De donde viene la idea de Dios?

No es suficiente negar a Dios sin más. Hay que explicar por qué y cómo esta idea puede nacer en el corazón de un hombre.

Habitualmente el ateo considera la idea de Dios como la proyección de sí mismo o de la imagen del Padre en el infinito: una invención del hombre inseguro, que recurre a la ficción del guardián del orden establecido; una ilusión, una alienación, un rechazo a aceptar el estado adulto, el opio del pueblo…

Y, de hecho, no falta alguna concepción perezosa y alienante de Dios y de la religión, que tiende a descargarnos pura y simplemente de nuestras responsabilidades a beneficio de Dios. Los avances de la ciencia ponen en evidencia con toda razón esta visión de Dios como un motor auxiliar del hombre: «el riego moderno ha reemplazado las rogativas».

Pero el Dios verdadero, lejos de una ortopedia para el hombre, es por lo contrario el fundamento de su realidad: «Dios no es Dios de muertos, sino de vivos», dice Jesús (Mt 22,32). Y desde este punto de vista no se puede mantener la objeción de Sartre: «Si el hombre es libre, Dios no existe».

Para un cristiano, Dios no es un competidor. Por el contrario, Dios es el manantial misterioso y el garante de todo, y en particular, de nuestra misma libertad.

Ya es sabida la ocurrencia de Voltaire: «Dios ha hecho al hombre a su imagen y le ha salido respondón». Pero, si tenemos en cuenta las observaciones anteriores, ¿cómo podría ser de otro modo?

Para hablar de Dios el hombre solo dispone de palabras humanas. ¿Esto significa que la idea de Dios es pura creación de la mente humana y que, por tanto, no tiene existencia fuera de ella? ¿Cómo explicar entonces no solamente el instinto de búsqueda ilimitada, sino también la necesidad de infinito de un ser finito, en un mundo determinado, que, según algunos, se basta a sí mismo?

¿De dónde puede surgir la idea de Dios si no es de una realidad de otro orden, de una realidad infinita, que es su fuente, es decir, si no es de Dios mismo?

El hombre sobrepasa su propia condición: «Nos has hecho para Ti, Señor, y nuestro corazón no descansará hasta que repose en Ti” (San Agustín)

• «Tu luz nos hace ver la luz» (Sal 35,10).
Yves Moreau es el autor de Razones para Creer. Texto disponible por concesión de Gratis Date.

Como explicar el mundo y el universo?

La historia del universo es un enigma apasionante, que los investigadores se esfuerzan en descifrar. Según una reciente teoría, el universo debió comenzar hace unos 12.000 millones de años con una gran explosión… cuyos efectos duran todavía: se trata de la teoría del universo en expansión.

La tierra, con el sistema solar, dataría de 4.600 millones de años. La vida iría apareciendo en sucesivos impulsos con seres cada vez más complejos. Tras las primeras algas azules, de hace 3.700 millones de años, se llega hasta los primates, de hace 2 millones de años, que serían los antepasados inmediatos del hombre. Es la teoría de la evolución.

Más allá de la ciencia

La ciencia trata así de describir la historia del mundo y de la vida. Se esfuerza en explicar el cómo de su aparición. Podríamos conformarnos con este logro; pero el espíritu es audaz y trata de ir más lejos en su investigación, y se adentra en el campo de la filosofía, palabra que no debe asustar. Filosofía significa simplemente el sentido común, el recto criterio que investiga el porqué de las cosas.

Los progresos de la ciencia en el siglo XIX han llevado a creer que el hombre llegaría por sí solo a obtener una completa explicación de la existencia. Sin embargo, cuanto más progresa la ciencia, más crecen los interrogantes sin respuesta, y nuestra inteligencia descubre en la contemplación del mundo y del universo las huellas de otra inteligencia misteriosa y superior actuante. Basta abrir los ojos para llenarse de admiración ante la habilidad de las abejas o ante esa pequeña araña que habita en el agua con una campana de buzo que se ha fabricado ella misma. Cuando uno mira a través del microscopio o del telescopio, el mundo aparece como repleto de inteligencia, como un árbol lleno de savia en primavera.

La teoría de la evolución, lejos de oponerse a la existencia de una inteligencia superior, la exige claramente. Cada etapa de esta evolución se nos muestra como el desarrollo de un programa preestablecido. Y así como el funcionamiento de una lavadora nos remite a la existencia de una inteligencia que la ha programado, la evolución del mundo nos remite también sin duda a una inteligencia que ordena el tiempo y la forma de su desarrollo.

