Síntesis de teología de la Vida Consagrada, 3 de 4: Obediencia

[Curso ofrecido a las Monjas Dominicas del Monasterio de la Madre de Dios, en Baeron, Jenchen, Corea del Sur. Cada predicación fue traducida del español al coreano frase por frase, lo cual da un ritmo diferente a esta serie.]

Tema 3 de 4: Obediencia

* La obediencia es muy importante para los dominicos. Se suele relacionar la obediencia con la unidad, planteando que la desobediencia es desunión. Como se ha dicho que el pecado es fuente de división, se puede decir que la desobediencia es la expresión del pecado y la obediencia se relaciona con la redención.

* El pecado original fue ante todo un pecado de desobediencia.

* María acepta ser la madre de Jesús al decir “aquí está la esclava del Señor” (la palabra esclava/sierva significa la que está dispuesta a servir).

AUDIRE -> ESCUCHAR

* La palabra “obediencia” (en español) proviene de la palabra “audire” (en latín). Esto quiere decir que la obediencia se relaciona con escuchar profundamente.

* Podemos reconocer la profundidad de la escucha en diferentes situaciones:

– Escuchar es recibir una palabra, sin importar si se comprende o no (solamente con los oídos).
– Se puede recibir la palabra más profundamente, al entender lo que se está escuchando. Sin embargo, se puede entender lo que se escucha solo para contradecir (como en una discusión, buscando defenderse). En este nivel se está escuchando pero muy superficialmente.
– Se puede recibir con más profundidad, cuando nos ponemos en el lugar de la otra persona (en casos de dolor o rabia). Así se aprende a mirar las cosas desde otra perspectiva. En estos casos se habla de empatía, que es la sintonía que se tiene con otros. Esta característica es más común en mujeres, pero cuando desean cerrar la empatía, lo hacen de manera prácticamente permanente. Esto se puede observar en la Biblia, por la capacidad de compasión. Hay otras mujeres con mucha dureza.
– Otro nivel de profundidad es cuando se debe oír la verdad de la persona y la verdad de las cosas, es decir, percibir la realidad subjetiva y objetiva.
– Un nivel mayor de escucha se da cuando se pregunta “¿la verdad que se escuchó impacta en mi vida?”. Pues las dos realidades serias de la existencia son el amor y la muerte. Por ello uno debe preguntarse qué es lo que ama y qué es importante en la propia vida. La respuesta a esa pregunta es el Señor en la vida de esa persona.
– Cuando se tienen dioses falsos: los intereses de los dioses falsos se vuelven nuestros intereses.

* No se puede tener a Dios como nuestro Señor si no lo escuchamos mucho.

* Jesús dijo “mis ovejas conocen mi voz”. Para conocer la voz de Dios, se le debe escuchar constantemente.

* Si Dios llega a ser mi Señor, mis ojos estarán atentos a su gloria en todo lo que veo. Así uno siempre está buscando los intereses de Cristo.

* La obediencia genera unidad, pero usualmente se piensa en unidad como la de los ejércitos, en la que se debe obedecer al general y cumplir lo que él diga.

* Esta no es la unidad de los cristianos. Para nosotros, es la unidad en la búsqueda de los intereses de Dios, como en las verdaderas comunidades, donde hay varias iniciativas que se complementan (porque cada uno de nosotros es único.

* El Espíritu Santo no produce “fotocopias”, pero tampoco anarquía, sino que produce armonía en la variedad.

PLAN DE DIOS – PLAN DEL HOMBRE

* La voluntad de Dios es diferente a la nuestra, por lo que nos debemos someter (acto que es difícil).

* Se debe tener claridad y seguridad de que Dios quiere nuestro bien, por lo que lo mejor es estar junto a Dios, así tengamos que pasar por situaciones que no nos agraden.

* Cuanto más profunda es la desolación, más intensa es la consolación.

