Ecclesia De Eucharistia: un documento de absoluta actualidad

“La Iglesia vive de la Eucaristía. Esta verdad no expresa solamente una experiencia cotidiana de fe, sino que encierra en síntesis el núcleo del misterio de la Iglesia. Ésta experimenta con alegría cómo se realiza continuamente, en múltiples formas, la promesa del Señor: « He aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo » (Mt 28, 20); en la sagrada Eucaristía, por la transformación del pan y el vino en el cuerpo y en la sangre del Señor, se alegra de esta presencia con una intensidad única…”

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Razones objetivas para no admitir la intercomunión con los luteranos

“En una carta abierta dirigida al presidente protestante del Grupo de Trabajo Ecuménico (ÖAK), el historiador eclesiástico de Tubinga Volker Leppin, el cardenal Kurt Koch, responsable del ecumenismo en la curia romana, explica por qué no es posible que católicos y luteranos comulguen juntos. Entre otras razones, recuerda que los luteranos no creen imprescindible los ministros ordenados para poder consagrar y admiten dar la comunión a no bautizados…”

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Ante un caso de profanación eucarística “en vivo”

Hay un video que circula por Internet en el que se ve a un señor que recibe la comunión con su mano derecha y luego, ante la pasividad de los fieles, se mete la hostia en el bolsillo y sigue su camino. ¿Qué debería hacerse en ese caso, si uno estuviera en esa Misa? — E.A.Q.

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Ante todo, tengamos claro que la profanación se da no por el hecho de comulgar en la mano sino por la manera de utilizar la comunión en la mano para quedarse con la Hostia. Importante aclarar esto.

Es terriblemente doloroso lo que cuentas. Sirve ante todo de advertencia para nosotros, sacerdotes, que por vocación hemos de ser los primeros custodios del Sacramento que es Santo por su esencia y es fuente de toda santidad. Es indispensable que el sacerdote, ante la comunión en la mano, advierta con frecuencia a los fieles sobre el riesgo de que queden partículas en sus manos; pero además es necesario que no se parte del comulgante sino solo cuando verifique con sus ojos que la persona ha consumido la Sagrada Hostia. Cualquier otro comportamiento del sacerdote, sin que importe cuánta prisa o cansancio tenga, implica un riesgo demasiado alto de profanación.

En cuanto a los laicos, debe tenerse en cuenta que quien hace un acto como lo que describe tu pregunta no tiene respeto alguno por la presencia eucarística y seguramente se dispone a realizar peores aberraciones con la Hostia así adquirida. Como el tiempo es un factor adverso en este caso, es mandatorio obrar pronto y de modo que intervengan otras personas. Por ejemplo: gritar en medio de la Asamblea: “¡PROFANACIÓN!, ¡PROFANACIÓN!” Y de inmediato algo como: “¡PADRE, ESTOY VIENDO UNA PROFANACIÓN! ¡PADRE, HAY QUE ACTUAR AHORA MISMO! ¡HERMANOS, NO PERMITAMOS ESTO!” Con las personas que puedan ayudar, hay que bloquear el movimiento del profanador, aunque sin hacerle daño.

Soy consciente de que se trata de una situación extrema y soy consciente de que si no se obra así, o de manera parecida, seremos cómplices de profanación.

De nuevo: lamento que cosas así sucedan y debemos por eso orar con persistencia para que Dios detenga y no impida actos como este.

El obispo Ch. Chaput explica por qué no debe ofrecerse la comunión a Joe Biden

“El arzobispo Charles Chaput siempre ha hablado con gran libertad y claridad, y más aún ahora que es arzobispo emérito, desde enero de 2020. Fraile capuchino, antiguo arzobispo de Denver y luego de Filadelfia (de 2011 a 2020), autor y predicador popular, indio americano (de la nación potawatomi) ha explicado ahora con detalle por qué no está bien dar la comunión a Joe Biden, es decir, al hombre que está a punto de convertirse en el hombre (y ‘católico’) más poderoso del planeta como presidente de EEUU…”

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¿Es válida la Misa de un sacerdote que enseña lo que no enseña la Iglesia?

