Ante los que reducen la religión a un cúmulo de negaciones, o se conforman con un catolicismo de media tinta; ante los que quieren poner al Señor de cara a la pared, o colocarle en un rincón del alma…: hemos de afirmar, con nuestras palabras y con nuestras obras, que aspiramos a hacer de Cristo un auténtico Rey de todos los corazones…, también de los suyos..
No trabajes en empresas apostólicas, solamente construyendo para ahora… Dedícate a esas tareas con la esperanza de que otros -hermanos tuyos con el mismo espíritu- recojan lo que siembras a voleo, y rematen los edificios que vas cimentando.