¿Son malas las Constelaciones Familiares?

La organización “Constelaciones Familiares”… ¿es una secta? Ésta es la pregunta de una lectora del portal de información católica Aleteia, que ha contestado recientemente Julio de la Vega-Hazas, miembro de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES), y que a su vez sintetiza un artículo más largo del autor publicado anteriormente en Zenit. Lo sintetizamos a continuación.

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¿Por qué se llama padres a los sacerdotes?

Padre, quisiera me aclare este tema: Porq a los sacerdote se les llama: “Padre”, desde cuando? Y con q soporte Bíblico. Me confunde la lectura de Mateo 23,1-12. Mil y mil gracias. Dios le siga bendiciendo. A.C.

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No preguntes por qué se llama “padre” a los sacerdotes; pregunta por qué los niños siguen diciendo padre a sus papás.

O pregunta mejor si la intención de Cristo era tachar una palabra del diccionario, de modo que ya no se pudiera usar en un contexto de familia, o en tantos otros contextos.

Lo mismo que tú preguntas sobre “padre” se puede preguntar sobre la palabra “maestro.” En el mismo pasaje Cristo dice que no llamemos a nadie maestro. Si los niños en la escuela le dicen a quien les enseña matemáticas “Maestro…” ¿están desobedeciendo a Cristo?

El hecho de concentrar la discusión en el caso de los sacerdotes católicos ha sido una estrategia protestante para intentar decir que la Iglesia es desobediente a la Palabra de Dios. Pero los niños de los colegios protestantes ¿nunca usan la palabra maestro? ¿Esos niños no dicen la palabra padre a sus padres? Y sobre todo: ¿era que Cristo quería cancelar palabras del uso cotidiano?

Es evidente que la intención de Cristo no era prohibir el uso natural de una palabra sino más bien indicarnos en quién se realiza de modo pleno cada cosa: el Maestro por excelencia es él mismo, y eso no debemos olvidarlo. El padre por excelencia es el Padre de los Cielos, y eso no debemos olvidarlo.

Y sobre todo, Cristo está condenando el uso presuntuoso de esas palabras, a la manera de los fariseos y los escribas, que querían los honores de esas palabras sin dar lo que ellas significan.

Teniendo eso claro, y sabiendo que las palabras no han quedado tachadas del diccionario, entendemos por qué los cristianos empezaron a llamar “padres” a sus obispos y sacerdotes. La verdad es que el primero que usa esos términos es San Pablo. Por ejemplo, en la Carta a Filemón, dice Pablo que en la cárcel ha “engendrado” al esclavo Onésimo. Y en 1 Corintios 4 dice a la comunidad de corinto que aunque tengan mil maestros (no omite la palabra maestro) tienen un solo “padre,” y añade: “yo os engendré para Cristo.” O sea que Pablo se hace llamar padre.

Un par de siglos más tarde, los monjes del desierto se convierten en ejemplo y en grandes consejeros, que dan vida espiritual a muchos. la gente espontáneamente los llama “abá” — palabra que significa “papá espiritual.” De ahí viene la palabra “abad.”

Cuando se reúne el Concilio de Nicea, en el 325, es muy natural hablar de los padres conciliares, porque la autoridad de los obispos y su servicio, que prolonga el de apóstoles como Pablo, da para usar ese lenguaje. En todo eso no hay deseo de desobedecer sino de servir el Evangelio. Y así debe seguir siendo en nuestros días.

Duda sobre la circuncisión

Padre, me pregunto si el señor Jesus fue circuncidado por qué en los evangelios se habla de su virginidad; a que se hace referencia. Gracias. –M.L.

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Virginidad es la ausencia de toda relación sexual.

Circuncisión es la pequeña operación quirúrgica por la que se corta y retira el prepucio, es decir, la piel que recubre la parte última del miembro viril.

Una cosa no tiene nada que ver con la otra.

Dios bendiga tu formación en la fe.

¿Se cumplen en Jesús las profecías de reconciliación entre padres e hijos?

