UN SACERDOTE NO NACIDO
Hace 5 años asistí a una ordenación sacerdotal. Después de la ceremonia una mujer vino hacia mí muy emocionada y me dijo:
«Padre, tengo que contarle algo: Cuando usted era un joven sacerdote yo escuché un retiro que usted había predicado en la catedral de Puerto Príncipe. En su sermón usted habló sobre el aborto. Dijo que las madres deben velar por sus hijos, pues este hijo que quizá quieren destruir podría llegar a ser presidente de la república, sacerdote u obispo.»
En aquel momento yo llevaba un niño en mi seno y tenía la intención de abortarlo. Después de su sermón reflexioné mucho, y cambié de opinión a causa de sus palabras. Pues bien, aquel niño es uno de los sacerdotes que acaban de ser ordenados aquí. Sentí la obligación de agradecerle»
Yo le respondí: «Demos gracias a Dios».
Testimonio de Eustache Saint Hubert, Puerto Príncipe (Haití)