Me explico el sufrimiento tuyo cuando en medio de tu forzosa inactividad consideras la tarea que falta por hacer. -No te cabe el corazón en el planeta, y tiene que amoldarse… a una labor oficial minúscula. Pero, ¿para cuándo dejamos el “fiat”?…
No lo dudes: tu vocación es la gracia mayor que el Señor ha podido hacerte. -Agradécesela.
“Nonne cor nostrum ardens erat in nobis, dum loqueretur in via?” -¿Acaso nuestro corazón no ardía en nosotros cuando nos hablaba en el camino? Estas palabras de los discípulos de Emaús debían salir espontáneas, si eres apóstol, de labios de tus compañeros de profesión, después de encontrarte a ti en el camino de su vida.
Ve al apostolado a darlo todo, y no a buscar nada terreno.
Cada uno de vosotros ha de procurar ser un apóstol de apóstoles.