“Mons. Tomash Peta, Arzobispo Metropolitano de la archidiócesis de Maria Santísima en Astana, su obispo auxiliar Mons. Athanasius Schneider y Mons. Jan Pawel Lenga, arzobispo (ad personam) y obispo emérito de Karaganda, han estimado oportuno salir en defensa de la doctrina católica sobre el matrimonio…”
¿Existe el amor para siempre?
Padre Nelson, me considero una persona normal, en el sentido de que mis historias son las de muchas jóvenes de mi edad. Y entre esas historias está que mis papás se separaron cuando yo tenía 11 años y medio. Un día me puse a ver, y entre mis amigas esa es la norma y no la excepción: todas somos hijos de papás separados; creo que con una excepción. La pregunta es si tiene sentido seguir hablando de amores “eternos” cuando lo que uno ve son amores a término limitado. Además, tampoco estoy segura de ue se la mejor idea estar buscando esos amores perpetuos cuando a veces la gente sigue unida pero en medio de la indiferencia o incluso de las agresiones. ¿Usted qué piensa? — K. S.
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A medida que la sociedad se vuelve más superficial, más individualista, más acelerada, vamos perdiendo cualidades que luego hacen falta, no sólo para cosntruir familias estables y felices sino también para todo lo que pueda darle firmeza y futuro a nuestros jóvenes. Quiero decir: el lenguaje del egoísmo y la ley de la jungla se imponen, y eso es una invitación a la trampa, la crueldad y el abuso… en todos los frentes, no sólo en la familia.
Hay un artículo bueno de ALETEIA que creo que ilumina puntos muy importantes sobre todo porque se atreve a pensar en grande, a pensar en santidad:
“Hoy pienso en todas las familias que tienen como modelo la sagrada familia. Pienso en el ideal y lo lejos que a veces se encuentra la realidad. Miro a José y a María en Belén. José mira a María. Ella calla conmovida. Ha llegado Dios a sus manos en la carne de un niño. El sí que pronunciaron se ha hecho realidad. Su Fiat sagrado. José mira a María. ¡Cuánto la quiere!
Miro hoy la intimidad que hay entre ellos. Su complicidad llena de ternura. Miro sus miedos que les hacen dudar. Miro todos sus sueños guardados en el alma. Veo a José preocupado de cada detalle. Miro a María calmando a José cuando se preocupa demasiado por las cosas que no salen bien. María sonríe. José la abriga. Carga él con lo más pesado. Ella se siente querida y cuidada.
Los dos velan al Niño esta noche. Los dos cuidan a Jesús en Belén. Los dos huyen después con Jesús a Egipto. En sueños lo comprenden todo. Los dos educan a Jesús en Nazaret cuando pueden regresar a casa. Años de silencio en los que Jesús crece en alma y cuerpo, se fortalece.
¡Cuánta renuncia escondida en treinta años de camino oculto! El amor siempre renuncia a los propios planes por el otro. José y María renunciaron a tantas cosas por seguir el plan de Dios. Sabían que Dios cuidaría de ellos toda la vida. Consagran su vida a ese niño que es Dios, que es hombre, que es su mayor tesoro. Ese mismo Dios que toca hoy la tierra y llega a mi vida.
José creyó al ver a María creer. Sabe de golpe que todo merece la pena sólo por estar con ella. María es el lugar de José. Su hogar sagrado. Su seguro más verdadero. María mira a José. Se alegra de que Dios le diera un hombre así para cuidar sus pasos. Un hombre justo, fiel. Se siente tan amada por él. El amor entre ellos construye su casa. Es el pilar más sólido. El más necesario. Ese amor matrimonial es tan sagrado.
Pero sé que al mismo tiempo el amor matrimonial es tan frágil. El amor de José y María es la referencia que anima. Un amor que parece imposible en la tierra. Pero para Dios no hay nada imposible. Un amor que todo corazón desea. Así quiere ser el amor de los esposos. Un amor humano y frágil que sueña con ser un amor santo.