Padre> Un sacerdote que inicia una Misa en que abiertamente se pronuncia a favor de esos “derechos” (del lobby arcoiris) y otras prácticas contrarias a la Misa, o sea, abogando por eso y celebrando la Misa con esta clara intención, ¿esa “misa” es válida? La comunión ¿es un sacramento real? Si uno como católico va a la misa con la intención de renunciar al pecado (como debe ser) y el sacerdote la celebra con la intención de promover el pecado de manera abierta y directa, que derechos, si alguno, tiene el laico ante esta situación. Obvio. Que se que lo primero, es expresar ante las “autoridades” el abuso. Pero, si el Obispo (que parece que los hay) no actúan. Que derechos o mecanismos existen para confrontar esta situación basados en el derecho canónico que no sea mudarme de parroquia. –E.A.Q.

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Sobre la VALIDEZ de la Santa Misa la Iglesia ha dado criterios bastante claros. Una Misa es “válida” si en ella realmente sucede la consagración del Cuerpo y Sangre de Cristo. Y la consagración realmente sucede si y sólo si el sacerdote que preside tiene intención de hacer lo que hace la Iglesia con este sacramento. Es decir que la validez simplemente significa que Cristo se hace realmente presente por ministerio del sacerdote.

De modo que una misa puede ser plenamente válida en circunstancias muy bellas o muy terribles. Alguien decía: como Cristo en su Pasión, así también Cristo en la Eucaristía está literalmente “en nuestras manos” para ser honrado y adorado, como Él realmente merece, o para ser ofendido y calumniado, como a veces sucede, y como parece ser el caso que tú describes.

¿Qué hacer frente a tales abusos? Hay toda una escala de acciones: (1) el diálogo y corrección fraterna con el mismo sacerdote, en un contexto de respeto, privacidad y serenidad; (2) un diálogo más amplio, quizás con un mayor número de fieles que tengan la misma opinión sustentada, argumentada; (3) Comunicación escrita al obispo del lugar, indicando los pasos que se han dado y las razones de preocupación; (4) Diálogo personal con el mismo obispo, presentando las razones y lo que todo esto implica para la fe y las familias; (5) Correspondencia y diálogo con otros obispos que se puede creer que sostienen la fe católica íntegra, en esperanza de abrir diálogo entre ellos; (6) Comunicación formal a la Congregación para la Doctrina de la Fe, indicando todos los pasos que se han dado, con copia de los documentos que avalen lo que se dice; (7) Diálogo con diversos obispos y arzobispos para intentar hacer seguimiento al proceso ante la Congregación para la Doctrina de la Fe.

Todo el proceso hay que acompañarlo de estudio, oración y en la medida de lo posible, obras de caridad y penitencia. Y nadie está obligado a asistir a una celebración eucarística que aunque sea válida, termina por volverse en un espectáculo de ofensa a Nuestro Señor.

Oraciones para la Adoración Eucarística

“En tiempos de tribulación, de oscuridad, de pecado, a la vista de un mundo que se precipita a su ruina y de nuestra dolorosa infidelidad como Iglesia de Cristo, los medios humanos y naturales no son proporcionados. De rodillas ante la presencia real y substancial de Jesús en la Eucaristía, en el Corazón Inmaculado de la Virgen María, es donde se da el verdadero y gran combate…”

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Más de 55.000 intenciones de Misa

El 31 de Octubre del presente año cerramos nuestro ciclo de transmisiones de la Eucaristía en vivo, a través de Internet (YouTube – canal “fraynelson”). En mi alma sólo hay agradecimiento:

* Pudimos ofrecer en el altar más de 55.000 intenciones, de las cuales muchcho más de 10.000 fueron leídas al comienzo de cada celebración.

Más de 200.000 personas siguieron en vivo alguna de estas celebración. Casi un millón de personas las han visto, incluyendo las visualizaciones en diferido.

Cerca de 40 países se hna presentes con sus intenciones para la misa.

En este enlace tienes la lista de reproducción de todas las misas online.

El tema teológico de las partículas

Padre Fray Nelson una pregunta con respecto a recibir la comunión en la mano, si bien es cierto está permitido y al menos en mi diócesis por este tiempo han pedido que lo hagamos en la mano. Por ello al ser así como debemos manejar la parte en que posiblemente se puedan quedar partículas en la mano que no se alcance a observar, que deberíamos hacer después de recibir a nuestro amado Jesús en la mano y comulgar. —

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El tema de las partículas es cierto pero tampoco debe llevarse hasta el extremo. Voy a citar primero tres ejemplos:

(1) Una persona va a la Santa Misa y comulga, recibiendo además la Comunión en la boca. Siente que algo de la hostia consagrada quedó en su boca, entre sus dientes, aunque intenta obrar de la mejor manera consumiendo todo. Dos horas después, cuando va a comerse un sandwich, todavía le asalta el temor de revolver sandwich y eucaristía.

