LA GRACIA 2024/03/17 La Pascua de Cristo redefinió la muerte

DOMINGO V DE CUARESMA, CICLO B

Cristo redefinió la muerte porque su muerte significó darnos vida; ya no es solo el final, es la culminación de una vida entregada y fecunda para darnos vida eterna.

[REPRODUCCIÓN PERMITIDA en redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios. Tu donación hace fuerte la evangelización católica. ¡Dona ahora!]

LA GRACIA 2023/07/15 Creer en las promesas de Dios hasta el final

La muerte a todos nos simplifica porque el final se parece al principio y aún a puertas de morir podemos y debemos creer en las promesas de Nuestro Señor.

[REPRODUCCIÓN PERMITIDA en redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios. Tu donación hace fuerte la evangelización católica. ¡Dona ahora!]

LA GRACIA 2022/11/13 Te pueden matar, pero no te pueden destruir

DOMINGO XXXIII DEL TIEMPO ORDINARIO, CICLO C

Jesús nos invita a mantener la serenidad incluso frente a los acontecimientos terribles que están ocurriendo en el mundo y aunque te condenen a muerte no te podrán destruir porque hay Uno más fuerte que aquel que te pretende matar.

[REPRODUCCIÓN PERMITIDA en redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios. Tu donación hace fuerte la evangelización católica. ¡Dona ahora!]

Reo gana caso y podrá ser ejecutado sujetando la mano de un ministro de culto

“Ramírez demandó al Estado de Texas pues la autoridad estatal le negaba la posibilidad de una ejecución en la que estuviera acompañado de un ministro de culto. El caso trascendió no sólo por la peculiaridad de la petición sino también por el tiempo: Ramírez ya había tomado su última cena y la inyección para aplicarle la pena de muerte estaba lista. Pero se detuvo su ejecución y el caso fue llevado a un tribunal superior. El Tribunal Supremo de los Estados
Unidos le ha dado la razón a Ramírez. El juez John Roberts declaró: “Es posible dar cabida a las sinceras creencias religiosas de Ramirez sin retrasar o impedir su ejecución”. La sintonía de los jueces en este caso particular ha sido abrumadora: ocho votos contra uno…”

Haz clic aquí!

La muerte, por fin explicada

Un hombre enfermo se preparaba para salir del consultorio del médico que le estaba examinando y dijo:

“Doctor, me asusta la muerte…dígame que hay al otro lado”

Muy suavemente el doctor dijo: “No lo se.”

¿Usted no sabe? Usted es católico y no sabe que hay del otro lado?!!!

El doctor tomó la perilla de la puerta…..

Del otro lado se sentían como rasguños y gemidos y…cuando se abrió la puerta, un perro entró en el cuarto, saltó sobre el médico y con gran alborozo le lamía lleno de contento

El médico se volvió hacia su paciente y dijo:

“Vió lo que hizo mi perro? …Él nunca había estado en este cuarto antes. No sabía que había adentro. Solo sabía que su dueño estaba allí y cuando se abrió la puerta, saltó sin ningun temor”

Yo poco se de lo que hay del otro lado de la muerte… pero si se una cosa: Que mi Dueño estará allí y eso me basta!!!

Aviso sobre una Eucaristía en sufragio por los Fieles Difuntos

El día 8 de Noviembre de 2021, a las 6:15 a.m., hora de Colombia, ofreceré la Eucaristía por todos los parientes y amigos de esta lista de correos, este “Alimento del Alma.” La eucaristía no va a ser transmitida por Internet pero puedes unirte a esa hora en tu corazón y hacer una oración por los difuntos que son cercanos a tu corazón.

Homilía del Papa en Roma el día de los fieles difuntos

“A las 11 de la mañana del martes 2 de noviembre, el Santo Padre celebró la misa de los fieles difuntos en el Cementerio Militar Francés de Roma. Apenas llegar, caminó entre las tumbas y depositó ramos de flores en algunas de ellas. En otras se detuvo para orar, especialmente en las tumbas que no tienen nombre. Antes de iniciar la misa saludó a unos niños…”

Haz clic aquí!

Especial para el Día de los Difuntos: Ante el cadáver de mi madre

Los surcos profundos de tu rostro
hablan de un camino;
y en alguno de ellos reconozco
ese día bendito
en que tú, revestida de silencio,
nada decías
porque yo iba camino del convento,
y tú no querías.

Tus ojos, serenos y tan bellos,
¡oh flor de otoño!,
dejaron asomar en su destello
un gris de plomo:
Dios en su designio te pedía,
un sacrificio,
y de nuevo, de tu llanto, yo nacía
para tu Cristo.

Hoy esos ojos se han cerrado
en paz y gracia;
hoy tu camino ha terminado,
no tu plegaria.
Ruega por tu niño que predica,
mamá del alma,
y que sirviendo a Jesús, día tras día,
llegue a su Casa.

Un homicidio involuntario, ¿puede llegar a ser pecado mortal?

Según el Filósofo, en II Physic., el azar o accidente es una causa que obra fuera de la intención. Por ello las cosas fortuitas, absolutamente hablando, no son ni intencionadas ni voluntarias; y puesto que todo pecado es voluntario, según Agustín, dedúcese que las cosas fortuitas, consideradas como tales, no son pecados. No obstante, sucede, a veces, que algo que no se quiere o intenta en el acto y por sí mismo, está en la voluntad o en la intención accidentalmente, en cuanto se llama causa accidental la que remueve los obstáculos. Por consiguiente, el que no evita las causas de las que se sigue el homicidio si debe evitarlas, será culpable en cierto modo de homicidio voluntario.

