Estudiar y creer

Al que pueda ser sabio no le perdonamos que no lo sea.

Estudio. -Obediencia: “non multa, sed multum” [No saber muchas cosas sino saberlas bien.]

Si has de servir a Dios con tu inteligencia, para ti estudiar es una obligación grave.

Frecuentas los Sacramentos, haces oración, eres casto… y no estudias… -No me digas que eres bueno: eres solamente bondadoso.

Antes, como los conocimientos humanos -la ciencia- eran muy limitados, parecía muy posible que un solo individuo sabio pudiera hacer la defensa y apología de nuestra Santa Fe. Hoy, con la extensión y la intensidad de la ciencia moderna, es preciso que los apologistas se dividan el trabajo para defender en todos los terrenos científicamente a la Iglesia. -Tú… no te puedes desentender de esta obligación.

Más pensamientos de San Josemaría.

La fe de Jesus

Siempre escucho su predicación por Internet. En mis reflexiones sobre la fe, he caído en cuenta que las predicaciones o escritos nos hablan de la fe en muchas personas de la Biblia, (en una cartilla que sacó la conferencia episcopal de Colombia); la fe de Nuestra Señora, la fe de los apóstoles… pero nunca he oído ni leído de la fe de Nuestro Señor Jesucristo. Mi pregunta: ¿Jesús tuvo fe al estilo nuestro? Muchas gracias, Fray Nelson. Bendiciones en su predicación itinerante. –Berta G. Acero Gutiérrez op.

* * *

La respuesta breve es: no.

La fe sucede en nosotros por la acción iluminativa y persuasiva del Espíritu Santo a partir del testimonio exterior que dan la creación, la palabra de predicación y las vidas de los santos. Ahora bien, el modo de unión del Espíritu a nuestra mente y corazón es sublime pero de ningún modo comparable con la unión perfectísima que se da en la Persona de Cristo, que por eso es llamada unión hipostática, es decir, en un solo sujeto. El modo de nuestro conocimiento en la fe no puede entonces compararse de ninguna forma con el modo de conocimiento que Cristo tenía de Dios y lo divino. Por eso en Cristo no hubo propiamente fe. Esto no implica ningún detrimento a su naturaleza humana de Cristo porque lo único que se afirma es que esa naturaleza, por su unión hipostática con la naturaleza divina, conoce y quiere de un modo humano a una escala divina.

Por otro lado, debe recordarse que en la fe hay una dimensión existencial que suele expresarse con la palabra “confianza.” Creer no es solamente saber sino también entregarse, confiar. Y esa confianza, precisamente como perfecto abandono en Dios Padre, está plenamente presente en Cristo. Esta dimensión existencial hace que Cristo sea verdaderamente modelo, referencia y líder en nuestra manera de creer, no por lo que conoce ni como lo conoce, sino por la donación de sí mismo en absoluta confianza de amor y obediencia al Padre.

Padre, dame la fe de Maria!

[Predicación en el Segundo Encuentro de los Siervos de María, Diciembre de 2012.]

(1) La fe es un don, existencial y doctrinal, que llega a tu vida cuando tu “castillo” se agrieta por el asedio de amor de Dios, que te envío múltiples testigos y testimonios, y a la vez despierta la voz de tu conciencia.

(2) La fe de María le permite reconocer que sólo Dios es Dios, y le permite ofrecerse con absoluta confianza a los designios tantas veces inescrutables de su amor.

(3) Vivir en la fe de María es darle a Dios su puesto; es “autorizarlo” para que disponga con soberana sabiduría y amor de cuanto queremos, tenemos y somos.

Diagnostico y Pronostico de la Fe, 2 de 2

[Predicación en el Congreso de los Custodios de los Dos Corazones, versión 2012.]

Tema 2 de 2: Pronóstico de la fe

* El futuro de nuestra fe lo podemos intuir a partir del diagnóstico de la fe. Pero ese pronóstico cambiará si seguimos adecuado tratamiento.

