Una SUMA conversacion, 029: Movimiento, Acto y Potencia

El problema del movimiento

Cualquier tipo de cambio o modificación que pueda sufrir una sustancia. En castellano actual, uno tiende a asociar “movimiento” solamente con “traslación” pero para los griegos movimiento es toda modificación de un objeto o cosa, modificación que, naturalmente, también puede ser la de su posición en el espacio; por ello el término actual más próximo a la comprensión griega del movimiento es el término cambio.

Los antiguos filósofos disputaron sobre la naturaleza del movimiento. Parménides pensaba que el ser que cambia deja de ser, y por consiguiente, el movimiento sería la anulación del ser, que implicaría que no hay ser y que sólo la nada es. Como esto es contradictorio, Parménides pensaba que el ser no puede cambiar, y que el cambio—el movimiento—es ilusión y engaño.

Heráclito, en el otro extremo, considera la paradoja de que lo único constante es el fluir de las cosas. Para él, sólo el cambio es. Ese perpetuo devenir, o cambio, o movimiento, es la única manera de acercarse con verdad a la realidad. La estabilidad es un engaño.

Acto y Potencia

Aristóteles encuentra un modo distinto de abordar el problema del movimiento. Lo define como paso de la potencia al acto. El movimiento no es aniquilación ni aparición súbita del ser, sino actualización de algo que ya estaba, pero que sólo estaba potencialmente. La semilla es un árbol en potencia; el árbol es la actualidad o acto propio de lo que estaba en potencia en la semilla. La llegada del acto es la desaparición de la potencia, pero no por destrucción sino por actualización.

En principio, pues, las cosas están en potencia para ser lo que pueden llegar a ser. Si nos fijamos en las características, propiedades o determinaciones que una cosa u objeto tiene en el presente, estamos pensando en el ser en acto; ésta es la más importante forma de ser, y, a veces, la define como la realidad del ser. Por el contrario, si nos fijamos en el futuro, en aquello que aún no es pero a lo que apunta un ser en virtud de lo que ya es, estamos pensando en el ser en potencia. El ser en potencia no es una pura nada, un futuro meramente imaginado, es una forma de ser inscrita en el sujeto o cosa del cual decimos que está en potencia precisamente a partir de lo que es en acto.

Clases de potencia

La potencia es el poder para ejercer una transformación en un objeto o también la disposición para poder llegar a ser algo. En el primer caso tenemos la potencia activa, d ella que habla Aristóteles cuando se refiere a las “potencias” o facultades del alma. En el segundo caso tenemos la potencia pasiva, o sea, la capacidad o aptitud para llegar a ser otra cosa, como cuando usamos el adverbio “potencialmente” al decir que algo es potencialmente riesgoso.

Clases de movimiento

Aristóteles distingue diversos tipos de cambio o movimiento:

cambio sustancial: cuando desaparece una sustancia y da lugar a otra (como cuando quemamos un papel y lo convertimos en cenizas);

cambio accidental: cuando una sustancia se modifica en alguno de sus atributos o características pero permanece siendo la misma; a su vez se divide en:

según la cualidad: como cuando pasamos de jóvenes a adultos, o cuando una hoja cambia de color en otoño;

según la cantidad: la tiza que se desgasta con el uso, las uñas que crecen;

o según el lugar: como cuando andamos de un lugar a otro.

Dios y el movimiento

Según la ontología aristotélica todas las cosas que podemos percibir, todas las cosas sensibles (tanto las naturales como las artificiales) están compuestas con la estructura acto y potencia y, dado que el movimiento es el paso de la potencia al acto, todas las cosas sensibles tienen el movimiento como uno de sus rasgos más característicos y definitorios. Por ello se puede entender que si existiese un ser que fuese acto puro, que no tuviese ninguna potencialidad, a dicho ser no le podría corresponder el movimiento.

Dios es un ser sin composición alguna, ni física ni metafísica, que sólo puede ser pensado como acto puro y pura forma, y por tanto eterno e inmutable. Dios es acto puro porque en El no se encuentra ninguna potencialidad sino que es forma plenamente realizada.

Una SUMA conversacion, 028: Causas, Teleologia

Noción de causa

Factor o principio del que depende una cosa. En griego se dice aitía (de donde viene la etiología).

La noción aristotélica de causa es más amplia que la actual; nosotros entendemos por causa sólo lo que Aristóteles llamaba causa eficiente y causa final. Para este filósofo causa es todo principio del ser, aquello de lo que de algún modo depende la existencia de un ente; o de otro modo: todo factor al que nos tenemos que referir para explicar un proceso cualquiera.

