Apremiados por el Amor – Retiro de Conversión, 3 de 5

[Predicación ofrecida primero en Adviento de 2013 para la comunidad hispana en Bernardsville, NJ.]

Tema 3 de 5: La fuente que no se cansa

* Vamos al Capítulo 4 del Evangelio de San Juan. Encontramos a un sediento que promete agua: es Cristo Jesús ante una mujer samaritana. El lenguaje del Señor quiere despertar la sed que corre más profunda que la simple necesidad de un poco de agua. Esa es la sed que Él quiere saciar; la sed que apunta a un amor, a una fuente, a un motor que no se cansa.

* Y el mismo Cristo es el espejo más perfecto de ese modo de amor. Frente a la traición de los amigos, el odio de los enemigos, la crueldad de la tortura y la perspectiva de una muerte deshonrosa, su amor no se cansa, no disminuye, sino que al contrario brilla con más fuerza.

* Es evidente que las fuerzas humanas, por sí mismas, no llegan a tanto. Incluso el heroísmo y la coherencia, cuando llegan al extremo de dar la vida por una causa, llevan el sello del desprecio, la venganza o el odio a los verdugos. Nada de eso hay Cristo ni en sus mártires. Su amor brota de una fuente más alta y tiene poder para llevar hasta la altura misma de la eternidad gozosa.

Parejas de fe, esperanza y amor, 2 de 5, Amor de Dios en la pareja

[Taller para parejas, organizado por la Comunidad Betania, y ofrecido en Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia.]

Tema 2 de 5: Amor de Dios en la pareja

* Si el verbo que abre el amor de pareja en la mujer es ADMIRAR, el verbo correspondiente en el hombre es LIDERAR. Un hombre muestra su interés en amar y ser amado en primer lugar porque quiere generar una diferencia en la vida de una mujer.

* La manera como surge ese propósito va ligada a deseos que pueden quedarse solamente al nivel del deleite de los sentido o de la satisfacción del propio ego. Pero cuando hay más que simple deseo, el hombre ya no se detiene en sí mismo sino que, como se ha dicho, desea marcar una diferencia, traer un bien, a la vida de la mujer. Sólo en ese momento puede hablarse propiamente de amor masculino; todo lo que va antes es más apetito, y a menudo, más egoísmo que otra cosa.

* Después del liderar, están otros dos verbos: proteger y proveer. Con ellos el hombre desea custodiar lo que siente suyo, pero a la vez, hacer posible la continuidad del milagro de vida que encuentra en la mujer.

* Dios en sí mismo no es hombre ni es mujer. Su don de sí mismo a uno y otra hace posible que el amor de ambos sea auténtico, robusto, generoso y fecundo.

Parejas de fe, esperanza y amor, 1 de 5, Amor de hombre y amor de mujer

[Taller para parejas, organizado por la Comunidad Betania, y ofrecido en Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia.]

Tema 1 de 5: Amor de hombre y amor de mujer

* Aunque algunos centros de poder en nuestra sociedad pretenden eliminar, minimizar o volver del todo borrosa, y por tanto trivial, la diferencia entre hombre y mujer, el sentido común y la fe se resisten a semejante imposición.

* No es un asunto de fanatismo ni de pura inercia cultural: la biología nos muestra que lo sexual no es una parte del cuerpo o de la historia de hombres y mujeres, sino una realidad que permea todo lo que somos. En particular, es muy importante destacar ese lugar que existe únicamente en el cuerpo femenino y que tiene un solo propósito: servir de primera casa a la vida humana. En la mujer está la fuente de la vida.

* La abundancia vital de la mujer se ve muy bien en otros rasgos: su cerebro está más conectado; sus órganos de los sentidos tienen una respuesta más amplia; su capacidad de conexión y las puertas de su lenguaje, en lo que entiende y en lo que expresa, son en general mucho más ricas que las de los hombres.

* Por eso es natural que el primer verbo que abre la posibilidad del amor de pareja en la mujer sea ADMIRAR. Sin una dosis de admiración la mujer queda en capacidad de afecto pero su afecto será el de la persona que cuida o apoya, no el de la persona que se enamora o que quiere saberse “conquistada.”

* A partir de la admiración, otros verbos van siguiendo: acompañar, cuidar, darse y restaurar. Ese total de cinco verbos corresponde bien a la evolución de un amor plenamente femenino, rico en su vitalidad y en su capacidad de traer vida.

Los 5 lenguajes del amor

“¿Cuando alguien dice “siento que mi esposo no me ama”, ¿qué quiere? ¿De qué se está quejando? Sus respuestas cayeron en 5 categorías. Yo las llamé más tarde los 5 lenguajes del amor…”

5 lenguajes del amor

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