LA GRACIA 2022/10/31 Jesús nos quiere sacar de la lógica de la transacción

Jesús quiere acabar con la lógica de la transacción, quiere que crucifiquemos nuestra carne para que no dejemos por fuera a mucha gente, para no dejar por fuera a los más necesitados.

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LA GRACIA 2020/05/02 Oposición entre Espíritu y carne

La oposición entre Espíritu y carne no esta en la corporalidad, el problema es que la debilidad que es inherente al cuerpo fácilmente nos precipita en abismos de pecado.

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¿Qué es crucificar la carne?

Hola Padre, me da gusto saludarlo. Padre una pregunta: ¿Qué significa crucificar nuestra carne en la cruz de Cristo? Gracias. — J.A.F.

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Significa varias cosas, según entiendo a partir de diversos autores.

1. Lo primero es estar en guardia contra la tentación de construirnos “paraísos.” Como he comentado en otras ocasiones, según el relato del Génesis, sabemos que Adán y Eva fueron sacados del paraíso terrenal pero la serpiente quedó allá. Con este sencillo detalle la Biblia nos enseña que al final nos hace daño todo intento de volver al paraíso–que en la práctica se nota en nuestra tendencia a buscar o construir lugares que regalen de placer nuestros sentidos. Con mucha facilidd y demasiada frecuencia sucede que la abundancia de mimo y placer conducen a sensualidad, gula, lujuria, y también: egoísmo, vanidad y dureza de corazón.

2. Es necesario entonces “educar” nuestra carne, en dos sentidos: no podemos darnos gusto en todo y necesitamos una disciplina para lograr lo mejor de nosotros mismos. El esfuerzo debe ser a la vez evitando el exceso de placer y animándonos en el esfuerzo de cultivar aquellas virtudes que precisamente porque son arduas son también más escasas y por ello más necesarias. Esta fase implica vencer la pereza y avanzar en la perseverancia, la constancia en el bien, el entrenamiento necesario para las batallas que sin duda han de llegar.

3. La mención de la Cruz en aquello de “crucificar nuestra carne” es esencial, por supuesto. La crucifixión de nuestra carne no empieza cuando nosotros sufrimos sino cuando abrimos los ojos con viva atención y profundo amor a la carne crucificada de nuestro Salvador. Sabernos así amados produce a la vez gratitud y dolor. ¿Serías capaz de ver a tu mejor amigo, o a tu papá o tu mamá, sufriendo horrorosamente solo por salvar tu vida? ¿No es verdad que sentirías amor, agradecimiento pero también dolor solidario y profundo? Eso es lo que un cristiano sincero siente ante la Cruz y ante el Crucificado. Un cristiano así formado no hace del dolor un propósito que busca sino una realidad con la que se encuentra allí donde encontró a su Amado Cristo, es decir, en la Cruz. Sin esta experiencia, todo lo que se haga espiritualmente como penitencia se queda corto en la intención.

4. Una vez que la persona se ha enamorado del amor dulce pero tan duro y real de la Cruz de Cristo, va sintiendo en sí mismo la necesidad de unirse a ese dolor, de distintas maneras, sobre todo dos: como reparación por tantas ofeensas que recibe el Corazón de Cristo, y como herramienta de combate que suplica con intenso ardor por la conversión de los pecadores. Es aquí donde encontramos a los santos penitentes, que se unen de un modo firme y constante con la Cruz, deseosos de ser uno solo con el Redentror. No es que quieran reemplazar a Cristo, como quitándolo de su lugar, que es absolutamente único, sino que quieren estar ahí, unidos por amor que brota de Cristo y da su fruto en los verdaderos cristianos.

5. La culminación de todo este itinerario de amor es el deseo mismo de morir por Él, es decir, dar la vida por su gloria, por su Evangelio y por su Iglesia. Multitud de santos han conocido las llamas del santo deseo del martirio, que en ocasiones llega a su culminación con el sacrificio, y en otras ocasiones queda simplemente como deseo quemante que sin embargo perfecciona y eleva el alma.

