[Predicación a los matrimonios y a muchos jóvenes en el Encuentro Internacional de La Mansión, en Santa Cruz, Bolivia. Noviembre de 2014.]
Parte 1 de 2: Sobre el plan de Dios
* Muchos se preguntan sin un sacerdote está autorizado para hablar de temas conyugales. Hay varias razones que demuestran por qué sí:
(1) El sacerdote recibe confidencias muy reales de multitud de parejas. Tiene un panorama muy amplio de la realidad matrimonial, que no se limita a un solo caso, que sería el suyo.
(2) Muchas cosas que los hombres o las mujeres, por temor o por otras razones, ni siquiera comentan a sus propios cónyuges, lo cuentan a los sacerdotes.
(3) La evangelización ha de alcanzar todas las áreas de la vida, si vamos a ser sinceros en aquello de que Cristo es nuestro SEÑOR: es deber y por tanto derecho de la Iglesia hacerse presente en todo lo que es humano.
* Un plan apropiado para leer la realidad conyugal lo podemos obtener del Génesis:
(1) Dios vio todo lo que había hecho, y era bueno. En contra de lo que han enseñado algunas sectas a lo largo de los siglos, nuestra realidad corporal es buena. No hay que idolatrarla pero en ningún caso sera cristiano despreciar lo material, lo corporal o lo sexual.
(2) La complementariedad ha sido querida por Dios: “hombre y mujer los creó.” Esa complementariedad dentro de la misma dignidad significa capacidad de apoyo y apertura a la comunicación. El varón tiende a lo “esencial;” la mujer tiende a lo “integral.”