“A un año del atentado, se celebrará una misa y se descubrirá el monumento…”
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Alimento del Alma: Textos, Homilias, Conferencias de Fray Nelson Medina, O.P.
“Dave Armstrong es un conocido apologeta católico, con presencia constante en la red: en 1998 ganó el premio a la mejor pagina católica del año y contribuye habitualmente con sus artículos y posts en numerosos blogs. Es autor de varios libros de apologética, y su testimonio de conversión figuró entre los once recogidos en el bestseller de Patrick Madrid Surprised by the Truth [Sorprendidos por la Verdad], que incluye, entre otros, el de Scott Hahn…”
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“Hace unos días leí en Aleteia un artículo originalmente publicado en Catholic-Link, en el que se reflexionaba sobre la posible sectarización de parroquias o comunidades dentro de la Iglesia católica. Me llegó a través de un amigo, con el comentario: “Pone el dedo en la llaga”. El fenómeno, como sacerdote, me preocupa y afecta, pues en alguna ocasión he visto irse al traste actividades apostólicas que podían haber dado mucho fruto si hubiera habido un discernimiento adecuado. Por ello, me permito añadir a dicho artículo algunos temas sobre los que creo que los pastores y fieles deben discernir de modo cuidadoso a la hora de colaborar con estos nuevos fenómenos…”
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“Con cierta frecuencia los medios informan de naufragios de embarcaciones rudimentarias llenas de refugiados que lo arriesgan todo, intentan llegar a Europa. El P. Alberto Gatón es capellán de una fragata española que combate el tráfico de personas y que en el lapso de casi 5 meses ha logrado rescatar a más de 3 mil personas…”
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La Sagrada Escritura nos dice que Esteban, que perteneció al primer grupo de diáconos de la Iglesia (Hechos 6,5) recibió de Dios tal sabiduría que sus adversarios “no podían hacer frente a la sabiduría ni al Espíritu con que hablaba” (Hechos 6,10). Cuando quedó cerrado el camino de las discusiones, porque vieron que así jamás podrían vencerlo, entonces utilizaron otros caminos: la calumnia, luego la gritería, y finalmente la tortura y muerte. Al momento de apedrearlo leemos esto: “ellos, gritando a voz en cuello, se taparon los oídos y todos a una se abalanzaron sobre él, lo sacaron a empellones fuera de la ciudad y comenzaron a apedrearlo.”
Es la Historia de la Iglesia misma. En el terreno de la lógica y las razones, nadie puede vencer a la claridad de una encíclica como Evangelium vitae, sobre la dignidad de la vida humana en todas sus etapas; o como Veritatis splendor, sobre la relación entre verdad y libertad; o como Familiaris consortio, sobre la unidad e indisolubilidad del matrimonio. Como esos caminos de diálogo y discusión sólo reportan pérdidas para los enemigos de la fe, entonces usan otros: calumnias, sofismas, confusión, silencio de la doctrina clara.
No es de extrañar que, al final, como en la historia de Esteban, se presenten no pocos que sean perseguidos, maltratados o asesinados. Pero Dios seguirá siendo Dios, y a golpe de espada o de conversiones, o de ambas cosas, se abrirá un tiempo nuevo para la Iglesia.
“Nuestro mundo es cada vez más el de la desencarnación. Nos hallamos en la época del in vitro veritas, sea el cristal de las pantallas o el vidrio de las probetas”, afirma Fabrice Hadjadj (Nanterre, Francia, 1971), filósofo y escritor de ascendencia judía y católico converso desde 1998.
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Del apóstol San Pablo aprendemos que necesitamos la santa audacia, la santa alabanza y la santa sabiduría para ser testigos del Señor resucitado en un mundo adverso.
