Resurgir

Tú has de comportarte como una brasa encendida, que pega fuego donde quiera que esté; o, por lo menos, procura elevar la temperatura espiritual de los que te rodean, llevándoles a vivir una intensa vida cristiana.

El fundamento de toda nuestra actividad como ciudadanos -como ciudadanos católicos- está en una intensa vida interior: en ser, eficaz y realmente, hombres y mujeres que hacen de su jornada un diálogo ininterrumpido con Dios.

Pensar en la Muerte de Cristo se traduce en una invitación a situarnos ante nuestro quehacer cotidiano, con absoluta sinceridad, y a tomarnos en serio la fe que profesamos. Ha de ser una ocasión de ahondar en la hondura del Amor de Dios, para poder así -con la palabra y con las obras- mostrarlo a los hombres.

Procura que en tu boca de cristiano -que eso eres y has de ser a toda hora- esté la “imperiosa” palabra sobrenatural que mueva, que incite, que sea la expresión de tu disposición vital comprometida.

Más pensamientos de San Josemaría.

“Sol artificial” de China bate un importante récord mundial

“El récord llega en medio de la creciente carrera por la fusión nuclear y su desarrollo como fuente de energía. La fusión podría sustituir a las centrales eléctricas de carbón y probablemente también a otras centrales de recursos renovables. La idea básica es imitar al sol, que produce luz y calor mediante la fusión. Si los científicos consiguen traer este proceso a la Tierra, la energía de fusión podría proporcionar al mundo una fuente de energía segura, sostenible, responsable con el medio ambiente y abundante, alternativa a la energía nuclear de fisión, que se utiliza hoy en las centrales nucleares…”

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Breve ordo para la semana
del 9 al 15 de Enero de 2022

LA GRACIA: Homilías breves para esta semana:


LECTURA ESPIRITUAL para esta semana:


Liturgia de las Horas para esta semana:

Domingo, 9 de Enero de 2021: Fiesta del Bautismo del Señor

Lunes 10:

Martes 11:

Miércoles 12:

Jueves 13:

Viernes 14:

Sábado 15:



Lo extraordinario del Tiempo “Ordinario”

Después de la intensidad litúrgica del Adviento y la Navidad, llegamos este domingo a la Fiesta del Bautismo del Señor, y se abre un nuevo tiempo litúrgico, que tiene el nombre más simple de todos: es el tiempo llamado “ordinario.”

Siempre he pensado que el Tiempo Ordinario sufre con ese nombre, que parece aludir a cosa de menor importancia o incluso de menor calidad. Pero hace unos años descubrí un modo mejor de entender la riqueza de esas 33 o 34 semanas: sucede que “ordinario” viene de “ordo” es decir, de “orden.” Consiguientemente, el tiempo “ordinario” es el que sigue en orden la vida pública de Cristo, o sea, cómo y qué predicaba; quiénes le rodeaban; a cuántos sanó y liberó; cuál era el tenor de su vida.

Con esto quiero decir que tenemos en el Tiempo “Ordinario” una preciosa oportunidad para conocer en orden la vida y la doctrina de Cristo, ¡y eso es extraordinario!