Todos los matrimonios están llamados a la santidad como comenta el P. Kentenich: Queremos ser santos no a pesar de estar casados y de las cosas de la vida conyugal, sino precisamente porque estamos casados. Que el matrimonio sea un medio para la santidad.
Dios llama hoy al hombre a ser santo en ese camino particular para él soñado. La vida matrimonial es camino de santidad. El amor matrimonial es algo tan sagrado. Hay muchos matrimonios que viven muy santamente y son el testimonio más cercano del amor que Dios nos tiene. Un reflejo del amor trinitario. Ojalá hubiera cada vez más matrimonios santos o al menos que lucharan cada día por llevar una vida santa.
Dios me llama hoy a amar santamente. Miro el amor entre los esposos y veo que es un camino hacia el cielo. El camino más directo que Dios ha pensado para ellos.
Pero muchas veces sucede que la familia no es una escuela de santidad. Y el amor entre los esposos languidece, se enfría y deja de expresar una honda ternura. Comienzan las tensiones, las distancias, el desamor. Desaparece ese amor generoso que siempre soñaron. Ese amor fuerte que ha de ser el fundamento de todo. El amor deja de expresarse en gestos.
Hace falta siempre que el amor se alimente de la renuncia y de la generosidad. Un amor que no mida y acepte la asimetría como estilo de vida. Un amor que descanse en el amor que Dios nos tiene.”
Homilía en la boda de Daniel y Fátima del Pilar
(1) Amar es buscar el bien del otro; ello implica inteligencia y voluntad. (2) El amor supone un camino, que va desde la lógica de la transacción hacia la lógica de la gratuidad. (3) Maestro y fuente de la gracia es Jesucristo, nuestro Señor: cuanto más nos alimentamos de Él, más nos acercamos a su modo de amar, que es fiel, capaz de perdón y en todo fecundo. (4) Es Cristo quien hace realidad los dones de naturaleza de gracia en nosotros, incluyendo los importantes dones de la diferencia y la complementariedad entre hombre y mujer.
Salva tu matrimonio
Un matrimonio, se encontraba en medio de la tormenta en el mar:
– Lidubina, ¿dime mi amor?
– Nada, dice Lidubino.
– No seas tímido no me dejes con la duda ¿dime que cosa?
– ¡ Nada! vuelve a decir el esposo
– Anda no seas así dime
– ¡NADA! Era la única palabra de Lidubino,
– Ella molesta dice: “Si no me dices me enojare contigo”.
– Lidubino entonces grita !NADAAA!, NADA, Libudina nada, que nades de una vez, que el barco se está hundiendo…
Cuantos matrimonios hoy se están hundiendo. Cuantos necesitan nadar rumbo a tierra firme para que el barco llamado matrimonio no se hunda y desaparezca
Hoy es necesario NADAR, es decir hay que ponerse en movimiento. Si tu matrimonio atraviesa por dificultades. Si piensas que tu matrimonio va rumbo al divorcio. Si ya no encuentras solución, pues es tiempo de la ACCION. Ante las olas que amenazan destruir tu matrimonio, es tiempo de hacer lo que hizo pedro cuando se estaba hundiendo en el mar: “Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo! Señor, sálvame!”(Mateo 14,30)
Oración: Señor mi matrimonio está en peligro, mi matrimonio se está hundiendo, por ello hoy te imploro y suplico diciendo: SEÑOR SALVA MI MATRIMONIO, SEÑOR TEN MISERICORDIA POR TODOS LOS MATRIMONIOS. Amen
#AdhemarCuellar
Homilía en la boda de Luis Ernesto Velarde Rodas y Ana Paula Paesano Justiniano
¿Los sacerdotes católicos son célibes y aconsejan a personas casadas?
Fray, Un amigo me pregunta que si tiene sentido que un cura, que por ley de la Iglesia no debe casarse, esté aconsejando a personas casadas. ¿Cuál es la mejor manera de responderle? -B.S.