Esta misteriosa inteligencia tiene la particularidad de que solo se muestra a nosotros a través de sus huellas, como un perfume que nos envuelve sin que lleguemos a saber de dónde procede, o como unas pisadas sobre la nieve, que están dando testimonio del paso de aquel cuya identidad no somos capaces de precisar.

En el fondo de nosotros mismos

Esta misteriosa fuerza actuante la captamos también en nuestro mismo interior, en nuestra inteligencia y en nuestra voluntad, bajo la forma de una atracción hacia la verdad y hacia el bien. Esta fuerza se nos impone aun en el caso de que intentemos resistirla: no podemos pensar que 2 y 2 son 5 o que el mal y el bien son lo mismo.

La atracción de la Verdad y el gusto por el Bien va acompañada en nosotros de sentimientos de libertad y de dignidad, experimentados y percibidos con gran fuerza por nuestros contemporáneos. Y estas realidades interiores nos remiten a su vez a un absoluto capaz de justificarlos.

La misteriosa inteligencia que construye el mundo y que nos construye desde dentro, esa fuerza del bien que invocamos para reclamar nuestros derechos y que fundamenta a la vez nuestros deberes, tiene una consistencia real. A esta realidad hay que darle un nombre, se le llama DIOS.

• «En el principio estaba el Verbo y el Verbo era Dios… Todo fue hecho por Él y sin Él nada se hizo» (Jn 1,1-2).

Yves Moreau es el autor de Razones para Creer. Texto disponible por concesión de Gratis Date.

Religion (01)

Encomiéndate a Dios de todo corazón, que muchas veces suele llover sus misericordias en el tiempo que están más secas las esperanzas. – Miguel de Cervantes Saavedra

La voz interior me dice que siga combatiendo contra el mundo entero, aunque me encuentre solo. Me dice que no tema a este mundo sino que avance llevando en mí nada más que el temor a Dios. – Mahatma Gandhi

No pidáis a Dios que os de una carga apta para vuestros hombros; pedidle unos hombros aptos para soportar vuestras cargas. – Phillips Brooks

Sólo conozco dos tipos de personas razonables: las que aman a Dios de todo corazón porque le conocen, y las que le buscan de todo corazón porque no le conocen. – Blaise Pascal

Cuando Dios borra, es que va a escribir algo. – Jacques Benigne Bossuet

Una SUMA conversacion, 030: Dios, Hombre, Persona

Dios, ¿conocido o desconocido?

El Primer Motor, en la doctrina del Estagirita, no tiene ni puede tener interés o amor alguno por lo creado; de hecho, tampoco es creador, porque, desde el punto de vista metafísico, la afirmación del acto creador supone la diferencia, ajena al pensamiento de Aristóteles, entre esencia y existencia. Es absolutamente inconcebible que este Primer Motor, movido por misericordia, envíe a su Hijo para redimir a seres inferiores. Además, este “dios” desconoce la particularidad de nuestras vidas; es un “dios” al que no es propiamente posible orar.

Lo que hace Tomás es aprovechar la argumentación aristotélica no para decir que ese es Dios sino para mostrar que pueden rebatirse los ataques u objeciones contra el Dios en que él cree. Tal fe tiene su origen y soporte en la predicación, la Escritura, la enseñanza de la Iglesia, la vida de oración. La razón defiende la fe; no la demuestra ni la crea.

El alma

Principio de vida en los seres vivos. Este palabra castellana es la traducción del término latino anima (aire, aliento, respiración), que a menudo es sinónimo de spiritus (en griego pneuma). Sin embargo Platón y Aristóteles utilizaron con más frecuencia el vocablo “psyché.” En el mundo griego encontramos dos formas de entender la noción de alma:

aquello que nos permite alcanzar el conocimiento y la ciencia: alma como principio de racionalidad;

aquello que se encuentra en los seres vivos gracias a lo cual dichos seres son capaces de realizar actividades vitales y se diferencian de los seres puramente inertes: alma como principio de vida.

Los filósofos griegos aceptaron estas dos dimensiones en el alma humana, pero unos subrayaron un aspecto y otros otro; por ejemplo, Platón destaca la primera dimensión, defendiendo su carácter divino e inmortal; sin embargo Aristóteles va a subrayar la segunda (aunque sin olvidar totalmente la primera, como se verá en relación con el alma intelectiva) y propone las siguientes definiciones del alma:

como principio de vida;

como la forma de los cuerpos organizados;

como el acto de aquellos seres que tienen vida en potencia.

