¿Miedo?: es propio de los que saben que obran mal. Tú, nunca.
Hay una cantidad muy considerable de cristianos que serían apóstoles…, si no tuvieran miedo. Son los mismos que luego se quejan, porque el Señor -¡dicen!- les abandona.
Hay unos modos de obrar tan prudenciales que, en una palabra, significan pusilanimidad.