Estimado Fray Nelson,

Reciba un filial saludo desde tierras venezolanas a las que sé que ama como a su propia patria. Estas líneas tienen por objeto solicitarle que me aclare una duda que expuse a uno de sus colaboradores y de la cual aún no he recibido respuesta.

Para contextualizar un poco el asunto, le comento que soy fundador y administrador de un canal de chat que fomenta el diálogo inter-religioso. A través del este canal desarrollo mis capacidades como apologeta procurando ser fiel a la doctrina de nuestra santa Iglesia católica. Reconozco que mi formación ha sido bastante empírica y accidentada, pero en mi caso, este ministerio virtual resulta en un agente motivador para conocer la vastísima doctrina e historia del Cuerpo Místico de Cristo. En el canal de chat suelen ingresar personas de muchas partes y de diferentes religiones, así que estos últimos años han sido muy fructíferos espiritualmente a través del aprendizaje que he obtenido desde esta experiencia de conquista de areópagos virtuales.

Mi consulta tiene que ver con una objeción que propuso uno de los usuarios frecuentes del chat que profesa ser judío y a la que no pude responder en el momento, pero le prometí revisar el asunto con detenimiento. He procurado la colaboración de varios apologistas que he logrado contactar vía email pero no he quedado satisfecho con sus respuestas. Finalmente, recurro a usted para que me ayude a responder esta cuestión.

A continuación expongo la objeción tal como se la he planteado a otros hermanos apologetas y seguidamente, le expreso mis propias cavilaciones.

“He aquí que yo os envío al profeta Elías antes que llegue el Día de Yahveh, grande y terrible. Él hará volver el corazón de los padres a los hijos, y el corazón de los hijos a los padres; no sea que venga yo a herir la tierra de anatema.” (Malaquías 3,23-24)

Objeción de un judío: existe una grave contradicción con la profecía mesiánica de Malaquías.

La profecía de Malaquías dice que en tiempos del Mesías, Dios hará que resurja el amor de padres a hijos y viceversa. Y Jesús dijo: “no crean que vine a traer la paz sino la espada y la enemistad de padres a hijos, etc.” Por otra parte, al bautista le preguntaron si era Elías y respondió que no lo era, razón por la cual no vino Elías a ungir al Mesías. En conclusión, la nación judía hizo bien al no creer en Jesús como el Mesías esperado.

En el evangelio según san Marcos 9,11-13, Nuestro Señor afirma que Elías ya vino y en el evangelio según san Mateo 17,13 Jesús dice que Juan Bautista fue el Elías que se esperaba y que su muerte fue un anticipo de la del Hijo del Hombre. Sin embargo, el evangelista san Juan en el capítulo 1 relata lo que el hermano judío señala, que al Bautista le preguntaron si él era Elías y aquél respondió negativamente. ¿Entonces? ¿Cómo se resuelve esta aparente contradicción de las Escrituras? ¿Y cómo se puede responder a la objeción de nuestro hermano judío?

En espera de su valioso aporte, me despido rogando que el Espíritu Santo siga regalándonos mucho más a través de su valioso ministerio.

En Cristo y María, su amigo en la fe e hijo espiritual, César.

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Hay dos temas diferentes en tu inquietud. Por una parte, ¿a quién se refieren las palabras de Malaquías? Por otra parte, Si esas palabras se refieren a los tiempos mesiánicos, ¿cómo aplicarlas a Cristo, que ha dicho que ha venido a traer división?

En cuanto a lo primero, observemos que hay dos posibilidades: (1) Malaquías se refiere literalmente al profeta Elías, que vivió en el siglo IV antes de Cristo. (2) Malaquías usa un lenguaje figurado, y está aludiendo a una persona “con el espíritu y el poder” de Elías, es decir, alguien semejante a este gran profeta suguramente por su valor, tenaz adhesión a la fe, y capacidad de predicar la fidelidad al Dios de la alianza, pues tales son los rasgos más sobresalientes de Elías.

Aunque unos pocos sostengan la interpretación (1), observemos lo que eso implicaría: puesto que la Biblia no avala la reencarnación y al contrario enseña con vigor la unidad sustancial ser ser humano, afirmar esa posibilidad implicaría una especie de milagro sostenido vivo por siglos y siglos en una especie de universo paralelo. Aunque esa imagen ha sido objeto de especulación por el mismo tipo de personas que dicen que Elías fue arrebatado por un OVNI, semejante literalismo no es parte de una exégesis seria, ni judía ni cristiana.