* Ante todo, no confundamos la fe con otras cosas:

(1) No es simplemente “pensamiento positivo.” El pensar positivamente sirve para educar el cerebro en buscar más soluciones que problemas, pero tiene limitaciones: fácilmente nos hace ciegos a los propios pecados, y duros para juzgar a los que son débiles o están agotados.

(2) La fe tampoco es aquella propuesta pragmática de seguir lo que cada quien piensa o aplicar lo que a uno le sirva. de hecho, esa forma de mentalidad lleva pronto a la brujería, la Nueva Era y otros males.

(3) La fe tampoco equivale a la acumulación de información religiosa, o incluso bíblica. Hay “teólogos” sin fe; y hay muchos que no se acercan al Dios vivo porque se sienten confortables y arrogantes en sus conocimientos o erudición. Puede haber mucho conocimiento y mucha fe, o a veces no.

(4) La fe tampoco es la certeza apacible de quien se siente cobijado por prácticas piadosas o devociones propias de su entorno y cultura. Puede haber mucha religiosidad y muchas fe, o a veces no.

* Nuestra fe viene del testimonio. Es un saludable contagio que empezó el día de Pentecostés, y que tiene por consiguiente su hogar en la comunidad creyente. Cada uno de los que ha experimentado el eco de la resurrección recibe también la certeza interior, que viene del Espíritu, para transmitir esa voz y testimonio a otros.

Diagnostico y Pronostico de la Fe, 1 de 2

[Predicación en el Congreso de los Custodios de los Dos Corazones, versión 2012.]

Tema 1 de 2: Diagnóstico de la fe

* Siguiendo una analogía con la labor que hacen los médicos, conviene hacer un diagnóstico de nuestra fe, pues tal ha de ser uno de los propósitos del Año de la Fe.

* El reflejo de la pupila. Si ante la luz de la Palabra Divina la persona siente deseo de acercarse y crecer, es un buen síntoma. Si por el contrario, se aparta, como un vampiro, es algo grave. Pero aún más grave es la indiferencia, que a menudo es el fruto del cinismo.

* La respiración. El acto de inspirar es instintivo y señala ganas de vivir. Si hay anhelo de silencio, oración, sacramentos, formación, es buen síntoma. Si por el contrario la persona no extraña ni buscan las fuentes de la fe hay que preocuparse. El acto de espirar equivale al dar de nosotros. Debemos preguntarnos qué rastro estamos dejando, y cuánto nos interesa atraer a otros hacia Dios.

* El pulso. El ritmo cardíaco hace posible el recorrido de la sangre, que ha de llegar a cada célula viva de nuestro cuerpo. ¿Está llegando la Sangre de Cristo a todo lo que yo soy? ¿He permitido a Dios que renueve mis costumbres, amistades, finanzas, según su evangelio de salvación?

Fe y Comunidad, 6 de 6, Somos Iglesia Catolica

[Predicación en la Parroquia de Blessed Trinity, Waukegan, Illinois, EEUU, con ocasión del Año de la fe. Noviembre de 2012]

Tema 6: Somos Iglesia Católica

* El pecado lleva división; la redención debe definirse, entre otras cosas, como camino hacia la unidad.

* En su Carta a los Efesios el apóstol Pablo destaca esa nueva unidad, que es cohesión en Cristo Sólo en él puede cumplirse que hay “Un solo Señor, una sola fe; un solo bautismo.”

* Unirse a Cristo porque uno ha acogido su llamado es algo que tiene nombre: IGLESIA. Nuestra fe es desde el principio, e indisolublemente, fe de Iglesia, fe en la Iglesia, fe con la Iglesia. No existe una fe individual pues esta sería fantasía.

* Ser Iglesia es una buena noticia: es ser de la Casa de Dios; es acercarse a la morada eterna y la ciudad de sólidos cimientos.

