139. Procura que tu fuente de luz no quede oscura. (Lc 11,35)
140. Sed sobrios, vigilad, que vuestro adversario el diablo, como león rugiendo, da vueltas buscando a quien devorar. Resistidle firmes en la fe, sabiendo que vuestros hermanos por el mundo sufren las mismas penalidades. (1 P 5,8-9)
141. El que ama el peligro caerá en él. (Sir 3,26)