“Causa” es todo lo que sirva de respuesta a una pregunta válida sobre el ser de algo. Según Arsitóteles, para entender cualquier ente debemos fijarnos en cuatro aspectos fundamentales (cuatro causas):

la causa material o aquello de lo que esta hecho algo;

la causa formal o aquello que un objeto es;

la causa eficiente o aquello que ha producido ese algo;

y la causa final o aquello para lo que existe ese algo, a lo cual tiende o puede llegar a ser.

A veces se añade la causa “ejemplar,” que algunos ven como variación o subconjunto de la causa final, o de la causa formal. Causa ejemplar es lo que sirve de referencia o modelo.

Podemos dividir las causas en:

intrínsecas como la causa material y la formal, pues estos principios descansan en el propio ente;

y extrínsecas como la causa eficiente y la final, pues se trata de principios exteriores al ente.

Sin embargo, en los seres naturales aquello a lo que apuntan o hacia lo que tienden de forma natural es causa final pero en este caso intrínseca (hay que recordar el principio básico de la física aristotélica según el cual todos los seres naturales se caracterizan por poseer una finalidad intrínseca). También se habla de la idea, imagen o boceto que el escultor tiene en mente cuando realiza la escultura como causa formal; en este caso dicha causa formal es extrínseca.

Un cosmos teleológico

Doctrina La teleología (no confundir con teología) que considera indispensable para la comprensión de la realidad la referencia a los fines o motivos por los que ocurre algo.

Viene de lógos (teoría, explicación) y telos (fin). Los filósofos han presentado dos teorías opuestas para la comprensión de los cambios que ocurren en la Naturaleza: la mecanicista y la finalista o teleológica. La explicación teleológica mantiene que sólo podemos comprender el cambio si nos referimos (además de a la causa eficiente, única causa a la que se refiere la explicación mecanicista) a la causa final.

Según la filosofía aristotélica las cosas del mundo y los cambios que les ocurren pueden ser bien por naturaleza, bien por el arte o técnica, bien por azar. Excluyendo los que ocurren por azar, los otros dos tipos de cosas y de cambios exigen la referencia a una finalidad: los seres artificiales tienen fines puesto que han sido construidos para algo, y lo que hacen lo hacen para cumplir su función; en el caso de las cosas naturales es importante observar que la finalidad no se limita a la esfera humana, en donde se muestra con claridad pues lo que los hombres hacemos lo hacemos por algo.

Es característico del punto de vista aristotélico la defensa de la existencia de finalidad en todo objeto natural y en los cambios o movimientos naturales: así, el fin de la semilla es convertirse en árbol, como el fin del niño es ser hombre; cada ser natural tiene una finalidad que está determinada por su forma o esencia y a la cual aspira y de la que se dice que está en potencia. Esta postura aristotélica y tomista resulta especialmente disputada hoy.

Una SUMA conversacion, 027: Materia y Forma

Primera aproximación a la materia

Una primera aproximación a lo material comprende estas notas:

extenso (ocupa un espacio);

accesible a los sentidos (directamente o mediante instrumentos que amplían el rango de la percepción sensorial);

en principio, objetivable: se puede poner completamente frente a sí, y en muchos casos, sus condiciones externas son controlables y medibles (como en un laboratorio).

¿Existe lo inmaterial o todo es materia?

Consideremos este ejemplo: un amigo me presta su bicicleta. Una semana después le devuelvo todas y cada una de las piezas que conforman la bicicleta, pero puestas todas sueltas en una bolsa. Y le digo: “Aquí tienes tu bicicleta.” ¿Cuál es la diferencia entre la bicicleta y lo que contiene esa bolsa?

Lo que mi amigo echa de menos no puede ser ninguna de las partes (extensas, accesibles a los sentidos, objetivables), pues éstas están todas. Mi amigo echa de menos la estructura, la configuración, la disposición, interna y externa, que permite que ese conjunto de piezas funcione de una determinada manera. A eso que mi amigo echa de menos lo llamamos “forma.” Uno entiende que esa forma no es nada material; la forma existe y es inmaterial.

Concepto de forma

Forma es el conjunto de rasgos característicos de un objeto. Este término corresponde a las palabras griegas morphé y êidos.

