Bienvenida seas, Cuaresma!

Bienvenida la sensatez
que tu desierto nos trae;
la amable serenidad
que anuncia tu sobrio traje.

Bienvenida la esperanza
que por medio de profetas
Dios concede, compasivo,
y regala a manos llenas.

Bienvenido aquel silencio,
que es elocuente Palabra
y es bálsamo bendito
para el alma que lo abraza.

Bienvenido ese dolor
que rompe al corazón de piedra
y lo vuelve por fin de carne
y por dentro lo renueva.

Bienvenida la penitencia,
las cenizas y el ayuno,
y aquello que nos recuerde
qué pronto pasa este mundo.

Bienvenida la caridad
y también la misericordia,
y que el alma que era egoísta
deje su senda tortuosa.

Bienvenido tú, Jesucristo,
maestro en la penitencia,
danos de tu plegaria
y un poco de tu inocencia.

Penitencia interior y exterior

El carácter eminentemente interior y religioso de la penitencia, y los maravillosos aspectos que adquiere «en Cristo y en la Iglesia», no excluyen ni atenúan en modo alguno la práctica externa de esta virtud, más aún, exigen con particular urgencia su necesidad y estimulan a la Iglesia -atenta siempre a los signos de los tiempos- a buscar, además de la abstinencia y el ayuno, nuevas expresiones, más capaces de realizar, según la condición de las diversas épocas, el fin de la penitencia.

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Conoce a tu Dios, 1

INTRODUCCIÓN

El presente curso tiene como personaje central la adorable Persona del Padre celestial, de quien procede toda familia, toda comunidad en el cielo y en la tierra. Ya Jesús en su tiempo nos hacia esta tremenda y sorprendente revelación, refiriéndose al Padre: “el mundo no te ha conocido” (Jn 17,25) y añadía, mostrándonos una aurora maravillosa, que podía convertirse en pleno medio día: “esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero” (Jn 17,3).

Nuestro cometido es ir en busca de nuestro Padre, a quien de pronto no conocemos todavía, y hacer las indagaciones del caso para saber dónde está, dar con Él, encontrarnos con Él, dejarnos dar un abrazo, como el hijo pródigo y permanecer en su casa, disfrutando su compañía.

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Miseria y misericordia

Noticias como el “reality” macabro en que se ha convertido el asesinato programado de Eluana, la obstinación cínica del jesuita Masiá, o la avalancha de progresismo gay que cobra un nuevo país en Suecia, son capaces de amargarle la vida a cualquiera.

A ellas hay que sumar otras, que no paran: baja en la natalidad en el primer mundo; natalidad alta e irresponsable en buena parte del tercer mundo; crisis económica mundial; científicos jugando a ser Dios con embriones humanos; extensión de un socialismo cutre por Sur América; avance de sectas protestantes y empantanamiento de las conversaciones con Comunidades de larga historia; y si faltaran novedades, también un obispo que niega la Shoa.

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Our Lady of Hope

I guess we must see the current emphasis on hope as a true blessing. It was first pope Benedict with his Letter Encyclical “Spe Salvi” (In Hope We Were Saved) of November 30th, 2007. More recently the election of Barack Obama as president of the USA has become like a huge message of hope for millions of Americans and people of all trends of life around the globe.

As Christians we are not keen on fantasy. So often excessive illusion leads to utter delusion! Our Lord and Saviour, Jesus Christ, is clearly a messenger of and a witness to hope but he is not a preacher of unreal expectancies or impossible dreams. On the contrary, his language can be very hard to the ear, for example when he says that every disciple has to take up his or her cross and follow him (Mt 16:24).

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Relacion entre dos sacramentos: la Eucaristia y la Confesion

El amor a la Eucaristía lleva a apreciar cada vez más el sacramento de la Reconciliación. Debido a la relación entre estos sacramentos, una auténtica catequesis sobre el sentido de la Eucaristía no puede separarse de la propuesta de un camino penitencial (cf. 1 Corintios 11,27-29). Efectivamente, como se constata en la actualidad, los fieles se encuentran inmersos en una cultura que tiende a borrar el sentido del pecado, favoreciendo una actitud superficial que lleva a olvidar la necesidad de estar en gracia de Dios para acercarse dignamente a la Comunión sacramental.

