Ayer hablaba de la claridad en tono mayor, quizá demasiado grande. Hoy vuelvo sobre lo mismo aunque en tono menor. Voy a referirme a los conceptos tan disímiles que angloparlantes e hispanoparlantes tenemos en cuanto a la claridad en el lenguaje hablado, o más especificamente, en la pronunciación.
Objetividad y Claridad
Una de las nociones esenciales al pensamiento científico es la de objetividad. Se supone que la ciencia moderna puede tomar la palabra y alzar la voz por encima de otras voces porque goza de neutralidad: su mensaje viene sólo del objeto conocido. Es el poder de la objetividad. Si alguien carece de esta cualidad, si alguien tiene que oír: “lo tuyo es muy subjetivo,” ya sabe que su postura no saldrá avante y que su discurso está perdido.
¿Sólo empaque?
En épocas de choques de valores, el ser humano recurre a las imágenes frente al discurso, por eso hoy los argumentos son pura imagen y el discurso apenas una sucesión de ilustraciones.
Así se expresa Marc Augé, etnólogo africanista. Suya también es esta otra expresión que resuena como voz de profeta:
Sólo queda la adoración a las grandes empresas que dominan el planeta. Berlusconi es el líder nacional que sintoniza con esa nueva religión universal y sentencia: “Dirigiré el país como una gran empresa: Italia SA”.
La Verdad y el Énfasis
Un tema interesante pero de cuidadoso manejo, cuando uno vive en un país angloparlante, es la relación con España y lo hispano. Aunque Trafalgar esté siglos atrás y aunque Madrid este a kilómetros en la distancia, mi impresión es que en el subsuelo de la Europa que hoy cobija a estas dos culturas algunas tensiones y diferencias culturales persisten impertérritas . Probablemente para bien, porque sin duda las tensiones son fuerza de crecimiento y de vida y son también invitaciones a la reflexión.
Ejercicio de lectura
Por favor, lee en voz alta:
Se te oyó como vacilante. Tal vez has olvidado un poco tu bugawac. Entonces pasemos a este otro texto:
Aprendiendo inglés en la Red
Hay varios modos de apoyarse en Internet para realizar o completar estudios de un idioma extranjero, sobre todo, el inglés, que es de hecho el del mayor porcentaje de páginas. Me permito compartir, en lenguaje de consejos y recomendaciones, algo de mi experiencia al respecto.
Modos de construir las frases
¿Qué es un sustantivo? ¿Qué es un verbo? Tales preguntas parecen obvias a quien haya estudiado aunque sea sólo los rudimentos de la gramática. Y no importa en qué idioma se haya estudiado la gramática, porque precisamente esa distinción parece tan universal que existe prácticamente en todas las lenguas conocidas.
Graciously
¡Qué riqueza tiene cada idioma!
Esta mañana caía en la cuenta de una de esas palabras de difícil traducción entre el inglés y el español. Es de muy frecuente uso en la liturgia, al responder a las peticiones: “Lord, graciously hear us!“.
A ver, ¿como traduciríamos graciously? Viene de “grace“, por supuesto. Indica que no queremos ser simplemente escuchados, sino que queremos que el misterio de la gracia esté presente al ser escuchados.
Es como la expresión “María halló gracia a los ojos de Dios“. La gracia en esta expresión es algo que está en la mirada de Dios. Al contrario, cuando decimos, que también es cierto: “María es la Llena de Gracia“, la gracia es referida a María.
El graciously del inglés alude a esa significación de la gracia “referida a Dios”, manando de Dios, brotando de él como conmiseración hacia nosotros.
¿No es bonito?