* Existen 2 posibilidades/caminos para tomar:

– Rebelarse y quedar hundido en el desastre
– Ser fiel y llegar a la consolación

ACCIÓN DEL ESPÍRITU SANTO

* Santo Tomás de Aquino dice que necesitaremos la fe hasta el final. No es fácil. El Espíritu Santo nos da un adelanto de los regalos de Dios, lo que vendrá después. Más que susurros ambiguos, el Espíritu Santo pone certezas en nosotros.

* Un regalo del Espíritu Santo es decirnos qué nos conviene y qué no.

* El Espíritu no solo quiere actuar en el interior sino que renueva la faz de la Tierra.

* El Espíritu Santo no solo da vida, sino también fuerza.

SER IGLESIA

* El rostro de la Iglesia es dado por el Espíritu Santo.

* El Espíritu Santo le da fuerza interior a la Iglesia y la embellece.

* No se debe limitar la acción del Espíritu Santo al Papa y los obispos, pero tampoco se debe limitar a “la base.” Hemos de pensar en la Iglesia como un cuerpo vivo que debe crecer hasta alcanzar a Cristo (ver Efesios 4).

Invitación a la docilidad

Esta es la llave para abrir la puerta y entrar en el Reino de los Cielos: “qui facit voluntatem Patris mei qui in coelis est, ipse intrabit in regnum coelorum” -el que hace la voluntad de mi Padre…, ¡ése entrará!

De que tú y yo nos portemos como Dios quiere -no lo olvides- dependen muchas cosas.

Nosotros somos piedras, sillares, que se mueven, que sienten, que tienen una libérrima voluntad. Dios mismo es el cantero que nos quita las esquinas, arreglándonos, modificándonos, según El desea, a golpe de martillo y de cincel. No queramos apartarnos, no queramos esquivar su Voluntad, porque, de cualquier modo, no podremos evitar los golpes. -Sufriremos más e inútilmente, y, en lugar de la piedra pulida y dispuesta para edificar, seremos un montón informe de grava que pisarán las gentes con desprecio.

¿Resignación?… ¿Conformidad?… No basta ¡Hay que querer la Voluntad de Dios!

Más pensamientos de San Josemaría.

Una guía de perplejos, 1 de 8, Introducción

[Retiro para formadores, misioneros y superiores, ofrecido a las Hermanas Dominicas Nazarenas, en Sasaima, Colombia, Diciembre de 2013.]

Tema 1 de 8: Introducción

* Nuestra época se caracteriza por cambios profundos y acelerados que a menudo desafían nuestra misma capacidad de dar razón de lo que está sucediendo, o de elegir un curso de acción apropiado. Se puede hablar de un tiempo de perplejidad. Parece claro que no hay recetas mágicas, y que las fórmulas acostumbradas no son suficientes esta vez.

* Parte de la perplejidad surge de un fenómeno muy antiguo, sin embargo: el conflicto generacional. Algunos de los mayores ven a los más jóvenes como gente que pone en riesgo o francamente dilapida lo conseguido con tanto esfuerzo; algunos de los jóvenes ven a sus mayores como gente estancada que está en riesgo de no responder a los nuevos desafíos.

* La crisis no se queda en el nivel de diagnóstico: arrasa con vidas humanas; lleva al naufragio historias de fe; deja en naufragio comienzos que en su momento se vieron promisorios.

* Esta crisis se nota particularmente en tres palabras severamente amenazadas: la obediencia, la fidelidad y la comunicación. Para entender por qué estas palabras retratan el corazón de tantos desastres existenciales actuales hay que percibir con toda su fuerza el giro subjetivista de nuestro tiempo.

* Cuando el sujeto toma su autonomía y su realización personal como meta única y criterio único, la comunicación se rompe. Se vuelve imposible además plegarse ante una voluntad distinta: la obediencia sería una traición al propio rumbo.

* De igual forma, la fidelidad resulta inalcanzable o incluso indeseable: ser fiel significaría amarrarse a un proyecto que ahora se juzga fallido porque ya no reporta satisfacción o felicidad.