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Ejercicios sobre el perdon, 60

Visualización de un enfado: Ahora haz una pausa de unos dos minutos y piensa en una ocasión en que te hayan hecho enfadar.

¿Cómo te sentías? ¿Cómo te sientes? Si en estos momentos la cólera te invade, toma conciencia de cómo te sientes.

Respira hondo, despacio y adéntrate en tus sentimientos. ¿qué ves debajo de tu rabia? ¿Ves miedo? ¿Tristeza? ¿Inseguridad? ¿Desamparo? ¿Impotencia? ¿Sientes que te han herido o que te han abandonado?

¿Tienes una sensación de desilusión ante expectativas no satisfechas o sueños normalizados?

Mira aún más profundamente. Bajo ese miedo, esa frustración y/o esa tristeza, ¿hay un ruego a alguien de que te preste atención, de que te escuche?

¿Hay una petición, consciente o inconsciente, de respeto, reconocimiento, interés o amor, petición de perdón? Entrégate al Espíritu Santo y pídele que te regale el perdón que necesitas dar a tu hermano. Agradece y adora a la Comunión del Padre el Hijo y el Espíritu Santo.

Ejercicios sobre el perdon, 59

Ejercicio: Ver a Dios en la naturaleza: Retírate con tu imaginación a cualquier lugar propicio y crea un clima de silencio y alabanza; una iglesia silenciosa, una terraza bajo un cielo estrellado, la playa, la cima de una montaña, la orilla de un río, un lugar donde haya abundantes árboles de pino.

Imagina la naturaleza alrededor, árboles, pájaros, animales, el cielo, la montaña…Contempla la naturaleza y absorbe el silencio que ella transmite…Experimenta la naturaleza en movimiento: el frescor de la mañana, el calor del medio día, los colores del poniente, la oscuridad de la noche, las estrellas, la luna… Pregunta a la naturaleza, a los árboles, a los pájaros, al río, a la montaña, a las estrellas, si tienen algún mensaje para darte. Pregunta, sobre todo, a las personas si tienen algo que decirte. “Oh valles y espesuras/ plantadas por la mano del Amado,/ decid si por vosotras ha pasado”… Pregunta también al Señor lo que tiene que decirte por medio de la naturaleza. Espera la respuesta de Dios. Puede ser una palabra, una frase, un silencio… Piensa: a través de tus ojos Dios contempla la belleza de la creación. Invita al Señor a mirar a través de tus ojos las cosas más bellas que El ha creado. Si te inspiras en la Biblia, invita a la creación a glorificar al Señor con el cántico de Daniel (3,52-90).

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El misterio del hombre solo se esclarece en el misterio del Verbo encarnado

¡[Jesucristo] Redentor del mundo! En Él se ha revelado de un modo nuevo y más admirable la verdad fundamental sobre la creación que testimonia el Libro del Génesis cuando repite varias veces: “Y vio Dios ser bueno”. El bien tiene su fuente en la Sabiduría y en el Amor. En Jesucristo, el mundo visible, creado por Dios para el hombre —el mundo que, entrando el pecado está sujeto a la vanidad— adquiere nuevamente el vínculo original con la misma fuente divina de la Sabiduría y del Amor. En efecto, “amó Dios tanto al mundo, que le dio su unigénito Hijo”. Así como en el hombre-Adán este vínculo quedó roto, así en el Hombre-Cristo ha quedado unido de nuevo. ¿Es posible que no nos convenzan, a nosotros hombres del siglo XX, las palabras del Apóstol de las gentes, pronunciadas con arrebatadora elocuencia, acerca de “la creación entera que hasta ahora gime y siente dolores de parto” y “está esperando la manifestación de los hijos de Dios”, acerca de la creación que está sujeta a la vanidad? El inmenso progreso, jamás conocido, que se ha verificado particularmente durante este nuestro siglo, en el campo de dominación del mundo por parte del hombre, ¿no revela quizá el mismo, y por lo demás en un grado jamás antes alcanzado, esa multiforme sumisión “a la vanidad”? Baste recordar aquí algunos fenómenos como la amenaza de contaminación del ambiente natural en los lugares de rápida industrialización, o también los conflictos armados que explotan y se repiten continuamente, o las perspectivas de autodestrucción a través del uso de las armas atómicas: al hidrógeno, al neutrón y similares, la falta de respeto a la vida de los no-nacidos. El mundo de la nueva época, el mundo de los vuelos cósmicos, el mundo de las conquistas científicas y técnicas, jamás logradas anteriormente, ¿no es al mismo tiempo que “gime y sufre” y “está esperando la manifestación de los hijos de Dios”?

