Padre, Si yo digo que la misericordia de Dios es eterna y llega a los confines de la tierra, ¿por qué estaría sujeta a que el ser humano vaya en búsqueda de esa misericordia? Si pienso en la parábola del hijo pródigo, el padre ofreció su misericordia con el solo hecho de ver al hijo a la distancia. Sin embargo, en el relato de las 99 ovejas, el texto dice que el pastor dejó las 99 y fue en búsqueda de la que se había perdido. Ninguna acción de requirió de parte de la oveja perdida para obtener esa misericordia… Yo estoy convencida de que Dios es todo misericordioso, pero que hay que ir a él con corazón contrito. (Parábola del hijo pródigo)
Sin embargo, hay quienes piensan que Dios lo perdona todo, así el ser humano no lo busque… (parábola del buen pastor). =Cómo se reconcilian esas dos ideas? Cómo se lo puedo explicar a alguien que me haga esa pregunta? Gracias por leerme! — M.B.
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Curiosamente yo me hacía esa misma pregunta estos días 🙂
Y lo que concluyo es que no hay un único patrón en el modo de actuar de Dios.
Sin embargo, algo debe destacarse: que el hijo pródigo EMPIECE a arrepentirse es un REGALO que no ha empezado en él o desde él sino que le llega como una visita de la misericordia divina.
En efecto, él hubiera podido hundirse en el cinismo o en la desesperación; de modo que poder “escoger” el arrepentimiento es un don de Dios, un don que le ha “llegado”.
Eso no significa que uno pueda decir: “Voy a esperar pecando a que me llegue el arrepentimiento,” porque la obstinación en el pecado no es “esperar la gracia” sino “luchar activamente contra la gracia” — una gracia que, con seguridad, Dios ya está concediendo.