Eso nos deja con la interpretación (2) : lo dicho por Malaquías debe comprenderse en sentido figurado, como realización de las características del antiguo profeta Elias en otra persona.

Como se trata de una aplicación del sentido figurado, es comprensible que el humilde Juan Bautista se vea pequeño frente la grandeza de Elías, y diga que él no es “Elías” (véase Juan 1,21). Y lo mismo: como es una aplicación de un sentido figurado, es explicable que Cristo vea con claridad que ese “Elías” es precisamente Juan Bautista (Mateo 11,14; 17,10-13), que obra “con el espíritu y poder de Elías,” como dice expresamente San Lucas 1,16-17. No hay contradicción en que Juan dga que no es, y Jesus diga que efectivamente si lo es.

Pasemos a la segunda pregunta, ¿y en qué queda la reconciliación de los padres y los hijos? El texto de Lucas, que alude a esa reconciliación, dice en realidad que se trata de “volver el corazón de los padres hacia los hijos” (omitiendo lo dicho por Malaquías del corazón de los hijos hacia los padres). Sobre esto hay que observar dos cosas:

1. Volver el corazón no implica estar ya de acuerdo en todo. Más bien puede aludir a un llamado a la gracias o hacia la esperanza, en el pensamiento de Lucas. Esto tiene mucho sentido aplicado a Juan Bautista porque su predicación sobre el alcance global del pecado llama a todos a que se unan en arrepentimiento y a que se unan en la esperanza de recibir al Mesías, que bautizará a todos “con espíritu y con fuego.”

2. Aunque se interprete el texto como una situación de paz, siempre deseable, obsérvese que las palabras de Cristo sobre “traer división” no indican la meta final de la misión del Señor. La división que trae Cristo es lo que sucede cuando una persona se convierte mientras su núcleo más cercano no se convierte. es ahí cuando suceden las expulsiones de sinagogas y las divisiones familiares. Cristo no está expresando un deseo, como si se gozara en poner a unos contra otros, sino expresando un hecho triste pero inevitable, dada la dureza humana: cuando llega la fe, no todos acogen el mensaje al mismo tiempo ni de la misma manera. esa división, sin embargo, no es definitiva porque el mismo Cristo anuncia que al final “habrá un solo rebaño y un solo pastor” (Juan 10,16).

Por consiguiente, no hay oposición entre afirmar el texto de Malaquías y afirmar su cumplimiento en los tiempos mesiánicos de Jesús, el Cristo de Dios.

¿Quién puso capítulos a la Biblia?

“Cuando los autores sagrados compusieron individualmente los libros que luego formarían parte de la Biblia, no los dividieron así. En efecto, nunca imaginaron, mientras escribía cada uno su obra, que ésta terminaría siendo leída por millones y millones de personas, explicada a lo largo de los siglos, comentadas cada una de sus frases, analizado su estilo literario. Ellos simplemente dejaron correr la pluma sobre el papel bajo la inspiración del Espíritu Santo, y compusieron un texto largo y continuo desde la primera página hasta la última…”

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Cualidades y cantidades en hombres y en ángeles

Mi pregunta viene específicamente en este fragmento de un libro del P. Ovila M.: “Las personas que constituyen la especie humana, difieren por la materia y por sus relaciones cuantitativas; Por otro lado, los Ángeles, buenos y malos, que son también personas y cada uno de los cuales constituye una especie única, difieren por sus relaciones cualitativas.” ¿Cuáles son las relaciones cuantitativas y cualitativas? – C.V.A.

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Parece bueno el contenido del libro, a juzgar por las citas que me transcribes.

Esa pregunta tiene que ver con los conceptos de materia y forma, conceptos aristotélicos, que la Iglesia, después de Santo Tomás de Aquino, aplica a la realidad del ser humano, definido como unidad substancial de cuerpo y alma.