* Además, el sujeto que se enorgullece de su autonomía se considera facultado de redefinir a placer lo que pertenezca a su mundo. La frase típica que introduce estos cambios semánticos es: “Hoy eso se entiende de tal o cual forma…”

* No es extraño entonces que, incluso con mayor fuerza que en otras ocasiones, se haga sentir la perplejidad en nuestros ambientes y conversaciones.

Te apuesto que no lo habías pensado

Jerarquía. -Cada pieza en su lugar. -¿Qué quedaría de un cuadro de Velázquez si cada color se fuera por su sitio, cada hilo de la tela se soltase, cada trozo de madera del bastidor se separase de los otros?

¡Oh poder de la obediencia! -El lago de Genesaret negaba sus peces a las redes de Pedro. Toda una noche en vano. -Ahora, obediente, volvió la red al agua y pescaron “piscium multitudinem copiosam” -una gran cantidad de peces. -Créeme: el milagro se repite cada día.

Más pensamientos de San Josemaría.

Aprender a obedecer

Templa tu voluntad, viriliza tu voluntad: que sea, con la gracia de Dios, como un espolón de acero. -Sólo teniendo una fuerte voluntad sabrás no tenerla para obedecer.

Obedeced, como en manos del artista obedece un instrumento -que no se para a considerar por qué hace esto o lo otro.

El enemigo: ¿obedecerás… hasta en ese detalle “ridículo”? -Tú, con la gracia de Dios: obedeceré… hasta en ese detalle “heroico”.

¡Qué lástima que quien hace cabeza no te dé ejemplo!… -Pero, ¿acaso le obedeces por sus condiciones personales?… ¿O el “obedite praepositis vestris” -obedeced a vuestros superiores-, de San Pablo, lo traduces, para tu comodidad, con una interpolación tuya que venga a decir…, siempre que el superior tenga virtudes a mi gusto?

¡Qué bien has entendido la obediencia cuando me has escrito: “obedecer siempre es ser mártir sin morir”!

Más pensamientos de San Josemaría.

Espiritualidad de la Vida Apostolica, 09 de 12

Espiritualidad de la Vida Apostólica. Retiro Espiritual con las Dominicas de la Inmaculada, en Cuenca (Ecuador).

Tema 9 de 12: Introducción a los Votos. La obediencia.

* Anotaciones preliminares generales sobre los votos:

(1) La fuente y referencia primera de nuestros votos es la Persona de Jesucristo.

(2) La vida en comunidad es el voto “integral,” que en cierto sentido los contiene a todos.

(3) Los votos son solidarios entre sí: se viven todos o se pierden todos.

(4) Son la expresión y cauce de nuestra ofrenda y el modo de nuestra unión con el misterio de Cristo en su Pasión y su Pascua.

(5) Han de vivirse no de manera extrínseca, como reglamento impuesto, sino como expresión de una convicción y amor interior.

* Sobre la obediencia. El voto de obediencia empieza cuando nuestra mente y corazón se rinden al poder, la verdad y la hermosura de Cristo.

* Rendirse a Cristo es perder los planes pálidos y cortos que uno tenía, y abrirse con generosidad al plan nuevo, amplio, profundo y bello que él ha preparado para mí, junto con mis hermanos.

* Uno puede o podría vivir en obediencia a Cristo de muchas maneras pero algunos hemos encontrado en la vida de comunidad un modo ideado por el Espíritu Santo para hacer de cada aspecto de la vida un servicio directo y seguimiento cercano a Cristo. Esa es la vida religiosa.

* La obediencia se vive en plenitud cuando nos hemos rendido a Cristo, somos transparentes en la comunicación con el superior, y al final permanecemos disponibles para servir y amar donde sea requerido. La verdad es que pare el verdadero obediente el lugar o el modo importan poco porque en ningún lugar podrán apartarlo del amor de su Señor.