Cristo Vivo, 09 de 10: Los Secretos del Reino

Cristo Vivo. Retiro con Frailes Dominicos del Vicariato del Ecuador, en Enero de 2012. Tema 9: Los Secretos del Reino.

* Las bienaventuranzas, corazón de la enseñanza sobre el Reino de Dios, no son aplicables. ¿Por qué sucede así? Porque el Reino no es una idea ni una estrategia. El reino “de Dios” es “de Dios,” y nunca nuestro, esto es: nunca queda en nuestras manos como algo ha realizar según nuestros deseos, intereses o capacidades.

* ¿Y qué falla en la lógica del poder en este mundo, lógica que sí se mira a sí misma en términos de ideas (fines) y estrategias (medios)? Falla que crea sin cesar enemigos, y los alimenta con exclusión y resentimiento; y falla también que usa a sus amigos, volviéndolos inútiles aliados o nuevos enemigos. En resumen: en la estrategia del mundo no hay amor, y resulta que sólo el amor es llave para la cerradura del corazón humano.

* Si el Reino no es una teoría ni una estrategia, ¿qué es? En Jesús, el Reino es una praxis que podemos llamar “sacramental,” no desde el ángulo del rito sino porque realiza lo que significa.

* Secreto del Reino #1: Buscar el bien en la cueva del mal. Jesús continuamente pone como referencia a aquellos que uno desprecia o detesta. En su tiempo, tales eran los samaritanos, los romanos, las mujeres, los niños. El que no descubre el bien fuera de sí mismo tampoco lo encuentra verdaderamente en sí mismo.

* Secreto del Reino #2: Sembrar el bien en la cueva del mal. Porque tal es el genuino poder. Lo malo del poder no es poder, sino la codicia, arrogancia o egoísmo que suele acompañar a los poderosos. Pero el que trae bien, verdadero bien, allí donde había mal está trayendo verdadero poder, poder que viene de Dios.

* Secreto del Reino #3: Permanece en Dios. Tu amor se agotará, y no podrás sembrar siempre el bien si no lo recibes de continuo del que es infinito. El reino nunca es un proyecto “secular.”

* Secreto del Reino #4: Que Dios permanezca en ti. Cuida que la fuente esté adentro. Sé independiente de todo, y a la vez dependiente en todo de Dios.