Si uno se pregunta qué hace distinta a una persona humana de otra, sabiendo que la diferencia no puede venir de la especie, porque ambos son de especie humana, resulta evidente que la causa de la diferencia no está en alguna CUALIDAD esencial, que estaría en el alma, porque, en esencia, todos somos simplemente miembros de la especie humana. La diferencia debe provenir entonces del cuerpo: son las proporciones, duraciones y distribuciones de los elementos materiales y corporales los que nos hacen distintos, en concordancia con la historia personal de cada uno de nosotros. Cuando se habla de proporciones, duraciones y distribuciones se puede decir que se está hablando de CANTIDADES. Por eso se dice, en filosofía clásica, que las diferencias entre seres humanos no son esencialmente cualitativas sino cuantitativas.

Si ahora pasamos al caso de los ángeles, de inmediato se nota una diferencia con los seres humanos: ni los ángeles buenos, ni los malos, tienen cuerpo. No hay realidad corporal en ellos. No pueden ser distintos unos de otros en razón de proporciones, duraciones o distribuciones, porque todo ello es propia de la materia. Entonces un ángel no se diferencia cuantitativamente de otro. pero sí son distintos. Entonces deben ser distintos cualitativamente, o lo que es lo mismo, aunque ambos son ángeles, no son de la misma especie: las cualidades esenciales de uno y de otro deben ser diferentes porque si no, ellos no serían diferentes.

Esto es lo que quiere decir que en los seres humanos las diferencias son cuantitativas, y entre los ángeles son cualitativas.

¿Hay un cielo para las mascotas?

Padre Nelson, Lo que a mi me inquieta en este momento es saber que pasa cuando un animal muere, en este caso mi perrito que se fué el 20 de Enero después de 13 años de compañía incondicional y me tiene sumergida en una profunda tristeza . A raíz de esto me he estado preguntando ¿tienen alma los animales?, ¿a dónde van después de morir?. El fue un perro tan bueno que pienso que debe existir un “cielo” para mascotas… – GS.

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Bueno de alguna manera la respuesta está implícita en la enseñanza tradicional y muy firme de la Iglesia sobre la dignidad única del ser humano, redimido por Cristo y santificado por el Espíritu. Los animales viven solamente en el recuerdo de las personas que los conocieron y los quisieron. En efecto, la felicidad o desgracia de los animales se limita a lo que puede percibir su cuerpo, que, al deshacerse, se lleva consigo la posibilidad de cualquier premio o castigo adicional. En ese sentido, no es el caso que una mascota después de morir “extrañe” a alguien porque no hay sujeto que pueda tener ni ese ni ningún otro sentimiento.

Nuestro sentimiento de gratitud y de cariño hacia los animales, o las plantas, debe levantarse en alabanza hacia el Creador de todos. La bondad, la ternura, la compañía, la alegría que podemos experimentar ante la naturaleza en sus diversas expresiones, ha de ser un motivo para glorificar al Señor, y para recordar siempre cuánto excede el Creador a sus preciosas creaturas.

¿Hacer cosas mayores que las que hizo Jesús?

Fray Nelson, tengo una pregunta: El Señor dice: Me voy pero les dejo el poder de hacer cosas extrordinarias, mayores a las que EL hizo. En mi grupo salió esta pregunta. Gracias por tu respuesta. Monica Napuri (Perú).

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El texto bíblico dice así: “En verdad, en verdad os digo: el que cree en mí, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores que éstas hará, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidáis en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré.” (Juan 14,12-14).

De inmediato hay que destacar algo: Las obras que relaiza el cristiano no las realiza por su propio y solo poder sino por la presencia y acción de Cristo en él. No es una competencia ni una comparación entre Cristo y el cristiano, a ver quién hace obras mayores, sino más bien la afirmación de una certeza: cuando un cristiano está unido a Cristo hace obras realmente grandes. Es el mismo pensamiento que aparece en el capítulo 15 de San Juan: “Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador… Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo si no permanece en la vid, así tampoco vosotros si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer.” (Juan 15,1.4-5).

