Has de prestar Amor de Dios y celo por las almas a otros, para que éstos a su vez enciendan a muchos más que están en un tercer plano, y cada uno de los últimos a sus compañeros de profesión. ¡Cuántas calorías espirituales necesitas! -Y ¡qué responsabilidad tan grande si te enfrías!, y -no lo quiero pensar- ¡qué crimen tan horroroso si dieras mal ejemplo!
Te dije: Unidad y variedad. -Habéis de ser tan varios, como variados son los santos del cielo, que cada uno tiene sus notas personales especialísimas. -Y, también, tan conformes unos con otros como los santos, que no serían santos si cada uno de ellos no se hubiera identificado con Cristo.