Luchar por la fe

Padre, en la Cristíada, suceso de mexico, cuando se prohibio el culto a la iglesia catolica porque se decia que era un complot de la misma contra el estado, los cristeros decidieron luchar por su fe, si es para defender la fe, la guerra esta bien? — Preguntado en formspring.me/fraynelson

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Pienso que la enseñanza del Catecismo, n. 2309, es muy esclarecedora:

Se han de considerar con rigor las condiciones estrictas de una legítima defensa mediante la fuerza militar. La gravedad de semejante decisión somete a esta a condiciones rigurosas de legitimidad moral. Es preciso a la vez:

— Que el daño causado por el agresor a la nación o a la comunidad de las naciones sea duradero, grave y cierto.

— Que todos los demás medios para poner fin a la agresión hayan resultado impracticables o ineficaces.

— Que se reúnan las condiciones serias de éxito.

— Que el empleo de las armas no entrañe males y desórdenes más graves que el mal que se pretende eliminar. El poder de los medios modernos de destrucción obliga a una prudencia extrema en la apreciación de esta condición.

Estos son los elementos tradicionales enumerados en la doctrina llamada de la “guerra justa”.

La apreciación de estas condiciones de legitimidad moral pertenece al juicio prudente de quienes están a cargo del bien común.

Institcuiones Catolicas demandan a la administracion de Obama

“El lunes 21 de mayo de 2012 pasará a la historia: el arzobispo de Nueva York, el cardenal Timothy Dolan, la Universidad de Notre Dame y 41 instituciones más han presentado 12 demandas contra el presidente de EEUU, Barack Obama, por obligarles a suscribir seguros de salud que cubren obligatoriamente la anticoncepción y «toda la gama de servicios de salud reproductiva» que incluye aborto y fármacos abortivos, el tristemente famoso mandato HHS…”

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Concurso de Literatura Catolica

“Si queremos reavivar la literatura católica, lo primero que necesitamos no es dinero (como dirían nuestros amigos materialistas), sino autores católicos que no se avergüencen de serlo y quieran dar gloria a Dios con su pluma. Convocamos este concurso para dar a conocer a algunos (o muchos) de esos futuros autores católicos…”

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Taize

HOLA FRAY NELSON, HERMANO, DESEANDO LA PAZ DEL RESUCITADO PARA SU MINISTERIO… TENGO UNA INQUIETUD, RESPECTO AL TAIZÉ, ¿ES ACEPTADO POR LA IGLESIA? AGRADEZCO SU RESPUESTA DIOS LO BENDIGA… – Raúl Humberto

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Todo está en lo que se entienda por “aceptar.” Taizé (pronunciado: Tesé) es una aldea en Francia donde hace años existe una comunidad de hombres y mujeres con una forma de consagración semejante a los monjes en nuestra Iglesia Católica. Ellos reciben además a grandes multitudes de peregrinos, especialmente jóvenes, que participan de la vida de fe y la liturgia del lugar. Para millones de personas la experiencia del encuentro con hermanos creyente, y el encuentro con un ambiente cargado de oración y amor a Dios ha sido transformante.

Taizé no es anticatólico en ningún sentido pero tampoco es expresamente católico. Se presenta como un lugar de encuentro en la fe en Cristo vivo y resucitado, abierto de modo ecuménico a todos, desde la bondad y la simplicidad. El fundador de la comunidad, Hermano Roger, marcó estas líneas de generosidad, comunión y sencillez, y su ejemplo está muy vivo en Taizé.

Ya en 1980, el Hermano Roger aseguró: “He encontrado mi propia identidad como cristiano a través de la reconciliación en mi interior de la fe de mis orígenes [protestantes] con el misterio de la fe católica, sin romper el sentido de hermandad con todos.” Fue muy visible el hecho de que en el funeral del Papa Juan Pablo II el entonces cardenal Ratzinger le dio la comunión. Es evidente entonces el sentido de pertenencia y cercanía que une a Taizé con nuestra Iglesia.

Yo sin embargo no recomendaría en general a un joven católico que fuera a Taizé como algo indispensable o necesario en su camino como creyente. Como iniciativa nacida del cristianismo protestante me parece algo hermoso, incluso loable, pero mi primera sugerencia para un joven, salvo excepciones muy puntuales, es que vaya a los lugares donde puede fortalecer su fe, hoy tan amenazada, y donde puede abrirse a otros hermanos desde esta nuestra casa, la fe católica. Pero si un católico va a Taizé, y allí redescubre la sencillez del Evangelio, eso será bueno para él o para ella, y no se puede reprochar.