Fe y Comunidad, 5 de 6, Nuestras comunidades de fe

[Predicación en la Parroquia de Blessed Trinity, Waukegan, Illinois, EEUU, con ocasión del Año de la fe. Noviembre de 2012]

Tema 6: Nuestras comunidades de fe

* Tal vez era una época en que era suficiente, ara una vida cristiana, decir: “Mi familia es católica, y vamos a la parroquia. Eso basta.” Entre la familia y la parroquia hay un nivel intermedio: las Pequeñas Comunidades de Fe.

* ¿Por qué se necesitan las Pequeñas Comunidades? Para vencer ella tentación del egoísmo de familia, es decir, el peligro de encerrarse sobre sí mismos. Además, ese encierro no sólo es egoísta sino asfixiante: necesitamos ver nuestras historias en otros.

* Las fortalezas de las comunidades son: formación, corrección fraterna, proyectos comunes.

* Debilidades y riesgos de las comunidades: asoman por el manejo del dinero, desorden en los afectos, ansias de poder, murmuración.

* Sobre el futuro de las Pequeñas Comunidades: claramente están en el centro de la nueva evangelización. Hermoso ideal: que la parroquia sea “comunidad de comunidades.”

Fe y Comunidad, 4 de 6, La fe en la familia

[Predicación en la Parroquia de Blessed Trinity, Waukegan, Illinois, EEUU, con ocasión del Año de la fe. Noviembre de 2012]

Tema 4: La fe en la familia

* Esta predicación empieza con un amplio resumen de las tres conferencias anteriores.

* La familia es el primer lugar donde se recibe la fe, donde se construyen las bases para el futuro.

* Descubran los papás las múltiples oportunidades que tienen para “escribir” muy profundamente en el corazón y la mente de sus hijos. El aprendizaje empieza desde el vientre materno.

* El amor de familia transforma en primer lugar a los papás si son sensibles a esta verdad: Cada niño es una manifestación de la confianza que Dios deposita en la mujer, que por ello debe ser llamada “ministra de la vida.”

* Los papás pueden y deben educar sobre todo en la escucha de la Palabra de Dios, y en la práctica del amor solidario y compasivo. Los papás, como jefes de hogar, tienen esa hermosa responsabilidad. Ni la parroquia ni la escuela católica reemplazan la tarea única que Dios ha encomendado a los papás.

Fe y Comunidad, 3 de 6, La fe y el amor de pareja

[Predicación en la Parroquia de Blessed Trinity, Waukegan, Illinois, EEUU, con ocasión del Año de la fe. Noviembre de 2012]

Tema 3: La fe y el amor de pareja

* Es muy distinto decir que se ama solamente porque se desea, que decir que se ama porque se comparte el amor que viene de Dios. Las parejas de creyentes son una referencia necesaria para la sociedad entera porque en ellas se hace visible de manera especial el amor divino.

* La fe se vive en la pareja especialmente a través de la oración. Es muy grave error dejar de orar porque es como bajarle el volumen a la voz de Dios. Y ese es el peor error porque es someterse al poder de las muchas otras voces que quieren llevarnos a idolatría, destrucción y muerte.

Fe y Comunidad, 2 de 6, Nacer y crecer en la fe

[Predicación en la Parroquia de Blessed Trinity, Waukegan, Illinois, EEUU, con ocasión del Año de la fe. Noviembre de 2012]

Tema 2: Nacer y crecer en la fe

* La fe crece de la misma forma que nace. Ante todo: no consiste en sugestionarse, “hacer fuerza;” no es pensar con el deseo; no es una fábula.

* La fe brota del testimonio, es decir: a partir de hechos reales sucedidos a gente real.

* La fe sigue típicamente este itinerario en cinco pasos: Encuentro, Confianza, Experiencia, Proclamación y Misión.

Fe y Comunidad, 1 de 6, la Puerta de la Fe

[Predicación en la Parroquia de Blessed Trinity, Waukegan, Illinois, EEUU, con ocasión del Año de la fe. Noviembre de 2012]

Tema 1: La Puerta de la Fe

* No queremos ser cristianos que se quedan “en la puerta” ni cristianos que escogen lo que quieren creer, como quien va a un supermercado.

