Lectura creyente de la Biblia, 09 de 10, Claves de lectura de la Cruz

[Curso ofrecido a las Dominicas de la Inmaculada Concepción, en el Perú, febrero de 2013.]

Tema 9 de 10: Claves de lectura de la Cruz.

* La pregunta que queremos abordar es la relación entre el ministerio (público) de Jesús y su muerte humillante y dolorosa.

* Para quienes quieren definir a Cristo por su impacto en las estructuras sociales, la muerte del Señor es la consecuencia de haber denunciado a los ricos y poderosos su maldad. Para quienes buscan una lectura existencial del proyecto de vida de Jesús, la Cruz sería una especie de sorpresa inesperada para él. Para los gnósticos, de ante so de ahora, el modo particular de la muerte del Señor en realidad no importa porque importarían sólo sus enseñanzas, comparables a las de otros “maestros.”

* Una lectura atenta a los evangelios permite descartar estas posturas. Hay pasajes específicos que muestran la decepción de Cristo frente al “método” de los milagros, o frente a la capacidad real de impacto de la predicación. Lo que Cristo buscaba con predicaciones o milagros es lo mismo que, de un modo extremo, busca y también asume en la Cruz: de lo que se trata es de la conversión del corazón, que ha de dejar atrás el poder del demonio y del pecado, para abrirse a la novedad del Reino de Dios, y de la acción del Espíritu Santo.

El Espiritu y la Cruz

9. Respecto a la C que representa a la Cruz de Cristo, queridos hermanos nacidos de la oración sempiterna de Cristo, la cual da origen a la Iglesia y la conserva, y la lleva cada vez a más perfección, recordemos la condición que nos muestra el Magisterio, para introducirse en el ABC de la oración.

Para que llegue y se establezca el Espíritu Santo a nuestra alma es necesario aceptar y unirnos a la Cruz del Redentor: “No se da el envío del Espíritu Santo (después del pecado original) sin la Cruz y la Resurrección” (DEV 24).

Esto implica que nuestra oración crece en dones, gracias y carismas en la medida que nos unimos al Misterio Pascual, es decir, a la Pasión, Cruz, Muerte y Resurrección de nuestro Señor. Es más, podemos decir que la medida del avance en la ciencia y arte de la oración, la da la medida en que nos unamos al Misterio Pascual; lo cual es un proceso que desemboca en la unión plena con Cristo; y trae consigo la gracia de hacer oración por Él, con Él y en Él.

La elevación en la oración, conlleva la conformación cada vez más plena con Jesús. Lo seguimos, conformándonos y uniéndonos con Él, hasta el Matrimonio Místico con Él y en Él. De tal manera que el orante (discípulo) avanzado llega a ser Alter Christus, o sea, Otro Cristo, con el Espíritu Santo en el seno del Padre.

El avance en la Escuela de Oración trae consigo también vida y muerte, o sea, el fiel vive de Cristo, con Cristo y en Cristo; y muriendo con Cristo, muere para surgir una nueva creación, nacida de germen inmortal: una nueva persona, un nuevo yo y un nuevo ser hecho uno con Cristo.

[Autor: Juan de Jesús y María.]

La Humildad de Cristo, 06 de 12, La Cruz

[Retiro Espiritual “De Nazareth a la Cruz; de la Cruz a la Luz,” ofrecido a las Hermanas Dominicas Nazarenas, con ocasión de su IX Capítulo General Electivo en Diciembre de 2012.]

Tema 6: La Cruz

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* Cuando se observan las pretensiones de poder de los grupos que tenían más relevancia en época de cristo, pronto se descubre que su misión sólo podía tener un desenlace: la muerte, y muerte de Cruz. Veamos por qué.

* Es verdad que Cristo hizo muchos prodigios y milagros pero las curaciones o liberaciones no tuvieron la fuerza suficiente para penetrar los corazones endurecidos por egoísmos o codicias. La gente ama curarse pero no ama obedecer ni entregar el control de su vida a Dios. La gente quiere que Dios les sirva; no servir a Dios.

