantin se conoce con Grazia, y un absurdo más llega a sus vidas: se enamoran. Finalmente se reconocen mutuamente como miembros de un equipo extraño pero feliz, y, a ritmo de los acordes del acordeón que Rosalba ha reaprendido, tienen una sencilla pero memorable fiesta celebrando el cumpleaños de Eliseo, el nieto de Fernando.

Entretanto, es un hecho que Rosalba ha abandonado su familia y aunque una amante y una empresa puedan solucionar muchas cosas para el Sr. Baretta, nada arreglan de las necesidades de mamá que tiene Nicolás, el hijo menor de esta pareja. De hecho, de los dos hijos que ellos tienen, Nicolás es el más parecido a Rosalba, mientras que el hijo mayor es fiel copia de su padre. Nicolás consume marihuana, no cree en el colegio, detesta, lo que llamaríamos, “el sistema”. Pero su rebeldía va yendo muy lejos; Rosalba lo entiende y en últimas es por él por quien vuelve a Pescara, y a su rutina de ama de casa.

Fernando deja caer uno por uno los pétalos de los tulipanes que Rosalba le ha dejado al despedirse. Se siente succionado por la vorágine de sus antiguas obsesiones; sobre todo, el licor y la muerte. Constantin, quien ya le quiere mucho, intenta detenerlo en su caída, pero Fernando entiende que su remedio tiene respuesta sólo en un nombre: Rosalba, y por eso, aunque suene loco, va a Pescara a declarar su amor y a recuperar el valor y la estatura de su sueño.

La película termina en fiesta: Fernando canta, Rosalba toca el acordeón y todos danzan, todos los que no cupieron en el mundo, incluyendo a Nicolás, Constantin, Grazia, y hasta el portero del “hotel” (un barco anclado) en que Constantin ha pernoctado mientras investigaba el paradero de Rosalba. A esta fiesta está permitida la entrada a los excluidos, y está prohibida, de algún modo, para los que siempre se sintieron fuertes, razonables y cuerdos.

El Mensaje

En el breve tiempo que Rosalba vive de vuelta de sus vacaciones hay una escena decisiva. Tiene su ropa de dormir y se dispone a acostarse junto a su esposo, con el que no ha tenido más comunicación que unas postales y cartas. Mil cosas pasan por su mente: recuerdos, preguntas, proyectos… Está resuelta a abrir su corazón y a plantear algún diálogo. Quizá ofrecer una disculpa, pero también desahogar el alma. Tal vez sembrar las bases de una vida distinta.

El Sr. Baretta no quiere hablar. Su expresión es seca, es la sentencia vestida de indulgencia, realmente cruel de un hombre que tendría que admitir que su mundo no es todo el mundo. Él sólo dice: “En lo que a mí respecta, aquí no ha pasado nada”: un modo urbano de matar el mundo de anhelos que nunca ha querido escuchar; un modo decente de seguir dominando, aplastando, utilizando.

El mensaje es claro: la lógica de nuestro mundo occidental sólo tiene dos puertas de salida: la neurosis de Baretta o el suicidio de Fernando.

El imperativo de la eficiencia es la sentencia que mata la vida, la alegría, la fecundidad, la risa. Baretta no sabe perder dos horas de su tiempo “libre”; su mundo es estricto; él mismo es una máquina que trabaja, sin saber bien para qué o para quién. Es la imagen de la idolatría que lleva a ganar sin disfrutar, a desear sin amar, a negociar sin dialogar, a pasar por alto sin perdonar, a razonar sin entender, a soportar sin esperar, a destruir cada segundo de la vida a nombre del valor de cada segundo de la vida.

Rosalba y Grazia, por su parte, son la imagen de aquella libertad que pone primero a la persona y después a la ley; son gente que entiende las excepciones, las lágrimas, los silencios, las equivocaciones. Han aprendido que, a veces, para llegar no hay que correr, y que la felicidad es una mariposa que sabe posarse frente a los que no la asustan. Pueden cantar y danzar; saben “perder” tiempo, cuando se trata de un amigo; entienden el lenguaje de la misericordia y pueden abrazar a los demás humanos, porque saben que en el fondo todos somos náufragos de alguna historia, de algún sueño o de alguna pasión.

Mi Mamá no tiene Novio

De visita en casa de mis tíos, me divierte ver a mi prima grande prepararse cuando espera a su novio; toda contenta se peina, perfuma y pinta los labios, se viste muy guapa y corre de un lado a otro de la casa, arreglando todo con detalle para que su “mi amor” no encuentre defecto alguno en el entorno.

Entonces llega el novio oliendo a mucha loción y cuando se miran…¡uff!, parece que flotan en el aire. Se abrazan con ternura y ella le ofrece algo de tomar junto con las galletas que le preparó durante la tarde. Además, el celebra todo lo que ella le prepara para cenar con esmero. Luego se sientan a platicar tontería y media por horas, después de lograr que los niños desaparezcamos de la sala; se escuchan el uno al otro sin perder detalle ni soltarse sus manos, hasta que al susodicho no le queda mas remedio que despedirse cuando mi tío empieza a rondar con la almohada bajo el brazo.

Al día siguiente le pregunto a mi mamá quién es su novio, y me dice muy sonriente que su novio es mi papá. “No mami en serio…” pero ella insiste.