Nuestro lenguaje cubre bastante bien la riqueza de significados que tenía esta palabra en el mundo griego y la filosofía aristotélica: en un primer nivel se identifica con la figura de un objeto físico; en otro sentido designa la estructura o configuración de algo frente a los elementos o materia que componen ese algo, como cuando hablamos de la estructura o forma que le ha dado un poeta a sus versos.

Cabe distinguir las formas accidentales de la forma substancial: la forma substancial de una cosa es lo mismo que su esencia y las formas accidentales son las determinaciones o propiedades de las que el sujeto puede prescindir sin perder su ser.

Hilemorfismo

Es la teoría aristotélica según la cual todos los seres sensibles o perceptibles (tanto los naturales como los artificiales) se componen de materia (hylé) y forma (morphé). En el caso del ser humano, ello implica hablar de una unidad sustancial de cuerpo y alma.

Llegamos así a un segundo concepto, más elaborado, de lo que es “materia”: Este término significaba originariamente madera, material de construcción, el elemento con el que construimos algo.

La materia es aquello con lo que está hecho algo; desde el punto de vista dinámico es aquello susceptible de alguna determinación o forma, por tanto una realidad potencial. Cabe hablar también de un cierto carácter relativo de lo que se considera materia: si nos fijamos en una estatua del dios Zeus la forma es Zeus y la materia el bronce; pero si nos fijamos en el bronce mismo el ser bronce es forma y la materia es la materia prima.

Materia primera y materia segunda

La materia “prima” o primera es materia sin forma alguna. Se trata de un modo minimo, casi hipotético del ser. No es perceptible por los sentidos y es el substrato último del cambio sustancial.

Aristóteles afirma la existencia de este tipo de materia no perceptible como consecuencia de su análisis del movimiento: todo movimiento o cambio exige la presencia de algo permanente; en el cambio accidental lo permanente es la sustancia y lo que cambia los accidentes; el problema se presenta sin embargo en el caso del cambio sustancial pues en este tipo de movimiento desaparece una sustancia y aparece otra. Puesto que algo debe permanecer incluso en ese cambio tan radical, Aristóteles creyó que se puede superar la dificultad si aceptamos la existencia de una realidad material de la cual están hechas las sustancias materiales, pero como dicha realidad material no se encuentra en el nivel de lo perceptible ni tiene ningún otro rasgo que no sea el de la pura espacialidad pensó que dicha materia no tiene forma alguna (siendo por lo tanto algo casi irracional).

Llámase en cambio “materia segunda” a la materia con alguna forma determinada (por ejemplo, el mármol de una estatua de mármol).

Una SUMA conversacion, 026: Sustancia, Esencia y Naturaleza

Sustancia

El ser independiente del cual se predican los atributos. Del latín substantia, que se usó para traducir los términos griegos ousía, y a veces, hipóstasis. Significa etimológicamente, “lo que está debajo”, pero tiene un significado complejo pues designa:

el sujeto en el que descansan las propiedades: el ser Sócrates, por ejemplo, del cual predicamos ciertos rasgos como el ser ateniense, ser maestro de Platón…

lo que permanece en el cambio accidental: el ser el mismo individuo, Sócrates, aunque modifique su aspecto a lo largo del tiempo;

el ser independiente, lo que tiene su ser no en otro sino en sí: debemos distinguir el nivel de los atributos (ser blanco, pequeño e inteligente, por ejemplo, que son seres puesto que tienen realidad, pero que no pueden darse por sí mismos sino que siempre descansan en otra cosa de la cual decimos que son sus propiedades) y el nivel de la substancia (el que tiene una existencia propia e independiente, como el ser Sócrates o ser una piedra, o un tigre…).

Accidentes

Lo que le corresponde a algo de manera contingente, es decir, que no depende de su esencia; aquello que le pertenece a un ser de tal modo que lo puede perder sin llegar a aniquilarse.

Sustancias Primeras y Segundas

Las sustancias primeras son los sujetos individuales, que si son corporales, estarán compuestos de materia y forma.

Las sustancias segundas equivalen a los géneros y las especies. Al preguntar “¿qué es esto?”, se puede buscar qué tipo de sustancia es. Al responder indicando que es un libro, estamos apuntando a una sustancia segunda.

Esencia y Existencia

Lo que tienen los seres concretos de estable e inteligible; los rasgos que hacen de algo lo que es y no otra cosa, de modo que si se pierde uno de esos rasgos, ya no estamos ante el mismo ser. La esencia es la respuesta más directa a la pregunta “¿qué es?” y por eso se le llama quidditas, o quididad.