* Viene un cambio de estrategia: más predicación sobre el reino. Tampoco funciona. Muchas parábolas caen en el vacío. La gente admira la retórica; admira un discurso bien hecho, pero no suelta el corazón al poder de Dios.

* Entonces Jesús se concentra más en sus discípulos pero ya es evidente que esto tampoco logrará mucho porque ellos están preocupados con sus primeros puestos.

* los enemigos se vuelven más fuertes y Cristo carece de un grupo verdadero de aliados que compartan lo que hay en su mente y corazón. El horizonte tétrico de la muerte se deja ver. Y como los judíos no pueden poner la pena capital, se ve que el procedimiento será el de la cruz, castigo de los romanos para los esclavos rebeldes.

* Pero ese sacrificio si logrará lo que no lograron ni los milagros ni las predicaciones ni las instrucciones particulares a los discípulos. La Cruz es la denuncia última y completa contra el pecado, y sobre todo, es la revelación plena del amor redentor de Dios.

La Humildad de Cristo, 02 de 12, Como se revela Dios en Cristo

[Retiro Espiritual “De Nazareth a la Cruz; de la Cruz a la Luz,” ofrecido a las Hermanas Dominicas Nazarenas, con ocasión de su IX Capítulo General Electivo en Diciembre de 2012.]

Tema 2: Cómo se revela Dios en Cristo

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* Espontáneamente nuestra razón busca a Dios, e intenta definirlo, por la vía de la eminencia, es decir, por extrapolación o prolongación indefinida de lo que reconocemos como bueno. Según eso, Dios aparece como justísimo, sapientísimo, poderosísimo, y así sucesivamente.

* La via emminentiae despierta admiración y ayuda a reconocer la propia condición de creatura y pecador, pero deja inevitablemente a Dios como un ser lejano, inalcanzable, incomparable, que por eso mismo vive sólo dentro de su propio régimen, de manera que lo que es esperable o exigible de él no se aplica a los humanos.

* San Pablo, en Filipenses 2, nos presenta algo distinto: Cristo no se “aferra” a su condición divina. El Cristo humilde de la Cruz es el que se despoja, se anonada. ¿Cómo se revela Dios ahí, entonces?

* En la Cruz aparece otro infinito: el de la crueldad sin límites, el de la arrogancia irrestricta y embriagada de sí misma. Pero ese abismo abre otro abismo: el del perdón sin límites, el de la misericordia que no se agota, el de la entrega total.

* La Cruz trae el infinito de Dios y lo hace visible, porque es infinito su amor, pero ese infinito ya no es distante sino próximo. es un infinito que invita, e incluso empuja, a ser imitado.

* ¿Cómo será eso poible? ¿Es “implementable” la espiritualidad de la humildad, de Nazareth, y de la Cruz? La pregunta queda abierta pero no como puro misterio teórico, sino como invitación clara y fascinante.

Ya no tengo miedo, 3 de 3, Jesus

[Predicación en la Asamblea Regional de la Renovación Carismática en Aragón, Octubre de 2012.]

Tema 3 de 3: Jesús y la Cruz

* Una lectura atento a los Evangelios descubre pronto la notable frecuencia del término “miedo” y sus sinónimos o derivados. Miedo tienen los discípulos, las autoridades, la gente. Miedo ante el demonio, ante lo desconocido, ante el abuso del poder, ante la fuerza de las multitudes, y sobre todo: miedo ante la muerte.

* Hay que recordar que hay un buen uso del miedo. De hecho el santo temor de Dios, que es primeramente temor a ofenderlo, es principio de sabiduría y de recto ordenamiento de la vida. por eso también dice Cristo que quiere enseñarnos “a quién hay que temer,” y pasa hablarnos de Dios como único de quien depende nuestro destino eterno.

* Sobre la base de conocer quién es el que merece honor, reverencia y obediencia, el discípulo de cristo experimenta libertad. Lo máximo que pueden hacer los poderosos termina con la muerte, pero la muerte misma no es última palabra, y ello lo demuestra Cristo no con teorías sino con su propia victoria sobre la muerte.