¿Cómo va a ser mi papá su novio?. ¡En primera, él nunca llega con un ramo de flores, ni chocolates; sí le da un regalo a mamá en su cumpleaños y navidad, pero nunca he visto que el novio de mi prima se presente con una licuadora o dinero para que se compre algo. Además mamá no pone cara de Blanca Nieves cuando papá llega del trabajo, ni él sonríe como príncipe azul cuando la mira.

Mamá no corre a arreglarse el peinado, ni a pintarse los labios cuando suena el timbre de la puerta y apenas voltea a verlo para decir “hola” porque está revisando las tareas.

El saludo de mi papá, en vez de “hola mi vida” es “Hola ¡que día!” y de inmediato se pone en la peores fachas para estar cómodo.

En lugar de “¿qué se te antoja de cenar?”; Mi mamá le pregunta temerosa “Qué, ¿quieres cenar”? y cuando creo que papá le va a decir “Que bonita te ves hoy”, le pregunta ¿”no viste donde quedó el control de la televisión?”.

Los novios se dicen cosas románticas como “¡cuánto te amo”!, en vez de “¿fuiste al banco?”.
Mi prima y su novio no pueden dejar de mirarse. Cuando mamá pasa delante de papá, el inclina la cabeza para no perder detalle de lo que hay en la tele.

A veces, papá le da un abrazo sorpresa a mamá, pero ella tiene que zafarse por que siempre está a las carreras.

Además, mis papás solo se dan la mano cuando en Misa el padre dice “dense fraternalmente la paz”.

Yo creo que ella me dice que son novios para que no me entere de que “cortaron” cuando se casaron. La verdad es que mi mamá no tiene novio y mi papá no tiene novia.

Qué aburrido… ¡SOLO SON ESPOSOS!

Usando bien la televisión

Pienso que con la televisión, más que decisiones puntuales, hay que hacer toda una labor pedagógica: cuando dentro de una familia o comunidad se plantea el problema: “vamos a ver o no vamos a ver éste programa”, quizá es demasiado tarde, porque ya las personas tienen sus propias expectativas y de alguna manera ya tienen cierto apetito o curiosidad, o lo que sea, por ver ése programa.

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La Presencia que Encanta

Te has hecho alguna vez las siguientes preguntas:

¿Qué significa para ti el arreglo personal?
¿Para quiénes te vistes?
¿Consideras que el vestirse es un verdadero arte?
¿Naces elegante o aprendes a serlo?
¿Qué significa la moda para ti?
¿Qué es para ti el pudor?
Y…

¿Qué me dices de la forma en que te maquillas?
Lo haces para cubrir lo que no te gusta o para destacar lo mejor de tu belleza?
Reflexiona por un momento en torno a estas preguntas.

Una Cualidad Innata

Nosotras las mujeres tenemos una cualidad innata, la que afirma una forma de ser; la que habla sobre nuestra interioridad y anuncia cuanto nos importa, esto ó aquello: somos detallistas y nos fijamos en los detalles.
Cuando miramos, no lo hacemos como el hombre, que mira, pero no procesa todo lo que nosotras como mujeres recordamos fácilmente.

Por ejemplo: observamos la caída y textura de un vestido; la belleza de un peinado; el buen gusto en el maquillaje o su uso en exceso.

Es muy difícil que pasemos por alto el acento que complementa todo el conjunto, los accesorios.
Por todo lo anterior: así como miramos a otros, se nos es mirado y juzgado.

Ama de casa, profesional, soltera, casada, viuda, incluso religiosa, la forma en que te presentas a los demás, el esmero que pones en tu arreglo personal le dice a los demás: esta soy yo.

El Vestido y Yo

No hay duda que la creatividad de una mujer se despliega a la hora de prolongar su belleza.
La moda, es un invento femenino, y las grandes industrias existen gracias a la feminidad de la mujer.

Pero debemos aprender que el vestido es un aliado y complemento para saber llevar nuestra belleza.
Y que arreglo personal no significa moda, sino más bien decoro y señorío.

“Cuando el hombre se viste, cubre su cuerpo; cuando la mujer lo hace, descubre su alma”.
Sobre todo, hoy que todo es tan moderno, debemos prestar especial atención a la hora de elegir lo que realmente va a acentuar y hacer resplandecer nuestra belleza.

Si somos madres, es a través del ejemplo que demos a nuestras hijas como ellas se formaran el concepto de lo que es el pudor y la influencia de la moda.

La Mujer Elegante

La mujer elegante sobre todo es pudorosa. El pudor es la tendencia natural a la reserva de lo íntimo.
Allí donde hay intimidad brota el pudor. La intimidad, de por sí se recata, se reserva, se oculta en su propio misterio, consciente del alto valor que posee.

Porque estoy convencida como mujer de esto, es que sí me importa el largo que tenga mi falda; la forma en que desnudo o cubro mis hombros y el detalle al usar ropa que no ajuste de manera excesiva las formas de mi cuerpo. Por esto es, que a la hora de ir en la búsqueda de un estilo personal, que sólo puede manifestarse con el tiempo, es importante que nos preguntemos:

¿En qué creo?

¿Qué relación hay entre lo que yo creo y me pongo?
¿Existe coherencia entre lo que digo y proyecto a la hora de vestirme?
Si por primera vez se presentará inesperadamente ante mí un personaje al que admiro, ¿me sentiría orgullosa de la impresión que le di?

El magnetismo que surge del buen gusto de una mujer que sabe elegir las prendas de su guardarropa es impresionante. Lo es, porque el vestido, simplemente es como una segunda piel que prolonga la belleza de su alma y la solidez de sus valores y creencias.