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Hay varias respuestas a la inquietud que planteas, y quizás lo mejor es presentarlas juntas porque se complementan.
(1) Desde el punto de vista bíblico, es importante recordar que Jesucristo fue una persona célibe, y eso no quita que es Maestro Divino para todas las áreas de la vida humana, incluyendo por supuesto el matrimonio. El gran apóstol san Pablo, en quien se basa la mator parte de la enseñanza sobre la pareja y el matrimonio, fue también célibe y aunque propuso su modo de vida como un modelo al que se podía aspirar, enseño muy claramente sobre el valor altísimo de la unión entre el hombre y la mujer.
(2) Desde el punto de vista social y familiar, hay que tener en cuenta que la experiencia de lo que es una parejano se adquiere solamete por contacto directo. Todo sacerdote viene de un hogar. En muchas ocasiones se trata de hogares ejemplares en los que los problemas cotidianos y las victorias sobre esos problemas han sido una gran escuela. ¿No se sabe nada sobre qué es ser papá o qué es ser mamá, y de cómo amar y perdonar, cómo escuchar y aportar en la vida de los otros, viendo semejantes ejemplos? En cuanto a los sacerdotes que vienen de hogares disfuncionales, ¿no habrán aprendido nada de por qué las cosas no funcionaron? ¿Esa experiencia no cuenta para nada?
(3) Es absurdo pretender que cada quien hable sólo de lo que conoce directamente. Si una doctora no ha estado embarazada, ¿no podrá decir nada a las embarazadas que le quieran consultar algo? Si un psicólogo no está diagnosticado de esquizofrenia, ¿no puede decir nada sobre esa condición psiquiátrica? Si un profesor de geografía no ha estado en Turquía, ¿no tiene nada que recomendar a un grupo de viajeros que quieran ir allá?
(4) Con mucha frecuencia el sacerdote tiene una experiencia amplísima, fruto de haber escuchado y asesorado a muchas parejas. Como comentaba con humildad un amigo laico casado: “Yo conozco bien mi historia, pero un buen sacerdote conoce centenares de historias.” Y cuando una persona necesita un consejo, ¿no es mejor acercarse al que tiene un conocimiento más amplio?
(5) La amplia formación del sacerdote le hace un consejero muy idóneo en muchos casos. En efecto, un buen sacerdote no sólo ha tratado a muchas personas sino que además ha tenido que estudiar temas de psicología, ciencia general, filosofía, biblia, moral, teología y derecho. Es de suponer que esa formación es de notable utilidad en muchas situaciones de pareja.
¿Y por qué no los medios artificiales de anticonepción?
“Los métodos naturales facilitan el respeto a la otra persona y a su cuerpo. La abstinencia temporal, decidida de mutuo acuerdo por el hombre y la mujer, no solo no debilita el amor, sino que lo hace más fuerte, más libre y más profundamente personal. En cambio, con los medios artificiales se abre el camino a que cada uno -y sobre todo el varón-, habituándose al uso de las prácticas anticonceptivas, se despreocupe del equilibrio físico y psicológico de la otra persona, y llegue a considerarla como un objeto de placer sexual que debe estar siempre disponible para su propia satisfacción…”
14 premisas para discutir con inteligencia en el matrimonio
El matrimonio no es solamente “mientras dure el amor”
La principal víctima de las rupturas matrimoniales: los hijos
La pendiente resbaladiza del matrimonio en la cultura de Occidente
Doce respuestas estándar
DOCE RESPUESTAS ESTÁNDAR
(Siempre útiles cuando nos agreden porque no nos doblegamos ante el pensamiento único que hoy se quiere imponer.)