* Cruzar la Puerta de la Fe es dar el paso a una vida que aprovecha los sacramentos, que los vive a fondo.

* El Año de la Fe es entonces un año de renovación, de escucha más profunda de la Palabra de Dios, y de afianzamiento en nuestras bases de vida cristiana.

Maestros en la Fe, 5 de 6, Pablo VI y el valor de creer

[Curso a las Monjas Dominicas del Monasterio de Santa Ana, en Murcia, España.]

Tema 5 de 6: Pablo VI y el valor de creer

Breve perfil biográfico

* Trabajó en la Secretaría de Estado del Vaticano de 1922 a 1954, cuando fue nombrado Arzobispo de Milán (sede de San Ambrosio y San Carlos Borromeo, entre otros).

* Continuó el Concilio (1963-1965), fue el primero en aplicarlo e interpretar sus enseñanzas, rodeado de presiones, sospechas e incluso acusaciones.

* Papa de gran espiritualidad mariana, escribió tres encíclicas sobre el Rosario y sobre la Virgen, a la que dio por primera vez el título de “Madre de la Iglesia.”

* Valiente y a la vez deseoso de acoger a todos, le correspondió una época de profundos cambios y un tiempo muy convulso: Llegada del hombre a la Luna, Guerra Fría, Guerra de Vietnam, auge de las Brigadas Rojas; fue el primer pontífice en dirigir la palabra a las Naciones Unidas. No menores fueron las tensiones en la Iglesia: extremismos postconciliares, publicación del catecismo holandés, levantarse de la rebeldía lefebvriana, y sobre todo: desobediencia cínica frente a su Encíclica Humanae Vitae.

* Escribió así cuando fue elegido Papa el 21 de Junio de 1963: “Según palabras del mismo Montini, él sabía lo que venía. Escribió en su diario: “La posición es única. Me trae gran soledad. Yo era solitario antes, pero ahora mi soledad llega a ser completa e impresionante…” Pero no tenía miedo a la nueva soledad que se esperaba de él. Reconoció que sería inútil buscar ayuda fuera, o de confiar todo a los demás. Se veía tan solitario, con Dios. La comunicación con Él debía ser completa e inconmensurable.

El Credo del Pueblo de Dios

* Pablo VI convocó el Año de la Fe (1967-1968), con ocasión de los XIX siglos del martirio de los apóstoles Pedro y Pablo, y ante las desviaciones doctrinales que ya asomaban, como en el Catecismo Holandés. Jacques Maritain, filósofo, católico convencido, y amigo personal del Papa, le sugirió que el Papa expresara en lenguaje sencillo, para todos, la fe de la Iglesia. La redacción del texto estuvo a cargo, primero, del mismo Maritain y pasó el examen del Card. Charles Journet. La versión final fue revisada y cuidada por el mismo Papa Pablo VI, que la proclamó el 30 de Junio de 1968. Sigue la parte pertinente del texto:

* Queremos que esta nuestra profesión de fe sea lo bastante completa y explícita para satisfacer, de modo apto, a la necesidad de luz que oprime a tantos fieles y a todos aquellos que en el mundo —sea cual fuere el grupo espiritual a que pertenezcan— buscan la Verdad.

* Por tanto, para gloria de Dios omnipotente y de nuestro Señor Jesucristo, poniendo al confianza en el auxilio de la Santísima Virgen María y de los bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo, para utilidad espiritual y progreso de la Iglesia, en nombre de todos los sagrados pastores y fieles cristianos, y en plena comunión con vosotros, hermanos e hijos queridísimos, pronunciamos ahora esta profesión de fe…

ESCUCHA, Fe y Tiempo

* El Nuevo Testamento caracteriza el tiempo en que viven los cristianos con expresiones más bien sombrías: son “tiempos malos” (Efesios 5,15-16: Tened cuidado cómo andáis; no como insensatos, sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.) Se nos amonesta: “Sed salvos de esta perversa generación” (Hechoas 2,40), en continuidad con el lamento de Jesús: “¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os tendré que soportar?” (Mateo 17,17). San Pablo advierte: “Debes saber esto: que en los últimos días vendrán tiempos difíciles” (2 Timoteo 3,1; véase 4,3)