* Los que creemos en la resurrección gozamos de un principio de valentía que ya se ha hecho valer muchas veces, sobre todo en las vidas de los mártires y de quienes se han desgastado por el Evangelio.

La Verdad y el Amor, 07 de 12, Sabiduria de la Cruz

[Retiro Espiritual en el Real Monasterio de Monjas Dominicas en Caleruega, Octubre de 2012.]

Tema 7 de 12: Sabiduria de la Cruz

* La paradoja de la cruz, que hemos descrito brevemente en las reflexiones anteriores, ayuda a entender la diferencia entre la sabiduría “según el mundo” y la sabiduría “según Dios.”

* Lo sabio, en la perspectiva del mundo, se condensa en el verbo “acumular,” y va de acuerdo con el apetito y las fortalezas de cada cual, de modo que el inteligente quiere juntarse sólo con los inteligentes, y el poderoso sólo con los poderosos. En ese enfoque, el único “dar” que vale es el de aquel que invierte para ganar más de lo que desea y le hace fuerte.

* Las cosas son de otro modo desde la perspectiva de Dios, pues él hace llover sobre justos e injustos. Su verbo propio es el verdadero “dar” que no es negociar, ni invertir, ni comprar o vender.

* Y puesto que no hay continuidad entre el acumular y el dar tampoco hay continuidad entre la sabiduría del mundo y la de Dios: tiene que darse un rompimiento, un punto de quiebre, una genuina conversión. Los movimientos eclesiales que conocemos son particularmente claros en ello: sólo recibe un nuevo corazón el que ha pasado por el quebrantamiento del viejo corazón.

* San Pablo habla de ello en 1 Corintios 1,21, texto que puede entenderse de dos maneras, por lo menos: (1) Como simple rompimiento; (2) Como rompimiento que ya estaba previsto en la sapiencia de Dios.

* En efecto, Dios parece responder al absurdo del pecar con el absurdo del padecer. Si es ilógico que abandonemos a un Dios bueno, a ello responde Dios con lo ilógico de buscar a la oveja perdida y entregarse por la descarriada.

La Verdad y el Amor, 06 de 12, La escasez y la alegria

[Retiro Espiritual en el Real Monasterio de Monjas Dominicas en Caleruega, Octubre de 2012.]

Tema 6 de 12: La escasez y la alegría

* Cuando se habla de despojo parece que todo son pérdidas. Los grandes santos han encontrado algo más rico y completo en el misterio de la Cruz: según Santa Catalina de Siena, la Cruz es el lugar de la perfecta tristeza pero también el de la perfecta alegría.

* Es triste ver al inocente castigado; es triste ver al amigo traicionado; es triste verse en las garras de los enemigos. Pero ese mismo despojo ha hecho posible que quede a la vista, y como en carne viva, el amor que Dios nos tiene.

* Las Llagas de Cristo declaran con igual fuerza nuestra miseria y la misericordia de Dios; en ellas se ve, a la vez, qué cosa tan grave es pecar y qué hondura de amor nos ha rescatado de semejante abismo de maldad.

* Bienes del despojo de la Cruz son por lo menos tres: (1) La escasez misma nos invita a descubrir que creer es un privilegio, y ello nos abre a la dimensión de la gratuidad.

(2) La experiencia gozosa de la Providencia Divina. Allí donde los recursos visibles son menores se descubre mejor la recursividad del Dios invisible pero siempre presente.

(3) En el despojo se descubre cómo Dios limpia, alivia y purifica a su Iglesia. No la ama de lejos sino que, a la manera del viñador, la poda y cuida.

Ciencia de la Cruz, 4 de 4, Lo adverso

Serie de predicaciones con las Monjas del Monasterio de Carmelitas Descalzas de Santa Fe, en Argentina.

Tema 4 de 4: Lo adverso

* Conviene repasar la historia de Jesús para dos cosas, por lo menos: (1) Descubrir en su historia real los motivos reales de sus enemigos también reales. Esto implica que cuando Cristo habla de enemigos no habla de una posibilidad ni una teoría. Se sabía odiado. (2) Ver que detrás de esos adversarios visibles está el adversario, el enemigo malo, que pretende finalmente una sola cosa: desconectarlo de la voluntad del Padre.