En fin, no cesemos de orar por la unidad de los cristianos, y apreciemos la obra del Espíritu en todas partes.

Fe y vida militar en el Siglo XXI

“La religión no es causa de la guerra sino antídoto contra toda violencia”; Iglesia y ejército “no son incompatibles en absoluto”, los capellanes en el ejército “no es una concesión de los estados… La asistencia religiosa es un derecho del militar creyente”…

fe y vida militar

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Carta para la Semana Santa 2012

1. Motivo de consuelo

El reciente viaje de Su Santidad Benedicto XVI a México y Cuba ha sido, por muchas razones, un motivo de consuelo. El proverbial afecto mexicano hacia el Sucesor de Pedro, la espontánea alegría de las multitudes, el mensaje de espiritualidad, lucidez y esperanza que dejó el Papa, todo fue como un inmenso respiro para la querida nación mexicana, y también un tiempo de gozo y solaz para quienes seguimos esas breves horas, en sus distintos escenarios.

Y luego, Cuba. Ver al Vicario de Cristo pronunciar la despedida al marxismo como lectura de la realidad, y ver que eso sucede ante cientos de miles de hombres y mujeres que fueron pastoreados por el ateísmo comunista es motivo para celebrar el dulce poder de Cristo, y del “Dulce Cristo en la Tierra” como le llamaba Santa Catalina de Siena. La entrevista con Fidel Castro no puede valorarse poco, sabiendo como sabemos, que el ex-dictador es todavía un punto de referencia para generaciones enteras de cubanos que sinceramente defienden los bienes que la revolución les ha traído. Más allá de los límites de la isla, los revolucionarios que digan inspirarse en el ejemplo cubano no podrán olvidar que Castro dijo sentirse feliz de recibir a “Su Excelencia” el Papa.

2. Motivo de preocupación

Al mismo tiempo, este año 2012 trae su propia carga de angustias. Señalemos algunas a nivel global:

2.1 En Siria el desangre continúa, y lo peor es que cabe dudar que un cambio de régimen mejore la situación para los cristianos, cada vez vistos más como ajenos e intrusos en el Medio oriente.

2.2 La insistencia de Corea del Norte en lanzar su satélite y la oposición internacional a semejante proyecto vuelven a aumentar la tensión en el Sudeste Asiático. Las prácticas militares no cesan.

2.3 La sombra de la recesión no se aparte del norte de Europa, incluyendo Irlanda y el Reino Unido. España, Italia y Grecia, de distintos modos, envían sus señales de alarma y profundo descontento.

2.4 En Estados Unidos, este año será recordado como el de la descarada persecución en contra de la libertad de conciencia y de fe. La administración Obama realmente quiere imponer leyes que obligan a violentar la propia convicción religiosa. Los obispos se han unido y han liderado las manifestaciones en contra de este abuso pero los resultados son todavía inciertos.

2.5 En términos de nuestra Iglesia, duele constatar que instituciones católicas siguen ofreciendo el contenido de la fe como si fuera un supermercado. Sé de sacerdotes que consideran más relajantes los mantras que las jaculatorias. Sé de teólogos que predican sonrientes la desobediencia al Magisterio en temas de sexualidad humana. Uno siente que las heridas más profundas y dolorosas están adentro de la Iglesia.

2.6 Se extiende más y más, por todas partes, el sofisma de que la religión en público es una ofensa a los que piensan distinto. Con ese engaño espantoso se pretende recluir la práctica de la fe a la insignificancia y al solo ámbito de la vida privada.

2.7 Los enemigos de la vida naciente han logrado avanzar un poco, para vergüenza de todos, en el escenario internacional de la ONU y en naciones como Argentina.

3. Motivo de esperanza

Nuestra mirada está en Cristo. Recordamos siempre lo que dijo San Agustín, basándose en el salmo 129 (128) en alusión a la Iglesia: “Cuánta guerra me han hecho desde mi juventud…” La Iglesia no nació en la serenidad de un sillón de filósofo, ni en la dulce contemplación de un paisaje arrobador. Nació de la Sangre del Hijo de Dios, sacrificado por nuestra causa, porque somos unos pecadores necesitados de redención.

