[Retiro con las Vírgenes Seglares Dominicas, en Julio de 2014.]
Tema 6 de 6: Establecer una relación personal con la Biblia
* Leemos la Biblia no para encontrar algo sino para encontrarnos con Alguien: es en realidad Jesucristo quien sale a nuestro encuentro cuando leemos la Palabra, porque Él es la Palabra viva de Dios.
* Por eso es necesario establecer con la Biblia una relación de verdad personal. En esta reflexión usamos cuatro metáforas amplias para facilitar esa relación de familiaridad: el amigo, el encuentro, la casa y los recuerdos. de cada una de estas metáforas obtenemos algunas sugerencias prácticas.
EL AMIGO
(1) Constancia. A los amigos no los conocemos en un instante sino en el transcurrir del tiempo. Al iniciar nuestro acercamiento a la Biblia hay que situarse en el comienzo de una relación para el resto de la vida.
(2) Importancia de las narraciones. A los amigos los conocemos escuchándoles sus historias. Sobre todo al comienzo de nuestro acercamiento es clave acudir a las porciones más narrativas, como por ejemplo, el Evangelio de Marcos.
EL ENCUENTRO
(3) Fíjate en los personajes y sus dramas. Hazte preguntas sobre qué vivían o podían pensar los protagonistas de los relatos que lees.
(4) Usa las “composiciones de lugar.” Sitúate en la escena, recrea en tu imaginación, sin fantasía, lo que el texto plantea, colocándote en distintos puntos de vista.
LA CASA
(5) Usa planes de lectura. Una casa tiene una estructura, y si es grande, a medida que aumenta la confianza hay que conocerla poco a poco, siguiendo algún tipo de esquema o mapa. Lo mismo vale para la Biblia.
(6) Usa las ayudas pedagógicas. Mapas, diccionarios, tablas cronológicas, están ahí por una razón.
(7) Identifica tus sitios preferidos. Lo mismo que en una casa tienes lugares que disfrutas más, con la Biblia y sus textos y personajes conviene establecer una relación que sin ser sólo emocional incluye afecto real.
LOS RECUERDOS
(8) Hay que masticar, repasar, meditar la Palabra. Quedarse con Ella.
(9) Santifica tu memoria. Es preciso ir llenándola del alimento que perdura.
(10) Tu memoria de la Palabra es tu base para compartir y evangelizar. Cuando se trata de las cosas de Dios, uno sólo posee lo que comparte.