LA GRACIA del Martes 27 de Septiembre de 2016

El papel de la Biblia no es sólo decirnos cosas amables, nos ayuda a darle un cauce a nuestro dolor y frustración; para que sigamos y encontremos a un Dios que siempre nos desborda con sus planes.

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¿Podemos afirmar que Dios es el mismo si sus leyes cambian del Antiguo al Nuevo Testamento?

Fray Nelson, le hago una pregunta: Hay una disputa entre cristianos no católicos sobre la ropa que debe usar o ponerse una mujer cristiana. Los que dicen que una mujer cristiana no debe usar pantalón se fundamentan en el siguiente pasaje bíblico: “La mujer no llevará ropa de hombre ni el hombre se pondrá vestidos de mujer, porque el que hace esto es una abominación para Yahvé tu Dios”. Resulta que cuando uno para refutar les dice que este texto hay que leerlo a la luz de un contexto, es decir, el contexto histórico y la mentalidad para a cual fue escrito, responden estas personas que Dios es siempre el mismo. La pregunta es: ¿como se demuestra que el hecho de que Dios sea siempre el mismo, no contradice el que este texto haya que leerlo de acuerdo a un contexto histórico y cultural, y viceversa? — J.S.

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La alusión al contexto es insuficiente como respuesta. Es demasiado vaga, y si lo piensas bien, podría servir para justificar casi cualquier cosa: cada vez que encuentre algo en la Biblia que no me guste, voy a decir que eso sólo valía para ese contexto. Así obran, por ejemplo, los que afirman por ejemplo que sí se debe permitir la ordenación sacerdotal de mujeres porque los textos que se oponen a tal práctica pertenecen a un contexto cultural machista, que se va superando, según ellos piensan. Así que la clave de la respuesta no está en la palabra contexto.

Esa clave más bien hay que buscarla en el papel que cumplía la Ley de Moisés. San Pablo nos dice expresamente que la Ley fue un “pedagogo” para llevarnos a Cristo (Gálatas 3,24); y la Carta a los Hebreos 8,13 considera que esa Ley ha quedado desueta y superada por el nuevo régimen en Cristo, basándose en Jeremías 31,31-34. De modo que tenemos razones bíblicas para considerar el conjunto de la Ley de Moisés como una provisión de Dios que, en su misericordia, quería llevarnos a la conciencia del pecado para así recibir a Cristo.

Por otro lado, el mismo Cristo dice que no ha venido a abolir sino a dar plenitud (Mateo 5,17), de modo que no debemos pensar que la relación entre la Ley “Antigua” y la Ley “Nueva” es algo tan sencillo como suprimir la primera, cual si nunca hubiera existido, y luego afirmar la segunda. Si las cosas fueran así, la primera hubiera sido un estorbo y no un camino o preparación para la segunda.

Debemos entender entonces que hay elementos más permanentes y elementos menos permanentes en la Ley de Moisés. Los más permanentes no hay que adivinarlos ni mucho menos escogerlos a capricho. Cuando Cristo reafirma la centralidad de amar a Dios sobre todas las cosas, por ejemplo en Marcos 12,28-34, está repitiendo lo que todo judío conocía a partir de Deuteronomio 6,4. También en Mateo 19,16-19 Jesucristo reafirma el valor de los llamados Diez Mandamientos, que por tanto deben ser algo más que disposiciones temporales.

El estudio comparativo de textos nos hace ver que muchas prescripciones de la Antigua Ley tenían un valor educativo pero de ninguna manera fueron confirmadas en la Nueva Alianza. Así por ejemplo, mientras que Moisés prohibía comer ciertos alimentos, san Pablo dice expresamente en la Carta a los Romanos 14,17 que “el reino de Dios no es comida ni bebida.” En el mismo sentido hay un pasaje muy claro en Hechos de los Apóstoles 10. Repito: esto no es asunto de capricho ni de adivinar sino que está bien establecido en la misma Biblia.

Es claro entonces lo que hay que decir frente a lo del uso de pantalones por parte de las mujeres: la Ley de Moisés no puede considerarse por sí misma autoridad para dirimir el asunto. Otros argumentos podrán exponerse pero ese de la Ley Antigua no vale.

Algo parecido sucede con otra discusión distinta. Hay gente que dice que si nos apoyamos en la Biblia, como efectivamente hacemos, para mostrar el carácter intrínsecamente perverso de las relaciones homosexuales entonces deberíamos seguir lo que la Biblia dice sobre comer carne de cerdo, por ejemplo. es un modo astuto pero erróneo de argumentar: no se pueden poner al mismo nivel estos dos tipos de preceptos. mientras que lo de la comida ya lo hemos aclarado, hay varios textos del Nuevo testamento que expresamente muestran el desorden que implica el comportamiento homosexual. Al respecto puede leerse Romanos 1,18-32.