Nuestra mirada está en Cristo. El trigo triturado para hacer el pan que se consagra en el altar nos recuerda que ningún paso estrecho, ningún dolor extremo, ninguna traición repugnante, ninguna crueldad y ninguna amenaza toman por sorpresa a Dios. En adoración al Amor de los Amores; en gratitud al Cristo que nos alimenta y alienta con su propio Espíritu, sabemos que ya nos contemplan los cristianos de los siglos venideros, y ya su mirada nos pregunta si hemos elegido hasta el fondo ser de Cristo. esta Pascua es el tiempo para decir: SÍ, cristiano soy, por la gracia de Dios; cristiano de fe completa, de Biblia no mutilada, de exquisita y gozosa fidelidad a Aquel que nos confirma en la fe: el Papa, a quien Dios otorgue abundantísima bendición.

Por que se necesitan hoy Razones para Creer

No es necesario para mantenerse en pie conocer las leyes del equilibrio, ni las de la dinámica para montar en bici. Instintivamente, buscamos nuestro centro de gravedad y damos a los pedales, un poco como Monsieur Jourdain, el personaje de Molière, que escribía en prosa sin saber el significado de esta palabra.

Del mismo modo, no es necesario que un creyente sepa explicar las razones de su fe para que ésta sea auténtica.

Pero en el clima actual de desconfianzas e incertidumbres, de liberalismo doctrinal, de materialismo teórico y práctico, el cristiano debe hacer inventario de los puntos de apoyo y los motivos esenciales de su fe. Así podrá responder con justeza a las preguntas que le formulen los no creyentes; y, al mismo tiempo, podrá también interrogarles sobre el sentido de su existencia y sus razones para vivir.

Este diálogo debe abordar una reflexión sobre el mundo que vaya más allá de las simples apariencias; debe también aludir a la historia anunciando el acontecimiento capital que es el origen de nuestra fe: la vida, la muerte y la resurrección de Jesucristo. Si eludimos uno de estos elementos, corremos el riesgo de encontrarnos ante una pregunta sin respuesta o una respuesta sin pregunta.

Las consideraciones que siguen no tienen la pretensión de agotar el tema, ni mucho menos de forzar al no creyente a aceptar el Evangelio. La fe es algo más complejo; no se construye desde la inteligencia solamente, sino que exige nuestra libre voluntad y un don del cielo. Jesús ha dicho : «Nadie viene a mí si mi Padre no le atrae» (Jn 6,44).

¿A quién van destinadas estas reflexiones?

Estas páginas pretenden ayudar al creyente que necesita coherencia y claridad para verificar que su fe reposa sobre serias bases. Eso le permitirá un diálogo más fácil con sus hermanos no creyentes, y le hará capaz de entender mejor las dificultades que tienen.

Aunque este pequeño estudio no está destinado a los no creyentes, puede descubrirles que, para un creyente, su fe, lejos de oponerse a la inteligencia, ilumina a ésta con una nueva luz.

Por otra parte, este texto dará más fruto cuando en el corazón del no creyente se vea complementado con el testimonio de los cristianos auténticos, signos vivos de Dios vivo.

¿Cómo utilizarlo?

Para sacar el mejor partido a este intento no es necesario estudiar todas las cuestiones, pero sí es conveniente subrayar que se exponen con cierto orden lógico.

Dentro de cada asunto, en el caso de un debate, la experiencia aconseja que se avance párrafo a párrafo, verificando lo que se comprende y aquello en lo que se está de acuerdo. También será útil ilustrar el texto con algunos ejemplos.

Yves Moreau es el autor de Razones para Creer. Texto disponible por concesión de Gratis Date.

Retiro espiritual con el P. Luis de Moya

Meditación preparatoria

Día primero
Creación y elevación: filiación divina
Llamada universal a la santidad
Incumplimiento del fin: el pecado
Incumplimiento del fin: la tibieza

Día segundo
La muerte: aprovechamiento del tiempo
El juicio: examen
El infierno: rectitud de intención
El cielo: esperanza

Día tercero
La encarnación: Humanidad santísima de Cristo
Nacimiento: pobreza
Vida oculta: santificación de lo ordinario
Vida pública: apostolado

Día cuarto
Última cena: caridad
Última cena: eucaristía
Pasión y muerte: mortificación
La Virgen santísima

Consideración final

Retiro con el P. Luis de Moya

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Apostolado San Jose

“Esta Asociación, quiere facilitar una serie de libros de lectura espiritual, para poder extender la cultura religiosa. Hoy que vivimos en crisis casi de todo, no es poca la que sufrimos los cristianos en nuestra fe y en la práctica religiosa…”

Apostolado San José

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Presentacion de las Razones para Creer

Cristianos, ¿qué razones tenéis para creer?