Sobre la relación entre la ceguera de la mente y los pecados carnales

La perfección de la operación intelectual en el hombre consiste en la capacidad de abstracción de las imágenes sensibles. Por eso, cuanto más libre estuviere de esas imágenes el entendimiento humano, tanto mejor podría considerar lo inteligible y ordenar lo sensible. Como afirmó Anaxágoras, es preciso que el entendimiento esté separado y no mezclado para imperar en todo, y es asimismo conveniente que el agente domine la materia para poderla mover. Resulta, sin embargo, evidente que la satisfacción refuerza el interés hacia aquello que es gratificante, y por esa razón afirma el Filósofo en X Ethic. que cada uno hace muy bien aquello que le proporciona complacencia; lo enojoso, en cambio, o lo abandona o lo hace con deficiencia. Ahora bien, los vicios carnales, es decir, la gula y la lujuria, consisten en los placeres del tacto, o sea, el de la comida y el del deleite carnal, los más vehementes de los placeres corporales. De ahí que por estos vicios se decida el hombre con resolución en favor de lo corporal, y, en consecuencia, quede debilitada su operación en el plano intelectual. Este fenómeno se da más en la lujuria que en la gula, por ser más fuerte el placer venéreo que el del alimento. De ahí que de la lujuria se origine la ceguera de la mente, que excluye casi de manera total el conocimiento de los bienes espirituales; de la gula, en cambio, procede el embotamiento de los sentidos, que hace al hombre torpe para captar las cosas. A la inversa, las virtudes opuestas, es decir, la abstinencia y la castidad, disponen extraordinariamente al hombre para que la labor intelectual sea perfecta. Por eso se dice en la Escritura: A estos jóvenes —es decir, a los abstinentes y continentes— les dio Dios sabiduría y entendimiento en todas las letras y ciencias (Dan 1,17). (S. Th., II-II, q.15, a.3, resp.)


[Estos fragmentos han sido tomados de la Suma Teológica de Santo Tomás, en la segunda sección de la segunda parte. Pueden leerse en orden los fragmentos publicados haciendo clic aquí.]

Victoria sobre la simple carnalidad con la gracia del Espíritu [La Comunidad en los Hechos, 20 de 20]

* No todo lo referido al amor carnal tiene que ver con cuestiones sexuales. En Gal. 5, 16-26, San Pablo nos habla sobre el sentido del término “carne” donde compara los frutos del Espíritu y las obras de la carne. Allí habla de que son obras de la carne la idolatría, la hechicería, las enemistades, los pleitos, los celos, las iras, las riñas, las discusiones, las divisiones, ?las envidias, etc.

* La carne tiene que ver con la comunicabilidad y la sensibilidad. La sensibilidad tiene que ver con la sensualidad y la afectividad. La afectividad se abre a gran variedad de temas. La afectividad es muy amplia y en cada uno de esos temas puede entrar la carnalidad.

* Amor carnal significa aquel afecto que concierne a las conveniencias, preferencias o pertenencias propias y que puede tener un componente sexual o no.

* En Hechos 6 vemos un tipo de amor carnal que recibe el nombre “acepción de personas”, que consiste en tratar a unas personas con preferencia por conveniencia egoístas: problema de carnalidad.

* La carnalidad puede ser vencida por el Espíritu. Se puede superar contrarrestando o contradiciendo la tendencia de carne. La carne solo se vence contradiciéndola. En la espiritualidad cristiana tiene un nombre: mortificación.

* El amor carnal manifestado en la comunicabilidad se expresa por los círculos cerrados de personas afines. Todo ello proviene de un problema de sensibilidad donde uno se cierra sobre sí mismo y hace solo lo que le agrada.

* Sensibilidad se divide en sensualidad y afectividad. Los varones caen en temas de sensualidad y las mujeres en asuntos de afectividad. Otro tema de carnalidad es cuando hay discriminaciones por edad o por la procedencia. Jesús al elegir sus apóstoles demuestra no hay ningún tipo de exclusión o diferencia por cuestión de edad u origen. Se saltó todo tipo de condicionamiento social y si no eligió mujeres para que fueran sus apóstoles es porque para ellas tenía otro tipo de misión.

* Contradecir la carne = mortificar. En la vida de Jesucristo se ven varios ejemplos:

– En la parábola del samaritano, el que queda como ejemplo es el samaritano (no un judío).
– En la curación del sirviente del Centurión, Jesús quiere ir a la casa de un pagano a curarlo. Pone como ejemplo de fe a un centurión.
– En una cena le dice a Simeón y echa en cara a los judíos que una mujer de mala vida es superior a ellos.

* ¿Cómo se vence a la carnalidad? Contradiciéndola. En la vida práctica:

– Es necesaria la disponibilidad absoluta en la obediencia.
– Los pequeños, constantes y cotidianos sacrificios educan y evitan el amor carnal.
– Buscar lo bueno del que me cae mal.