La esencia:

descubierta en un ser corpóreo concreto, es la forma sustancial;

en el entendimiento se capta por medio de conceptos;

cuando se expresa en palabras corresponde a una definición.

La esencia no implica la existencia. Cosas imaginadas pueden tener su esencia, que también será imaginaria. Cuando hablamos, entonces, de que algo existe, ese existir no es una idea que se une a los rasgos de la esencia; es decir, el existir, al que Santo Tomás en latín llama esse, no es una ampliación de la esencia, que en latín se dice essentia. Existencia y esencia son distintos, y la existencia no es algo pensado pero tampoco es irracional. Para Santo Tomás, que lo pensable (la esencia) tenga además existencia, es como el paso de la potencia al acto; tal es el paso que realiza Dios al crear.

Naturaleza

Principio intrínseco de movimiento (cambio, acción, operación) y reposo de los seres naturales. Etimológicamente quiere decir: lo que se tiene “por nacimiento,” es decir: de por sí, no por acción de otro. Viene del vocablo latino natura, traducción del griego physis.

Hay dos sentidos básicos de “naturaleza”, aunque es mucho más importante el segundo que el primero: (a) la Naturaleza entendida como la totalidad de seres naturales; (b) la naturaleza como el actuar que sigue al ser propio de las cosas. En esta última acepción, “naturaleza” se aproxima mucho al concepto de “esencia,” pero, aunque todo lo esencial es natural, no todo lo natural es esencial, porque hay cosas que son naturales porque provienen o fluyen de la esencia, sin ser la esencia. El uso de un lenguaje conceptual y articulado es propio de la naturaleza humana pero no es necesario considerar esa nota en sí misma como propia de la esencia, porque es algo que fluye del ser racional.

La naturaleza se identifica con el ser propio de las cosas, con su esencia, y lo que fluye de la esencia, pero sólo en las cosas capaces de cambiar a partir de sí mismas.

La naturaleza no sólo determina el tipo posible de movimientos de un objeto sino también el tipo de reposo que le conviene (por ejemplo, a la piedra le corresponde estar quieta en el suelo y ello en virtud de su naturaleza).

Cristo Vivo, 10 de 10: La paradoja se hace perfecta en la Cruz

Cristo Vivo. Retiro con Frailes Dominicos del Vicariato del Ecuador, en Enero de 2012. Tema 10: La paradoja se hace perfecta en la Cruz.

* Sobre la dimensión comunitaria del Reino: no es un agregado a una teoría. Sucede que la “lógica del mundo” entroniza al YO, y con ello suscita forzosamente división. Cada uno de los “secretos del reino” es una oportunidad para reconocer, celebrar y construir el bien en el hermano. No puedo entrar en el Reino sin construir comunidad.

* Sobre lo terreno y lo celestial: el bien que Dios quiere es integral: “todo el hombre y todos los hombres” (Pablo VI). Las divisiones y oposiciones entre un modo de ver el reino como sola promoción humana, y otro modo de verlo como pura espiritualidad, es falsa y proviene ordinariamente de querer asegurar un ámbito en el cual desarrollar las propias ideas y decisiones, al modo de la lógica del mundo.

* Sobre el poder en la Iglesia: el modelo progresista ve al poder como fuente de beneficios que deben ser repartidos equitativamente, o por el contrario, como un mal necesario de nuestra naturaleza corrupta, un mal que debe ser controlado distribuyéndolo. En ambos casos, el progresismo cree que la democracia es normativa para toda institución humana, incluida la Iglesia. Pero el planteamiento progresista es falso de dos modos: (1) la democracia es un nombre aparente. Los candidatos y líderes políticos son esencialmente los que resultan útiles a los verdaderos centros de poder, que no son democráticos ni van a serlo: es el caso de los militares o de las grandes corporaciones. (2) Nada en el Nuevo testamento habla de un estilo democrático, ni en las decisiones de Jesús ni en la constitución de la primera comunidad.

* Sobre la Cruz: es la culminación del ministerio de Cristo, y sólo en ella se ve con claridad cuál es el supremo servicio, la suprema enseñanza y el supremo amor. Por eso la Cruz condensa el misterio del Reino y por eso será ella el gran anuncio de los primeros misioneros.

Cristo Vivo, 09 de 10: Los Secretos del Reino

Cristo Vivo. Retiro con Frailes Dominicos del Vicariato del Ecuador, en Enero de 2012. Tema 9: Los Secretos del Reino.