* Por otra parte, el tiempo es breve: 1 Corintios 7,29. Estos son los últimos tiempos (Hebreos 1,1), y lo sabemos porque Cristo se ha manifestado (1 Pedro 1,20). A todos se nos advierte: “no sabéis cómo será vuestra vida mañana. Sólo sois un vapor que aparece por un poco de tiempo y luego se desvanece” (Santiago 4,14). Por eso hay que saber sufrir durante un breve tiempo (1 Pedro 5,6.10).

* Enseña san Pedro: “Puesto que Cristo ha padecido en la carne, armaos también vosotros con el mismo propósito, pues quien ha padecido en la carne ha terminado con el pecado, para vivir el tiempo que le queda en la carne, no ya para las pasiones humanas, sino para la voluntad de Dios. Porque el tiempo ya pasado os es suficiente para haber hecho lo que agrada a los gentiles, habiendo andado en sensualidad, lujurias, borracheras, orgías, embriagueces y abominables idolatrías.” (1 Pedro 4,1-3)

* Es Pedro también quien saca la conclusión: “El fin de todas las cosas se acerca; sed pues prudentes y de espíritu sobrio para la oración. Ante todo, sed fervientes en vuestro amor los unos por los otros, pues el amor cubre multitud de pecados. Sed hospitalarios los unos para con los otros, sin murmuraciones. Según cada uno ha recibido un don especial , úselo sirviéndoos los unos a los otros como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios. El que habla, que hable conforme a las palabras de Dios; el que sirve, que lo haga por la fortaleza que Dios da, para que en todo Dios sea glorificado mediante Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el dominio por los siglos de los siglos. Amén.” (1 Pedro 4,7-11).

La Verdad y el Amor, 11 de 12, Fe y consejos evangelicos

[Retiro Espiritual en el Real Monasterio de Monjas Dominicas en Caleruega, Octubre de 2012.]

Tema 11 de 12: Fe y consejos evangélicos

* Los “consejos” que brotan del Evangelio son susurros del Espíritu Santo, voces suyas que nos ayudan a descubrir en lo concreto e irrepetible de cada vida dónde está nuestro bien, no como contrapuesto sino como integral al bien de la Iglesia.

* Los consejos que da el Espíritu son también impulsos suyos que nos ayudan a vencer nuestras malas inclinaciones, y que a la vez nos dan una pregustación del bien que nos aguarda, como si nos dijera: “Sigue por aquí, que te conviene, y te irá bien…”

* Es la fe la que mantiene abierto el canal a esa voz del Espíritu. Con fe hemos recibido el primer anuncio. Con fe hemos obedecido ya, al desechar nuestros antiguos pecados. Si se cierra el canal de la fe no valdrá haberlo tenido abierto porque la vida no está en empezar sino en continuar, no perderse, perseverar hasta la meta.

* Además, si se cierra el canal que nos acerca las voces del Cielo pronto se abrirán los canales que traen las voces de infierno. Si no atendemos a los susurros de la gracia, los susurros que tientan con tipo de soberbias, codicias y lujurias nos irán conquistando desde dentro.

* Bien se ve que no pueden vivirse los votos si no hay por dentro fascinación con los consejos, y no podrán recibirse los consejos sin la fe que nos hace sensibles y a la vez inteligentes a la voz de Dios, y su voluntad.

* Suele definirse a la vida consagrada como “seguimiento de Cristo.” Pues hay que anotar: (1) Seguirle implica que nos pase lo que a él le pasó. Sin la sabiduría de la Cruz no habrá seguimiento del Crucificado. (2) Seguirle requiere que se le vea, que se le tenga a la vista, y eso lo da la fe. Pedros se hundió en las aguas cuando quitó la fe y la mirada de Cristo, mientras que la Carta a los Hebreos invita a que tengamos nuestros ojos siempre en él, como lo concede la fe.