«He preguntado a algunos cristianos por qué tienen fe y no han podido responderme. Y he pensado que si no tienen respuestas para mí, tampoco las tendrán para sí mismos» (Un alumno de 8º EGB)

«Estad siempre prestos a dar razón de vuestra esperanza ante los que os preguntan» (1P 3,15)

«Dichosa tú que has creído» (Lc 1,45).

«Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque ocultaste estas cosas a los sabios y entendidos y las revelaste a los humildes» (Mt 11,25).

Estas páginas, amigo lector, se han escrito para que tengas la certeza de que tu actitud de cristiano es verdaderamente razonable. Ellas pueden ayudarte a responder a los críticos y, al mismo tiempo, a progresar en tu fe.

Sin embargo, no esperes demasiado de la dialéctica. Harás mucho más por Cristo y por los demás con tu oración y tu forma de vida, siguiendo las huellas del Maestro.

De esta forma toda tu vida y toda tu persona serán una respuesta a la interrogación de los que no creen, y quizá algún día tendrás la sorpresa y la dicha de que un amigo te pregunte: «¿Dime, tú que eres un verdadero cristiano, en qué razones fundamentas tu fe?»

Entonces, le abrirás tu alma y , al mismo tiempo, entrarás en las suyas… Y como un soplo sobre las brasas, iluminarás su corazón y lo calentarás con el fuego que arde en el tuyo.

María Isabel Miralles, presentando la obra “Razones para Creer” de Yves Moreau

SANCTUS, Fundamento, Presente y Futuro

CENTRALIDAD DE LA PASIÓN DE CRISTO

¿Es el cristianismo una religión para derrotados que siguen a un derrotado? Hay que diferenciar entre ganarle al enemigo y ganar al enemigo. Ganar-LE al enemigo es imponerse sobre él, y ganar sus cosas, a precio de que siga siendo enemigo. Ganar AL enemigo es ganarlo a él, de modo que ya no sea más enemigo. La victoria de Cristo no consiste en ganar lo que el enemigo tiene, sino ganar al enemigo, ganarlo a él. Defenderse lleva a imponerse; imponerse es ganar los tesoros del enemigo pero perderlo a él.

PRESENCIA DE LA PASIÓN EN LA HISTORIA HUMANA

Perseguir a los de Cristo es perseguirlo a Él: la Pasión se prolonga en la Historia. El mundo subsiste gracias al don de la vida y la oración de los asociados a la Pasión de Cristo. La hora de Cristo depende de cuántos anhelan su retorno. Lo que sucede en la Cena es lo que sucede en la Cruz, luego la Eucaristía es memoria y presencia perpetua de la Pasión. Ahora bien, la continuidad de la Eucaristía va ligada a la continuidad y santidad del sacerdocio. No se puede amar la Pasión de Cristo sin amar el sacerdocio.

SACERDOTES Y LAICOS

Según Santa Catalina, el sacerdote es “administrador de la Sangre de Cristo.” Lo propio de la vocación laical es extender el reinado de Cristo en las realidades temporales. Una noción del sacerdocio como puro “poder” ha enseñado que para dar participación a los laicos hay que hacerlos semejantes a los clérigos.

ALGUNAS CUESTIONES PARTICULARES

1. ¿Cuál es la diferencia entre SANCTUS y los grupos de oración? –Aunque el misterio de la Pasión está en todo lo cristiano, también se necesitan comunidades que recuerden a todos el valor permanente de la Pasión, y de prepararnos para el Cielo.

2. ¿A qué edad se hace comprensible el carisma de SANCTUS? –El mensaje esencial es idéntico para todos, y no debe ofrecerse a los niños como un juego sino como un llamado a que se conviertan.

3. ¿Cómo es la relación de SANCTUS con las parroquias? –SANCTUS se inserta en la parroquia pero trasciende el ámbito puramente parroquial.

4. ¿Qué consecuencias a nivel global trae el crecimiento actual de SANCTUS? –Necesitamos personas que se dediquen de tiempo completo a SANCTUS. La Co-Fundadora está dando ese paso en este Encuentro.

