La epidemia de COVID19 se extiende por el mundo aumentando su fuerza en unos lugares y decreciendo en otros. Si tu región o país está siendo azotada por un número considerable de contagios, o incluso de defunciones, las siguientes sugerencias generales pueden servirte como guía cuando se trata de ayudar a personas afectadas, incluyendo tus familiares. Estas recomendaciones se aplican a las situaciones propias de casa.
1. Sigue siempre las indicaciones de los médicos, incluyendo las decisiones difíciles que pueden darse si se llega al caso en que hay que hospitalizar al paciente.
2. En cualquier caso, conviene llevar registros periódicos, ojalá escritos y ordenados, de los signos y síntomas más importantes: temperatura, presión arterial, nivel de dolor, posible dificultad o no para respirar, sensibilidad del olfato y del gusto. Los médicos apreciarán mucho esa información ordenada.
3. Permanece atento y trata de anticiparte en cuanto a las necesidades básicas de la persona afectada: frío o calor; líquido suficiente; medicamentos a mano; alimentación adecuada. Intenta crear un ambiente seguro, estable y en la medida de lo posible, confortable.
4. Tu conocimiento de la persona afectada es muy importante para tratar de hacer más llevadero el tiempo de cuarentena estricta. piensa en términos de lectura, entretenimiento, alguna actividad física, si está recomendada, etc.
5. Facilita que la persona pueda comunicarse con el mundo exterior, no solo para una emergencia (lo cual es obvio) sino también para su vida cotidiana. En el caso de la mujer suele ser recomendable que haya otra mujer con la que pueda expresar sus inquietudes o posibles malestares.
6. Evita preguntar excesivamente “cómo está” la persona afectada, y comparte con otros, incluidos parientes y amigos, esta misma advertencia de no preguntar demasiada información. El tener que describir unos mismos síntomas a tantas personas suele ser tensionante y agotador. Es preferible que en el círculo familiar haya uno o dos que hagan ese tipo de preguntas.
7. Evita que cada persona que habla con el paciente termine dándole nuevos diagnósticos o nuevos remedios. Esto causa preocupación, incertidumbre y puede perjudicar el camino terapéutico que hayan señalado los verdaderos especialistas.
8. Muchas personas se acercan a Dios y a la oración en estas circunstancias. Facilita que puedan conectarse con aquellos programas de televisión, conversaciones telefónicas o servicios de Internet que les dan fortaleza interior. Con las precauciones y normas adecuadas, ora con la persona afectada, si así lo desea, aunque sin causar agotamiento ni hacer presión emocional de ninguna clase.
9. Cuidar el estado de ánimo es fundamental en esta situación de salud, como sucede en todo lo que somos y hacemos los seres humanos. Se dan casos de personas que se sienten culpables o que viven en un estado de alteración de nervios por contagiar o por poder contagiar a otros. Lo correcto es tomar muy en serio las medidas de bioseguridad que recomiendan las entidades de salud sin dramatizar las cosas ni permitir que la persona afectada se culpabilice innecesariamente.
10. ¡Y cuida tú también tu propio estado de ánimo y tu fortaleza interior! Una crisis de COVID19 puede durar desde unas pocas semanas hasta varios meses. Dosifica tus fuerzas, siempre en estado de observación y una actitud de servicio.
El Señor nos bendiga, nos proteja, nos sane y nos guíe por su camino ahora y siempre.