En el 2009, Amada Rosa Pérez reapareció en un evento público en Medellín, con la misma timidez del principio, cuando quería ser modelo. Pero ya era otra: había sufrido una enfermedad que, poco a poco, le quitó el 40 por ciento de la audición en el oído izquierdo, se había convertido en una devota de la Virgen y una activista incansable de la comunidad religiosa Lazos de Amor Mariano. Incluso, se había cambiado de nombre: Amada Rosa de Jesús y María Click!