1. Hay gente que todavía cree que jugar la carta “curas pedófilos” reemplaza la incapacidad de argumentar. #lógica
2. Ellos llaman “intolerancia” al desacuerdo con lo que pretenden que todos debemos pensar. #lógica
3. Que “ya estamos en el siglo XXI” no es ningún argumento: muchas cosas eran malas hace 5000 años y son malas ahora. #lógica
4. Las personas podemos ser y somos iguales en dignidad; eso no implica que familia sea cualquier unión de personas. #lógica
5. Un velo de sospecha o un insulto gratuito no reemplazan la incapacidad de dar un argumento. #lógica
6. Amar no significa aprobar todo; cualquier buen papá o buena mamá lo sabe. #lógica
7. El ataque gratuito y el cambio de tema: estrategias conocidas cuando no hay qué más argumentar. #lógica
8. He visto que hay gente que piensa que cuando escupe está hablando, y cuando brama está pensando. #lógica
9. Ahora quieren que se considere odio pensar distinto. No cuela. #lógica
10. Las máscaras de gente culta, progresista y adelantada se les caen apenas escuchan que alguien les contradice con razones. #lógica
11. Nombran la Inquisición para que no nos demos cuenta que HOY prohíben cualquier discurso fuera de la norma que ellos imponen. #lógica
12. Cuando se acaban los argumentos, y ello sucede más bien pronto, sólo les quedan los insultos. #lógica
Sobre la conciencia personal y la comunión de quienes viven en adulterio
“La errada convicción de poder acceder a la Comunión eucarística por parte de un divorciado vuelto a casar, presupone normalmente que se atribuya a la conciencia personal el poder de decidir en último término, basándose en la propia convicción,sobre la existencia o no del anterior matrimonio y sobre el valor de la nueva unión. Sin embargo, dicha atribución es inadmisible. El matrimonio, en efecto, en cuanto imagen de la unión esponsal entre Cristo y su Iglesia así como núcleo basilar y factor importante en la vida de la sociedad civil, es esencialmente una realidad pública…”
Una pregunta profunda y oportuna
El P. John Hunwicke hace una pregunta que estimamos importante.
«Se habla mucho acerca del discernimiento, del acompañamiento, del gradualismo y de la conciencia tal como estos se aplican a las relaciones adúlteras objetivas. Pregunta importante: ¿Son todas estas únicamente aplicables a los adúlteros, o también se pueden emplear para todo tipo de pecadores, tales como los estafadores, los pederastas, los asesinos, los que golpean a sus cónyugues, los que trafican con seres humanos, los torturadores, los violadores, los explotadores de los pobres, los chantajistas, los racistas, los proxenetas, los autores de genocidio, los traficantes de drogas, etcétera? Si la respuesta es no ¿Por qué no?»
La boda dura un día, el sacramento ¡toda la vida!
“Hoy en día son muchos los que dedican más tiempo, esfuerzo, atención y aun estrés a buscar la iglesia más bonita, el vestido más bello, el lugar de recepción más elaborado, los arreglos florales más vistosos, la comida más elegante, el fotógrafo mejor y más profesional y un sinfín de cosas y gastos para asegurarse de que nuestra boda “sea la mejor”. Pero son pocas las veces en que las parejas piensan en lo más importante. Pocas somos las parejas que se enfocan en el tiempo que invertirán en una buena preparación matrimonial, en conversar profundamente sobre cómo vamos a llevar nuestra vida familiar y espiritual, cuáles son los valores bajo los cuales regiremos nuestra vida juntos y la de nuestros hijos, cómo practicaremos y fomentaremos nuestra fe; en fin, como vamos a hacer de Dios el centro y la roca en la cual fundamentaremos nuestro matrimonio y familia…”
Caso por caso… es decir, todos
Profundo y muy completo análisis del P. Jose Ma. Iraburu sobre las consecuencias de una práctica pastoral que propone inicialmente que “caso por caso” se haga discernimiento sobre si dar o no la comunión a los divorciados vueltos a casar: cómo las consecuencias a corto plazo son la imposición de una moral situacionista y subjetivista, y cómo las puertas quedan abiertas para abusos aún mayores.