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Ejercicios sobre el perdon, 57

Cuando el Odio quiso matar el Amor: Escuché una vez este relato: Cuentan que en la historia del mundo hubo un día terrible en el que el Odio, que es el rey de los malos sentimientos, los defectos y las malas virtudes, convocó a una reunión urgente con todos los sentimientos más oscuros del mundo y los deseos más perversos del corazón humano. Estos llegaron a la reunión con curiosidad de saber cuál era el propósito. Cuando estuvieron todos habló el Odio y dijo: “Os he reunido aquí a todos porque deseo con todas mis fuerzas matar a alguien”. Los asistentes no se extrañaron mucho pues era el Odio que estaba hablando y él siempre quiere matar a alguien, sin embargo, todos se preguntaban entre sí quién sería tan difícil de matar para que el Odio los necesitara a todos. “Quiero que matéis al Amor”, dijo. Muchos sonrieron malévolamente pues más de uno quería destruirlo.
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15 Razones para Amar el Adviento

Amo el Adviento. Lo amó apasionadamente, y necesito contarles por qué.

  1. El Adviento es un privilegio, o digo mejor: un acto precioso de condescendencia divina.
  2. Es un despertador que revela los límites de lo que termina, para llamarnos hacia aquello que no tiene límite ni término.
  3. Es el tiempo por excelencia para la esperanza.
  4. Son semanas de genuina catequesis, sentados junto al fogón del amor de los profetas.
  5. Es una escuela que tiene el estilo y la impronta de la Virgen de Nazareth.
  6. Es como una metáfora gigantesca de lo que es la Iglesia entera en este mundo… hasta que el Señor vuelva.
  7. Es un retiro espiriual para mil millones de personas.
  8. Es el recordatorio del lugar irreemplazable de la ternura y la mansedumbre como casa que preparamos a Jesús.
  9. Es el momento para sentirnos más hermanos que nunca de los judíos, y de todos aquellos que sabiéndolo o sin saber, aguardan al Mesías y su salvación.
  10. Bien vivido, es una senda de profundo autoconocimiento a la luz de Dios.
  11. Es tiempo para darnos cuenta de cuántas cosas ya no necesitamos, y por tanto, para hacer más liviana y generosa la vida.
  12. Tiempo para “hacer hambre” de modo que el banquete del Pan de Vida–que es Cristo–nos encuentre preparados y alegres.
  13. Es la época del año en que el Antiguo Testamento se hace diáfano, y el Nuevo Testamento, deslumbrante.
  14. Son días de oración y de escucha, días sobre todo para aprender que ninguna presencia de Cristo será suficiente hasta que llegue el día en que él sea todo en todos.
  15. Tiempo que condensa la experiencia del desierto y la alegría del Jordán.

Fr. Nelson Medina, O.P.

Ejercicios sobre el perdon, 56

PERDONAR PARA SER LIBRE: Haz unas cuantas respiraciones profundas. Que la inspiración sea más larga y lenta de lo habitual. Mientras dejas salir el aire, siente cómo se afloja la tensión y te relajas. Relaja los hombros…relaja los músculos del cuello.

Ahora, en tu imaginación, lleva las manos a la cabeza, introdúcelas con suavidad, con mucha suavidad dentro de tu mente. Quita de ahí todas las ideas que tienes actualmente sobre lo que significa el perdón. Coloca estas ideas en un lugar seguro, de donde puedas cogerlas de nuevo después nuestros ejercicios espirituales, o antes, si deseas recuperarlas.

Te invito a abrirte a un modo enteramente nuevo de definir el perdón y a trabajar con él en tu vida diaria. Al retirar las ideas que te resultan familiares, creas una apertura que te permitirá más de lleno y con mayor energía a lograr magníficas oportunidades de otorgar el perdón.