* Las bienaventuranzas, corazón de la enseñanza sobre el Reino de Dios, no son aplicables. ¿Por qué sucede así? Porque el Reino no es una idea ni una estrategia. El reino “de Dios” es “de Dios,” y nunca nuestro, esto es: nunca queda en nuestras manos como algo ha realizar según nuestros deseos, intereses o capacidades.

* ¿Y qué falla en la lógica del poder en este mundo, lógica que sí se mira a sí misma en términos de ideas (fines) y estrategias (medios)? Falla que crea sin cesar enemigos, y los alimenta con exclusión y resentimiento; y falla también que usa a sus amigos, volviéndolos inútiles aliados o nuevos enemigos. En resumen: en la estrategia del mundo no hay amor, y resulta que sólo el amor es llave para la cerradura del corazón humano.

* Si el Reino no es una teoría ni una estrategia, ¿qué es? En Jesús, el Reino es una praxis que podemos llamar “sacramental,” no desde el ángulo del rito sino porque realiza lo que significa.

* Secreto del Reino #1: Buscar el bien en la cueva del mal. Jesús continuamente pone como referencia a aquellos que uno desprecia o detesta. En su tiempo, tales eran los samaritanos, los romanos, las mujeres, los niños. El que no descubre el bien fuera de sí mismo tampoco lo encuentra verdaderamente en sí mismo.

* Secreto del Reino #2: Sembrar el bien en la cueva del mal. Porque tal es el genuino poder. Lo malo del poder no es poder, sino la codicia, arrogancia o egoísmo que suele acompañar a los poderosos. Pero el que trae bien, verdadero bien, allí donde había mal está trayendo verdadero poder, poder que viene de Dios.

* Secreto del Reino #3: Permanece en Dios. Tu amor se agotará, y no podrás sembrar siempre el bien si no lo recibes de continuo del que es infinito. El reino nunca es un proyecto “secular.”

* Secreto del Reino #4: Que Dios permanezca en ti. Cuida que la fuente esté adentro. Sé independiente de todo, y a la vez dependiente en todo de Dios.

Cristo Vivo, 08 de 10: La logica del poder en este mundo

Cristo Vivo. Retiro con Frailes Dominicos del Vicariato del Ecuador, en Enero de 2012. Tema 8: La Lógica del Poder en el Mundo.

* Es cosa muy común, y muy humana, creer que para que una idea tenga éxito hay que lanzarla y realizarla desde los estrados más altos, es decir, desde el poder. De esa convicción se pasa a un propósito: hacerse con el poder para, desde ahí, lograr resultados. Este tipo de pensamiento lo ha tenido gente de buena y de mala fe; gente con ideas perversas o con ideas incluso nobles. También dentro de la Iglesia hay quienes creen que con solo lograr mayorías numéricas y puestos cercanos a la curia se logra difundir mejor el Evangelio, o los valores del Evangelio.

* El problema con ese modo de pensar es que, por así decirlo, intenta cambiar al ser humano de afuera hacia adentro, y ello implica a menudo el recurso a la coerción y al engaño. Pero la imposición de una voluntad sobre otra, o el uso de la sola astucia no son medios que puedan permanecer a largo plazo: aunque por un tiempo se logre prevalecer, a la larga se crean enemigos, envidias, y resistencia que terminan por derribar un régimen, un partido o un líder para dejar en su sitio a otro. El ciclo se repite una y otra vez, reeditado en mil formas: cambian las caras, los lemas, las banderas, pero la arrogancia y la crueldad son iguales o peores.

* La propuesta de Cristo es opuesta. La hallamos en las bienaventuranzas. No es obvia, porque el simple atacar la lógica del poder puede ser incluso pretexto para buscar la propia cuota de poder. por algo se necesita metánoia: genuina renovación de la mente.

Cristo Vivo, 07 de 10: Caracter paradojico del Reino de Dios

Cristo Vivo. Retiro con Frailes Dominicos del Vicariato del Ecuador, en Enero de 2012. Tema 7: Carácter paradójico del Reino de Dios.

* En su predicación, Jesucristo presentó al Reino como una realidad múltiple, fascinante y en buena parte paradójica. Una paradoja es una proposición que en un sentido parece ser cierta y en otro sentido, falsa. Hay paradojas en la matemática, la ciencia y también en la predicación.

* La presentación paradójica que hace Cristo cumple dos funciones: (a) Enseña algo sobre qué es el Reino en sí; (b) Pero sobre todo obliga al oyente a revisar sus propios presupuestos y certezas.