* Eso tiene la adversidad: que cada ataque termina por mostrar alguna verdad. La verdad que brilla en el ataque a Cristo es la diferencia entre el amor de trueque y el amor de gratuidad. Sólo este último tiene promesa de superar el pecado, vencer la enemistad y traspasar el umbral de la muerte.

* La adversidad no sólo revela sino que purifica tanto las intenciones como la manera de expresarnos.

* Y un corazón purificado se vuelve creíble y se vuelve conducto del fecundo amor de Dios.

Ciencia de la Cruz, 3 de 4, Lo doloroso

Serie de predicaciones con las Monjas del Monasterio de Carmelitas Descalzas de Santa Fe, en Argentina.

Tema 3 de 4: Lo doloroso

* Desde un punto de vista fisiológico, el dolor es notificación de un problema o amenaza, y como tal es indispensable para la conservación de la salud.

* Ser insensible no es, ciertamente, una cualidad. La empatía, la solidaridad, la compasión y la misericordia son todas experiencias de cercanía y fraternidad que finalmente parten de algo sencillo y profundo: la capacidad de sentir el dolor del otro.

* Aquel que ama a Cristo, y de modo especial, aquella alma consagrada que se considera “Esposa de Cristo” no puede llevar una vida desconectada del dolor, no sólo por el sufrimiento que Él padece en la persona de sus “hermanos más pequeños” sino porque los intereses y la gloria del Esposo son ofendidos de continuo. En este sentido, el dolor es muestra y condición de amor.

* Hay dolores de varias clases, que podemos agrupar en tres casillas: (1) el dolor del esfuerzo, como el de un atleta que se entrena; (2) el dolor de una pérdida, sea por alguien que ha fallecido o por un derecho que no se ha respetado; (3) el dolor de la penitencia, en cuanto ofrenda para perdón de los pecados e intercesión que se une a la Cruz de Cristo. La madurez consiste en pasar, durante la vida, todo a las casillas (1) y (3), y llegar a la hora de la muerte con todo en la casilla (3).

Ciencia de la Cruz, 2 de 4, Lo contradictorio

Serie de predicaciones con las Monjas del Monasterio de Carmelitas Descalzas de Santa Fe, en Argentina.

Tema 2 de 4: Lo contradictorio

* Si lo inevitable nos revela nuestros límites, puede en cambio decirse que son las contradicciones las que nos revelan que, aun dentro de los límites de lo posible, no podemos conseguir todo lo que quisiéramos. Una contradicción es un “NO” que se planta frente a nosotros, y que nos incomoda, frustra o enoja.

* La contradicción de nuestra inteligencia sucede cuando encontramos opiniones opuestas, o más todavía, cuando debemos admitir que estábamos equivocados. Hay algo positivo: así aprendemos una nueva verdad.

* La contradicción de la voluntad, en cuanto motor de proyectos y planes, suele generar disgusto e ira. pero podemos aprender esto: que nuestra voluntad cuando todo le sale bien no puede estar segura de coincidir con la voluntad divina; cuando halla oposición, sí que sabe que hace caso a Dios. En esto no interesa qué motivaciones tengan las mediaciones humanas.

* La contradicción de la voluntad, en cuanto capacidad amatoria y lugar de afecto, suele engendrar tristeza, pero una cosa es cierta: que lo que finalmente entristece no es el amar sino la expectativa de ser amado; por eso es posible superar este tipo de contradicción por la ampliación de la capacidad, pureza y manera de amar.

* La contradicción de la memoria es el llamado que hace Dios a la amada del Rey: “Escucha, hija, mira, inclina el oído; olvida tu pueblo y la casa paterna.” Pero ese olvido va unido a una certeza y una promesa: “Prendado está el rey de tu belleza… a cambio de tus padres tendrás hijos.”

Ciencia de la Cruz, 1 de 4, Lo inevitable

Serie de predicaciones con las Monjas del Monasterio de Carmelitas Descalzas de Santa Fe, en Argentina.