Y esto sucede de dos maneras: primera, cuando alguien, ocupándose en cosas ilícitas que debía evitar, comete un homicidio; segunda, cuando no pone de su parte el debido cuidado. Por esto, con arreglo al derecho, si uno se ocupa en cosas lícitas poniendo el debido cuidado, y, sin embargo, de su actuación se sigue la muerte de un hombre, no es culpable de homicidio. Mas si se hubiese empleado en cosas ilícitas, o aun en cosas lícitas, pero sin poner la diligencia debida, no evita el reato de homicidio si de su operación se sigue la muerte de un hombre. (S. Th., II-II, q.64, a.8 resp.)


[Estos fragmentos han sido tomados de la Suma Teológica de Santo Tomás, en la segunda sección de la segunda parte. Pueden leerse en orden los fragmentos publicados haciendo clic aquí.]

LA GRACIA 2021/04/30 Dios escoge el mejor momento para llevarnos

Si realmente estamos unidos en fe y amor a Cristo nuestro paso a la eternidad está determinado fundamentalmente por la misericordia con la que Él quiere llevarnos a donde se encuentra.

[REPRODUCCIÓN PERMITIDA en redes sociales, blogs, emisoras de radio, y otros medios. Tu donación hace fuerte la evangelización católica. ¡Dona ahora!]

Cinco meditaciones sobre la Muerte de Jesús

  1. Hacer verdaderamente el bien siempre afecta nuestros intereses, nuestra agenda, incluso nuestro cuerpo. Cristo Crucificado muestra en la extensión de su ser lo que significa “dejarse afectar” por hacer bien el bien.
  1. El mal es como una piedra muy pesada que va rebotando cuesta abajo por la montaña y con cada golpe cobra más fuerza. Es lo que sucede con el egoísmo, la violencia o la mentira. Y a medida que el mal va rebotando entre nosotros su recorrido siempre termina aplastando al final a los más débiles: el niño que no puede defenderse en el vientre materno; el adulto mayor, enfermo y solo, empujado a suicidarse; el discapacitado, que no tiene cómo argumentar que es útil a la sociedad; el desplazado por la fuerza del hambre o de la guerra. Cristo en la Cruz es aquel que escogió el último lugar, con la clara decisión de no pasar a otros el impacto que habría de recibir: Él es quien detiene el poder del mal, que parecía universal en su arrogancia.
  1. La Biblia nos enseña claramente quién está detrás de todo el odio contra Jesús. No hay duda de que hay factores políticos e incluso económicos pero detrás de todo ello está la acción siniestra del espíritu del mal, que detesta en Cristo particularmente la inocencia y la obediencia. Detrás de las espantosas torturas a que fue sometido el Señor está la formidable presión del demonio, que intenta romper el cristal de la inocencia inmaculada de Cristo, salpicándolo de odio, y sobre todo: romper el lazo de amor y obediencia que le une a Dios Padre. Como hemos dicho en otras ocasiones, lo que buscaba el diablo en Cristo es lo mismo que busca en nosotros: secuestrar y corromper su corazón. Tal es la batalla que fue librada en la Cruz, y por eso, la muerte de Cristo, en medio de oración y amor a Dios y a nosotros, es el gran exorcismo, es la gran victoria sobre el poder del demonio.
  1. En la Cruz de Cristo vemos el fracaso o por lo menos los límites de nuestras instituciones humanas: el Sanedrín, senado del pueblo escogido por Dios, condena a Dios a muerte; el Imperio Romano, que en otro tiempo dio al mundo una compilación maravillosa de leyes, ahora en cambio, a través de Pilato, el Procurador, comete la más flagrante injusticia; el valor de la amistad, que todos tenemos en tanta estima, muestra su límite en la cobardía de los discípulos; la opinión pública, y con ella toda forma de democracia, se revela impotente frente a las manipulaciones de los altos adversarios de Cristo… en síntesis, la Cruz nos enseña una sana desconfianza del hombre que solo se apoya en sí mismo, y por lo tanto: desconfianza de todo humanismo que le dé la espalda a Dios. El ser humano solo alcanza su plenitud volviendo a Quien es su Fuente, es decir, a su Creador y Redentor.
  1. Cristo, en el mismo Evangelio según San Juan, se llamó a sí mismo “la Puerta”. Y es bello ver al Crucificado precisamente como una Puerta: cercano a nuestros dolores, Cristo se ha hecho próximo y prójimo de todo aquel que sufre, incluyéndo, por supuesto, a quienes padecemos las consecuencias de nuestras propias culpas. Pero ya que Él se ha acercado a nosotros, acerquémonos nosotros a Él, y entremos por sus Llagas. Pasado el primer impacto de horror, encontraremos pronto su Corazón limpio, generoso, auténtico manantial de misericordia y bondad. Él nos ayudará a ver nuestros dolores o angustias de un modo diferente, en clave de ofrenda de amor. Y bautizados por ese amor, que tiene sabor de Cielo y de eternidad, podremos de un modo nuevo amar y servir a nuestros hermanos.