“El Arzobispo de Rouen (Francia), Mons. Dominique Lebrun, confirmó la apertura oficial de la causa diocesana de beatificación del sacerdote Jacques Hamel, asesinado por extremistas mientras celebraba la misa en la iglesia de St. Etienne du Rouvray, en Normandía. El arzobispo lo anuncio durante la Misa Crismal que presidió este Jueves Santo, en la Catedral de la ciudad…”
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“Es voluntad de nuestro Señor Jesucristo constituir a los Apóstoles en forma de “colegio o grupo estable, y eligiendo entre ellos a Pedro lo puso al frente de él”. Los apóstoles no son “elegidos y enviados por Jesús en forma independientemente unos de otros sino formando el grupo de los Doce”. La unión colegial del Episcopado es manifestación de “la naturaleza misma de la Iglesia que siendo en la tierra semilla e inicio del Reino de Dios, es un germen muy seguro de unidad, de esperanza y de salvación para todo el género humano. Así como la Iglesia es una y universal, así también el Episcopado es uno e indiviso”. Por este motivo “la unidad del Episcopado es uno de los elementos constitutivos de la unidad de la Iglesia” a través de la cual “se manifiesta y se conserva la tradición apostólica en todo el mundo”. Es esta comunión la que configura el Colegio Episcopal…”
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“Antes de nada cabe recordar que el celibato sigue siendo obligatorio para los sacerdotes católicos aunque hay algunas pequeñas pero muy concretas excepciones. En algunas iglesias católicas de rito oriental permiten la ordenación de personas ya casadas pero todo aquel célibe que quiera ser sacerdote deberá seguir manteniendo el celibato…”
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Somos conscientes de que el tiempo que vive nuestra Iglesia Católica está marcado por tensiones e incluso divisiones. Con facilidad el lenguaje se vuelve agresivo, descalificador y crispado.
Es evidente también que las dificultades doctrinales y disciplinarias que están detrás de esas tensiones no se van a resolver en poco tiempo, por lo que es preciso preparar el corazón para un proceso largo, que pide fe, paciencia y gran amor a Cristo y a la Iglesia.
Por eso puedo decir que el lenguaje de “cisma” no ayuda a resolver ni siquiera eso mismo que quiere denunciar. Propongo un ejemplo: el caso de una pareja que está pasando por una crisis fuerte. Abundan las peleas y cada uno se concentra cada vez más en el modo de ganarle las discusiones al otro, o aún peor: cómo herirlo. ¿Ayuda en ese ambiente que, cada vez que logran sentarse a hablar, el esposo empiece siempre diciendo algo como: “Llevamos tres semanas y cuatro días insultándonos;” para luego decir a la mañana siguiente: “Llevamos tres semanas y cinco días insultándonos”? Lo que está diciendo es verdad pero ¿ayuda a mejorar las cosas?
Lo que quiero destacar es precisamente eso: no todo lo que es verdad ayuda por el solo hecho de ser verdad. No es difícil encontrar ejemplos en que la repetición de una verdad se convierte en un arma arrojadiza, útil para herir, y nada más. Así por ejemplo una mujer casada puede recordarle al esposo los detalles de las infidelidades que él ya ha confesado y que supuestamente ella ya le ha perdonado. Y al hablar así ella está diciendo la verdad pero a la vez está usando la verdad para lastimar y destruir.
El desafío que tenemos entonces los católicos es inmenso. No podemos ceder en el terreno de cuál es la verdad de nuestra fe, ni cuál es la verdad del matrimonio, ni cual es la verdad de la Eucaristía. En eso no podemos ceder. Pero a la vez, hemos de cuidarnos de no convertir la doctrina sana en un arma de soberbia, agresión o humillación.
De aquí la importancia de la oración perseverante: esa que implora y logra del Cielo que haya la claridad y la caridad en todos, pero principalmente en nuestros legítimos pastores, empezando por el Papa Francisco.
En cuanto a los temas dudosos, lo mejor es afirmar con sencillez algo como esto: “La doctrina de la Iglesia ha sido muy clara sobre esos temas. Si el Papa de verdad quiere cambiar algo en lo que se ha dicho tan claramente en encíclicas como Familiaris consortio, o como se lee en el Catecismo de la Iglesia, tendrá que decirlo expresa y unívocamente porque una orden ambigua no obliga.” Y parar ahí. Y no ir más allá ni más acá. Y volver a orar, y ofrecer caridad, escucha, amor de comprensión a todos, sin movernos un milímetro de la sana enseñanza que la Iglesia nos ha dado desde siempre.
Mis oraciones están siempre con ustedes.
Superar la interpretación materialista de Mateo 25.- En este pasaje Cristo está proponiendo el mismo tipo de amor que, de modo explícito, propone en otros lugares de Mateo, o del Nuevo Testamento: es el amor característico del Padre Celestial, que no depende de la respuesta sino de la necesidad.