Reflexión sobre “carne” y “carnalidad” en el Nuevo Testamento [La Comunidad en los Hechos, 19 de 20]

* ¿Qué es la carnalidad?

+ Nuestra realidad corporal es la que nos permite comunicarnos. La comunicación puede llegar a ser complicada. No hay vivir angustiados y traumados en estos temas, pero tampoco debemos ser ambiguos en nuestra comunicación.

+ Nuestra condición carnal también nos hace estar necesitados, porque experimentamos otros deseos como la comodidad, descanso, placer y otros gustos. Hay una frontera difícil de distinguir entre el placer y la necesidad.

+ El mundo de los afectos es difícil de describir. Los impulsos y gustos son complejos. Hace falta vigilancia y discernimiento. También se negocia a veces con la comodidad y saber cuál es límite adecuado tampoco es fácil de averiguar.

+ La carnalidad no es igual entre los hombres y las mujeres. Hay distinguir entre las personalidades del hombre y de la mujer.

+ Las mujeres son más perceptivas, mejor intercomunicadas (sentimiento-recuerdos-sospechas-gestos) y expansivas, holísticas (quieren hacer suyos los espacios).

+ El hombre es más determinado, abstracto (selecciona y no relaciona) y es esencialista (se concentra en lo que tiene).

+ En el caso de las religiosas (clausura) se complica la relación mutua. Cada una tiene un plan entero para llevar el monasterio. Si sobreviven es porque tienen una autoridad (madre superiora amada y querida), Santas Constituciones (tradiciones) y profundo sentimiento de igualdad (respeto mutuo y uniformidad entre todas).

Vida Consagrada, Vida en el Espíritu, 10 de 12: Carne y espíritu

[Retiro espiritual para un grupo de Dominicas de la Inmaculada en Lima, Perú. Octubre-Noviembre de 2014.]

Tema 10 de 12: Carne y espíritu

* Carne: No es asunto de cuerpo sino de cómo a partir de nuestra condición corporal nos centramos en nosdotros mismos, en los placeres que afianzan el “yo” y en la aparente fortaleza de hacer alianza con otros tan débiles y falibles como nosotros, al margen de lo genuinamente bueno y cierto.

* El que es espiritual tiene en cambio la abundancia del amor de Cristo y sabiéndose abundante en Él por el Espíritu Santo, encuentra su fortaleza en el Señor, hasta sacrificarse incluso por la verdad.

ESCUCHA, construir comunidad, carne y espiritu

[Predicación en la Misión Santa Ana, de la Arquidiócesis de Miami.]

* Los seres humanos nos agrupamos por diversas razones. Las más comunes son: gusto, conveniencia, interés, miedo y deseo. El amor que está detrás de de esas razones es el que la biblia llama “amor carnal.” Obsérvese que “carne” no alude simplemente a sexo.

* El amor carnal tiene un lugar importante en la vida humana, en la medida en que permite formas de asociación y cooperación que van desde la libre empresa hasta la unión procreadora. Pero el amor carnal es insuficiente para fundar sobre él comunidad.

* En efecto, la oferta del amor salvador de Dios es necesaria para todos, sin distinciones, y el amor carnal ciertamente hace distinciones según los gustos y las conveniencias. por eso, el amor propio de la redención ha de ser un amor mayor, uno que pasa por encima de las motivaciones del amor carnal.

* Vemos brillar ese amor mayor en la Santísima Virgen María, quien vio en el calvario a su Hijo completamente abandonado de sus discípulos, pero luego oró por y con esos mismos discípulos, implorando el Don del Espíritu.

* Las notas básicas de ese Amor Mayor se ven bien en el Padrenuestro, de la primera a la última de sus palabras.

Amor a Cristo, amor a la Iglesia – 5 de 7

Retiro Espiritual en el Seminario de Bogotá. Tema 5: San Pablo no habla tanto de una mirada “exterior” o “interior” a la Iglesia o a Cristo, pero sí usa expresiones como “carne” (sarx) y “espíritu” (pneuma). La carne alude a la sensibilidad, la vulnerabilidad y la comunicabilidad. La vulnerabilidad hace que busquemos abrigo corporal, abrigo emocional y abrigo “trascendental.” Todo esto es muy humano pero si se queda solamente así, se cierra al misterio de la verdad, y ultimadamente se cierra a Dios.