Aguardamos la alegre esperanza

El Adviento es mi tiempo litúrgico preferido, y en más de una ocasión he comentado por qué: la Iglesia misma, nuestra vida entera, es como un “adviento” a la espera de la plenitud que sólo Dios puede traer.

Hoy invito a todos a vivir con particular intensidad este Adviento del año litúrgico que está empezando. Largos y penosos meses de pandemia han dejado huellas de dolor, ansiedad y perplejidad en muchos corazones. Estemos todos de acuerdo en que necesitamos ese viento nuevo, esa gracia nueva, que sólo Dios puede concedernos.

Emprendemos, pues, el Adviento, con la mirada puesta en Cristo, bajo una consigna sencilla y profunda: nuestro límite último no es el de nuestras fuerzas porque más allá de nosotros mismos hemos sido pensados y amados por el Dios santo y fuerte. Amén.

LA GRACIA 2021/11/28 Diferencia entre la espera y la esperanza

PRIMER DOMINGO ADVIENTO, CICLO C

En el Adviento no estamos llamados solo a esperar sino a tener esperanza porque cuando cultivamos la esperanza no solo rechazamos un mal sino que aguardamos un bien, el gran bien, Jesucristo.

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La esperanza es Cristo

“Hoy en día vivimos en una sociedad sin sentido, objetivos y sobre todo, sin esperanza. Vemos a Cristo como una herramienta que justifica nuestras ansiedades, temores y rencillas. Pero Cristo no es una herramienta y esto se evidencia en tantas personas que terminan desanimadas porque ven el mundo tambalearse y no lleva el final de los tiempos. ¿En quién ponemos nuestra esperanza?”

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LA GRACIA 2021/01/19 Son tiempos en que necesitamos un ancla

Al conocer día por día que Dios es fiel y al ir poniendo en Él cada vez más una esperanza robusta hace que tengamos un ancla en medio de las incertidumbres de esta vida.

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LA GRACIA 2020/11/08 La esperanza cristiana

DOMINGO XXXII DEL TIEMPO ORDINARIO, CICLO A
Solo el que está profundamente decepcionado de las capacidades del ser humano se da cuenta para qué vino Cristo, y por qué era necesario que padeciera.

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Toda crisis trae sus elementos positivos

En tiempos de crisis y dificultad es fácil llenarnos de miedo o de sospecha y ver solo lo negativo. Pero con la ayuda de Dios, uno descubre que hay también lecciones, e incluso bendiciones muy reales que brotan de las dificultades mismas. Aquí pongo una pequeña lista relacionada con el COVID-19, sin ánimo por supuesto de quitar gravedad a lo que la tiene; ni minimizar el dolor de quienes padecen en su salud, en pérdidas de seres queridos, o en su economía.

1. SABIDURÍA. Los seres humanos somos frágiles. Un virus pequeño afecta el sistema social y económico de todo el planeta. Es sabio recordar que la vida es frágil y por ello hay que cuidarla, compartirla, restaurarla.

2. HUMILDAD. A veces ponemos las fronteras y no dejamos entrar; a veces nos ponen las fronteras y no nos dejan entrar. Sucede a países y sucede a personas.

3. TIEMPO DE FAMILIA. Algunas familias, obligadas por el COVID-19 están redescubriendo lo que es compartir tiempo juntos. Menos celulares y más risas y sonrisas.

4. CONOCER LOS VECINOS. El individualismo nos está consumiendo. Los tiempos de cuarentena son oportunidad para conocer un poco más quién vive a tu lado, aparte del saludo lejano y rápido de la mañana o la tarde.

5. SOLIDARIDAD. Nadie puede con su sola intención vencer una pandemia. Todos necesitamos de la colaboración de todos. Más allá de fronteras, clases o castas, somos de verdad una sola familia humana.

6. HAMBRE DE DIOS. Tengo testimonios de varias partes del mundo: muchos se han volcado en oración hacia el Señor, y sus súplicas abrazan países enteros, y de hecho, toda la Tierra.

7. MENOS PRISA. Los ritmos locos en que solemos vivir se han visto interrumpidos por las cuarentenas que se han decretado en diversos lugares. Estamos viendo, como en reflejo, que nuestro ritmo usual no es indispensable y sí es destructivo. Gran lección.

8. ACTIVIDADES DE MEJOR CALIDAD. Parece sencillo pero tiene valor: hay gente redescubriendo el sentido de una buena lectura, o de una buena conversación, o han sacado tiempo para desarrollar talentos aplazados (pintar, leer, practicar música).

9. CREATIVIDAD. No debemos olvidar que grandes genios, como Isaac Newton, pasaron por cuarentenas debido al azote de la peste de su tiempo. Y en esos periodos de forzoso “descanso” hicieron grandes descubrimientos o recibieron maravillosas intuiciones.

10. RECUERDO DE LA ETERNIDAD. No deseamos que nadie perezca por esta enfermedad pero no cabe duda que cada episodio de peste ha traído a la humanidad el recuerdo vivo de nuestra condición “de paso” por esta tierra. Y eso es saludable. Alguien decía: no se encuentra sentido a la vida sin recordar que la vida misma se acaba.

Así piensan los santos

Con la gracia de Dios, tú has de acometer y realizar lo imposible…, porque lo posible lo hace cualquiera. Rechaza tu pesimismo y no consientas pesimistas a tu lado. -Es preciso servir a Dios con alegría y con abandono. Aparta de ti esa prudencia humana que te hace tan precavido, ¡perdóname!, tan cobarde. -¡No seamos personas de vía estrecha, hombres o mujeres menores de edad, cortos de vista, sin horizonte sobrenatural…! ¿Acaso trabajamos para nosotros? ¡No! Pues, entonces, digamos sin miedo: Jesús de mi alma, trabajamos para Ti.

