[Predicación para la Comunidad de SANCTUS – N. S. de Guadalupe, en Miami.]
* Si es propio del bebé y del niño centrarse en sí mismo, en sus necesidades, incomodidades y gustos únicamente, hemos de reconocer que la capacidad de salir de sí mismo para interesarse por el bien de otros es una señal de crecer en humanidad.
* Según esa dirección, Cristo es el más humano de todos, pues su manera de entregarse por el bien de los demás es señal de una plenitud y madurez máximas.
* Hay varios modos de amar a otros. (1) El amor “cerebral” descubre que otra persona lo está pasando mal o necesita algo. (2) El amor “sentimental” sucede cuando alguien que nos importa es afectado en sus cosas o proyectos. (3) El amor “entrañable” brota irreprimible cuando alguien importante para nosotros es afectado en su integridad o sus capacidades. Los evangelios nos dicen que este es el tipo de amor que Cristo muestra por nosotros.
* El amor entrañable tiene un efecto: “hace espacio” dentro de nosotros para que la otra persona, con su realidad y sus necesidades, nos “habite.” por eso, este es el tipo de amor que de modo natural y necesario crea comunidad.
* Si en la Cruz se revela de modo particular el amor humano y divino, una comunidad que nace en torno a la Cruz, lleva en sí el sello de una espiritualidad completamente eclesial. Ser iglesia es para nosotros nuestra única forma posible de ser.