¿Por qué esas obras llegan a ser “mayores” que las que hizo Cristo? Se entiende que al hablar de las obras que él hizo, estamos aludiendo a lo que él hizo mientras estaba en nuestra tierra. La vid está viva; los sarmientos crecen, no compitiendo con la vida, sino precisamente en cuanto son sarmientos de la vid. Lo que afirma Cristo al hablar de obras “mayores” es que ese crecimiento no se detiene con su proia muerte, sino que, cerca del Padre sin dejar de estar cerca de nosotros, Él mismo es nuestra fuerza y la razón de fecundidad de nuestras obras.

Así predicaba el P. Loring

PREGUNTA: Si San Pablo dice (Rom 3:28) que el hombre se justifica por la fe y no por el cumplimiento de la Ley, ¿por qué los católicos ignoran este texto?

RESPUESTA DEL P. LORING: Los católicos no ignoramos este texto, sino que lo entendemos correctamente.

San Pablo se refiere a la Ley de Moisés que los fariseos exageraban con multitud de preceptos. Pero el mismo San Pablo dice (Gal 5:6) que además de la fe hace falta la caridad. El mensaje de San Pablo en el texto que usted me cita es que lo que nos salva no es el cumplimiento de la Ley Mosaica, sino la fe en Jesucristo.

Y la fe en Jesucristo se manifiesta guardando sus mandamientos. Por eso dice Él (Mt 7:21) que para salvarse hay que cumplir la voluntad de Dios.

El Evangelio habla repetidas veces que hay que practicar el bien. Sobre todo, cuando habla del juicio final: los condenados lo son por no haber hecho obras buenas.

Santiago afirma (2:26) que “la fe sin obras está muerta”. El refranero español lo dice con sabiduría: “Obras son amores, y no buenas razones”. Es decir, con mis obras demuestro mi fe y mi amor a Jesucristo.

¿Agua bendita para proteger al Santísimo?

Queridísimo Padre: al grano. En nuestra parroquia se celebra, una vez al mes, la antigua misa de sanación, hoy llamada, misa de oración y unción de los enfermos. A ella concurrre un sacerdote ( asesor diocesano de la RCC ) de otra localidad y antes de su llegada, lo hace un equipo de servidores de la RCC, de la misma localidad del sacerdote; quienes encontrándose aún la iglesia sin abrir, comienzan a rociar el templo con agua bendita o exhorcizada, según me señalaron, y también esparce sal por el templo. Al ser consultados me señalan que eso siempre se hace pues hay que cuidar al Santísimo. Yo opino que eso es indebido pues en el templo está el Santísimo sacramento, Dios vivo y el templo, por cierto, es un lugar santo por sí. ¿Estaría bien lo que hacen esos hermanos de la RCC ? –H.R.

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Es un gesto innecesario y confuso el que esos hermanos, quizás con la mejor buena voluntad, están realizando. Claramente los recursos que ellos quieren utilizar son espirituales (agua bendita sal exorcizada). ¡Pero ningún recurso espiritual es mayor que la presencia misma de Cristo en la Eucaristía, como la cree y confiesa la Iglesia!

Si queremos orar, cosa buena y santa, hemos de pedir por las PERSONAS, incluyendo a aquellas que en mala hora podrían pensar en ofender el lugar santo de la Casa de Dios. Fuera de eso, el tipo de protección que la Iglesia enseña que hay que dar al Santísimo, y a los templos y cosas sagradas, y a veces a las personas consagradas, es de orden físico, por ejemplo, para el caso de los templos: en la manera como deben construirse y cuidarse para evitar robos y sacrilegios.

Nuevo cielo y nueva tierra

Padre Nelson: San Pablo hable de una nueva tierra y un nuevo cielo, asi como San Agustin. ¿Es esto, como lo dicen los Testigos De Jehová que viviremos aquí, o se refiere a una transformación de la raza humano y hace referencia como nueva tierra?