Nuevos estilos de vida

54. Las circunstancia de vida del hombre moderno en el aspecto social y cultural han cambiado profundamente, tanto que se puede hablar con razón de una nueva época de la historia humana. Por ello, nuevos caminos se han abierto para perfeccionar la cultura y darle una mayor expansión. Caminos que han sido preparados por el ingente progreso de las ciencias naturales y de las humanas, incluidas las sociales; por el desarrollo de la técnica, y también por los avances en el uso y recta organización de los medios que ponen al hombre en comunicación con los demás.

De aquí provienen ciertas notas características de la cultura actual: Las ciencias exactas cultivan al máximo el juicio crítico; los más recientes estudios de la psicología explican con mayor profundidad la actividad humana; las ciencias históricas contribuyen mucho a que las cosas se vean bajo el aspecto de su mutabilidad y evolución; los hábitos de vid ay las costumbres tienden a uniformarse más y más; la industrialización, la urbanización y los demás agentes que promueven la vida comunitaria crean nuevas formas de cultura (cultura de masas), de las que nacen nuevos modos de sentir, actuar y descansar; al mismo tiempo, el creciente intercambio entre las diversas naciones y grupos sociales descubre a todos y a cada uno con creciente amplitud los tesoros de las diferentes formas de cultura, y así poco a poco se va gestando una forma más universal de cultura, que tanto más promueve y expresa la unidad del género humano cuanto mejor sabe respetar las particularidades de las diversas culturas.

[Constitución Gaudium et Spes, del Concilio Vaticano II, n. 54]

Los otros indignados

El año 2011 dejó entre sus herencias la transformación de un adjetivo en un sustantivo. A través de un uso peculiar, el adjetivo “indignado” se convirtió en el nombre común de cada uno de los cientos de miles de contemporáneos nuestros que manifestaron en las calles y plazas que detestan el mundo en que viven, ante todo porque es un mundo marcado por la injusticia, y porque la democracia, si no toca la distribución de la riqueza, es un juego mental, una continua pantomima, un chiste cruel.

Hay que notar que estos indignados callejeros, aunque diversos en muchas cosas, suelen tener por denominador común un talante de izquierdas y una actitud agnóstica o abiertamente anticlerical.

Un incidente reciente en el ciberespacio me llevó a pensar en otro tipo de “indignados.” Son los que sienten que se les revuelven las entrañas viendo lo que sucede en la Iglesia o contra la Iglesia. Son los que se duelen por las misas celebradas con pereza y rutina, o con todo tipo de abusos. Son los que sufren al ver la inercia, por lo menos aparente, de tantos obispos a quienes cuesta no ver como cómplices de los desmanes pastorales o teológicos de sus curas. Son también los que lamentan con amargura cada aborto que se hubiera podido y debido evitar. Estos otros indignados abundan en algunas esquinas de la red de redes. De hecho, es Internet, a menudo, su vía casi única de soltar en público la amargura acumulada y el calambre de una frustración muy honda.

Lo mismo que con los indignados de las calles, estos otros aprenden pronto a reconocerse mutuamente. Diríamos que son espontáneos compañeros de una misma causa. Sin ponerse de acuerdo se han encontrado–virtualmente, por supuesto–alrededor de los mismos foros de Internet, comentando los mismos artículos, vitoreando en silencio a los mismos autores. Tienen así una pequeña pero muy representativa pléyade de héroes a los que aman; modelos a los que miran; paradigmas que encienden su esperanza. Todo esto es muy humano, sin que le falte una chispa de divino.

¿Cómo puedo describir mi sentimiento hacia estos otros indignados, a los que, por lo pronto, reconozco un millón de veces más cerca que a los protestones que sirvieron de “Personaje del Año” a la revista TIME? Hay afecto; hay respeto; hay solidaridad; y sin embargo, también hay alguna distancia. Es muy fácil pasar de este tipo de indignación a la soberbia y el juicio implacable; es muy fácil resbalar hacia la nostalgia de lo preconciliar y el filo-lefebvrismo; es muy fácil tomar un tono apocalíptico; es muy fácil convertirse en heraldo perpetuo de malas noticias, hasta sentir extraño placer en describir todo lo que no funciona; es muy fácil, en fin, volverse profeta de desgracias y adoptar un rostro perpetuamente adusto e… indignado.

Con cariño, para ti, Infocatólica.