Comunion y comunidad en Cristo. Retiro espiritual en el Monasterio de las Dominicas de Lerma. Tema 8 de 10: Virtudes Humanas, 1a. parte.
PRUDENCIA
– Es la virtud que mueve a pensar y decidir rectamente sobre lo que debe hacerse o no hacerse. Ser “prudente” no debe considerarse como sinónimo de no actuar, ni tampoco de actuar con disimulo.
– En una comunidad todos hemos de cultivar la prudencia porque hay ocasiones en que pequeñas acciones o respaldos o falta de respaldo traen serias consecuencias. Pero corresponde especialmente a los formadores (maestros) y a los superiores cultivar esta virtud.
– Los formadores han de procurar ser dóciles al Espíritu, nunca considerarse dueños de la vida o la vocación de nadie, y saber que cuanto digan o hagan lo recibirá cada quien según su propio carácter, por lo que hay que conocer el terreno para anticiparse un poco a qué sentido dará cada formando a las palabras o gestos que se le presenten.
– Los superiores han de pasar por varias muertes: renunciar a menudo al propio proyecto en aras del proyecto de la comunidad, o mejor aún: el proyecto de Dios. Cuiden de no quedarse con una parte de la comunidad marginando a otros, y busquen construir unidad en torno a Cristo.
JUSTICIA
– En sentido bíblico consiste en “ajustarse” al querer y plan de Dios.
– Enemiga de la justicia es la racionalización, sobre todo la de tipo espiritual, que toma muchos rostros, por ejemplo: clericalismo, justificiación de privilegios, considerarse uno excepción de la regla, y más.
– El camino de la justicia pasa a menudo por la denuncia. Es preciso oarar, autoexaminarse, pedir consejo, buscar el momento oportuno, pero finalmente sí hay que hablar.