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Creo que los números 1046 al 1050 del Catecismo tienen una respuesta completa y clara. Lo esencial es que la Iglesia no pretende describir qué tipo de transformación tendrá el universo, aunque estamos seguros de que incluye la renovación de aquello que llamamos materia. Estos son los textos pertinentes:

1046 En cuanto al cosmos, la Revelación afirma la profunda comunidad de destino del mundo material y del hombre: «Pues la ansiosa espera de la creación desea vivamente la revelación de los hijos de Dios […] en la esperanza de ser liberada de la servidumbre de la corrupción […] Pues sabemos que la creación entera gime hasta el presente y sufre dolores de parto. Y no sólo ella; también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, nosotros mismos gemimos en nuestro interior […] anhelando el rescate de nuestro cuerpo» (Rm 8, 19-23).

1047 Así pues, el universo visible también está destinado a ser transformado, “a fin de que el mundo mismo restaurado a su primitivo estado, ya sin ningún obstáculo esté al servicio de los justos”, participando en su glorificación en Jesucristo resucitado (San Ireneo de Lyon, Adversus haereses 5, 32, 1).

1048 “Ignoramos el momento de la consumación de la tierra y de la humanidad, y no sabemos cómo se transformará el universo. Ciertamente, la figura de este mundo, deformada por el pecado, pasa, pero se nos enseña que Dios ha preparado una nueva morada y una nueva tierra en la que habita la justicia y cuya bienaventuranza llenará y superará todos los deseos de paz que se levantan en los corazones de los hombres”(GS 39).

1049 “No obstante, la espera de una tierra nueva no debe debilitar, sino más bien avivar la preocupación de cultivar esta tierra, donde crece aquel cuerpo de la nueva familia humana, que puede ofrecer ya un cierto esbozo del siglo nuevo. Por ello, aunque hay que distinguir cuidadosamente el progreso terreno del crecimiento del Reino de Cristo, sin embargo, el primero, en la medida en que puede contribuir a ordenar mejor la sociedad humana, interesa mucho al Reino de Dios” (GS 39).

1050 “Todos estos frutos buenos de nuestra naturaleza y de nuestra diligencia, tras haberlos propagado por la tierra en el Espíritu del Señor y según su mandato, los encontraremos después de nuevo, limpios de toda mancha, iluminados y transfigurados cuando Cristo entregue al Padre el reino eterno y universal” (GS 39; cf. LG 2).

Administrar mejor la confesión

Padre fray Nelson, como sacerdote me he dado cuenta que una de las buenas cosas que puedo hacer es celebrar bien el sacramento de la confesion porque es el sacramento de la comprension y del amor de dios para con nosotros sus hijos… mi pregunta es: desde su experiencia como sacerdote que me aconseja para tener en cuenta en el momento de la celebracion de dicho sacramento. Su hermano en la fe y en el sacerdocio, R.G.

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Hermano, mis recomendaciones prácticas sobre la confesión son estas:

1. Todos debemos aprender, e inculcar en los demás, la diferencia entre este sacramento y otras expresiones de la vida cristiana, como por ejemplo, la necesidad de ser escuchados y desahogarse, o la consejería o la dirección espiritual. No hay que ser agresivos ni corregir ásperamente a los que ya están para confesarse pero siempre hay que ayudar a que todos entendamos mejor de qué se trata.

2. La celebración misma del sacramento no debe ser apresurada. se trata de un encuentro sencillamente sublime con el amor compasivo de Dios, y ello implica un trato lleno de respeto y de veneración hacia Cristo que se hace presente, de modo que, en la medida de lo posible, la experiencia sea positiva, memorable, pedagógica.

3. Es muy recomendable, como lo propone el ritual del sacramento de la penitencia, que se lea un texto bíblico, no muy extenso, pero sí apropiado a las circunstancias.

4. Aunque no hay que entrar en detalles innecesarios, sobre todo si las preguntas pueden generar sospecha de morbosidad, sí hay que preguntar lo que ayude a precisar el tipo y gravedad de las faltas cometidas. No es lo mismo un adulterio en una ocasión que mantener relaciones habituales con una persona fuera del matrimonio, por dar un ejemplo. En más de una ocasión es bueno explicar por que uno hace tal o cual pregunta.