Más pensamientos de San Josemaría.

LA GRACIA del Jueves 30 de Mayo de 2019

Le creemos a Cristo el anuncio de que muchos se gozarían de ver la fe cristiana atacada y casi destruida, pero también le creemos al Señor cuando anuncia la esperanza.

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LA GRACIA del Jueves 31 de Enero de 2019

Persevero en la vida cristiana a través de la fe afirmando que el amor de Dios es para mí, con la esperanza de que la victoria es posible viviendo en comunidad el apoyo, la corrección y la exhortación.

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Mantener la esperanza

Fray Nelson Medina: ¿cómo mantener la esperanza? Todos los días hay noticias decepcionantes sobre pugnas de poder, encubrimientos, violaciones, corrupción dentro de la misma Iglesia. ¿De dónde surge así la esperanza? –E.B.

* * *

Tu pregunta está muy bien enunciada porque hablas de la virtud de la ESPERANZA que solo brilla cuando hay penumbras y tinieblas. El día soleado y bello no requiere de grandes esperanzas; el día nublado y de tormenta, sí que lo reclama. De modo que estos tiempos difíciles son precisamente los tiempos en que la verdadera virtud teologal de la esperanza puede y debe brillar.

1. Empecemos aclarando que los medios de comunicación destacarán siempre lo más escandaloso y callarán la dedicación, muchas veces heroica, de millones de cristianos y de miles de sacerdotes. Por eso aquel refrán: “los sacerdotes son como los aviones: sólo son noticia cuando caen.”

2. Cada uno debe mirar su propia responsabilidad en la santidad de la Iglesia. En el Credo afirmamos nuestra fe en la comunión de los santos. Ello implica muchísima más oración, testimonio, evangelización, penitencia y fraternidad que lo que vivimos hoy los católicos. Debemos ver estos tiempos como llamado a la conversión y a la santidad.

3. Una mirada a la Historia de la Iglesia nos muestra dos cosas: que las crisis han sido más la norma que la excepción, y que de las crisis sólo se sale siguiendo el ejemplo de los santos. Y el empeño por la santidad es lo más bello en lo que se puede empeñarse el corazón humano.

4. Hay muchas cosas buenas que están sucediendo. Movimientos eclesiales, parroquias renovadas, vocaciones generosas. Apoyar con nuestro cariño y alegría esos brotes de vida nueva trae esperanza al corazón.

5. “Dios está a cargo”: este pensamiento no pierde actualidad. Él es Señor, de este tiempo y de todos los tiempos. no solamente debemos estar ya esperanzados sino gozosos desde la certeza de que algo muy bueno está preparando Dios cuando así quiere purificar a su Iglesia.

El vicio de la presunción, ¿a qué virtudes se opone?

Según San Agustín en IV Contra Iulian., no sólo son vicios los contrarios a las virtudes con clara oposición, como la temeridad a la prudencia, sino también los que están cercanos a ellas, y que son semejantes no en la realidad, sino en una semejanza engañosa, como se parece la astucia a la prudencia. El Filósofo, por su parte, afirma también en II Ethic., que la virtud parece que armoniza mejor con uno de los vicios opuestos que con el otro; es el caso de la templanza con la insensibilidad y la fortaleza con la audacia. En consecuencia, la presunción parece oponerse abiertamente al temor, sobre todo al servil, que centra su atención en la pena infligida por la justicia de Dios y cuya remisión espera la presunción. Mas en cuanto a su falsa semejanza, contraría más a la esperanza, porque entraña una desordenada esperanza en Dios. Pero dado que es más directa la oposición entre las cosas que son del mismo género que entre las que son de género diferentes, pues los contrarios están en el mismo género, la presunción se opone más directamente a la esperanza que al temor; ciertamente, una y otra centran su atención en el mismo objeto en que se apoyan; pero la esperanza, ordenadamente, y la presunción, con desorden. (S. Th., II-II, q.21, a.3, resp.)


[Estos fragmentos han sido tomados de la Suma Teológica de Santo Tomás, en la segunda sección de la segunda parte. Pueden leerse en orden los fragmentos publicados haciendo clic aquí.]

¿Por qué es pecado presumir?

Como ya quedó expuesto (q.20 a.1), todo movimiento apetitivo acorde con una apreciación falsa es de suyo malo y pecado. Pues bien, la presunción es un movimiento apetitivo porque entraña una esperanza desordenada. Pero está acorde con una apreciación falsa del entendimiento, lo mismo que la desesperación, pues como es falso que Dios no perdone a los penitentes o que no traiga a los pecadores a penitencia, también lo es que conceda perdón a quienes perserveran en el pecado y dé la gloria a quienes desisten de obrar bien. Es, por lo tanto, pecado. Resulta, sin embargo, menos pecado que la desesperación, pues más propio de Dios es compadecerse y perdonar, por su infinita bondad, que castigar: lo primero le compete a Dios por sí mismo; lo segundo, a causa de nuestros pecados. (S. Th., II-II, q.21, a.2, resp.)


[Estos fragmentos han sido tomados de la Suma Teológica de Santo Tomás, en la segunda sección de la segunda parte. Pueden leerse en orden los fragmentos publicados haciendo clic aquí.]