20 citas bíblicas imprescindibles para todo católico

AMOR

1. Tanto amó Dios al mundo que le envió a su Hijo único, para que todo el que crea en Él no se pierda, sino tenga vida eterna (Jn 3,16).
2. Dios es amor (1Jn 4,8).
3. A Dios nadie lo ha visto jamás; pero si nos amamos unos a otros, Dios está entre nosotros (1Jn 4,12).
4. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el primero y más grande mandamiento. El segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Toda la Ley y los Profetas se fundamentan en estos dos mandamientos (Mt 22,37-40).

SALVACIÓN EN CRISTO JESÚS

5. Si decimos que no tenemos pecado, nos estamos engañando a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros (1Jn 1,8).
6. Ante el nombre de Jesús toda rodilla se doble, en el cielo, en la tierra y en el abismo. Y que toda lengua proclame que Jesús es el Señor para gloria de Dios Padre (Filip 2,11).
7. Quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará (Mc 8,35).
8. ¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si pierde su vida? (Mc 8,36).
9. Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame (Mc 8,34).
10. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día (Jn 6,54).
11. Yo estoy con ustedes todos los días hasta que se termine este mundo (Mt 28,20).

MARÍA

12. Dijo María: «Yo soy la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» (Lc 1,38).
13. Jesús, al ver a su madre y junto a ella al discípulo a quien más amaba, dijo a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo.» Luego dijo al discípulo: «Ahí tienes a tu madre.» Y desde aquella hora el discípulo se la llevó a su casa (Jn 19,25-27).

PALABRA DE DIOS

14. Tu Palabra es lámpara para mis pasos y luz en mi sendero (Sal 119,105).
15. Proclama la Palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, amenaza, exhorta con toda paciencia y doctrina (2Tim 4,2).
16. Cuando me llegaban palabras tuyas, yo las devoraba. Ellas eran para mí el gozo y la alegría de mi corazón (Jer 15,16).
17. Me has seducido, Señor, y me dejé seducir por ti (Jer 20,7).

MISIÓN

18. La cosecha es abundante, pero los obreros son pocos. Rueguen, pues, al Dueño de la cosecha que envíe obreros a su cosecha (Lc 10,2).
19. Vayan por todo el mundo y prediquen mi Evangelio a toda creatura (Mc 16,15).
20. ¡Ay de mí si no anuncio el Evangelio! (1Cor 9,16).

Cinco sugerencias para evangelizadores

[Predicación a un grupo de Guías de la Escuela Bíblica Católica EMAÚS, en Chihuahua, México. Agosto de 2016.]

1. Volver a las fuentes: recuerda siempre qué obras de gracia y misericordia, y cuánta paciencia Dios ha tenido contigo. Conserva en tu memoria los comienzos benditos de tu conversión y servicio al Señor, y jamás permitas que una vida cristiana llena de convicción y sentido quede como una anécdota en tu pasado.

2. Perseverancia: No sólo como permanencia en un grupo o comunidad, cosa que podría ser puramente pasiva, sino ante todo: perseverancia en seguir aprendiendo de Cristo, que hasta el último momento de nuestra vida tendrá qué darnos y enseñarnos. Esto significa también: tener planes y separar tiempos para acercarnos de modo personal, consciente y amoroso a la Sagrada Escritura.

3. Algunos textos claves: La Primera Carta de Pedro nos ayuda a valorar siempre más nuestro bautismo, que es fundamento de todo nuestro ser y servicio como cristianos. Las Cartas Pastorales (1 y 2 Timoteo, y Tito) nos recuerdan que hay tres cosas que siempre debemos cuidar y guardar: (i) la integridad de la historia de amor que Dios está construyendo con mi prójimo; (ii) la pureza y solidez de la doctrina recibida; (iii) el propio corazón y la coherencia de vida.

4. Ir a los expertos: Más allá de las preferencias personales o de los personajes de moda, los “expertos” en conocimiento de la Palabra de Dios y de cómo exponerla son los Padres y los Doctores de la Iglesia. A ellos hemos de acudir, alimentándonos de sus escritos y haciendo nuestra su mirada amplia y “panorámica” del misterio cristiano.

5. Sentido de comunidad: No somos francotiradores ni nuestro ideal es la “originalidad.” Lo nuestro es sentir con la Iglesia, y aprender a hacer equipo con aquellos que tenemos cerca en la labor de evangelizar. Hay que amar no sólo a los que ya han llegado sino también a los que un día vendrán a laborar junto a nosotros.