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El Corazon de Cristo supo palpitar de amor

Si no hay duda alguna de que Jesús poseía un verdadero Cuerpo humano, dotado de todos los sentimientos que le son propios, entre los que predomina el amor, también es igualmente verdad que El estuvo provisto de un corazón físico, en todo semejante al nuestro, puesto que, sin esta parte tan noble del cuerpo, no puede haber vida humana, ni afectos humanos.

No hay duda de que el Corazón de Cristo, unido hipostáticamente a la Persona divina del Verbo, palpitó de amor y de todo otro afecto sensible; sus sentimientos, sin embargo, estaban tan conformes y tan en armonía con su voluntad de hombre esencialmente plena de caridad divina, y con el mismo amor divino que el Hijo tiene en común con el Padre y el Espíritu Santo, que entre estos tres amores jamás hubo falta de acuerdo y armonía.

A menos que uno reflexione bajo la luz que emana de la unión hipostática y sustancial, y bajo la luz que procede de la Redención del hombre, que complementa la anterior, podría parecer a algunos escándalo y necedad el hecho de que el Verbo de Dios tomara una verdadera y perfecta naturaleza humana y se plasmara y aun, en cierto modo, se modelara un corazón de carne que, no menos que el nuestro, fuese capaz de sufrir y de ser herido.

Pero, en perfecta concordia con la Sagrada Escritura, el Credo, y también otros Símbolos de la Fe, nos aseguran que el Hijo Unigénito de Dios tomó una naturaleza humana capaz de padecer y morir, principalmente por una razón: el Sacrificio de la cruz, donde El deseaba ofrecer el sacrificio que completa la obra de la salvación de los hombres.

[Pío XII. Adaptación del n. 12 de su Encíclica Haurietis Aquas]

Ejercicios sobre el perdon, 55

TERAPIA PARA PODER PERDONAR:

Como culminación de estos Ejercicios o terapia para el perdón les ofrezco la siguiente reflexión que les puede ayudar cuando se vean incapaces de perdonar por la sensibilidad que hayan podido desarrollar y para la curación de cualquier otra clase de enfermedades. El siglo XX ha sido siglo de grandes alcances en lo espiritual y en lo tecnológico: los viajes espaciales a la Luna, el avance de la Cibernética, el descubrimiento de la TV a Color, la comunicación por Satélite, el invento de la computación, la navegación por Internet, los trasplantes de todo género. En lo religioso, se ha llegado a un acercamiento entre la jerarquía y los laicos, a trabajar y a vivir el Ecumenismo; se dio una apertura a los grupos carismáticos y a un tema, de gran ayuda para el mundo, el tema de la sanación interior. ¿Quién iba a pensar que podía existir una manera de transformación de la sociedad, no basada sólo en el capital, en la revolución, en la lucha armada, sino en la revolución de la conciencia, en la sanación del interior?

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La oracion no es algo accesorio

En su diálogo íntimo con el Padre, Jesús no huye de la Historia, no huye de la misión por la que ha venido al mundo, aunque sabe que para llegar a la gloria deberá pasar por la cruz. Más aún, Cristo entra más profundamente en esta misión, adhiriéndose con todo su ser a la voluntad del Padre, y nos muestra que la verdadera oración consiste precisamente en unir nuestra voluntad a la de Dios.

Por tanto, para un cristiano orar no equivale a evadirse de la realidad y de las responsabilidades que implica, sino asumirlas a fondo, confiando en el amor fiel e inagotable del Señor. Por eso, la transfiguración es, paradójicamente, la verificación de la agonía en Getsemaní (cf. Lc 22, 39-46). Ante la inminencia de la Pasión, Jesús experimentará una angustia mortal, y aceptará la voluntad divina; en ese momento, su oración será prenda de salvación para todos nosotros. En efecto, Cristo suplicará al Padre celestial que “lo salve de la muerte” y, como escribe el autor de la carta a los Hebreos, “fue escuchado por su actitud reverente” (Hb 5, 7). La resurrección es la prueba de que su súplica fue escuchada.

Queridos hermanos y hermanas, la oración no es algo accesorio, algo opcional; es cuestión de vida o muerte. En efecto, sólo quien ora, es decir, quien se pone en manos de Dios con amor filial, puede entrar en la vida eterna, que es Dios mismo.

[Benedicto XVI. Angelus del 4 de Marzo de 2007]