Amar y Educar

La vida cristiana finalmente consiste en la práctica del amor a Dios y al prójimo. En cuanto a este segundo tipo de amor, Santo Tomás enseña que la madurez consiste en el amor de benevolencia según el cual uno busca el bien del amado, y no tanto cómo se siente uno o qué sensaciones uno tiene. Este amor maduro hace que todos seamos formadores y “madres” unos de otros, según la expresión de San Francisco de Asís.

Un Encuentro con el Amor que te ha Creado

El Amor es como la definición misma de Dios, si así puede hablarse, y sin embargo, Dios sigue siendo un desconocido para muchos. ¿Qué obstáculos podemos remover y qué pasos podemos dar para abrirnos más y mejor a la experiencia del amor que salva y reconstruye?