* Hay cinco paradojas, o líneas de paradoja, que destacan en la predicación de Jesús:

(1) “Cambia tu mirada” : cabe aquí aquello de “los primeros serán los últimos,” o “el que tenga oídos, que oiga.” Jesús quiere enfatizar que la perspectiva de Dios no necesariamente coincide con la nuestra. Quiero sacarnos de falsas seguridades y llevarnos a preguntarnos si de veras conocemos bien lo que decimos que conocemos sobre nosotros mismos y sobre la vida.

(2) “Grandes cambios vienen de pequeñas cosas” : este tipo de afirmación la encontramos en parábolas como la de la semilla de mostaza, o predicación como aquella de que somos la sal de la tierra. En contra de la grandilocuencia con que el mundo anuncia grandes cambios, que a veces no acaban en nada, el Reino despunta humilde pero logra verdaderas transformaciones.

(3) “Ebriedad de la alegría” : es lo propio de las parábolas de la perla de gran valor o del tesoro en el campo. La idea de fondo es que quien descubre la grandeza, belleza y cercanía de Dios ya nunca valora las cosas como antes, y de hecho, sus antiguos ídolos se ven ahora pálidos e impotentes. Esto vale singularmente para la predicación de la mortal cristiana: no debería predicar la moral del Evangelio quien no sabe anunciar creíblemente la alegría del Evangelio.

(4) “Rechazo por parte de los elegidos” : Extraña ver que el pueblo de la primera alianza reciba con tibieza o abierta frialdad el gozo del Evangelio. Esta paradoja asoma en parábolas como la de los viñadores asesinos, o en la del hijo pródigo, bajo figura del hermano mayor, que vive en la casa del papá sin acercarse al corazón del papá.

(5) “Ahora el poder es misericordia, y la misericordia tiene poder” : Es un mensaje que el mundo necesita desesperadamente pero que no termina de creer. Y sin embargo, la postura de Cristo es rigurosamente cierta desde el punto de vista antropológico: sólo tiene de verdad tiene poder sobre mí aquel que me ama.

Cristo Vivo, 06 de 10: Imagenes falsas o incompletas del Reino de Dios

Cristo Vivo. Retiro con Frailes Dominicos del Vicariato del Ecuador, en Enero de 2012. Tema 6: Ideas insuficientes sobre el Reino de Dios.

* Hay cuatro imágenes que, más que falsas son insuficientes, sobre el Reino de Dios.

(1) Hacer equivalente al Reino con el Cielo. Esta imagen parece construida exclusivamente sobre la base de una interpretación simplista de la parábola de Lázaro y el rico “epulón” ( = el que banqueteaba), y ha dado fuerza a la acusación de que la religión es “opio del pueblo.”

(2) Hacer equivalente al Reino con la Iglesia. Esta imagen mira el poder de la Iglesia en la sociedad como algo deseable y por eso termina en estrecho maridaje entre Iglesia y Estado. Aunque algunos bienes parece que pueden salvaguardarse mejor con esa asociación, a la larga el Estado pasa factura por sus servicios de protección y financiación, y la Iglesia termina justificando excesos, perdiendo credibilidad y adquiriendo un estilo cortesano que repugna muy de lleno con el Evangelio.

(3) Hacer equivalente al Reino con una serie de “valores” (o más tradicionalmente, el cultivo de ciertas virtudes individuales y sociales). No es error destacar algunos valores que emergen del Evangelio o de la Escritura: el problema es creer que podemos tener un reino sin rey, de modo que terminamos promoviendo simplemente una visión de sociedad, y estableciendo una falsa oposición entre lo “tangible” y lo “espiritual.” En la visión de la Teología de la Liberación, por ejemplo, se cometen dos errores graves: (a) identificar lo “real” con lo económico-material-cuantificable; (b) suplantando el mensaje de la Escritura con agregados ajenos a ella, como sucede con la idea de que los pueblos deben ser “sujetos” de su historia.

(4) Hacer equivalente al Reino con una institución, región, programa político, tipo de comunidad: todo lo cual contradice la clara aserción de Cristo de que el Reino no está ni aquí ni allí. No es un programa en nuestras manos.

Cristo Vivo, 05 de 10: Contexto para el Reino de Dios

Cristo Vivo. Retiro con Frailes Dominicos del Vicariato del Ecuador, en Enero de 2012. Tema 5: Contexto sobre el Reino de Dios.