(2) Un sacerdote celebra con devoción la Santa Misa. Es un hombre que recibió el llamado vocacional después de hacer estudios de química pura. Un día le asalta un pensamiento: las condiciones de volatibilidad del vino hacen que partículas de vino abandonen el líquido y simplemente floten por el aire. Por eso, al sentir, después de la consagración, algo del aroma propio del vino, que por supuesto ya él no reconoce como vino sino como Sangre de Cristo, le entra angustia de pensar que la Sangre del Señor terminará posándose quién sabe dónde.

(3) En la Santa Misa se utilizan unos paños llamados “purificadores.” Es obvio que en un purificador quedan partículas, en general, minúsculas, de la Hostia Consagrada, y además es visible un rastro del vino consagrado, es decir, Sangre Preciosa del Señor. ¿Qué se debería hacer con ellos, con los purificadores? En la práctica es necesario lavarlos. ¿Y qué pasa con esas micro-partículas?

Por esta clase de análisis, y otros parecidos, uno ve que, sin negar la presencia real de Cristo entero en cada partícula, hay un límite en lo que puede suceder a los “accidentes” de pan y vino. Escribe Santo Tomás de Aquino (S.Th. III q. 77 a. 4) :

Ya que el cuerpo de Cristo y su sangre suceden en este sacramento a la sustancia del pan y del vino, si los accidentes sufren una inmutación que no es suficiente para corromper el pan y el vino, esta inmutación no provoca la desaparición del cuerpo y de la sangre de Cristo en este sacramento, ya sea la inmutación por parte de la cualidad, como cuando cambia un poco el color o el sabor del vino o del pan, ya sea por parte de la cantidad, como cuando se divide el pan o el vino en unas partes en que se salva todavía la naturaleza del pan y del vino. Pero si la inmutación es tan profunda que la sustancia del pan y del vino se corrompe, no permanece el cuerpo y la sangre de Cristo en este sacramento. Y esto, tanto por parte de las cualidades: como cuando cambian tanto el color, el sabor y las otras cualidades del pan y del vino que en modo alguno se hacen compatibles con la naturaleza del pan y del vino, como por parte de la cantidad: como si se pulveriza el pan o se minimiza tanto el vino que ya no quedan allí las especies de pan y de vino.

De tal modo que, ya se trate de comulgar directamente en la boca, o recibir la Sagrada Eucaristía primero en la mano, lo que debe hacerse es tener el cuidado y la delicadeza (sin obsesiones) de verificar que no queda nada que podamos reconocer.

A la Eucaristía

¡Qué milagro se ofrece cada día
ante la humanidad indiferente!,
todo un Dios, infinito, omnipotente,
da su cuerpo, cosecha de agonía.

Nos espera en amante cercanía
como agua, vino y pan, limpio torrente,
zumo añejo de paz, viva simiente,
alimentos de célica alegría.

¡Qué humildad!, en el fruto consagrado
está Dios, el espíritu inmortal,
en silencioso amor esclavizado.

Olvidó su dolor, nuestro pecado,
nos ofrece su reino celestial,
y le dejamos solo, abandonado.

Emma Margarita R.A.-Valdés

LA GRACIA 2020/06/14 Presencia eucarística de Cristo resumen de nuestra fe

SOLEMNIDAD DEL CUERPO Y SANGRE SANTÍSIMOS DE CRISTO, CICLO A

En la Eucaristía nos unimos a Dios; se proclama la gloria de Cristo en su Encarnación, en su pasión y muerte y en su Resurrección y se manifiestan sus tres grandes atributos: su poder, su sabiduría y su amor.

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Asombro eucarístico

Agiganta tu fe en la Sagrada Eucaristía. -¡Pásmate ante esa realidad inefable!: tenemos a Dios con nosotros, podemos recibirle cada día y, si queremos, hablamos íntimamente con El, como se habla con el amigo, como se habla con el hermano, como se habla con el padre, como se habla con el Amor.

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