5. No todas las deficiencias humanas de una persona se pueden resolver en la confesión. Hay ocasiones en que puede ser recomendable remitir a la persona para que examine otras áreas de su vida que pueden estar fallando y que pueden estar relacionadas con lo que comenta. No olvidemos que hay tipos de depresión y “desgano” que tienen una raíz fisiológica en el cerebro humano. No olvidemos que las adicciones en general requieren un tratamiento específico, tipo Alcohólicos Anónimos o algo parecido. No es buena idea que la persona adicta se encuentre un ciclo de recaídas que al final destruye su confianza en sí mismo y, lo que es peor, su fe en Dios y en el sacramento.

6. La gente espera un consejo práctico; algo que ayude a evitar la repetición del pecado, o que alivie las heridas que siempre el pecado deja. Un par de recomendaciones precisas pueden hacer mucho bien porque en la confesión el penitente tiene una muy particular disposición para ser receptivo y para tomar de corazón lo que se diga. Es una pena que muchos sacerdotes desperdician esos minutos preciosos en que un consejo tendría mucho poder.

7. Conserva siempre validez la recomendación de San Carlos Borromeo, el gran arzobispo de Milán: “si te dedicas a la cura de almas, recuerda con qué sangre fueron lavadas.” Es sobre todo la memoria del precio pagado por nuestro rescate lo que nos dará el tono, el enfoque y las palabras para ser más útiles, teniendo siempre claro que es la gracia divina la que hace la obra.

J.J. Benítez y el Caballo de Troya

Fray Nelson, Feliz Navidad. ¿Es cierto que leer los caballos de troya de J J Benites es malo, que no es recomendable leerlos? Yo leí los 3 primeros tomos. – H. (Boyacá)

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Es pésima idea y hace mucho daño leer a Benítez porque su mente fantasiosa y codiciosa hace de Cristo un mito en el que todo se revuelve: la verdad (poca) y la mentira (mucha); la bondad genuina (mal presentada) y la bondad que la gente quiere oír (a raudales). Aléjate de eso, y si ves en conciencia que debes hacerlo, confiésate de haber expuesto a tan grave daño tu fe.

El Papa y la Navidad

Padre Nelson Medina: ¿Cómo vive un Papa la Navidad? Me lo he preguntado muchas veces, como profesional que soy. Vivo metido en proyectos serios con gente grande de rostro siempre muy preocupado. Pero Jesús nos dice que seamos como niños. ¿Un Papa, que tiene tantas angustias y cosas dramáticas en que ocuparse, ¿logra vivir la Navidad? Gracias por lo que nos comparta. Fabián H.

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Hace poco vi un artículo precisamente sobre esa pregunta, tomado del Vatican Insider. Aunque lo específico y anecdótico no aparece, sí que podemos asomarnos al alma contemplativa del Papa Francisco. Transcribo una parte:

¿Qué significa para usted la Navidad?

Es el encuentro con Jesús. Dios siempre ha buscado a su pueblo, lo ha guiado, lo ha custodiado, ha prometido que le estará siempre cerca. En el Libro del Deuteronomio leemos que Dios camina con nosotros, nos guía de la mano como un papá con su hijo. Esto es hermoso. La Navidad es el encuentro de Dios con su pueblo. Y también es una consolación, un misterio de consolación. Muchas veces, después de la misa de Nochebuena, pasé algunas horas solo, en la capilla, antes de celebrar la misa de la aurora, con un sentimiento de profunda consolación y paz. Recuerdo una vez aquí en Roma, creo que era la Navidad de 1974, en una noche de oración después de la misa en la residencia del Centro Astalli. Para mí la Navidad siempre ha sido esto: contemplar la visita de Dios a su pueblo.

¿Cuál es el mensaje de la Navidad para las personas de hoy?

Nos habla de la ternura y de la esperanza. Dios, al encontrarse con nosotros, nos dice dos cosas. La primera: tengan esperanza. Dios siempre abre las puertas, no las cierra nunca. Es el papá que nos abre las puertas. Segunda: no tengan miedo de la ternura. Cuando los cristianos se olvidan de la esperanza y de la ternura se vuelven una Iglesia fría, que no sabe dónde ir y se enreda en las ideologías, en las actitudes mundanas. Mientras la sencillez de Dios te dice: sigue adelante, yo soy un Padre que te acaricia. Tengo miedo cuando los cristianos pierden la esperanza y la capacidad de abrazar y acariciar. Tal vez por esto, viendo hacia el futuro, hablo a menudo sobre los niños y los ancianos, es decir los más indefensos. En mi vida como sacerdote, yendo a la parroquia, siempre traté de transmitir esta ternura, sobre todo a los niños y a los ancianos. Me hace bien, y pienso en la ternura que Dios tiene por nosotros.

