Nuevas investigaciones sobre la Sábana Santa

“Como él mismo explica, “este libro se propone el doble objetivo de establecer una conexión entre los conocimientos sobre la Sindone, las más recientes exegesis de la narración de la Pasión y de la Crucifixión neotestamentaria y los más modernos descubrimientos en el ámbito humanístico, arqueológico, de ciencias médicas y físicas”(p.5)…”

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LA GRACIA del Miércoles 6 de Enero de 2016

Cristo nos trae firmeza al proclamar su divinidad, manifestando que Él está por encima de la inestabilidad y los caprichos de la vida.

DONDE LA EPIFANÍA SE CELEBRA SIEMPRE EL 6 DE ENERO, las lecturas y homilías correspondientes al día de hoy se encuentran aquí.

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¿Se contradice Jesús?

Estimado Fray Nelson: Que Nuestra Señora lo bendiga siempre. Una consulta: En el Evangelio de San Mateo ( Mt 5 22 y ss)el Señor nos dice que no debemos llamar indebidamente a nuestros hermanos, como “renegado” por ejemplo; sin embargo El llama a los fariseos “sepulcros blanqueados” o “raza de víboras”. Aparentemente habría una contradicción; claro que EL es Dios y puede llamarnos como quiera, pero he oído a algunas personas que basándose en lo que el Señor les decía a los fariseos insultan alegremente a otros y todavía citan al Señor. Por favor quisiera que me aclare este punto. Agradezco anticipadamente su atención. Atentamente. G-S H.

* * *

El tema es más complejo de lo que parece. Una lectura cuidadosa de los evangelios parece revelar aún más contradicciones entre el sentido literal de la enseñanza de Cristo y lo que Él mismo hizo. Dos ejemplos notables son:

(1) Cristo nos manda “no juzgar” (Lucas 6,37) pero Él mismo se pronuncia con claridad y contundencia sobre el comportamiento de algunos contemporáneos suyos, como lo demuestra extensamente el P. Ayúcar, SJ en un enlace que ya hemos publicado.

(2) Cristo nos manda “poner la otra mejilla” (Mateo 5,39) pero interpeló al siervo del sumo sacerdote que le habia golpeado injustamente (Juan 18,23).

Podrían encontrarse otros ejemplos. En la misma línea va lo preguntado en esta ocasión: el mismo Cristo que dice que no llamemos a nadie “renegado” (cosa que parecería un insulto relativamente menor) luego trata de “raza de víboras” a los fariseos.

Uno se da cuenta que una interpretación literalista, es decir, una interpretación que quisiera tomar las palabras de Cristo como si fueran palabras de un código civil o un texto legal, llega a un callejón sin salida: he aqu´un maestro que se contradice a cada paso.

Pero la palabra clave es esa: maestro. Cristo es un magnífico pedagogo que usa muy diversos recursos, entre los que se incluyen paradojas, parábolas, ejemplos gráficos, frases enigmáticas. Uno no puede construir un código civil con frases como “el que quiera ser el primero, que sea el último.” Pero eso no significa que ese frase sea inútil; lo que significa es que en la intención y en el uso de Cristo hemos de entenderla de otro modo. Estamos de lleno en el tema de los “géneros literarios.” No es lo mismo decir algo como alegoría o parábola que decirlo como explicación teológica o texto jurídico.

Sobre esa base, uno observa una intención pedagógica constante en Cristo a través del uso de las frases contradictorias o exageradas. Cuando dice que un hombre debía 10.000 talentos. Un talento era algo así como 600.000 dólares. 10.000 talentos es una cifra gigantesca, del orden de seis mil millones de dólares. ¿Quién puede endeudarse de esa forma? ¿Y qué significaría que a alguien le perdonaran toda esa deuda? Otra exageración es aquello de que si alguien escandaliza a un niño, más le valdría que le pusieran una piedra de molino al cuello y lo arrojaran al mar. Según algunos estimados una piedra de esas, movida por animales de carga, por ejemplo un asno, debía pesar casi dos toneladas. ¿Alguien puede imaginarse a un ser humano con una rueda de dos toneladas en el cuello?

El papel de esas exageraciones es pedagógico: es lograr que la memoria recuerde con mayor facilidad lo que se le dice. Cuando yo era niño era frecuente que a los varones nos dijeran: “¡A una niña no se le pega ni con el pétalo de una rosa!” Algo así es lo que quiere encomendarnos Cristo con palabras como aquello de no despreciar ni insultar a los hermanos, por ejemplo, llamándolos “renegados.” Se trata de una recomendación de prudencia, sensatez pero ante todo de verdadero amor, único que puede dar estabilidad y fruto a la comunidad de creyentes.

Jesús y la autoridad política

Jesús y la autoridad política

379 Jesús rechaza el poder opresivo y despótico de los jefes sobre las Naciones (cf. Mc10,42) y su pretensión de hacerse llamar benefactores (cf. Lc 22,25), pero jamás rechaza directamente las autoridades de su tiempo. En la diatriba sobre el pago del tributo al César (cf. Mc 12,13-17; Mt 22,15-22; Lc 20,20-26), afirma que es necesario dar a Dios lo que es de Dios, condenando implícitamente cualquier intento de divinizar y de absolutizar el poder temporal: sólo Dios puede exigir todo del hombre. Al mismo tiempo, el poder temporal tiene derecho a aquello que le es debido: Jesús no considera injusto el tributo al César.

Jesús, el Mesías prometido, ha combatido y derrotado la tentación de un mesianismo político, caracterizado por el dominio sobre las Naciones (cf. Mt 4,8-11; Lc 4,5-8). Él es el Hijo del hombre que ha venido « a servir y a dar su vida » (Mc 10,45; cf. Mt 20,24-28; Lc22,24-27). A los discípulos que discuten sobre quién es el más grande, el Señor les enseña a hacerse los últimos y a servir a todos (cf. Mc 9,33-35), señalando a los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, que ambicionan sentarse a su derecha, el camino de la cruz (cf. Mc 10,35-40; Mt 20,20-23).


Este Compendio se publica íntegramente, por entregas, aquí.

Nada ha cambiado en Él

Me comentabas que hay escenas de la vida de Jesús que te emocionan más: cuando se pone en contacto con hombres en dura circunstancia…, cuando lleva la paz y la salud a los que tienen destrozados su alma y su cuerpo por el dolor… Te entusiasmas -insistías- al verle curar la lepra, devolver la vista, sanar al paralítico de la piscina: al pobre del que nadie se acuerda. ¡Le contemplas entonces tan profundamente humano, tan a tu alcance! -Pues…, Jesús sigue siendo el de entonces.

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