Al entender de este modo la noción de alma Aristóteles estará obligado a admitir la existencia del alma no sólo en los hombres sino también en los animales y las plantas. Puesto que el alma es principio de vida y existen distintos niveles de vitalidad, habrá también distintas almas, o partes del alma o funciones del alma. Por ello, Aristóteles distingue la vegetativa, la sensitiva y la intelectiva.

Persona

La definición clásica es la dada por Boecio en De persona et duabus naturis, cap. II: Naturæ rationalis individua substantia (sustancia individual de naturaleza racional).

Una SUMA conversacion, 024: La Biblia como camino al conocimiento de Dios

¿De qué manera conocemos a Dios en la Biblia?

* No es un asunto de versículos. El Sola Scriptura está superado hace mucho tiempo.

* Hay una gran complejidad en la revelación, porque es narración y testimonio. Dios no e sobjeto que pongamos al frente nuestro. Sabemos de Dios a través de un camino, es decir, a lo largo de un diálogo progresivo entre Dios y su pueblo.

* El punto de partida es no solamente el desconocimiento de Dios sino la ignorancia de nosotros mismos. Se entrelazan estos procesos:

  1. conocer a Dios;
  2. conocerse uno a sí mismo;
  3. construir un lenguaje;
  4. acogida a una experiencia colectiva que va creciendo;
  5. fidelidad a palabras y textos fundantes;
  6. ejercicio de la autoridad legítima como instancia de interpretación normativa;
  7. sentir común de la fe en el Pueblo;
  8. acción imprevisible y gratuita del Espíritu Santo.

* Trípode propuesto por la Constitución Dei Verbum, del Vaticano II: 1. Escritura; 2. Tradición; 3. Magisterio.

* El estilo de Santo Tomás: de la Biblia aprendemos qué puede saberse con certeza sobre lo que Dios no es. Nuestra palabras sólo alcanza a rodear su misterio; no lo penetran ni lo comprenden.

* Las elaboraciones intelectuales sobre Dios son necesarias no para reemplazar la fe sino para protegerla.

Este capítulo pertenece al volumen 5 de la Suma Conversación.

Una SUMA conversacion, 017: Contexto de las Cinco Vias

Tomás no es ni irracional ni racionalista.

La presentación que Santo Tomás hace, desde la razón, sobre la existencia de Dios no es racionalismo ni es un intento de mostrar por la razón que el Dios que se ha revelado es el que existe. Tomás se sitúa en el ámbito de la fe: El “sed contra” de este artículo es que Dios dice que Él es el que es–un dato de fe.

Necesidad y posibilidad de probar la existencia de Dios.

  • La prueba es NECESARIA porque hay que saber si es necio el que dice que “no hay Dios.”
  • La prueba es POSIBLE, porque, como enseña san Pablo, lo invisible de Dios se ha dejado percibir por los sentidos (Romanos 1,20).
  • La prueba es NECESARIA, existencialmente hablando, porque debemos saber si todo discurso sobre la divinidad, más allá de su coherencia interna, es también verdadero, pues coherencia no es lo mismo que verdad.
  • La prueba es POSIBLE, existencialmente hablando, porque existe el testimonio de quienes han sido alcanzados por la experiencia de lo divino.

La teoría de las causas, en cuanto son articulaciones del pensamiento y la realidad.

Los tipos de pregunta que despierta lo real son los tipos de causa:

  • Material (¿de qué está hecho?);
  • Formal (¿cómo está hecho?);
  • Eficiente (¿qué o quién lo hizo?);
  • Final (¿para qué ha sido hecho?);
  • Ejemplar (¿a qué se parece o qué tiende a ser?).

Este capítulo pertenece al volumen 4 de la Suma Conversación.

Una SUMA conversacion, 016: Que dice la razon sobre Dios

¿Cuál es la intención de Tomás al presentar la discusión sobre la existencia de Dios en la Suma?

Su elaboración:

  • NO es una teodicea, o tratado puramente filosófico-racional de Dios.
  • NO es un modo de demostrar que nuestro Dios sí existe, y que sí es como nosotros decimos.
  • NO es una propuesta pastoral o devocional. Su primer propósito no es la evangelización, la liturgia, o la piedad.