El nombre del libro Eclesiástico

Padre, ¿me puedes explicar por favor por que en algunas Biblias aparece el libro Eclesiástico y en otras aparece Sirácides? – VRM

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Una Introducción a este libro, preparada por las Ediciones Paulinas, resulta bastante aclaratoria. Dice así:

“Este libro es conocido con dos nombres. El primero recuerda a su autor, Jesús, hijo de Sirac; el segundo, la acogida que le ha dispensado el pueblo cristiano a lo largo de los siglos: se le consideraba como un compendio de sabiduría práctica, más elaborada y más «religiosa» que el libro de los Proverbios. El Eclesiástico significaba “el Libro de la Iglesia”.”

“Este libro fue escrito en hebreo y traducido después al griego por el nieto del autor (véase el prólogo del libro). En el tiempo de Jesús existía en ambas lenguas, pero lo usaban sobre todo las sinagogas griegas, por lo que algunos años más tarde no fue reconocido como «Escritura» por los judíos. La Iglesia lo utilizaba, pero sólo en griego; únicamente al final del siglo XIX se encontró una gran parte del hebreo, el cual difiere muy poco de su traducción griega.”

LA GRACIA del Jueves 23 de Junio de 2016

Conocer la Biblia nos ayuda a reconocer nuestra propia vida, a descubrir el verdadero dolor por el pecado y a tener verdadera confianza en el Dios que tanto nos ha amado.

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Sobre la incoherencia de los que acusan a todos de andar juzgando

“De vez en cuando, desde antiguo y con cierta frecuencia últimamente, se oye decir a algunos contra el juicio que acabas de formular respecto a ciertas personas: “Nadie puede aseverar de fulano que es malo, ni que se porta mal, puesto que dijo el Señor: No juzguéis y no seréis juzgados”. El interlocutor reprendido se queda paralizado, boquiabierto, confundido, no sabe cómo salir del atolladero. Resulta que quién moralizaba contra los perversos se encuentra inmovilizado por el citante del Evangelio. La verdad es que lo han desmoralizado con un sofisma. Veamos…”

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Los duros castigos de la Ley de Moisés

Padre, que la paz del Señor esté siempre contigo. Padre, en el presente quiero que me ayudes con algo que preguntó un amigo, es acerca de la cita bíblica Números 15, 32-36, la inquietud es por el versículo que habla de que Yahveh mandó a apedrear a un hombre. Muchas gracias en lo que me puedas ayudar Padre, que Dios te bendiga. – VRMC

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Los castigos durísimos, incluso letales, prescritos en la Ley de Moisés, de los cuales hay muchos ejemplos en la Biblia, chocan frontalmente con nuestra sensibilidad actual, educada desde la infancia en los derechos humanos. Dos consideraciones es preciso hacer:

1. El mundo bíblico es culturalmente muy distante de nosotros, fundamentalmente por la falta de reconocimiento permanente de autoridades centrales estables y de códigos éticos vinculantes. podemos imaginar los tiempos bíblicos al estilo del ambiente que se vive hoy en una pandilla o “mara.” La autoridad, en esos casos, no proviene de muchas razones sino de la aplicación directa de la fuerza. No se puede tomar a un grupo de pandilleros, que vienen de un mundo de pandilleros y sin violentar sus voluntades masivamente transformarlos en un instante en gente capaz de deliberar y decidir. Así que tienes dos posibilidades : o haces demostraciones claras de fuerza para imponer el orden, o renuncias a entrar a ese medio, y dejas que se destruyan mutuamente. Dios prefirió entrar a ese medio por medio de una legislación durísima que pudiera empezar a educar a esas mentes endurecidas por la crueldad en las coordenadas básicas sobre qué es lo bueno y qué es lo malo. Cualquier persona que haya tenido cerca un barrio realmente peligroso o que haya visto cómo actúan las pandillas de mafiosos sabe de qué estoy hablando. Con la diferencia de que en ese tiempo esa manera de obrar no era la excepción, por el borde de la periferia social, sino la norma práctica de casi todo el mundo.

2. Téngase presente que en la Biblia entera hay un proceso, hay una evolución o pedagogía, de modo que, aunque es el mismo Dios el que va guiando todo ese camino, su lenguaje mismo va cambiando y se va clarificando a medida que su rebaño le va entendiendo mejor. El querer definitivo de Dios no está en el Libro de los Números o ninguno de los profetas del Antiguo Testamento, sino en la persona de Jesucristo. Todo lo demás lo debemos ver como camino que llevaba hacia Cristo partiendo, como ya se dijo, de las espantosas condiciones de vida y grandes limitaciones de la humanidad de aquel tiempo.