¿Cómo es posible creer que Dios, considerado por las religiones como infinito y omnipotente, se haga tan pequeño?

Los Padres griegos la llamaban “synkatabasis”, condescendencia divina. Dios que desciende y está con nosotros. Es uno de los misterios de Dios. En Belén, en el 2000, Juan Pablo II dijo que Dios se convirtió en un niño que dependía totalmente de los cuidados de un papá y de una mamá. Por esto la Navidad nos da tanta alegría. Ya no nos sentimos solos, Dios descendió para estar con nosotros. Jesús se hizo uno de nosotros y sufrió por nosotros el final más terrible en la cruz, el de un criminal.

¿Qué sigue después del Año de la Fe?

Fray Nelson: Después del “Año de la Fe,” ¿qué sigue? ¿El Año de la Esperanza, o algún otro año? –Varios Suscriptores.

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A esta pregunta podemos responder de dos maneras:

1. El Año de la Fe fue una iniciativa generosa y providencial del Papa Benedicto que tuvo y tiene su valor por sí misma, y que no necesariamente implica una continuación con las otras virtudes. Como explicaba en su momento el Papa Benedicto, la fe es fundamento de toda la predicación, toda la liturgia y en realidad, toda la vida cristiana. A los 50 años de la inauguración del Concilio Vaticano II convenía hacer una visita a la solidez de nuestros cimientos, y eso significa: repasar y afianzar nuestra fe.

2. Si miramos la encíclicas publicadas por el Papa Benedicto vemos que de hecho la fe es como la conclusión de su itinerario doctrinal y teológico. Él empezó por el AMOR con la encíclica “Deus charistas est;” luego siguió con la ESPERANZA, con la encíclica “Spe salvi;” es normal entonces que, a manera de conclusión de su camino de enseñanza para todos, haya querido que este año estuviera dedicado a la FE, y por eos la encíclica, publicada ya por el Papa Francisco: “Lumen Fidei.”

Por supuesto, esto no significa que la Iglesia ya no necesite que concentremos nuestra atención en otros elementos de nuestra vida cristiana. Por ejemplo, es claro que en el año de 2014 la FAMILIA tendrá gran relieve y gran importancia. Como fieles hijos de la Iglesia, participaremos en las actividades y llamados que nuestros legítimos pastores nos harán para que fortalezcamos a la familia, célula fundamental de nuestra sociedad.

La oración más perfecta

Padre, ya habíamos tenido la oportunidad de hablar y ahora tengo una duda: ¿es correcto cuando decimos que la santa misa es la mayor oración que se le puede decir a Dios?

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Bueno, la Misa no se “dice” simplemente. No es un conjunto de palabras, sino que hay gestos, lugares, acciones, actitudes. Y sobre todo: no es algo que nosotros “hacemos,” simplemente sino una acción propiamente divina, en la medida en que el centro de la Eucaristía es la ofrenda que Cristo, y nosotros en unión de fe y amor con Él, hace de sí mismo al Padre.

La Misa no repite ni simplemente “representa,” el sacrifico del calvario sino que lo hace presente en medio de nosotros, haciéndonos incluso, de alguna manera, “contemporáneos” del Señor.

Según eso, bien se puede decir que la Misa es la oración más perfecta porque en ella el orante es el mismo Cristo, y todo su ser, ofrecido en el cenáculo y en el altar de la Cruz, es todo lo que tenemos para pedir, agradecer, alabar ante el Padre. ¡El mismo Cristo es nuestro intercesor, y sus llagas preciosas son nuestra intercesión, no hecha por nosotros sino por nuestro Sumo y Eterno Sacerdote!