¡Agradece a Jesús la seguridad que te da! Porque no es tozudez: es luz de Dios, que te hace encontrarte firme, como sobre roca, cuando otros, a quienes toca hacer un triste papel -siendo tan buenos-, parecen hundirse en la arena…, faltos del fundamento de la fe. Pide al Señor que las exigencias de la virtud de la fe se cumplan en tu vida y en la de todos.