LA HUMILDAD DE JESÚS
(Mt 11,25-30; Mc 7, 24-30; Jn 13, 1-15; Filp 2,5-11)
Les invito a estudiar un poco la persona de Jesús y a detenernos en una de las características que le señalan como al Hijo de Dios, que “se anonadó a sí mismo” (Filp 2, 7), haciéndose hombre para conducir al hombre a la cima de la humildad que consiste en servir a Dios en los hombres, en humillarse por amor para glorificar a Dios salvando los hombres. No olvidemos que toda visión sobrenatural va siempre unida a la humildad. El humilde, que se considera poca cosa ante Dios, ve lo sobrenatural, ve a Jesús: “has revelado estas cosas a los sencillos y a los pequeños” (Mt 11,25); el que está pagado de su propia valía es incapaz de percibir lo sobrenatural, porque la humildad se opone a la soberbia: “ocultaste estas cosas a los sabios y entendidos” (Mt 11,25). El humilde reconoce que ha recibido de Dios todo lo que es y tiene (1Cor 4,7); que él es nada sin Dios (Gal 6,3); que todo le viene de Dios y sólo en El lo puede todo (Jn 15,5).

Estimados amigos, los felicito por la obra que llevan adelante. Es muy útil para los que necesitamos alimento espiritual a diario. Quiero a través de Uds. hacerle llegar una pregunta a fray Nelson: ¿por qué se necesitó el sacrificio de Nuestro Señor Jesucristo para saldar la ofensa a Dios ocasionada por el pecado de nuestros primeros padres y por los pecados personales?, ¿porqué Dios necesitaba “cobrar” esa deuda o “recibir una satisfacción” apropiada que fue la muerte de su propio Hijo? Muchas gracias por su atención. – S. Muñoz.
1. Ha habido un despliegue de noticias que hablan de una cifra enorme de delitos de pederastia cometidos en Irlanda por miembros de la Iglesia Católica a lo largo de buena parte del siglo XX. ¿Esos datos son verdad o mentira?
¿En algún momento en tu vida has sentido deseo de conocer mejor a tu Dios?
Sé que esto será polémico, pero también puede resultar enriquecedor.
Este año, por diversas razones, he podido estar en Ecuador y Venezuela; no hace mucho estuve en Bolivia también. Es tiempo de compartir alguna reflexión sobre el particular estilo socialista que se ha convertido en un estándar para estas tres naciones. Conviene examinar si parece probable veremos su expansión en Latinoamérica y sobre todo, como creyentes, nos interesa preguntar cuáles serán las implicaciones para la Iglesia y para la evangelización.