* Hay tres momentos en el Antiguo testamento que resultan fundamentales para acercarnos al vigor y profundidad de la expresión “Reino de Dios.”

(1) Cuando Dios saca a su pueblo del país de Egipto, la verdad sobre el reinado de Faraón queda a la vista. Dios se revela por primera vez como rey y señor de su pueblo, y queda claro que servir a YHWH Dios es libertad. Dios libera a su pueblo por medio de Moisés, y decide preservar esa libertad por medio de las cláusulas de la Alianza, que viene a ser como celebración de bodas entre Dios y su pueblo.

(2) El tiempo de David destaca como una etapa imborrable en la memoria colectiva del pueblo elegido. David brilla por su amor y santo temor, que le lleva a cantar las maravillas de Dios y a reconocerse como miserable pecador. En el reinado de David se ve a Dios reinar porque Dios reina primero en David. En términos tangibles, el pueblo experimenta paz en las fronteras y saborea la prosperidad y la bendición. David es el rey por antonomasia y el elogio “Hijo de David” es claramente mesiánico. David fue prácticamente un caso único y aislado. La mayoría de los reyes de Israel y de Judá compiten en su infidelidad a Dios, hasta el punto que el reinado de Dios, más que en los reyes se vio despuntar en las reconvenciones y promesas de los profetas. Así sucedió hasta el tiempo del gran desastre, el destierro a Babilonia.

(3) Dios hará un nuevo Éxodo: tal es la noticia sorprendente que asoma en las profecías de Jeremías, Ezequiel y sobre todo el Segundo Isaías (capítulos 40 a 55). Una figura destaca como líder que es fiel a Dios. Se le llama el “Siervo de Yahveh.” Esta nueva victoria de Dios presenta un reinado distinto, en el que la humildad y la fidelidad tienen su casa propia.

* Así pues, cuando Cristo predica la llegada del Reino de Dios, sus palabras han tenido que resonar de modo intensísimo en los oídos de aquel pueblo. Los afectos más profundas, las esperanzas más amadas, los anhelos más extendidos se condensan en esa frase, que vendrá a ser central en la predicación de Jesús.

Cristo Vivo, 04 de 10: Kairos

Cristo Vivo. Retiro con Frailes Dominicos del Vicariato del Ecuador, en Enero de 2012. Tema 4: Kairós.

* Al comienzo de su misión, Jesús anuncia que “el tiempo se ha cumplido.” San Pablo habla de la llegada del Hijo de Dios como “plenitud de los tiempos.” ¿Qué noción de tiempo hay aquí?

* En griego bíblico puede hablarse del tiempo como “chronos” o como “kairós;” el primero es más cuantitativo, objetivo, repetitivo, impersonal; el segundo es cualitativo e intensamente personal: habla de lo único e intransferible de las oportunidades y circunstancias de cada quien.

* Quienes miran el tiempo como chronos luego intentan escapar de la prisión de lo repetible señalando un “destino” que vendrá a romper el círculo de repeticiones. La Biblia presenta, en cambio, a un hombre libre y responsable, y a un Dios cercano y providente. Lo propio de nuestra fe no es aguardar a que suceda lo inevitable, sino ver, como en ecografía , qué se está gestando y discernir el paso de Dios en ello.

* Ser profeta no es, entonces, haber visto el final de una película y luego poder contarle ese final a los que tendrán que vivirlo como su “destino.” El entonces Cardenal Joseph Ratzinger expuso con brillante claridad este hecho al referirse al Tercer Secreto de Fátima, dado que por ese tiempo muchos dudaban que los acontecimientos vividos por el Papa Juan Pablo fueran en algún sentido el “cumplimiento” del Tercer Secreto. Por lo visto, ellos esperaban algo más cinematográfico, como quien lee un guión y luego ve una película.

* Lo fundamental es abrirse a la mirada profunda, que es verdadera y que nos hace verdaderos, la mirada de Dios. Y lo fundamental es reconocer que la luz de esa mirada nos pone en una ruta en la que nada debemos idolatrar ni temer, pues apunta a Cristo mismo.

Cristo Vivo, 03 de 10: La Urgencia del Amor

Cristo Vivo. Retiro con Frailes Dominicos del Vicariato del Ecuador, en Enero de 2012. Tema 3: La Urgencia del Amor.

* Llama la atención que Juan bautista anuncia cosas terribles, en el estilo y modo del Día de la Ira, y luego llega Cristo anunciando una Buena Nueva.

