Mirada agradecida hacia Dios

Acción de gracias

Colón entiende que cuanto va haciendo es «”gracias a Dios“, como él siempre decía» (III Vj.). Nunca ve el Nuevo Mundo como una adquisición de su ingenio y valor, y siempre lo mira como un don de Dios. Al mismo tiempo, él es consciente de que hizo con sus compañeros aquellos descubrimientos fabulosos «por virtud divinal» (ib.).

Llegados a Lisboa con los indios que llevaban, «era cosa de admiración, y las maravillas que todos hacían dando gracias a Nuestro Señor y diciendo que, por la gran fe que los Reyes Católicos tenían y deseo de servir a Dios, que su Alta Majestad los daba todo esto. Hoy vino infinitísima gente a la carabela y muchos caballeros, y entre ellos los hacedores del Rey, y todos daban infinitísimas gracias a Nuestro Señor por tanto bien y acrecentamiento de la Cristiandad que Nuestro Señor había dado a los Reyes de Castilla, el cual diz que apropinaban porque Sus Altezas se trabajaban y ejercitaban en el acrecentamiento de la religión de Cristo» (6-7 marzo).

Cristóbal Colón vio siempre las Indias como «un don de Dios», y por eso en sus escritos rebosa continuamente en acción de gracias. En carta dirigida a Luis de Santángel, dice:

«Así que pues nuestro Redentor dio esta victoria a nuestros Ilustrísimos Rey y Reina y a sus Reinos famosos de tan alta cosa, adonde toda la cristiandad debe tomar alegría y hacer grandes fiestas y dar gracias solemnes a la Santa Trinidad, con muchas oraciones solemnes por el tanto ensalzamiento que habrán en tomándose tantos pueblos a nuestra Santa Fe, y después por los bienes temporales que no solamente a la España, mas a todos los cristianos tendrán aquí refrigerio y ganancia» (14-2-1493).

Todo fue milagro de Dios

El 15 de marzo termina el Diario del Primer Viaje. «Y así dice él que acaba ahora esta escritura», convencido de que su viaje sólo se explica como un milagro de Dios, pues, fuera de los Reyes, tenía a todo el mundo en contra. En efecto, él tiene intención de ir a a ver a los Reyes a Barcelona, «y esto para les hacer relación de todo su viaje que Nuestro Señor le había dejado hacer y le quiso alumbrar en él. Porque ciertamente, allende que él sabía y tenía firme y fuerte sin escrúpulo que Su Alta Majestad hace todas las cosas buenas y que todo es bueno salvo el pecado y que no se puede abalar ni pensar cosa que no sea con su consentimiento, “esto de este viaje conozco, dice el Almirante, que milagrosamente lo ha mostrado, así como se puede comprender por esta escritura, por muchos milagros señalados que ha mostrado en el viaje, y de mí, que ha tanto tiempo que estoy en la Corte de Vuestras Altezas con opósito y contra sentencia de tantas personas principales de vuestra casa, los cuales todos eran contra mí, poniendo este hecho que era burla, el cual espero en Nuestro Señor que será la mayor honra de la Cristiandad que así ligeramente haya jamás aparecido”. Estas son finales palabras del Almirante don Cristóbal Colón, de su primer viaje a las Indias y al descubrimiento de ellas.

El autor de esta obra es el sacerdote español José Ma. Iraburu, a quien expresamos nuestra gratitud. Aquí la obra se publica íntegra, por entregas. Lo ya publicado puede consultarse aquí.

8 meses de pontificado y 8 decisiones

“Francisco de Roma dejó entrever a través de sus primeras palabras como pontífice que introduciría un estilo diferente en la Iglesia, de mayor apertura, de austeridad, de tolerancia, de integración. A lo largo de los últimos ocho meses, los primeros de su pontificado, Francisco transformó aquellas promesas en decisiones sobre la Iglesia, la familia, la violencia en el mundo, el papel de la mujer, el Vaticano, la salvaguardia de la infancia. Hemos escogido 8 decisiones-clave del Pontificado Papa Francisco…”

8 meses de pontificado

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La oración más perfecta

Padre, ya habíamos tenido la oportunidad de hablar y ahora tengo una duda: ¿es correcto cuando decimos que la santa misa es la mayor oración que se le puede decir a Dios?