Y, en cambio:

  • SÍ es la formalización progresiva de un lenguaje propiamente teológico.
  • SÍ es respuesta a objeciones, pues tal es uno de los servicios de la razón al interior de la fe.
  • SÍ es preámbulo a una afirmación colosal: nuestros anhelos hallan su respuesta en la bondad del Dios que ha salido a nuestro encuentro.

Este capítulo pertenece al volumen 4 de la Suma Conversación.

La Promesa Cumplida, No. 1 de 7: Redescubrir la necesidad de Dios

Promesa Cumplida – Congreso de la Renovación Carismática en Edmonton, Canadá. Tema 1 de 7: Redescubrir la necesidad de Dios

* El amor da sus propias señas. El que ama “pierde tiempo” con el amado, lo relaciona con todo lo que le sucede, habla de él con entusiasmo aunque sin lastimar los sentimientos de nadie. ¿Nos sucede así con Cristo?

* Para renovar el amor: (1) Pide a Dios el regalo de no saciarte con nada que no sea Él. (2) No te desconectes del que sufre: deshacerte de las llagas del mundo es apartarte de las llagas de Cristo también. (3) Déjate interpelar por la Palabra, que es “viva y eficaz.”

La colección completa de estas siete predicaciones se encuentra aquí: http://fraynelson.com/edmonton2011

Guía para encontrar tu corazon, 1a. parte

Escuela de Vida Interior, Tema 12: ¿Cómo se ligan conocimiento de sí y arrepentimiento que lleva a la vida?

* La vía propiamente cristiana para el conocimiento de sí va por la conversión y el arrepentimiento. Queremos examinar la evidencia bíblica que muestra por qué ese es el camino. Nuestra primera estación es el libro de los Jueces.

* Se entiende por “justicia” en la Biblia la concordancia con el plan de Dios, en quien brilla la sabiduría, la bondad y la belleza. Los “jueces” son personas que han sido instrumentos providenciales para que su justicia llegue.

* La coyuntura en que se sitúa el libro es la época del ingreso en la tierra prometida (siglo XIII a.C). Salidos de las penurias del desierto, los israelitas olvidan fácilmente al Dios de la alianza. Se establece así un círculo: el bienestar conduce al olvido, el olvido a la fragilidad, la fragilidad a la derrota ante los enemigos, y la derrota a la oración, clamando a Dios, que entonces se apiada y da victoria, con lo cual llega un nuevo bienestar, que reinicia el ciclo.

* Detrás de ese ir y venir entre estar con Dios (YHWH) o lejos de Dios está la dicotomía entre la fe y el paganismo. Todos, creyentes o no, buscamos tres cosas; seguridad (que el mal se aleje), prosperidad (que las cosas vayan bien para nosotros) y fecundidad (que ese bien se prolongue y dure). El punto es que el paganismo quiere lograr esas metas desde el horizonte del “mundo” es decir, de aquello que tiene su ser al alcance de nuestra comprensión, poder y capacidad de negociación.

* La noción básica que ignora el paganismo es la “trascendencia” es decir, el reconocimiento de un Otro radicalmente “otro,” que sin embargo es fundamento de todo el ser, la verdad y la bondad de cuanto hay en el mundo. Esta trascendencia se conoce en la Biblia con el nombre de “creación.” Dios es el creador, y ese atributo es solamente suyo.

* El paganismo no se ha quedado en aquellos milenios anteriores a Cristo. Todavía en nuestra época se cumple que el ser humano quiere lograr sus anhelos manipulando lo exterior, o sea, “el mundo,” por medio de astrología, fetiches, velas, feng-shui, o cualquier cosa que lo distraiga y aleje de su interioridad. Además la falsa interioridad que se le ofrece es la de la espiritualidad orientalista de corte budista, que es un camino hacia la nada.

* Entre la exterioridad que vuelve al hombre un juguete de fuerzas que finalmente no puede terminar de dominar (caso del paganismo), y el vacío de un silencio interior que no conduce sino a la nada (caso del budismo), la Biblia propone algo diferente: el descubrimiento de la propia y radical bondad en razón de ser creaturas, esto es, obras del Dios creador. Aunque hemos fallado, el camino no puede ser la desesperación ni el paganismo ni la nada, sino la conversión hacia el Dios de la vida.

* * *

Este tema pertenece al Capítulo 02 de la Escuela de Vida Interior; la serie completa de los diez temas de este Capítulo 02 está aquí:

is.gd/vida_interior_02

La serie de TODOS los temas de esta Escuela de Vida Interior está aquí:

is.gd/vidainterior