“Pamplonesa de 26 años, se rompió en el accidente las dos primeras vértebras cervicales, lo que le provocó una tetraplejia de grado máximo. Sólo puede mover la boca, y vive gracias a un marcapasos, un respirador artificial y a la permanente atención de su padre, Dionisio, con quien forma un buen equipo en el estudio: él le pasa las páginas de los libros y los apuntes…”
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