Tema 1 de 4: Lo inevitable

* La vida de Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein) aparece marcada por dos palabras: ciencia y cruz. Entendida en su sentido original, muy amplio, “ciencia” es conocimiento cierto. Ya en él hay una renuncia a las opiniones personales, y hay una marcha hacia lo verdadero y sus implicaciones, es decir, ya hay un anticipo de la renuncia propia de la cruz.

* Más explícita se ve esa renuncia en la tradición filosófica que Edith principalmente siguió en su juventud. La fenomenología de Edmund Husserl propone una “epojé,” palabra por la que el filósofo entiende un “poner entre paréntesis” los datos (ciertos, probables o falsos) de las ciencias, para buscar un piso que dé fundamento a todo conocer. Despojo y fundamento son entonces dos expresiones que acompañan la maduración intelectual de Edith Stein y que tendrán luego su expresión en la experiencia de despojo del Monasterio Carmelitano y en el fundamento de cristo como roca única.

* Llegamos al conocimiento por vía inicial de experiencia. Y las experiencias que conducen a percibir la cruz van en cuatro áreas, que de menor a mayor intensidad pueden quizás ordenarse así: lo inevitable, lo contradictorio, lo doloroso y lo adverso.

* Lo inevitable, lo que escapa a nuestro control, lo que impone su ley en nosotros, es siempre un recordatorio de una verdad fundamental: somos creaturas; no somos el Creador. El primer paso hacia la Cruz consiste en algo tan sencillo pero tan profundo como reconocer que no somos dioses. Frente a la arrogancia de pensadores como Nietzsche, Freud o Sartre, es falso que la sola voluntad o la palabra humanas puedan definir lo que somos y tenemos.

* Jesús nos enseña sobre este límite de creaturas cuando recuerda que no podemos alargar nuestra vida o nuestro cuerpo a placer: dependemos de otros, estamos sometidos a leyes naturales, nuestra esencia y naturaleza no están al arbitrio de cualquier deseo que tengamos. Así va uno descubriendo el camino de la Cruz, no para quedarse en el límite sino para ver en la Cruz la revelación del genuino amor y el comienzo de la gloria que perdura.

Una pintura que predica

“La escena de la muerte de Cristo fue una de las constantes en la obra del artista alemán, y en ellas destaca un elemento característico: la prominente barriga del mal ladrón. Mientras que Jesús y el buen ladrón son figuras estilizadas, el otro, que se burlaba de Nuestro Señor, aparece como un hombre intencionalmente dibujado como sometido a la pasión de la gula…”

Pintura que predica

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Espiritualidad de la Vida Apostolica, 05 de 12

Espiritualidad de la Vida Apostólica. Retiro Espiritual con las Dominicas de la Inmaculada, en Cuenca (Ecuador).

Tema 5 de 12: Amar la Cruz.

* La falta de amor a la Cruz trae graves consecuencias: nos vuelve instalados, cómodos, fáciles para disculparnos, pobres en impulso misionero, duros con las debilidades ajenas, prontos para juzgar, cerrados a la vida de la gracia.

* En la cruz es muy visible el dolor pero no es la única forma de leer su misterio. Palabras como noche, desierto, desnudez, soledad, contradicción o desconcierto son útiles porque vemos en los Evangelios que se cumplieron en la Pasión de Cristo, y podemos además verlas en nosotros.

* Cada uno y cada una ha de encontrar su camino de amor a la Cruz partiendo con honestidad de las experiencias personales en que uno ha visto cómo lo que parecía pérdida llega a ser ganancia. Un caso típico es el de una religiosa joven que resulta apartada del trabajo pastoral que le gusta. En su nueva condición se descubre a sí misma; descubre que sus motivaciones no eran tan generosas y sobre todo descubre que le faltaba recuperar la dimensión de gratuidad en su encuentro con Cristo.

* A medida que uno ve en sí mismo, y en su propia historia, que es bueno pasar por la privación o el dolor, y que ese es el camino genuino a la verdad de Dios en nuestra vida, uno aprende a amar el misterio bendito de la Cruz, y se vuelve instrumento mucho más dócil en manos del Señor para gozo y fecundidad de la Iglesia.