* Para algunos predicadores y teólogos, es como si Cristo desautorizara o diluyera el mensaje de Juan, presentándolo prácticamente como una “falsa alarma.” En esa misma línea, el amor de Cristo se empieza a mirar como si fuera una especie de benevolencia sin exigencias, un cariño “light” que fácilmente se vuelve como cómplice de nuestras mediocridades o de los pecados que preferimos.

* Ese tipo de “amor,” por ejemplo, es invocado como argumento para decir que la homosexualidad es una opción más–a pesar de los textos claros que condenan tal práctica.

* La verdadera percepción del amor sólo se da en la percepción de la urgencia del amor. Quien percibe lo dramático de vivir en los últimos tiempos descubre también la gracia y la misericordia de Dios que, en Cristo, nos da aún tiempo para acoger con prontitud y alegría su salvación.

Cristo Vivo, 02 de 10: Conversion es la primera palabra de Cristo en el Evangelio

Cristo Vivo. Retiro con Frailes Dominicos del Vicariato del Ecuador, en Enero de 2012. Tema 2: Conversión, palabra primera de Cristo en el Evangelio.

* Convertirse no es simplmente cambiar de conducta; es cambiar de mentalidad; es recibir un corazón nuevo.

* Al predicar la metánoia (conversión), Cristo nos está enseñando que el primer cambio no sucede AFUERA, en las cosas, circunstancias o instituciones, sino ADENTRO: en la mentalidad y también en la manera de leer los signos. Pero, ¿por qué somos ciegos a los signos de Dios?

* Tres motivos de la ceguera: (1) No aprendemos de la Palabra de Dios, ni aprendemos del pasado. (2) Usamos a veces lo religioso como un fetiche, al estilo de la magia, como si nos diera poder o privilegios. (3) Somos gravemente incoherentes, y entonces al predicar, la palabra sale vacía, y lo sagrado es solo un objeto que se comercializa o instrumentaliza.

* Tres opciones de renovación, entonces: (1) Oídos de discípulo; (2) Fe sincera en Dios, declarándonos dependientes de Él en todo. (3) Buscar el ideal: no rebajarlo ni renunciar con cinismo o frustración a él.

* Y en cuanto a la coherencia: distinguir la coherencia “buena,” que nos lanza hacia el ideal, de la coherencia “mala,” que es simple persistencia basada en la soberbia.

Cristo Vivo, 01 de 10: La preparacion para el ministerio publico

Cristo Vivo. Retiro con Frailes Dominicos del Vicariato del Ecuador, en Enero de 2012. Tema 1: Preparación para el Ministerio Público.

* No hay que dar por conocido ni por descontado el inicio del ministerio del Señor. ¿Cómo sucede que el hijo y ayudante de un artesano, de una casi desconocida aldea de Galilea, llega a asumir la misión más grande de todos los tiempos? ¿Cuáles son las circunstancias y el contexto? ¿Quiénes detentan el poder y en qué sentido el Mesías es una amenaza para ellos?

Renueva la Uncion, 4 de 4: Modos de presencia de Cristo

Renueva la Unción. Retiro con Servidores de Grupos de Oración en Lima. Enero de 2012. Tema 4: Modos de presencia de Cristo.

* Aprender a vivir en la unción es también aprender a convivir con el Ungido. Por eso nos interesan sus modos de presencia, que son sobre todo siete.

* (1) En la asamblea que ora; (2) En la Sagrada Escritura; (3) En la Eucaristía; (4) En los pobres y despreciados de este mundo; (5) En el Cielo; (6) En la propia conciencia; (7) En la voz de nuestros legítimos pastores.

Renueva la Uncion, 3 de 4: Permanecer en Cristo

Renueva la Unción. Retiro con Servidores de Grupos de Oración en Lima. Enero de 2012. Tema 3: Permanecer en Cristo.

* No se puede dar fruto sino sólo estando en Cristo. Si uno dice que está en Cristo y no da frutos, se está engañando a sí mismo.

* Muchos católicos aparentemente buenos se engañan por dos razones: (1) Creen que son buenos porque no hacen cosas malas, o muy malas, y no se dan cuenta que Dios nos ha puesto para que hagamos el bien y no sólo para que evitemos el mal. (2) Creen que son buenos porque no hacen cuenta de las múltiples omisiones, es decir: todo el bien que dejan de hacer.

* Ser bueno es generar conversión, y vivirla; generar santidad, y manifestarla con humilde gozo y gran caridad.