* * *

Bueno, la Misa no se “dice” simplemente. No es un conjunto de palabras, sino que hay gestos, lugares, acciones, actitudes. Y sobre todo: no es algo que nosotros “hacemos,” simplemente sino una acción propiamente divina, en la medida en que el centro de la Eucaristía es la ofrenda que Cristo, y nosotros en unión de fe y amor con Él, hace de sí mismo al Padre.

La Misa no repite ni simplemente “representa,” el sacrifico del calvario sino que lo hace presente en medio de nosotros, haciéndonos incluso, de alguna manera, “contemporáneos” del Señor.

Según eso, bien se puede decir que la Misa es la oración más perfecta porque en ella el orante es el mismo Cristo, y todo su ser, ofrecido en el cenáculo y en el altar de la Cruz, es todo lo que tenemos para pedir, agradecer, alabar ante el Padre. ¡El mismo Cristo es nuestro intercesor, y sus llagas preciosas son nuestra intercesión, no hecha por nosotros sino por nuestro Sumo y Eterno Sacerdote!

El ‘cuento’ de ser cristianos católicos

[Predicación en el evento “Para tu Gloria” organizado por la Banda Blanco y Negro de los Frailes Estudiantes Dominicos de Colombia.]

* Se puede decir que nuestra fe brota de un “cuento,” no en el sentido de una fábula, sino de un relato. A ese relato lo llamamos EVANGELIO, y es la narración de lo que Jesucristo hizo y padeció.

* La EVANGELIZACIÓN es, básicamente, compartir ese relato. El acto de entregar esa historia y por consiguiente, el acto correspondiente de recibirla, es la “parádosis” en griego, la “traditio” en latín: es la TRADICIÓN. La Iglesia sostiene que la fe proclamada en la Biblia no nos llega íntegra sino a través de la TRADICIÓN.

* ¿Qué hace único el “cuento” de Jesucristo? Dos cosas: en un primer momento, la EVANGELIZACIÓN y nos hace ver que no tenemos vida sino que nos hemos limitado a SOBREVIVIR.

* SOBREVIVIR es limitarse a aplazar la muerte mientras uno se dedica a producir, consumir y entretenerse. Para SOBREVIVIR uno se confina a una especie de prisión voluntaria en la que el horizonte se hace mínimo y sólo se ven los propios ídolos, miedos, resentimientos, transacciones de afecto y dinero.

* En un segundo momento, cuando Jesucristo llega a través de la EVANGELIZACIÓN nos muestra qué sucede cuando Dios reina, es decir, nos predica el REINO DE DIOS. pronto uno se da cuenta que el horizonte se amplía hasta el infinito. se siente la ALEGRÍA de ver colmado un inmenso vacío que uno llevaba por dentro, y que en realidad Dios mismo había dejado al crearnos.

* La alegría de ser evangelizado es algo que no se puede falsificar y que tampoco deja margen de dar marcha atrás. La mente ha sido llevada más allá de sí misma. Por eso hablamos de una METÁNOIA, una CONVERSIÓN. Su fruto es llevarnos a ser parte de la comunidad de los convocados, la EKKLESÍA, la IGLESIA. No hay verdadera conversión sin pertenencia a la Iglesia.

* Para que la convicción interior se produzca y para que la pertenencia externa y visible se llegue a dar, uno necesita la persuasión que va más allá de las palabras humanas. Es una GRACIA que sólo podemos pedir al ADVOCATUS, al PARÁCLITO, es decir, el ESPÍRITU SANTO.

Banda Blanco y Negro

Evento "Para Tu Gloria"